Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 48 ''Frágil''

Hola(?) Sí, soy yo después de tanto tiempo(?) ( ͡° ͜ʖ ͡°)/ *comienza a sonar ''Hello'' de Adele (?)* vale, no x'D

Bueno, por dónde empiezo siquiera(?) *suspira* Los que habéis leído el mensaje que dejé en mi perfil, sabréis más o menos que me ha pasado, pero los que no, que seguramente seréis la gran mayoría, trataré de contaróslo lo más resumido posible.
¿Por qué no he publicado hasta ahora? Son muchas razones, pero las principales son que no fue hasta hace unas semanas que me dieron vacaciones. He estado ocupad@ con los estudios y no tenía tiempo de escribir. Aparte de eso, desde hace un tiempo ya, sufro de estrés (Debido a los estudios, a escribir y unas cuántas cosas más), y ese mismo estrés se fue acumulando hasta que finalmente exploté. Necesitaba tiempo fuera de Wattpad. El estrés me impedía escribir y necesitaba un respiro. Realmente me encontraba mal.

No puedo dar más razones, porque esto se haría demasiado largo, pero espero que me entendáis. Siento mucho haber tardado tanto y me disculpo a los que haya podido preocupar con mi ausencia.

Y una cosa más. No puedo prometer que esto no se volverá a repetir. Lo más seguro es que ocurra más veces. Pero a lo que quiero llegar es que aunque tarde media vida en actualizar ''Online'' o cualquier otra obra mía no significa que las vaya a abandonar. No, nunca. Jamás las dejaré de escribir/abandonaré a menos que pase algo sumamente grave. Con esto solo quiero decir que me tengan paciencia. Los que me piden que actualice me ponen bajo presión y se me hace TODAVÍA más difícil poder escribir.

Ahora, respecto al capítulo, al igual que el 42, es uno de los capítulos más largos de ''Online''. Incluye unas 8000+ palabras. No sé exactamente como me ha quedado el capítulo, pero espero que penséis que la espera ha valido la pena(?)

La canción del capítulo es ''The Frail'' de ''Nine Inch Nails'' uno de mis grupos favoritos(?) Recomiendo que la escuchéis, cuando lleguéis a la parte ''indicada'' :^)

-La foto del capítulo es un conjunto de icons de los personajes pricipales en forma chibi ( ͡° ͜ʖ ͡°) (Riley, Derek, Red e Ian). Los dibujos están hechos por Bern, por supuesto(?)

------------------------

RILEY

-¿Así que aquí querías traerme?

-Sí, ¿sorprendido? -Una sonrisa casi imperceptible se asomó por sus labios.

-¿Al sótano de tu casa dónde probablemente estén guardados los cadáveres de las víctimas de tu padre? Para nada. No creo que haya un lugar más romántico que este -concluí sarcástico, sonriendo ladeado. Red soltó una carcajada.

Tan solo estaba disimulando mi desconcierto con comentarios sarcásticos. En realidad me encontraba absolutamente confundido. ¿Qué hacía aquí? ¿Qué hacíamos los dos aquí? ¿Por qué de todos los lugares posibles me había traído aquí Red? ¿Qué es lo que tenía que enseñarme en el sótano de su casa?

-Oh, vamos... -rodó los ojos-. Claro que no iba a traerte aquí si el sótano funcionase como un depósito de cadáveres.

-¿De verdad? Es una pena -lancé un largo suspiro, haciéndome el desanimado -. Y yo que pensaba que podía esconder la cabeza de alguno de ellos debajo de la almohada de Vladimir...

-No pensé que tuvieras una mente tan macabra, Bambi... -sonrió burlón a la vez que sorprendido.

-Tan solo quiero asustarlo un poco -justifiqué con una risita -. De todas formas, no creo que mi mente ''macabra'' esté a la altura de la tuya o la de tu padre... -diferí con cierta ironía, susurrando esto último para mí mismo.

Red encendió el interruptor de la luz y bajé las escaleras seguido de él, nervioso y también ansioso por saber que podía guardar aquel sótano o qué era lo que guardaba. Una vez que terminé de bajar el último escalón, giré mi mirada a todos lados, inspeccionando el lugar.
El sótano no era nada parecido a los de las películas de terror. No parecía esconder algún objeto maldito ni tampoco un cadáver. Es más, curiosamente, tenía un diseño moderno. Hasta el punto de incluso parecerse a otra habitación más de la casa. Las paredes eran de un color blanco y el suelo aunque de madera, esta, era nueva y tenía un aspecto impecable. Justo al lado de las escaleras había un televisor de unas 70 o 60 pulgadas colgado en la pared, un largo sofá de color negro en frente y en medio había una mesita de cristal. Más al fondo se hallaba una mesa de billar, varias estanterías llenas de libros y CD'S y una especie de mini-cocina repleta de licores.

Bueno, supongo que no era extraño considerando lo adinerado que es el dueño de la casa. Lo más probable es que hayan remodelado el sótano. Pero, ¿por qué? No parece haber sido usado en un largo tiempo...

-Cómo podrás haber imaginado ya... Nadie ha pisado este sótano desde hace mucho. Nadie, excepto yo mismo -empezó Red, dejando escapar una sonrisa mordaz.

-¿Es algo parecido a tu lugar secreto? -supuse con una sonrisa cómplice.

-Algo así... -repuso en un tono medio dudoso-. Solía venir aquí a tocar la guitarra eléctrica sin que nadie lo supiera.

-¿La guitarra? -cuestioné perplejo -. ¿No se supone que habías dejado de tocar?

-Lo hice -reafirmó con una sonrisa ante mi perplejidad -, pero... desde que me pediste que tocase para ti... recuperé las ganas de volver a tocar la guitarra. Y creo... que en parte se debe gracias a ti.

-¿Gracias a mí? -abrí los ojos sorprendido, sintiendo mi corazón acelerarse.

-Cuando mi madre falleció dejé de tocar la guitarra porque el hacerlo me recordaba a ella... -pausó brevemente-. Mi madre había sido la que me había regalado la guitarra y también fue la única persona que me ánimo a continuar tocando, sabiendo cuánto me apasionaba. Aunque ahora... ya no me siento de esa manera. Ya no lo veo de ese modo. Porque cada vez que toco la guitarra, pienso en ti... -confesó, mirándome directamente a los ojos y tomándome de la mano.

