Do you love me?
La miro de reojo y sigo distanciada, aunque estamos en su casa luego de un largo debate de en donde nos deberíamos quedar, sigo enojada, en realidad es una rara sensación la que todavía no puedo sacar de mi cabeza, me siento demasiado estresada y la verdad es que me hubiera gustado irme sola a alguna parte para reflexionar, tengo que meterme en la cabeza que es libre de hacer lo que desee, porque es soltera y yo solo soy alguien que está confundido, así que todo debería ir como es, puede que esté así porque la chica con la que hable me metió cosas en la cabeza.
Eso explicaría muchas cosas.
Se me intenta acercar pero yo solo me separo un tanto incómoda, abre la puerta y suelta un largo suspiro, gracias a eso me siento un poco más relajada pero aprieto los puños y paso a su lado, en el momento que piso la casa, escucho que alguien cierra la puerta con fuerza y que me toma de la cintura acercándome a su rostro de una forma tan peligrosa que hace que trague saliva, esta no es la chica que vi hace un par de horas.
— me vas a decir ahora... —, ha estado de insistente preguntándome el por qué de mi cambio de humor,— y no es una pregunta, es una orden —, dirijo la mirada a sus ojos y me muerdo el labio inferior con enojo, no quiero que se acerque así a mi porque eso me hace sentir débil,— sé una niña buena y dime...¿Qué te pasa? —, las cosas comenzaron a cambiar desde hace tiempo y me refiero a que he estado pensando en ello cuando nunca lo creí.
Aún así me rehuso a decirle algo tan importante porque si lo hago me irá mal y yo no quiero eso,— no es tu problema que me pase —, puedo ver en sus ojos enojo pero hay algo más, no la entiendo, quiero hacerlo, pero no la entiendo,— además te veías muy feliz y de la nada estás de tan mal humor —, me separo.
— la que estaba así eras tú —, esa risa sarcástica, quiero borrarla de un golpe,— ¿qué te pasa? —, es tan tonta que no se da cuenta de lo evidente.
— no me pasa nada —, susurro y le doy la espalda, no quiero ni mirarla a los ojos, prefiero no hacerlo porque si lo hago se dará cuenta que es lo que me sucede.
— ¡Que me digas que te pasa! —, no le permito ni voy a permitirle a nadie que me grite de esa forma, cuando estoy por darme la vuelta vuelvo a sentir las manos en mi cintura y como choco contra su cuerpo,— por favor bebé, dime —, los apodos me vuelven débil, todo lo que tiene que ver con ella me hace sentir así.
Mi labio inferior tiembla, no sé si es enojo o dolor pero me siento rara,— ¿Por qué dejaste que él te tocará así? —, admito y suelto un largo suspiro, después de que nos besaramos las cosas empeoraron, Yoongi ese estúpido hizo hasta lo imposible para tocarla y lo peor es que parecía que no se daba cuenta que lo que hacía estaba mal, él seguía como si nada y Tzuyu también, como si fuera lo más normal del mundo.
Yo solo veía cada una de las cosas que pasaban porque no podía decir ni hacer nada ya que solo somos amigas, pero me dolió,— eso es normal —, claro que no lo es y no lo será nunca, ese tipo de cosas solo llevan a cosas mil veces peores.
— no es normal —, la aparto y apoyo en el mueble,— nada de eso es normal —, asiente sin decir nada, me está mirando directamente a los ojos a saber qué es lo que me quiere decir.
— puede que se haya pasado, mañana le diré y ya, solo estaba ebrio —, me acorrala contra el mueble y sonríe, detesto que haga ese tipo de cosas mientras estoy enojada,— No te enojes, bebé —, se acerca a mi cuello y lo acaricia con sus labios, aprieto los dientes al igual que los párpados, todo esto que está pasando me está llevando a un punto en el que sé que es lo que pasará.
¿Realmente estoy preparada para montarme en el mismo barco?.
