Capítulo 28
El momento era bastante incomodo como ustedes han de suponer, se notaba a kilómetros de distancia. Noté a Dahyun bastante deprimida o algo parecido.
—¿Te encuentras bien? —Le pregunté observándola de pies a cabeza, sus bellos ojos eran los que más resaltaban entre la poca iluminación de las calles.
—E-eso creo... —Respondió Dahyun en voz baja, algo que no la caracterizaba.
—Te conozco perfectamente, Dahyun —Hablé—. Hace mucho frio, entra —Agregué haciéndome a un lado de la puerta para que ella entrara.
—M-muchas gracias —Agradeció solamente para luego ingresar al living a una velocidad más que impresionante.
—¿Tienes hambre? —Me dirigí a ella amablemente en un intento de romper el denso hielo.
—Un poco la verdad —Contestó—. ¿Saber cocinar? —Me miró algo incrédula.
—Un poco, aunque a veces se me quema la comida —Reí al decir eso—. Parece que hay un poco de ramen en el microondas —Exclamé tras ver a través del vidrio del susodicho aparato.
—Con eso basta —Sonrió débilmente. Se notaba cansada, algo decaída.
Ni tarde ni perezoso recalenté el ramen para luego servirlo en dos platos, dándole uno a ella.
—Gracias —Dijo dando el primer bocado.
—No hay de que —Suspiré levemente a la vez que comía.
No dijimos nada mientras comíamos, hasta que Dahyun me dirigió la palabra.
—__... ____ —Murmuró llamando mi atención.
—¿Ocurre algo? —Mi mirada se posó en ella en espera de su respuesta.
—Y-yo... —Exhaló—. P-perdóname —Sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas.
—¿Qué tienes? —Me acerqué a ella para tratar de ayudarla.
—Perdóname, de verdad —Empezó a suplicar sin parar de sollozar—. Te juzgué mal sin siquiera enterarme de la verdad —Continuó.
—¿A qué te refieres? —Cuestioné.
—Nayeon me contó todo... —En ese momento se me pusieron los pelos de punta—. Me dijo que ustedes dos solo son amigos —Agregó. Aquello me hizo suspirar de alivio.
—Así es —Asentí—. Ella me pidió perdón por todo lo que me hizo, por eso estamos en paz —Expresé con total seguridad en cada una de las palabras.
—Lo sé... —Asintió para después secar sus lágrimas—. ¿P-puedes abrazarme? —Rogó dirigiendo sus brazos hacia mí.
—V-vale —La abracé sin dudarlo ni un segundo. Jamás había visto a Dahyun actuar de esa manera.
Dahyun no paraba de llorar, pensé que la casa se inundaría en cualquier momento, cosa que no pasó al final, lo único que ocurrió fue que la susodicha se quedó dormida tras haber llorado como por 30 minutos, sino es que más.
La recosté en uno de los sofás para que estuviera más cómoda, a parte se me estaban durmiendo los brazos.
Me sentía mal conmigo mismo, Dahyun estaba sufriendo por mi culpa, ella creyó que Nayeon y yo estábamos en una relación, cosa que era verdad. Pero Nayeon le dijo algo que cambió su perspectiva.
Me senté en el suelo observando detalladamente su rostro, era hermosa de pies a cabeza y eso no lo podía negar.
Narra Nayeon
—¡Ya llegué! —Escuché a mi padre entrar por la puerta principal.
—Buenas noches, papá —Sonreí livianamente al verlo.
—¿Cómo te fue en la escuela? —Me preguntó mientras cerraba la puerta cuidadosamente.
—Bien, bastante bien —Contesté con simpleza. No iba a contarle lo que pasó entre Dahyun y yo.
—Me alegra mucho —Dicho eso procedió a sentarse en uno de los sofás, dando un leve suspiro mientras se acomodaba, lo notaba más cansado de lo habitual.
Pasaron unos minutos de silencio, aunque yo los noté como si hubieran sido segundos, en fin.
—P-papá... —Dije con una voz tenue—. ¿P-por qué fuiste a la dirección? —Pregunté—. ¿Hice algo malo? —Volví a preguntarle, esta vez con algo de nerviosismo.
Mi padre no me respondió al instante, creo que era debido a que se encontraba cansado.
—T-tenía unos asuntos pendientes con el director —Contestó acomodándose en el sofá.
—¿Deuda? —Cuestioné a secas, esto debido a que mucha gente le debe dinero.
—S-sí... —Confirmó asintiendo con la cabeza.
—Bueno, me voy a mi cuarto —Avisé.
Mi padre solo murmuró unas palabras inentendibles antes de caer profundamente dormido.
Subí las escaleras en dirección a mi habitación. Al entrar solamente me acosté en mi cama, cerré mis ojos en un intento por quedarme dormida, cosa que no ocurrió en lo absoluto.
Por un momento quedé viendo el piano que está en la esquina de mi habitación, recordando aquel día que ____ tocó bellas notas en ese instrumento.
De un instante a otro mi corazón comenzó a palpitar más rápido de lo habitual, aparte mis mejillas estaban algo calientes, demonios, realmente me había enamorado de ____, del chico que odié e hice sufrir injustamente, de él me he enamorado.
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