Capítulo 23
El despertador sonó, mis ojos poco a poco se empezaban a abrir, bostecé a la par que me tallaba los ojos, ya que el sueño que tenía seguía a ahí, quería seguir durmiendo, pero tenía que ir a la gran "Cena empresarial".
—Son las 9 de la mañana... —Dije apagando mi ruidoso despertador, realmente odiaba con todas mis fuerzas ese aparato, y lo sigo odiando hasta el día de hoy.
Me levanté con toda la pereza del mundo, quería dormir más, pero pues tenía que asistir a ese evento, momentos después recordé que Nayeon ni su padre me habían dicho la hora en la cual se realizaría la dichosa cena.
Bajé lentamente las escaleras para luego dirigirme a la cocina, iba a prepararme mi rico y saludable desayuno.
Al momento de que entré a la cocina el teléfono de pared sonó, cosa que me extrañó por unos segundos, ya que rara era la ocasión que recibíamos una sola llamada, había semanas que ese aparato no sonaba en lo absoluto.
Con un poco de intriga contesté, llevándome una leve sorpresa.
—¡Hola, rata amarilla! —Instantáneamente supe quién estaba detrás de la línea.
—Hola, Nayeon —Sin notarlo sonreí por un par de segundos.
—¿Cómo amaneciste? —Preguntó casi al instante.
—Pues, bien —Dije sin más, es que tenía hambre—. Un momento... —Pensé por unos segundos—. ¿Cómo conseguiste el número de mi casa? —Le devolví la pregunta.
—Pues... —Se quedó callada por un corto tiempo—. Momo me lo pasó —Respondió a la pregunta del siglo.
—¿Momo? —Estaba algo confundido.
—Carlos le dio el número a Momo —Exclamó, respondiendo así a mi duda, Carlos siempre hace cosas a mis espaldas.
—Ohh, ya veo —Suspiré brevemente—. Y bien, ¿Para qué me llamas a esta hora del día? —Reí por mi pregunta.
—Para decirte que pasaremos por ti a las 10 de la noche —Dijo sin decir ni una sola palabra más, era raro escuchar y ver a una Nayeon tan directa.
—Está bien —Comenté viendo el reloj de pared, faltaba mucho para la dichosa cena.
—Bueno —Aclaró la garganta—. Nos vemos más tarde —Exclamó.
—Nos vemos luego —Exclamé a punto de colgar.
—Oye... —Dijo en voz baja, casi como un susurro.
—¿Pasa algo? —Le respondí.
—Te amo, tonto —Dijo con aquella voz tan tierna que tanto la caracteriza.
—Y-yo... Y yo a ti —Suspiré en aquella última frase.
Colgué para dirigirme rápidamente a la cocina ya que el hambre que tenía era inmensa.
Mientras disfrutaba de mi delicioso cereal con leche, el timbre de la casa sonó.
—Vaya, parece que este día será especial —Exclamé mientras caminaba a la puerta para ver quién estaba detrás de esta.
Al abrirla me llevé una gran sorpresa.
—D-Dahyun... —Dije casi al instante.
—____... —Dijo mi nombre luego de que yo dijera el suyo, como si de un juego de palabras se tratara.
—T-te estuve marcando, pero no contestaste, creí que te había pasado algo —Exclamé.
.
—N-no me pasó nada, g-gracias por preocuparte —Agradeció a secas, desde ese momento supe que algo estaba pasando, algo fuera de lugar.
—¿P-pasa algo? —Alcé una ceja para parecer más serio.
—N-no, nada... —Respondió con algo de duda, lo que aumentó mi intriga.
—Te conozco, Dahyun —Gruñí en señal de enojo—. Sé que algo te pasa —La quedé viendo fijamente para esperar su respuesta.
—Te dije que tarde o temprano Nayeon se enamoraría de ti —Habló luego de unos segundos— T... tú también sientes lo mismo por ella, ¿Verdad? —Su voz se empezaba a entrecortar.
—N-no, para nada —Negué.
—Entonces, ¿Por qué estas saliendo con ella? —Subió un poco su tono de voz.
—¿No puedo salir con ella?, es solo una amiga —Rodeé los ojos en señal de desagrado.
—"Es solo una amiga" —Dijo aquellas palabras mientras hacía esas señas tan características para representar a las comillas.
—Y ahí vas con tus celos otra vez —Suspiré de frustración a la par que me rascaba la cabeza.
—Acéptalo, te gusta Nayeon —Replicó su antiguo argumento.
—No me gusta, no te estoy mintiendo, es solo una amiga —Mentí.
—¡No te creo, no te creo en lo absoluto! —Gritó—. ¡Te gusta, acéptalo! —Volvió a gritarme, esta vez mucho más fuerte.
—¡Ya te dije que no me gusta! —Negué por segunda ocasión—. ¡Ella es solo una amiga! —Agregué—. ¡No me importa si me crees o no! —Grité para luego cerrar la puerta con mucha fuerza.
Me recosté sobre el marco de la puerta mientras suspiraba, todo se había ido a la basura en cuestión de minutos, aquello me hizo reflexionar un poco sobre mis acciones, además de hacerme dudar de mis sentimientos por Nayeon.
Una parte quería estar con Nayeon, pero otra parte quería estar con Dahyun, me sentía un poco mal, bueno; bastante mal conmigo mismo.
Terminé mi cereal para luego sentarme en uno de los sofás del living, no podía procesar lo que había pasado minutos atrás, literalmente era mi culpa, yo había causado todo eso con mis malas acciones.
Cerré mis ojos por unos momentos, inhalaba y exhalaba lentamente en un intento por relajarme, cosa que conseguí casi al instante.
Pero esa relajación provocó que cayera en un profundo sueño del cual desperté horas después.
Miré el reloj de pared solo para darme cuenta que faltaban 20 minutos para que dieran las 10 de la noche.
Sin pensármelo dos veces, tomé una rápida ducha y me alisté lo más elegante posible ya que no sabía con qué tipos de personas me encontraría en la dichosa cena.
Un traje color azul marino con unos zapatos color negro era más que suficiente, ya que son considerados como la mejor opción debido a que ofrecen innumerables ventajas, por ejemplo, su gran versatilidad.
Dejando un lado de eso, terminé de arreglarme justo cuando dieron las 10 en punto, suspiré levemente y me acomodé la corbata color rojo que me había puesto al final, para mí se miraba muy bien.
El timbré sonó, indiciando que Nayeon y su papá estaban afuera de mi casa esperándome.
Bajé las escaleras con cuidado, no quería caerme. Al estar frente la puerta la abrí tímidamente, encontrándome a una Nayeon bastante elegante y a su papá que con un apretón de manos nos saludamos.
—Buenas noches, Señor Im —Dije saludándolo con un apretón de manos—. B-buenas noches, Nayeon —Exclamé viéndola detenidamente, se veía muy hermosa.
—Buenas noches, ____ —Dijo su padre con una sonrisa de oreja a oreja.
—Buenas noches, ____ —Exclamó Nayeon abrazándome fuertemente en el acto.
—T-te ves m-muy bonita —Comenté viéndola tímidamente.
—Igual tu —Recalcó sonrojándose en el acto.
—Bueno, dejémonos de formalidades, andando —Exclamó su padre en un intento de ocultar sus celos paternales.
—¡Andando! —Gritamos Nayeon y yo al unísono.
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