Noté mis mejillas acalorarse y bajé la mirada apenado, soltando una risa nerviosa.
¡Joder! ¿Cómo podía decir todo eso sin sentir vergüenza alguna...? Pero... realmente me sentía feliz... Estaba feliz de ser su motivación y la razón por la que había vuelto a tocar. Y también estaba feliz porque mis palabras de aquella vez le habían alcanzado.

Aquellas simples palabras habían ayudado a que Red reconsiderara volver a tocar.
Una pequeña sonrisa que no pude disimular se formó en mis labios.

-Entonces... ¿Me has traído aquí para tocarme?

Red dejó escapar una risa.

-No de esa manera exactamente -insinuó con una sonrisa sugerente -, pero ya tendremos más tiempo después para que te toque...

-¿O-Otra canción dedicada a mí? ¿La has escrito tú? Me siento honrado... -solté sarcástico, en un intento de disimular mi sonrojo.

Él asintió con la cabeza, reteniendo una risa más, y acto seguido sacó de un pequeño armario del sótano su guitarra eléctrica -que al parecer ya no guardaba en su habitación -.
Entonces, se alejó unos cuántos pasos de mí y tras enchufar la guitarra al amplificador, comenzó a tocar y a cantar las primeras letras.

Me senté en el sofá y mi boca se entreabrió instintivamente de la sorpresa a medida que fue cantando.
Me encontraba absolutamente maravillado, no, fascinado. Desde el primer momento en que la letra junto a la melodía y su voz llegaron a mis oídos, me sentí cautivado.

No era la primera vez que lo había escuchado tocar y cantar, y sin embargo, sentía como si de verdad lo fuera. Nuevamente, sin haberlo previsto, me perdí completamente en su canción.

He shines (Él brilla)
In a world full of ugliness (En un mundo lleno de fealdad)
He matters when everything is meaningless (Él importa cuando nada tiene sentido)

Fragile (Frágil)
He doesn't see his beauty (Él no ve su propia belleza)
He tries to get away (Él intenta alejarse)
Sometimes (A veces)
It's just that nothing seems worth saving (Simplemente nada merece salvarse)
I can't watch him slip away (No puedo verlo desaparecer)

I won't let you fall apart (No dejaré que te derrumbas)
I won't let you fall apart (No dejaré que te derrumbas)
I won't let you fall apart (No dejaré que te derrumbas)
I won't let you fall apart (No dejaré que te derrumbas)

He reads the minds of all the people as they pass him by (Él lee la mente de todos aquellos quiénes pasan por delante de él)
Hoping someone can see (Esperando que alguien pueda ver)
If I could fix myself I'd -- (Si pudiera arreglarme lo...)
But it's too late for me (Pero es demasiado tarde para mí)

I won't let you fall apart (No dejaré que te derrumbas)
I won't let you fall apart (No dejaré que te derrumbas)
I won't let you fall apart (No dejaré que te derrumbas)
I won't let you fall apart (No dejaré que te derrumbas)

We'll find the perfect place to go where we can run and hide (Encontráremos el lugar perfecto al que podamos ir y escondernos)
I'll build a wall and we can keep them on the other side (Construiré un muro y los mantendremos al otro lado)
... but they keep waiting... (Pero ellos esperan)
...and picking... and picking... and picking... and picking... (E intentan tumbarla(?))

It's something I have to do (Es algo que debo hacer)
I won't let you fall apart (No dejaré que te derrumbas)
I was there, too (Yo también pasé por lo mismo)
Before everything else (Antes de nada)
I won't let you fall apart (No dejaré que te derrumbas)
I was like you (Yo también fui como tú)
I won't let you fall apart (No dejaré que te derrumbas)

-¿Eras como yo...?

-No hay ningún significado oculto. Es exactamente lo que estás pensando-explicó en forma de acertijo Red -. Aunque no lo creas yo también fui una vez un niño inocente e ingenuo como tú. Pero ya hace mucho de eso...

¿Inocente? ¿Yo? Bueno, quizá en parte sí lo era...
Había muchas cosas que desconocía, después de todo. En comparación con Red, se podría decir que no sabía nada de la vida.
El mundo en el que Red vivía era lejano y desconocido para mí. No lo entendía y probablemente... nunca lo haría.

¿Por qué cambió Red? ¿Qué o quién le hizo cambiar y tomar esa clase de vida?

-¿Qué fue lo que te pasó, Red?

Red sonrió de lado.

-No sé si esa sea la pregunta adecuada...-rebatió-. Mi padre... él me obligó a entrar al mundo de la mafia desde muy pequeño. Eso, obviamente, tuvo un gran impacto en mi personalidad y en mi estilo de vida. Al principio tenía miedo. Mis manos y todo mi cuerpo temblaban al sólo tener una arma en mis manos. No entendía porque tenía que hacer lo que me mandaba mi padre. Y por qué él también lo hacía. Siempre que le preguntaba su respuesta era la misma. Esto era un ''negocio familiar'' que había sido pasado desde su abuelo hasta él. En otras palabras; Una herencia. No lo entendía. No entendía nada. Aun así, obedecía todo lo que ese bastardo me ordenaba porque no estaba seguro de sí se apiadaría de mí a pesar de ser su propio hijo. Viví mis días de terror, amenazando, golpeando, destrozando y arrebatando la vida de muchas personas. Inocentes y no inocentes. Perdonando la vida solo a mujeres y niños. Niños de casi mi edad o menores que yo. Siempre me preguntaba cuando iba a acabar esto. Me preguntaba constantemente sí la única manera de librarme de aquel infierno era sí acababa con mi propia vida o la de mi padre, pero entonces... ocurrió aquella tragedia.

-¿La muerte de tu madre...?

-Sí... -asintió débilmente Red -. Pero no fue una muerte debido a circunstancias naturales. O por una enfermad terminal. Ni tampoco un accidente. Fue un homicidio.

-¿Q-Qué? -logré murmurar con la voz entrecortada. Una sensación de pánico me invadió y sentí un frío sudor recorrer mi frente.

-¿Sorprendido? Bueno, no te culpo -dijo en un susurro y con una sonrisa fingida Red -. Te mentí acerca de la razón de su muerte. Ah... En verdad... Te he mentido tantas veces... Realmente lo lamento... -Se forzó a reír pesaroso.