Ninguna de las veces que lo he elegido me ha ido bien y la verdad es que no tengo idea sí esta será la buena,— cuando las personas se enojan, está feo —, baja las manos por mi espalda y jadeo, soy débil ante ella, cada cosa que haga enciende cada parte de mi cuerpo, tal vez sea el alcohol que me está obligando a saltar en éste abismo interminable de decisiones apresuradas no todo el tiempo acertadas,— sé que quieres exactamente lo mismo que yo —, me mira de reojo y yo hago lo mismo, nuestras miradas se conectan.
— no sé de qué estás hablando —, mete las manos en el suéter y acaricia mi abdomen, obvio que sé de qué está hablando pero entre más tonta me haga será mejor, en algún punto va a detenerse o algo por el estilo y todo esto se va a olvidar, su dedo indice juega con el principio del sujetador mientras que el pulgar acaricia la piel con sumo cuidado y delicadeza.
— a ver... —, se acerca y sonríe,— tu piel se erizo, ¿te gusta lo que hago? —, trago saliva con lentitud y frunzo las cejas, claro que me gusta pero tengo que hacerme la fuerte, esto va a acabar mal si seguimos así,— sé muy bien cada una de las cosas que te gustan —, fue mala idea hablar de eso aquel día,— y quiero hacerlo —, me da la vuelta, mi pelvis choca contra la parte trasera del mueble y mis ojos van directo al espejo que hay encima del televisor, eso es raro pero no diré nada.
— ¿quieres hacerlo? —, jugueteo un poco antes de gemir al sentir como mete la mano en mi pantalón.
— ¿crees que no he pensado en esto? —, apoyo las manos en el mueble,— cuando me besas —, siento sus labios en mi cuello, rozando esa razón tan sensible,— cuando me tocas —, pasa la lengua detrás de mi oreja —, ningún ser humano podría no pensar en cogerte —, trago saliva,— agradezco ser la que ahora mismo lo haga —, mira hacia el espejo y conectamos miradas,— si me lo permites —, ¿debería o no debería?.
Me da la vuelta, por fin quedamos frente a frente nuestros labios a centímetros, estoy a punto de lanzarme al vacío,na ese que prometí que no me lanzaría, no por ahora porque las cosas son recientes, pero aquí estoy debatiendome entre besarla o alejarla y pensar con la cabeza fría toda la situación.
— Tzu —, digo antes de unir nuestros labios, a la mierda todo, solo quiero que me toque, he deseado este momento desde hace un tiempo y aunque me sentí mal porque en mi mente hubieran imágenes subidas de tono, no puedo negar que cuando estaba sola en casa, me tocaba pensando que era ella quien lo hacía, que sus largos dedos estaban dentro de mi y que me besaba, que la distancia que he querido tener entre nosotras simplemente desaparece y se siente entonces...
Supongo que vivirlo no estaría para nada mal.
Acaricio su espalda y le intento subir la blusa pero sus manos me impiden que siga moviendo las mías,— a la habitación —, murmura sobre mis labios y asiento, dando la vuelta como si fuera un robot y caminando directamente hacia donde dijo,— más obediente de lo que pensé —, mi corazón va a mil por hora, siento que se me va a salir sobre todo cuando entro y escucho como cierra la puerta detrás de mí, intento contener todo lo que estoy sintiendo pero cuando me empuja a la cama y se acomoda entre mis piernas, justo ahí.
Pierdo el total control de toda mi anatomía y se la cedo, como si de la nada me volví completamente suya.
— bebé —, conectamos miradas,— ¿segura que quieres hacerlo? —, asiento, aún con todo lo que está pasando sigue siendo más cuidadosa de lo que pensé que sería,— me gustaría que contestarás con palabras —.
— si, estoy segura —, mi voz tiembla pero es porque, Dios estoy tan caliente y quiero que haga algo.
Sonrío y ella hace lo mismo, se acerca y vuelve a besarme, no sé, es que no tengo ni la menor idea de cómo explicar lo que se siente que me bese, el sentir sus labios dulces sobre los míos, es tan delicada pero a la vez ruda, hace que, por muy cliché que suene, toque las nubes, todos los ruidos que no sean emitidos por ella dejan de tener importancia y me centro en lo bien que es estar a su lado, en este caso debajo suyo.
