El sol golpeaba a través de
la ventana pero no daba el
mínimo calor, el frío que
hacía monopolizaba todo el ambiente.

Escuchaba al maestro
hablar y hablar pero no le
prestaba la más mínima
intención, Chris tenía
mejores cosas que hacer.

Por ejemplo, observar
el trasero del maestro el
cual se marcaba en sus
entallados pantalones.

Observaba con detalle la
forma de su sonrisa, su tono
de piel, sus ojos brillantes
y el color de sus labios, la
forma de su cuerpo, entre
otras cosas.

Kim seungmin, el nuevo
maestro de la prepa. Es
amable, encantador y
paciente, un amor de
dios pero, también era
terriblemente sexy y
Coqueto.

O al menos así lo veía Chris.
Y otros chicos más.

El timbre se escuchó
y los alumnos fueron
abandonando el aula, todos menos Chris quien tomo su mochila y se coloco frente al escritorio de seungmin,
quien estaba guardando las Cosas en su maletín.

-¿Pasa algo Chris? - Se
detuvo el chico de cabello oscuro con mechas rubias.

Christopher lo miraba
con detalle, seungmin era
más pequeño en tamaño,
era menos musculoso,
era en todos los sentidos más pequeño.

Eso le daba cierta gracia al
pelinegro.

- No es nada, que tenga un
buen día. -

El pelinegro
camino hacia la puerta.

-Que tengas un buen
día Chris. - Respondió
amablemente el maestro.
Chris sonrió y se alejo
caminando.

- No tan bueno como
su culo.-

Soltó el chico mientras encerndía un cigarrillo para después dirigirse hacia la puerta.

No le gustaba la escuela.
Pero amaba tener su última
clase con él. Amaba saber
que lo último que vería
en el día sería a ese lindo
maestro que lo traía lo que
le sigue de loco.

Que tal?