-Lo sé. Y todavía te guardo resentimiento por eso...-lo miré fríamente por un momento-. Lo que me estabas ocultando no era cualquier cosa. No era un pequeño secreto. Me estabas ocultando el hecho de que eres un asesino. Un maldito asesino. Pero... cuando te pregunté por qué me lo ocultaste todo aquel tiempo, me dijiste que tenías miedo de perderme y te creí. Te creí porque yo también comparto el mismo miedo y porque tus ojos y tu expresión reflejaban lo sincero que estabas siendo conmigo en aquel momento. Sin embargo, no te perdoné. ¿Por qué quién soy yo para perdonarte? No soy la jodida personificación de la bondad. Y no es como si pudiese perdonar los crímenes que has cometido tampoco. Simplemente decidí aceptarlo. Aceptarte tal y como eres, porque te amo. Y sé que sí eres un mafioso es por alguna razón. Y ahora si me permites hacerlo... ¿Podría preguntarte cual es esa razón? ¿O acaso vas a evadir la pregunta cómo siempre? ¿O tal vez... vas a mentirme de nuevo?

Red frunció ligeramente el ceño y se mordió el labio inferior, chasqueando la lengua y apretando el puño con fuerza. Sonreí mentalmente satisfecho. Genial. Lo tenía totalmente arrinconado.

No quería que hubiesen más secretos entre nosotros o más mentiras. Quería saber sobre Red. Quería saber de su pasado, de su razón, de su cambio... Quería saber todo acerca de él.

Aunque tuviese que llegar a torturarlo para sacarle la verdad.

''RE:, ¿por qué no mejor desapareces por un largo tiempo?''

''Oblígame''

''En realidad eso es justamente lo que estoy haciendo, ¿sabes?''

''Puedo tomar control sobre ti cuando me dé la gana. Porque sigo siendo tú. Y tú sigues siendo yo''

Aunque no me agradara en lo absoluto admitirlo... aquello era totalmente cierto. RE: era mi alter-ego. Mi otro yo. Era mi segunda personalidad que yo mismo había creado a partir de mi usuario de ArkForce. RE: era mi completo opuesto y definitivamente alguien que no aspiraba a ser.

Y sin embargo, por muchas veces que RE: me hubiese metido en líos, en el pasado, varias veces él había sido quién me sacó de ellos. RE: era el único que me había defendido de Derek y otros matones aunque solo fuese con comentarios humillantes. Y gracias a RE: fue como hice que Red se interesara por mí.

Aunque, bueno, en aquel entonces yo no tenía idea alguna sobre eso último...

-Pfft, ¿qué diablos es esa sonrisa tan terrorífica? -Se mofó Red con la intención de picarme -. ¿Vas a dejarme hablar o prefieres seguir hablando con tu subconsciente?

-¡Hey! -protesté ofendido -. No estaba hablándole a mi subconsciente. Era RE:.

-Lo sé, lo lamento -Se disculpó casualmente sin pizca alguna de culpa -. Mejor no hacerlo enfadar. Quién sabe... quizá me empiece a estrangular como un poseso -rodé los ojos de lo absurdo que sonaba.

Bueno... pensándolo mejor... probablemente haría algo parecido. O algo mucho peor.

-Ahora que, RE:, no está interfiriendo... -suspiró, cruzándose de brazos -. Te diré la verdad que tanto deseas escuchar. ¿Una de tus preguntas era ''Por qué cambié'', no? Mi cambio se debe a la muerte de mi madre, ¿o debería decir asesinato? Lo peor de todo, es que hasta día de hoy, todavía no sé quién fue el maldito hijo de puta. Solo sé que tiene que haber sido uno de los tantos enemigos de mi padre. Enemigos que se encuentran incluso en nuestra propia familia. O hasta podría haber sido mi propio padre. Y honestamente no me sorprendería si resultara ser el último caso. Mi madre nunca quiso a mi padre, ¿y cómo culparla? -lanzó una fría carcajada -. Aquel rechazo de mi madre hacia Vladimir es el motivo por el que aquel bastardo está tan lleno de odio y rencor.

-¿De verdad... piensas que puede haber sido tu padre? -bajé la mirada, sintiendo una opresión en el pecho.

Era extraño...

Dolía...

Me dolía que Red desconfiara tanto de su padre hasta el punto de culparlo del asesinato de su propia esposa.
Los dos habían perdido a alguien importante en su vida y solo se tenían el uno al otro. Es por eso que me dolía tanto que los dos se odiasen de esta manera. Pero... ¿Realmente era odio lo que ambos sentían el uno al otro? ¿O tal vez era solo resentimiento?

-¿Y por qué piensas que no puede haber sido él? -contraatacó secamente Red -. De todas maneras, no te estaba contando quién es el posible asesino de mi madre, sino sobre mi cambio, así que olvidémonos de ese asunto por el momento.
Cuando asesinaron a mi madre, irónicamente, me llené del mismo odio, rencor y sed de venganza que tenía consumido a mi padre y dejé de cuestionar lo que se me ordenaba... No, en realidad, mi padre dejó de ordenarme lo que tenía que hacer, porque él sabía. Había aceptado ese supuesto ''negocio familiar'' por voluntad propia por lo que ya no era más su ''aprendiz''. Podía hacer libremente lo que se me diese la gana, siempre que tuviese cuidado con no dejar pistas atrás que pudiese husmear la policía. Y eso fue exactamente lo que hice durante todos estos años. Asesinar y torturar a enemigos de mi padre y los que fuesen cercanos a ellos, ya fueran amigos o familia, saciando de esa manera el inmenso odio que tenía por dentro provocado por la muerte de mi madre. Con el tiempo, ese odio dentro de mí fue apaciguándose al igual que mi propósito para seguir haciendo lo que hacía. Simplemente consideré que ya era demasiado tarde para echarme atrás. Esta era mi nueva vida. Era a lo que estaba acostumbrado. Y tampoco me atraía mucho la idea de amanecer dormido con los peces si abandonaba la mafia de mi padre...

-Entonces... fue la propia mafia quién te corrompió...

Red sonrió como si le hubiese divertido mi respuesta.

-A cualquiera le corrompería esa mierda... -susurró-. Es por eso que tengo miedo que a ti también te pase lo mismo. Y que yo o mi padre seamos los causantes de ello.

-¿Qué te hace pensar eso? -pregunté sin entender que le hacía pensar aquello.

-¿No te acuerdas de la vez que me seguiste? ¿O de la vez en la que tú y aquel bastardo fuisteis atacados? -escuché decir a Red. Fruncí el ceño, llenándome de remordimiento.

Cierto... Aquella vez podría haber perdido la vida a causa de mi imprudencia. Jamás tendría que haber seguido a Red o relacionarme de cualquier manera con su padre, sabiendo que este es un mafioso. Vladimir me había protegido, pero, ¿y si la próxima vez no hay nadie quién lo haga?

Ante aquel pensamiento, tragué saliva, sintiendo un frío escalofrío recorrer mi cuerpo entero.