Llevo las manos a sus hombros acercándola lo más posible, el pensar que todo esto es real, no me cabe en la cabeza, a veces siento que estoy en un sueño muy bueno y del cual no quiero despertar, pero tengo miedo de abrir los ojos y que nada sea real, que esté en mi habitación viendo el techo lamentandome por todo.
— me encantas —, paso lentamente la lengua por su labio inferior al escuchar lo que me acaba de decir, abro las piernas y desabrocha el pantalón,— eres lo más hermoso que existe —, la rapidez con la que lo quita es impresionante,— Dios, Sana —, abro los ojos alertada,— estás tan mojada —, aprieto los dientes intentando aguantar la vergüenza y lo que siento en mi pecho.
— es por ti —, murmuro,— así que por favor... —, muerdo mi labio inferior el cual tiembla levemente,— haz algo —, nunca pensé que iba decir una cosa de tal magnitud, su sonrisa se agranda y vuelve hacia mi, desliza la mano por mi vientre, gimo cuando clava con cuidado las uñas en mi piel.
— eres tan sensible —, subo las manos a sus mejillas y las acaricio, espero que de verdad sea rapida porque la necesito, quiero que lo haga,— ¿quién iba a decir que una chica como tú me iba a pedir algo así? —, suelta una pequeña carcajada y juega con el filo de la ropa interior, muerdo mi labio inferior con fuerza, necesito que me toque, ¿por qué es así?.
— Tzuyu —, digo en un jadeo, se acerca y muerde mi cuello, suelto otro gemido, esta vez una mezcla entre dolor y gusto,— por favor... —, gruño cuando dejo de sentir el, no tan divertido, jugueteo de sus dedos en mi vientre.
— por favor... —, niega con la cabeza y lame justo en donde mordió, me estremezco y suspiro, si, me está llevando al límite y lo único que quiero es que meta los putos dedos,— por favor ¿qué? —, parpadeo con lentitud,— primero hay que quitarte el suéter —, sonríe, puedo notar que lo está disfrutando, me siento y veo como lo hace, sus ojos se clavan en mis pechos y se muerde levemente el labio,— vamos, dime ¿qué quieres? —, trago saliva, me siento muy descubierta, por alguna razón quiero cubrirme.
— pu-pues —, frunzo las cejas, ¿en dónde está la Sana dominante?, ¿qué es este manojo de nervios?.
— la pequeña Sana siente vergüenza —, me quita el bra en menos de dos segundos, mis manos directamente van a mis pechos y los cubro,— bebé, si no quieres hacerlo ya sabes que podemos parar —, claro que quiero solo estoy aturdida,— Sana, eres perfecta así que no debes taparte —, se acerca y me abraza, el roce de su cálido cuerpo contra mis pezones me hace jadear,— cada parte de ti me gusta —, mi corazón late con fuerza al escuchar lo que dice,— me gustas much todo de ti —, mis ojos se llenan de lágrimas y antes de decir algo sus labios se posan sobre los míos, sin moverse, como si eso fuera la prueba de si quiero algo o no.
Cierro lentamente los ojos y con un simple movimiento le doy la libertad de hacer lo que desee conmigo, porque es lo que quiero, deseo que me toque y me haga suya, aunque sea una vez.
Me apoya contra el colchón, sus manos sosteniendo todo mi cuerpo y sus labios bajando hacia mi cuello, es lo que hace que realmente toque el cielo, murmura algo contra mi piel pero no logro entender con claridad, tal vez por mis jadeos o porque no he dejado de frotarme contra su pierna, algo me está impidiendo escucharla por completo,— quiero que estés como yo —, digo y se aleja, al caer completamente en la cama, veo como comienza a quitarse la ropa con una rapidez que no parece humana.
— listo —, volvemos a la misma posición y yo lo único que no puedo dejar que se vaya de mi cabeza, es su hermoso cuerpo desnudo frente a mí,— ahora se sentirá mejor cuando te frotes —, suelta una risita y baja a mis pechos, decir que no se sintió bien cuando metió uno a su boca y lo chupo con ímpetu, es una mentira, arqueo la espalda buscando más cercanía de su boca contra mi piel y gimo, casi un grito sale de mis labios en el momento en el que roza sus dientes, está siendo tan jodidamente lenta en todo pero me encanta.
