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Capítulo 29

Narra ____ [Ryu Méndez]

Desperté acostado en mi cama, cuando me di cuenta me saqué de onda por unos segundos, preguntándome si aún tenía sonambulismo, ya que, hace menos de un año empecé con dicho problema.

Tras levantarme de mi cómodo lecho, bajé las escaleras con la impresión de ya no encontrar a Dahyun, pero no fue así.

Ella seguía dormida, plácidamente dormida.

Me acerqué a ella lentamente, notando que tenía frio, ya que vi como intentaba arroparse con la alfombra que estaba en el living.

Sin dudarlo, subí a mi habitación en busca de una cobija, al regresar, la arropé y besé su frente, ella me provocaba ternura hasta cierto punto.

Me dirigí a la cocina para preparar el desayuno, pero en eso escuché como alguien bajaba las escaleras con algo de prisa.

—¡Buenos días! —Dijo alegremente al verme.

—Baja la voz, Carlos —Exclamé intentando golpearlo.

—¿Por qué? —Interrogó, cosa que yo le respondí señalando a Dahyun.

—¿Qué hace ella aquí? —Dijo con algo de disgusto.

—Vino anoche —Contesté con simpleza—. Y de un momento a otro se quedó dormida —Alcé los hombros.

—Ya veo... —Murmuró—. En fin, voy a salir —Comentó dirigiéndose a la puerta.

—¿A dónde vas? —Le pregunté.

—Voy a visitar a Momo, no tardo —Respondió abriendo la puerta.

—Al menos arréglate bien —Reí al verlo un poco desarreglado.

—Me arreglaré en el camino —Comentó a la vez que reíamos.

—Ajá, si como no —Rodeé los ojos.

—Nos vemos al rato, quizás me quede a dormir en su casa —Exclamó cerrando la puerta con algo de fuerza.

El sonido de la puerta que hizo al cerrarse despertó a Dahyun, la cual se cayó del sofá.

—¿Estás bien? —La levanté segundos después de que esta se cayera de una manera algo graciosa.

—Creo que si —Contestó ella sobándose la cabeza.

—¿Crees que sí? —La quedé viendo con rareza.

—No me desmayé, así que estoy bien —Expresó tímidamente para después abrazarme.

—¿Quieres desayunar? —Me dirigí a ella mientras seguíamos abrazados.

—La verdad sí, tengo mucha hambre —Aceptó, separándonos de aquel abrazo el cual se estaba volviendo algo incómodo.

—¿Me ayudas a cocinar? —Interrogué, a lo que ella solo asintió con rapidez.

Después de haber hecho un desastre en la cocina debido a que no sabíamos cocinar, hicimos un ramen el cual nos llevó cierto tiempo, eso debido a que tuve que sacar un viejo libro de recetas que me había dado mi madre semanas antes de llegar a Corea del Sur.

—Bueno... —Tragó saliva—. Hicimos lo que pudimos —Dijo mientras veíamos el ramen que acabábamos de hacer.

—Espero que haber seguido al pie de la letra los pasos de ese libro haya valido la pena —Reí sarcásticamente.

—Digo lo mismo —Recalcó teniendo los brazos cruzados.

Nos sentamos en el comedor con nuestros platos llenos de aquel ramen que tanto nos costó preparar, y sin tanto escándalo, nos dispusimos a comer.

—Pensé que la comida sabría horrible —Expresó tras haber probado un poco.

—Yo igual pensé lo mismo —Aclaré—. Parece que somos buenos cocineros —Agregué.

—Eso parece, ¿No lo crees? —Me dirigió una leve sonrisa para luego volver a comer, cosa que yo también hice.

—Oye... ____ —Habló, captando mi atención.

—¿Pasa algo? —Dije todavía con un poco de ramen en mi boca.

—¿E-estás enojado conmigo? —Me preguntó, podía notar inseguridad e intriga en aquella cuestión.

—¿Enojado? —La quedé viendo—. ¿Por qué lo estaría? —Alcé una ceja.

—P-pues... Debí de haberte creído desde un principio —Suspiró—. Desde que Nayeon y tú se hicieron muy cercanos, creí que ustedes dos estaban... —No logró decir la última palabra.

—Ah, de eso —Me encontraba nervioso—. Nayeon y yo solo somos muy buenos amigos —Mentí.

—¿No sientes nada por ella? —Me preguntó, cosa que me puso aún más nervioso.

—No, ya no —Bufé en la espera de que me creyera.

—¡Al fin lograste abrir los ojos! —Me abrazó al instante.

—Creo que si —Reí levemente.

—Me alegra que hayas podido ver que ella no te corresponde para nada en el mundo —Exclamó con mucha ternura mientras seguía abrazándome.

—¿Enserio te alegra? —Intentaba zafarme de aquel abrazo.

—¡Demasiado! —Gritó de felicidad.

—¿Ya puedes soltarme?, siento que se me romperán los huesos —Me quejé tratando de zafarme.

—Oh, lo lamento —Dicho eso me soltó, no sin antes haberme dado un beso en la frente.

—Creí que moriría —Comenté intentando recuperar el aliento.

—No seas tan exagerado, ____ —Me miró, alzando una ceja en el proceso.

—Es la verdad —Afirmé en voz baja, ya que todavía me estaba recuperando de aquel abrazo que casi me deja inconsciente—. ¿Tienes algún plan para hoy? —Pregunté, ya que yo quería salir a caminar o algo así.

—¿A dónde quieres ir? —Ella me conoce a la perfección, por eso dijo aquellas palabras.

—Solo quiero caminar, nada más —Contesté.

—Vamos, yo también quiero distraerme —Bufó.

—¿Pues qué estamos esperando? —Después de que dije eso, ambos nos levantamos del comedor para tomar rumbo al exterior en busca de algo, la verdad solo queríamos caminar.

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