-Es como si estuvieses diciendo que me aleje de ti o algo parecido... -murmuré temblante, dándome cuenta de a qué quería llegar Red.

-No es como si estuviese diciéndolo... lo estoy diciendo -reafirmó con el semblante serio -. No me importa lo que me pase a mí, pero tú... no quiero ni pensar en la posibilidad de que te llegue a pasar algo por mi culpa. Y al mismo tiempo... no quiero alejarte o que te alejes de mí. Porque te amo y porque eres lo único que me mantiene cuerdo en este mundo de locos. ¿Sueno como un maldito egoísta, no? -rió levemente.

Sin decir nada, me acerqué a él y cerré la distancia entre nosotros, colocando mis labios sobre los suyos.

-¿Riley...? -musitó sorprendido.

-¿Y no es el amor el que nos hace egoístas? Es perfectamente normal que pienses así -le aseguré, acariciando suavemente su mejilla -. Yo también lo hago. Cuando me enteré que eras un mafioso, al principio sentí miedo, pero luego me di cuenta que eso no cambiaba nada. Que seguías siendo el mismo Red de siempre. Puede que me hubieses mentido sobre ello, pero nunca me mentiste acerca de tus sentimientos. Y es que a pesar de lo peligroso que pueda ser estar involucrado con alguien perteneciente a la mafia, quiero seguir a tu lado. Por mucho que te niegues, no te dejaré ir. Jamás te dejaré ir, Red.

¿Ves? Yo también soy un maldito egoísta, Red.

La expresión de sorpresa en el rostro de Red fue rápidamente reemplazada por una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios.

-Supongo que los dos somos un par de egoístas, ¿eh?

-Sí -le devolví la sonrisa -. No te preocupes por mí. No puedo depender de ti siempre y no quiero que nadie vuelva a protegerme arriesgando su vida. Aprenderé a defenderme a mí mismo.

-¿En serio? ¿Cómo? -preguntó Red escéptico y con una sonrisa burlona.

-Me las apañaré de alguna forma... O eso creo...

Red lanzó un suspiro y me rodeó con sus brazos, esta vez, sorprendiéndome a mí.

-No seas terco. Sí algo llega a pasar de verdad... llámame. No importa dónde esté o que hora sea. Acudiré a ti en donde quiera que estés.

-Red, no es como si fuera una damisela en apuros -puse cara de exasperación, separándome de él -. Puedo arreglármelas yo solo. Lo que me falta de fuerza me sobra de intelecto -proclamé con una sonrisa arrogante.

Red se quedó mirándome con una cara de ''¿Estás seguro de eso?''.

-¡¿En serio?! ¿¡Es que acaso no me crees?! -manifesté indignado.

-No es que no te crea, eres un nerd, después de todo -añadió burlón-, pero a veces tus acciones me hacen dudar de esa supuesta inteligencia...

-Que sea un poco imprudente no significa que...

-¿Un poco? -Me interrumpió incrédulo Red. Chasqueé la lengua, sabiendo que tenía razón.

-Está bien, quizá bastante... -admití resignado -. El caso es que no tienes nada de qué preocuparte. Esos hombres de aquella vez iban a por Vladimir.

-¿De verdad? -quiso asegurarse Red.

-Sí. Y aunque hayan dejado al testigo libre, es decir, a mí, seguramente pensaran que un crío como yo no podrá hacer nada y que por miedo tampoco reportará el incidente a la policía. Su objetivo era matar a Vladimir no matarme a mí. Si me dispararon fue solo porque me encontraba con tu padre en ese momento y no tuvieron de otra.

Red se quedó callado durante largos segundos, evaluando y analizando todo lo que le que le había terminado de contar.

-Hablando de eso... Nunca me dijiste que estabas haciendo allí con mi padre -alzó su mirada, encontrándose con la mía. No pude evitar tensarme. Era como si estuviese mirando a través de mí.

¿Cómo podía explicarle algo tan sospechoso como eso? Estaba seguro que se reiría de mí.

-Me lo encontré de camino a tu casa y se ofreció a llevarme en su coche ya que estaba lloviendo... -bajé la mirada, esperándome lo peor.

Espera... ¿No se estaba riendo?

-¿No piensas que es extraño...? -respondió finalmente.

Por supuesto que pensaba que era extraño. Pero, aquella noche él mismo me había confesado que cambió de planes al último momento. Por cambio de planes, se refería a que me fue a buscar a mí, ¿no?

La pregunta era: ¿Por qué? ¿Acaso quería tener otra discusión más sobre mi relación con Red?

-Claro que pienso que es extraño-afirmé, sabiendo a que se refería -. Al principio yo también pensé en la posibilidad de que todo estaba organizado, pero mis sospechas se disiparon al momento de escuchar el nombre de un tal ''Ace'', que era quién había mandado a ese grupo de hombres. Además... Vladimir arriesgó su vida por mí. Para salvarme. Esa es la prueba definitiva de que no estaba planeado.

-Tienes razón en eso... Aunque hubiese una mínima posibilidad de que todo estuviese organizado, ese bastardo jamás peligraría su vida tan a la ligera...

-Ahora que eso ya está discutido... me gustaría preguntarte algo, Red...

-Dime.

-¿Quién es... Ace...?

Red se quedó perplejo y sin contestar. Era como si lo hubiese pillado desprevenido. Pero, ¿por qué? Había mencionado su nombre antes...

Aunque, bueno, antes no le pregunté de quién se trataba Ace.

-No debería decírtelo. No debería después de haberte dicho que no quería involucrarte en asuntos que tienen que ver con la mafia, pero tampoco quiero mentirte. No quiero volver a ocultarte algo nunca más...

-¿Así que sí lo conoces?

-Yo no diría que lo ''conozco'' exactamente. Tan solo he oído hablar de él. El bastardo de mi padre es el único que sabe su identidad.

-Cuéntame todo lo que sepas sobre él.

-Voy a contarte todo lo que sé, pero... Antes me gustaría saber porqué el interés -interrogó, mirándome fijamente.

-Ace es la persona que casi acaba con mi vida. ¿Cómo no iba a tener interés en saber de quién se trata?

En parte eso era cierto... Pero era también por la incertidumbre que sentía. Por alguna razón no podía dejar de pensar en la posibilidad de que ese tal Ace tenía alguna clase de conexión conmigo.

-Aparentemente, Ace, es un viejo amigo de mi padre y también alguien que le debe mucho. Bueno, mucho, es decir poco. Prácticamente le debe su vida.

