
Capítulo 12
¿En dónde me quedé?
¡Ah, ya recordé!
Había acompañado a Nayeon hasta su casa. Ella vivía en un lindo vecindario lleno de gente amable, había una fuente en medio del vecindario; dando un aspecto bonito al lugar.
Dejé a Nayeon enfrente de su casa, era muy tarde, por lo que en mi mente exclamé:
—"¿Ahora como regresaba a mi casa?"
Literalmente estaba perdido en la enorme ciudad, apenas conocía el camino de la escuela a mi casa, por lo que entré en pánico.
—Es mejor quedarme en casa de Nayeon... —Murmuré.
Golpeé la puerta tranquilamente, para que ella luego saliera con una mirada fulminante.
—¡¿Qué es lo... Ah, eres tú —Dijo Nayeon tiernamente al verme, ella tenía repentinos cambios de humor.
—Q-quería saber si... ¿Puedo pasar la noche aquí? —Pregunté juntando mis manos.
—P-pasar la noche en mi casa? —Exclamó sorprendida.
—Sí, es que mi casa está muy lejos —Exclamé—. Además de lo tarde que es —Agregué.
—Ohh, ya veo, pues no veo problema —Exclamó alzando de igual manera sus hombros.
—Entonces... ¿P-puedo pasar? —Exclamé nervioso.
—Claro, pasa —Dijo abriendo la puerta completamente.
—Muchas gracias, Nayeon —Mencioné a la vez que ingresaba a su hogar.
—N-no hay de que —Habló tiernamente.
Entré solo para darme cuenta de lo linda que era su casa, todo perfectamente ordenado al igual que colocado, varias alfombras en el piso junto con decoraciones extravagantes.
—¡Wow!, tu casa es espectacular —Comenté boquiabierto.
—¿Eso piensas? —Exclamó Nayeon, cerrándome la boca.
—Es lo que pienso —Mencioné volviendo a abrir mi boca.
—Pues gracias —Dijo sin más.
—¿Dónde dormiré? —Exclamé sentándome en uno de los sofás que habían en el living.
—Pues no tengo un cuarto de invitados, pero, puedes...dormir conmigo —Dijo tapándose la cara debido a la pena.
—¿D-dormir con-tigo? —Mi intriga estaba bastante sorprendida.
—Solo decía, si eso quieres está bien —Dijo secamente.
—C-creo que dormiré en el living —Mencioné a la vez que me tiraba al suelo.
—Pues está bien —Exclamó tristemente.
—¿Qué tienes? —Pregunté.
—Es que, siempre he querido dormir con alguien —Dijo siendo sincera.
—Está bien, dormiré contigo —Exclamé levantándome del suelo.
—¡Yu pi! —Mencionó a la vez que saltaba como una niña pequeña.
Luego de eso, ambos subimos a su habitación. Nayeon abrió la puerta de su cuarto dejándome entrar en él, su cuarto estaba bastante ordenado, bonito, y con un peculiar aroma a fresas.
De repente, miré un micrófono junto a un piano en la esquina de su habitación.
—¿Te gusta cantar? —Me sorprendí.
—No me gusta, me encanta —Dijo Nayeon sonriendo de oreja a oreja.
—Yo también, sueño con ser un artista exitoso —Exclamé, dejándola impactada.
—¿De verdad? —Me miraba mientras me daba el micrófono.
—Sí, solo que a mí me gusta mucho el Rock —Dije, impresionándola aún más.
—Yo solo conozco a The Beatles —Comentó.
—Eres muy novata —Exclamé con una sonrisa.
—¿Has cantado alguna canción en coreano? —Me preguntó.
—No, solo en español —Alcé los hombros, causándole otra impresión.
—Cada día me sorprendes más —Dijo a lo cual me sorprendí.
—G-gracias, supongo —Agradecí con una reverencia.
—¿Sabes tocar el piano? —Dijo llevándome hacía dicho instrumento.
—No tanto, pero se algo —Me senté en la silla que estaba enfrente del instrumento.
—¿Podrás tocar unas notas aunque sea? —Su emoción e interés se hacían notar.
—Haré mi mayor intento —Exclamé empezando a tocar las primeras notas.
Mi destreza en el piano no era mucha, Dahyun nunca me había enseñado a tocar el piano, solo sabía tocar la guitarra, pero no me importaba.
Me creía el gran Mozart, un gran artista reconocido soñaba con ser, alguien que fuera la envidia de los demás, alguien digno de admirar, alguien que fuera importante para los demás.
Terminé de tocar de un segundo para otro, mi frente sudaba demasiado, a tal grado que Nayeon se preocupó.
—¿Estás bien? —Preguntó Nayeon preocupada.
—Sí, estoy mejor que nunca —Suspiré debido a lo cansado que estaba.
—¿Seguro? —Me miró no muy convencida.
—Sí, me emociono muy rápido —Dije acompañado de las carcajadas de los dos.
—¿Quieres ver una película? —Exclamó juntando sus manos.
—C-claro, no hay problema —Contesté nervioso.
—¿Te gustan las películas románticas? —Habló sacando un estuche de discos.
—U-un poco, ¿Por qué la pregunta? —Pregunté al final lo obvio.
—Quería saber si gustas ver una película de amor —Dijo sonrojándose mientras decía esas palabras.
—Muy bien, veámosla —Dije levantándome de la silla.
—¡Qué bien! —Exclamó saltando como niña pequeña.
—La película se llama: "Mi Perdición" —Siguió ella, sacando de un estuche aquel disco.
Nayeon puso el disco en el reproductor de su televisión iniciando así la película, y terminando con nosotros llorando desconsoladamente.
—¡¿Por qué no te la llevaste, amigo?! —Exclamé en un mar de lágrimas.
—¡Se hubieran ido juntos! —Exclamó Nayeon llorando en mi hombro.
Lloramos como niños chiquitos por varios minutos, hasta que Nayeon decidió apagar la televisión debido a que era muy tarde.
—Ya es hora de dormir, son las 2 de la mañana —Exclamó tras ver su reloj de pared.
—Es cierto —Dije acostándome en la alfombra mientras me tapaba con una sábana, bastante cómoda.
—Duerme bien –Habló para luego apagar la lámpara que estaba en su mesa de noche-.
—Que descanses —Exclamé procediendo a dormir.
Otro día más...
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