Por alguna extraña razón eso me hace sentir segura, cambia de pezón sin dejar de verme a los ojos y sonríe con ellos, se ve más feliz que un niño cuando se le da un dulce, no puedo evitar sonreír hasta que jala con sus dientes y vuelvo a gemir.
— esto ya no sirve —, engancha un dedo en las bragas y las rompe, sin esfuerzo, lo peor de todo es que no se por que pero me había puesto mis favoritas,— eres tan hermosa —, lo dice como si ella no lo fuera, niego con la cabeza y la acerco.
— tu eres la hermosa —, sonreímos y volvemos a besarnos esta vez con más cuidado, sus labios son suaves y cálidos, siento que nos conectamos en un segundo, como si estuviéramos hechas la una para la otra.
Vuelvo a sentir su mano deslizándose por todo mi cuerpo hasta llegar a mi vientre, pero esta vez no se detiene en un juego previo que me roba el aliento, si no que va directo, la punta de sus dedos roza mi entrada, es inevitable para mi no morder su labio, se aleja un poco y mira hacia abajo,— estás empapada —, dice antes de introducir lentamente los dedos, la forma en la que lo hace me hace gemir y fruncir las cejas, es como si algo acabará de explotar en todo mi cuerpo, tiemblo y suelto un gemido muy agudo,— amor, aprietas mucho —, ladeo la cabeza a un lado y asiento,— me encanta —.
Mis anteriores parejas siempre se quejaban de ella pero parece que a ella le gusta, ¿se puede ser tan perfecto?.
— Tzuyu —, nunca pensé que llegaría el día en el que gemir su nombre fuera la único que quisiera hacer, en cada movimiento de sus dedos siento que estoy tocando el cielo, la forma en la que lo hace es magnífica, sé que las personas tienen distintos métodos pero nunca había llegado a sentir ni la mitad de lo que me está haciendo.
Va suave, rápido, fuerte, lento, en círculos, luego los abre y va lo más profundo que pueda, roza cada centímetro.
Agradezco que sepa la diferencia de fuerza y velocidad que muchos creen que es lo mismo.
— Sana —, escuchar como jadea en mi oído y gruñe cada que le aprieto los dedos, me está llevando al infierno, esto es un sube y baja de sentimientos y sensaciones.
— sigue así —, muevo las caderas contra sus dedos y echo la cabeza hacia atrás, se siente tan bien, todo lo que hace es tan malditamente perfecto que voy a enloquecer,— mierda —, mascullo por lo bajo y me muerdo el labio con fuerza, quiero terminar, necesito hacerlo lo más rápido posible si no voy a enloquecer,— rá-rápido —, pido y es exactamente lo que hace, acelera una barbaridad, me aferro de su cuerpo intentando buscar algo en lo que sienta que no voy a morir.
— Sana —, gruñe y besa mi hombro,— te amo —, gime en mi oído y me quedo estática, ¿a caso escuché bien?.
— Tzuyu —, gimo aún más fuerte que ella para no escucharla, esto no está yendo como debería.
Mi corazón late con mucha fuerza y mis muslos se tensan, si así es como se toca el cielo, puedo decir que es lo mejor del mundo.
— sé que lo quieres —, sonríe contra mi pecho,— termina para mí —, el simple hecho de escuchar que me lo pida así, hace que lo haga, todo mi cuerpo se estremece y se me escapa un fuerte gemido que de seguro los vecinos escucharon.
Abro un poco los labios debido a lo fuerte que succiono sus dedos, sigue moviendolos, más lento y suave que antes,— Di-Dios —, tartamudeo y por fin me dejo caer en la cama.
— ¿te sientes bien? —, vuelve a ser la misma Tzuyu de siempre, deja pequeño besos en mi cuello, quisiera poder sonreír ante eso pero mis ojos se llenan de lágrimas al recordar.
— Tzuyu —, digo y trago saliva,— ¿me amas? —, y todo lo lindo de la nada se va.
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