-¿Qué es lo que le debe a tu padre? ¿Su alma? -me burlé, imaginándome a Vladimir como el mismísimo Diablo.

-No estoy seguro, pero viniendo de mi padre seguramente le debe una enorme cantidad de dinero.

-¿Una enorme cantidad de dinero que no le ha devuelto y por eso están en guerra? -traté de adivinar con una sonrisa socarrona.

-En realidad, pienso que va mucho más allá de eso. Escuché una vez a mi padre decir que Ace le había apuñalado por la espalda.

-Es decir, ¿le traicionó? ¿El qué era su amigo?

-No eran amigos, pero sí que eran cercanos -rectificó -. A decir verdad, yo tampoco entiendo mucho de este asunto. Mi padre se rehúsa a hablar sobre el tema. ¿Por qué le traicionó cuando él fue el que le había hecho rico de la noche a la mañana? Y no es como si no le hubiese podido devolver ese dinero ya que Ace cuenta con un negocio. Un negocio que pudo llevar adelante gracias a la ayuda de mi padre, cabe decir. Sin embargo, una vez que el negocio comenzó a prosperar, se deshizo de mi padre de la peor manera.

-¿Lo mandó a matar?

Red asintió con la cabeza, confirmando mis sospechas.

-Así es. El muy estúpido mandó a matar a un jefe de la mafia, creyendo que sería tan fácil -Se mofó.

Ya veo... Así que aquel día no fue la única vez que Ace intentó acabar con la vida de Vladimir...

-Pero, ¿por qué? ¿Es porque no quiere deberle nada a Vladimir?

-Probablemente-me dedicó una media sonrisa que no pude descifrar -. Cuando creía que no podía haber peor bastardo que mi padre, Ace, me demostró que estaba equivocado, robándose el primer puesto. Aunque, bueno, igualmente el bastardo de mi padre se lo tiene merecido.

-¿No crees que estás siendo un poco duro con él, Red? No fue solamente este... Ace quién lo traicionó. También... -Me paré en seco.

También... fue su esposa.

No había forma de decirle eso a Red. Era su madre. Además, tampoco conocía los motivos o los detalles entre ellos dos. No podía ponerme del lado de Vladimir sin saber nada.

-¿También quién...?

-¡Nada, olvídalo! -evadí, riendo nervioso.

Red me miró raro y lanzó un suspiro.

-Sí tú lo dices...

-Bueno, ¡suficiente con Vladimir y Ace! -traté de cambiar de tema y de animar el ambiente.

-Cierto -coincidió -. No te traje aquí para hablar sobre ese bastardo o rememorar el pasado -hizo mueca de disgusto.

-¿Me trajiste para pasar un tiempo a solas, no? -me acerqué a él con una sonrisa.

-Sí... -me tomó de ambas mejillas delicadamente -. Últimamente no hemos tenido muchas oportunidades de pasar el tiempo los dos solos.

-Lo sé... Han pasado tantas cosas recientemente...

Red atrapó mis labios entre los suyos, causándome el mismo efecto que su música. Sentí perderme en aquel beso.

La letra de la canción de Red todavía permanecía en mi mente. Quería hacer desaparecer todas sus preocupaciones. Asegurarle que seguiría con él pasara lo que pasara.
Quería hacer lo mismo por él. Expresarle todos mis sentimientos por él a través de una canción...

ANDREW

Ya era por la mañana. No era demasiado temprano, pero estaba seguro que no había pasado mucho tiempo desde que había amanecido. Me reincorporé sobre la cama y froté mis ojos, dejando escapar un bostezo. Bostezo que fue interrumpido brusca y repentinamente cuando mis ojos se encontraron con la persona que había estado dormida a mi lado todo este tiempo, semi-desnuda.

¿N-Niko? ¿Qué diablos hacía él aquí? Y más importante aún... ¿¡Había pasado algo entre nosotros?!

¡No, imposible! ¡Jamás olvidaría algo semejante si de verdad hubiese sucedido!

-Hey, despierta... -le susurré cerca del oído, moviéndolo con cuidado.

-Mhm... ¿Qué quieres? Todavía es muy temprano... -habló de malas ganas mientras me miraba amenazante, con un ojo abierto y el otro cerrado. Por la expresión que llevaba en este momento podía asegurar que no le había hecho mucha gracia que lo despertara. Tampoco podía culparlo. A nadie le gustaba despertarse temprano un fin de semana.

-Niko... ¿Qué clase de locura cometí ayer...? -lo miré perdido, sintiéndome terriblemente preocupado. ¿No le había forzado ni nada, no?

-¿Locura? Pero, ¿de qué estás hablando? -cuestionó desconcertado. Parecía que él tampoco tenía idea alguna de lo que estaba pasando. O más bien, de lo que había pasado.

-Quiero decir... ¿Por qué estás desnudo en mi cama? -ratifiqué, esperando que me comprendiera mejor esta vez.

Niko se quedó callado durante un largo tiempo sin expresión facial alguna en su rostro. Era como si me hubiese comunicando con él en marciano o algo parecido.

-¿En serio? ¿Es en serio? ¿¡Cómo puede un depravado como tú haberlo olvidado?! -manifestó incrédulo, reincorporándose sobre la cama él también. Se veía algo molesto por ello. O diría que... ¿Resentido? -. Es cierto que ayer te emborrachaste, pero tan solo fueron unas dos copas de vino...

-¿Entonces... es cierto que lo hicimos...? -quise asegurarme, no pudiendo creerlo todavía.

-¿¡Acaso no es obvio, jodido depravado?! -exclamó rojo de la vergüenza -. ¿Cómo puedes haberte olvidado? Maldito idiota... encima que te dije mis sentimientos... -murmuró esto último con una expresión dolida en su rostro.

Espera un momento... ¿Sus sentimientos? ¿Realmente había hecho eso Niko...? ¿¡Cómo mierda había podido olvidarme de algo tan importante?! ¡Joder, era un maldito imbécil!

-¿Tus sentimientos...? -murmuré en un hilo de voz.

-Sí... ayer cuando fui a visitarte a tu apartamento confesé que te quería. Pero al parecer... no pareció importarte mucho porque acabaste olvidándote... -susurró con una sonrisa de lado pesarosa.

-Lo siento, Niko... -lo envolví entre mis brazos, sintiendo un dolor punzante en el pecho al verlo de aquella manera por mi culpa -. No aguanto muy bien el alcohol y suelo olvidar todo al día siguiente. En este momento me siento extremadamente feliz de saber que sientes lo mismo que yo. No sabes cuánto... -susurré, uniendo mis labios con los suyos.

-¿Crees que voy a perdonarte tan fácilmente? -rompió el beso y me miró todavía rencoroso.

-¡Hey, que yo soy el que debería sentirse mal! ¿Sabes cuántas veces he soñado para que este momento finalmente llegara? ¡Y cuando por fin ocurre me olvido de todo! -me lamenté frustrado. Niko sonrió divertido, disfrutando verme sufrir.

-Lo hicimos dos veces -soltó adrede, queriendo tentarme -. En la cama y en la bañera. Una y otra vez y sin parar... -me susurró eso último al oído con una sonrisa maliciosa.

-¡Ah, cállate! -me tapé los oídos, no queriendo escuchar más. Era como si Niko me estuviese castigando por haberlo olvidado. No... ¡Definitivamente me estaba castigando! -. Si me olvidé de lo que pasó ayer... Entonces, permíteme refrescar mi memoria... -insinué con una sonrisa pícara y lo tumbé sobre la cama, colocándome encima de él.

-Ni lo sueñes, depravado -agarró una de las almohadas de la cama y me la estampó en la cara.

-¿Qué? Pero, ¿¡por qué no?! -Me quejé infantilmente, tirando la almohada al suelo.

-Maldito imbécil... ¿Cómo te atreves a siquiera preguntarlo? ¡Te acabo de decir que lo hicimos dos veces! ¡Apenas me puedo mover y es todo por tu culpa! -me reclamó apenado y sonrojándose de pies a cabeza.

Oh... Así que era eso...

-C-Cierto... -caí en la cuenta, riendo nervioso -. Lamento haber sido tan duro contigo ayer...

-C-Cállate. No tienes porqué poner esa cara de cachorro abandonado -señaló, haciendo mueca de disgusto -. Y-Ya lo haremos de n-nuevo cuando me recupere...

No pude evitar sorprenderme. ¿Woah? ¿Iba en serio?

-¡Te quiero, Nikita! -lo abracé emocionado y con los ojos brillando.

-N-No me llames Nikita, jodido depravado... -susurró abochornado, dándome un pequeño y ligero zape en la cabeza -. Oye... ¿Te acuerdas de la competición de natación de mi instituto de la que te hablé? Es la semana que viene... ¿Vendrás?

-¿Y perderme la competición de mi querido alumno? ¡Por nada del mundo!-le garanticé, sonriéndole con ternura y depositándole un beso en la frente-. Claro que iré, no seas tonto.

-Y-Ya veo... -murmuró, queriendo disimular la sonrisa que se le había escapado.

Joder, realmente era demasiado lindo... ¡Debería ser ilegal ser tan adorable!

-Espero que te recuperes pronto... Porque a decir verdad... Ya no puedo aguantarme ni un solo minuto más... -admití, mirándolo intensamente.

-Es tu maldita culpa, en primer lugar, por no haberte controlado... -Me echó en cara con las mejillas enrojecidas.

-Sí. Lo sé. La próxima vez tendré más cuidado... -besé sus labios y bajé lentamente hacia su cuello, mordiendo su clavícula derecha.

-A-Ah... -soltó un gemido -. S-Sí, claro... Como si te fuera a creer...

Bueno, honestamente... ni yo me lo creía. ¿Y es que como iba a poder controlarme? Se trataba de Niko. Era imposible que me controlara.

-Cómo la competición es una semana, deberíamos ir a entrenar... -dije esto, separándome de él.

-No hace falta -negó con la cabeza, sonriéndome arrogante -. Te dije que aprendía rápido.

Y me lo había demostrado. En poco tiempo había superado su miedo de sumergirse en el agua de una piscina. Ese había sido uno de sus principales problemas a la hora de nadar.
Aparte de no saber cómo nadar, claro.

-Ya, pero, ¿piensas que vas a ganar con tan pocos días de entrenamiento?

-Mi objetivo desde un principio no era ganar, sino, no hacer el ridículo enfrente de todos. Ni siquiera sabía nadar antes de pedirte ayuda. Pero, ahora es diferente. Y todo es gracias a ti -agradeció sinceramente, lanzándome una pequeña sonrisa que hizo que mi corazón diera un brinco.

-Vaya... -Me mostré sorprendido -. No pensé que fueras un conformista.

Niko rodó los ojos ante mi respuesta y lanzó un suspiro

-No es que sea un conformista. Simplemente no me interesa esa competición. Nos han obligado a participar por lo que ganar o perder nunca me ha interesado.

-Bueno, en eso estoy de acuerdo contigo. Nadie mostraría interés en algo que le han obligado a hacer...

-Exacto. Y por eso me gustaría que fuéramos a otro lugar en vez de entrenar -Me tomó de la mano, levantándome de la cama.

¿Otro lugar? ¿Era posible que Niko me estuviese invitando salir? Ahora que lo recuerdo, la última vez que Niko me había invitado a salir, habíamos terminado en la academia de música en la que estudiaba.

Me pregunto a dónde me llevarás esta vez, Niko...

-¿A dónde? -cuestioné lleno de curiosidad.

-Es un secreto -susurró con una sonrisa juguetona -. Aunque primero tendríamos que ir a mi casa.

-¿A tu casa?

-Por mucho que odie tener que hacerlo... -lanzó un resoplido -, antes tengo que consultar algo con mi padrastro y mi madre.

-¿Ese algo tiene que ver con nuestra salida? -enarqué una ceja confundido, cruzándome de brazos.

-Es posible... -volvió a sonreír, dejando la respuesta en el aire.

Era la primera vez que lo había visto sonreír en tantas ocasiones y genuinamente. Niko se veía increíblemente entusiasmado. Una sensación de alegría y emoción me envolvió. ¿Era posible que este cambio se debiese a mí...?

El sólo pensarlo hizo que yo también terminara sonriendo.

-Cómo tú digas. Iré a dónde tú me mandes, mi capitán Nikita -declaré con una sonrisa socarrona.

-¿Y de que soy capitán exactamente? -se cruzó de brazos con una sonrisa mordaz en sus labios apenas perceptible.

-Eres el capitán de mi corazón -solté dramático, reteniendo una risa con todas mis fuerzas.

-Olvidé... lo asquerosamente cursi que eras.... Joder... -se llevó la mano a su boca rojo de la vergüenza.

Sin poder aguantarlo más, terminé soltando esa tan ansiada carcajada. Era simplemente demasiado divertido avergonzarlo y picarlo de esta manera.

STEVE

-¿Amanda? -mencioné su nombre una vez que finalmente cogió la llamada.

-¿Steve? ¿Qué ocurre?

''¿Qué ocurre?''
Eso es precisamente lo que quería saber...

¿Qué era lo que me ocurría?

Desde aquella vez que hablé con Ted, no ha habido ni un solo segundo en el que he podido dejar de pensar en él. Ni en Ted, ni en lo que sentía por él.
Haberle visto tan decaído... me había afectado más de lo normal. Pero, ¿por qué?

No éramos pareja y ni siquiera llegábamos a ser amigos... Entonces, ¿era cierto? ¿Realmente me gustaba... Teddy?

A decir verdad... no tenía ni idea. Era la primera vez que me sentía de esta forma respecto a alguien. Tenía que estar completamente seguro antes de tomar cualquier decisión o acción.

-Quería preguntarte si estás libre.

-Eh... ¿Por qué lo preguntas? -Se puso nerviosa de pronto.

Fruncí el ceño ante su repentina actitud aunque no le presté mucha atención.

-Q-Quería invitarte a salir... necesito que hablemos sobre algo... -repuse tímidamente.

-¿Tiene que ser hoy? -lanzó una risa nerviosa.

Espera un momento...

-No me digas... Oh... ya lo entiendo -caí en la cuenta, dejando escapar un suspiro -. ¿Estás con Sean, cierto?

-E-Estoy en su casa... -reafirmó.

Esa confesión me había tomado por sorpresa. Sabía que estaba con Sean, pero no que estaban en su casa los dos solos.

Bueno... en realidad no tendrían por qué estar los dos solos...

-Oh... -sentí mis mejillas acalorarse -. Olvídalo, ya te llamaré más tarde.

-De acuerdo, ¡hasta luego!

Lancé otro suspiro. Ahora que lo pensaba... ¿No me hacía esto el único soltero de mi grupo de amigos? Hasta ahora nunca me había importado, pero... No podía evitar sentirme algo inquieto debido a ello.

Aunque llamase ahora a Riley, sería una perdida de tiempo. Me había dicho ayer que probablemente se quedaría a dormir con Red.

Tal vez... ¿Podría llamarlo a él? Ni siquiera éramos amigos, pero...

Honestamente estaba desesperado. Necesitaba un consejo. Urgentemente.

-Derek, ¿estás en casa?

-Bueno, ¿acaso no es obvio por la hora qué es? -contestó tan sarcástico como siempre -. ¿Qué pasa Steve? Es extraño que tú me llames...

-Genial, iré a casa de Riley en unos minutos. Espérame.

-¿A-A casa? ¿Qué? ¡Espera!

Antes de que Derek exigiera saber el motivo, colgué la llamada y fui a vestirme, escogiendo la primera cosa que pillé en mi armario. Tampoco me molesté en colocarme mis lentes de contacto. Tenía prisa. Quería saber que era lo que me pasaba lo antes posible.

Quería saber qué acción debía tomar con Teddy.


***

Derek lanzó un suspiro aliviado al verme.

-Por fin estás aquí. Colgaste tan rápido y sin apenas decir nada que me dejaste absolutamente confundido...

-Siento mucho haber hecho eso... -agaché la cabeza en señal de disculpa -, pero no creí que pudiese explicarte todo por el móvil. ¿Puedo pasar? ¿Está Riley?

-Claro -Me invitó a entrar -. Aunque solo estamos yo y...

-Lo sabía -sonreí ladeado, interrumpiéndolo -. Espero no haber interrumpido nada... -dije finalmente al darme cuenta que solo estaban él y Ian.

-¿Qué podrías haber interrumpido a las 12 de la mañana? -preguntó divertido Derek, soltando una risita.

Yo mismo comprobé a lo que se refería al entrar al salón con él. El hermano de Riley se encontraba sentado en el sofá y agarrando a un gato negro con cara de pocos amigos.

-¿Qué estás mirando, maldito gato? -le espeto.

¿No eres tú el que está asesinando con la mirada a ese pobre gato?
Al girar mi mirada a Derek, pude observar que estaba tapándose la boca para no reírse.

-¿Cómo quieres que Demonio no te mire así cuando le estás echando semejante mirada? -le reprochó Derek.

¿D-Demonio? ¿Quién llamaba a su gato así?

-Tú sabes perfectamente que es lo que siento por este maldito gato -señaló Ian acusatoriamente al mencionado.

-Estoy seguro que cambiarías de parecer si el gato te tratara al igual que a mí -alardeó con una sonrisa triunfante Derek.

-En realidad preferiría que el gato no te tratara de ninguna forma... -aclaró Ian, sonando y viéndose de alguna forma infantil.

¿Realmente... estaban discutiendo por un gato? ¿En serio? ¿Ian estaba celoso... por un gato? Bueno, de igual manera, ahora podía entender porque Derek estaba muerto de la risa...

-Pfft... -contuve una risa yo también -. ¿Por qué no pruebas a sonreírle al gato?

Ian se quedó mirándome extrañado por lo que le había propuesto, sin embargo, un tiempo después de haber estar fulminando con la mirada al gato, Ian, finalmente cedió y esbozó una sonrisa. El gato, en respuesta, ronroneó y se apretujó contra él, dejando a ambos Ian y Derek estupefactos.

-Hmm... puede que esto no esté tan mal, después de todo... -comentó Ian en un murmuro, mirando con curiosidad al gato y acariciándolo. Demonio parecía estar disfrutándolo plenamente.

-¿En serio? ¿Así de fácil? -soltó incrédulo Derek, sintiéndose traicionado.

-¿Qué? ¿Acaso estás celoso? -lo piqué, sonriendo burlón.

-¡No seas idiota! ¿C-Cómo iba a estar celoso de un gato? -se excusó agitado Derek. También se le notaba algo avergonzado.

Estos dos... Menuda pareja más divertida hacían. ¡Pfft!

-Ian estaba celoso del gato... -le recordé divertido.

-Cómo sea...-trató de cambiar de tema, chasqueando la lengua -. ¿De que querías hablar conmigo?

-Eh, bueno... respecto a eso... -Me trabé con mis propias palabras, no sabiendo qué decir -. ¿Tienes tiempo? Me gustaría que lo habláramos más tranquilamente en otro sitio.

Derek rio nervioso.

-¿Qué diablos? No es nada serio, ¿no...?

-¿Eh? ¡Oh, no, no! ¡No te preocupes! ¡No es nada serio! -le aseguré -. Tiene que ver con el a-amor....

Y al sólo mencionar aquella palabra, las mejillas de Derek se tornaron de un color tan rojo como un tomate. No pude evitar pensar que su comportamiento había sido extraño. ¿No se supone que Derek tenía experiencia en el amor y en las relaciones?

Antes de conocer a Ian, Derek, era un completo mujeriego. ¿Por qué actuaba con tanta timidez? ¿Acaso era un tsundere?

-¿A-Amor? ¿P-Por qué quieres hablar de eso conmigo? -balbuceó inquieto y con una sonrisita incómoda.

Si. Definitivamente era un tsundere.

-Ya te lo contaré después...

Derek se tomó su tiempo antes de darme una respuesta.

-Sí, claro, ¿por qué no? Me parece bien-se encogió de hombros -. A pesar de que todavía no tenga muy claro de que quieres hablarme... -masculló esto último.

-¿E-En serio? ¡Muchas gracias!

-No es nada -sonrió, restándole importancia -. Ian, vamos a salir un rato Steve y yo. No tardaré mucho en volver -se dirigió a Ian, quién seguía acariciando o más bien inspeccionado al gato como si fuese una rata de laboratorio.

-Sí, claro... -respondió Ian desinteresado de lo tan concentrado que estaba jugando con el gato -. Hey, que por poco me arañas. Ten más cuidado, pequeño Demonio -le reprendió con una sonrisa enternecida.

-¿P-Pequeño Demonio? Nunca esperé que llegaría el día en el que escucharía salir esas palabras de la boca de Ian... -murmuró sorprendido Derek, haciendo mohín.

-¿Seguro que no estás celoso? -insistí entretenido.

-¡Ya te he dicho que no! -negó con ímpetu.

Ian nos miró raro por un breve segundo, y no mucho más tarde, devolvió toda su atención a Demonio.

-M-Maldita bola de pelo... -dejó escapar Derek en un susurro en el umbral de la puerta, esperando que nadie lo escuchase.

-Lo sabía -sonreí malicioso.

-No es que esté celoso, ¿v-vale? Demonio es mi gato. Y Ian es mío también -dejó claro.

¿Qué?
Eh... creo... que lo mejor será hacer como si no hubiese escuchado eso. Sí. Eso haré.

***

-Entonces, ¿vas a decirme de una vez que es lo que pasa? -preguntó Derek por enésima vez, bebiendo de su batido de chocolate, luego de haber estado esperando casi media hora por el pedido.

-Si supiera lo que me está pasando... no habría acudido a ti, ¿sabes? -le repliqué con cierta ironía, alejándome, al igual que él, de la fila de clientes parados delante de la heladería -. Creo que es posible que esté enamorado... Y no sé qué debo hacer.

-¿Enamorado? ¿De quién? -se detuvo abruptamente, mirándome con interés.

Carraspeé incómodo, sintiendo mis mejillas enrojecer de la vergüenza. ¿Era realmente necesario tener que decirle el nombre?

-Ted... -mencioné su nombre, sintiendo mis manos temblar ligeramente.

-¿Ese enano? ¿El hermano de Amanda que está con nosotros en el club del yaoi?

-Agradecería que no lo llamases un enano... -le pedí severamente.

-No pensé que Teddy fuera tu tipo... -se burló, dejando escapar una risita.

-Que sea mi tipo o no, n-no importa -esquivé, ajustándome las gafas -. Más importante aún... ¿Cuándo te diste cuenta de que estabas enamorado de Ian, Derek? -interrogué, mirándolo con el rostro solemne.

-¿Qué cuando me di cuenta que estaba enamorado de Ian? -murmuró, manteniendo la calma -. Ah... Joder... ¿Por qué me preguntas algo tan vergonzoso como esto? -se quejó, sonrojándose.

-¿No te acuerdas?

-No, claro que no es eso... Es solo que... -pausó. ¿Quizá se había resignado y estaba dispuesto a contármelo? -. Es probable que hubiese estado interesado en el desde el principio. No me refiero a que me haya enamorado a primera vista de él ni nada de eso. Lo qué sentí por él la primera vez que lo vi fue intriga. De alguna forma, su forma de ser y su mirada... me intrigaba. Su mirada tan seria y fría se me hacía parecida a la mía. Entonces, a medida que empecé a visitar más a seguido la casa de Riley esa intriga que sentía por él poco a poco fue volviéndose en interés y ese interés finalmente terminó convirtiéndose en amor.

Ya veo. Así que era así de simple. Lo que sentía por Teddy... era interés. Un gran interés dentro de mí que cada vez, cada día, crecía más y más y hacía que me empezara a enamorar de él.

-¿Y qué paso luego? ¿Qué hiciste?

-Eh... m-me temo que eso es información c-clasificada... -murmuró, sonrojándose todavía más y hasta las orejas.

-Q-Qué atrevido de tu parte, Derek... -Me sonrojé yo también.

-¡Oye, que yo no hice nada! ¡Fue el maldito estúpido de Pedobear!

Entonces... ¿Sí me confesaba a Ted correría el mismo destino que Derek?
Mierda. Creo... que ya entendía porque tenía tanto miedo de estar posiblemente enamorado de Teddy...

-¿Si le digo lo que siento por él acabará abalanzándose encima de mí? -pregunté, el horror reflejándose con mi cara.

Al momento de oír eso, Derek, se atragantó con el batido que estaba bebiendo.

-Espera un momento... ¿N-No me digas... é-él es el activo? -formuló atónito -. ¿¡Cómo?! Es tan pequeño e inofensivo y...

-¿Qué te pensabas? ¿Qué era el pasivo? -sonreí divertido -. Aunque tampoco puedo culparte. Yo también me llevé una sorpresa...

Una de las muchas sorpresas que me había llevado a lo largo de estos últimos años. Ugh.

-Bueno, pensándolo bien... Es el hermano de la loca de Amanda. Sinceramente... no se me hace tan extraño.

-Concuerdo totalmente -me apresuré a decir, asintiendo con la cabeza.

-Ahora hablando en serio... no creo que pueda ser peor que Pedobear -una sonrisa socarrona se dibujó en sus labios -. Deberías hablar con él y decirle lo que sientes.

-Cierto, no pierdo nada intentándolo -coincidí, decidiendo llamarle una vez que regresara a casa.

Bueno, nada excepto mi dignidad y tal vez mi virginidad. Y honestamente, no sabía cuál de las dos era peor.

-Si necesitas ayuda o si pasa cualquier cosa, échame una llamada -comenzó Derek, dando a entender que estaba despidiéndose.

-Espera -lo detuve, agarrándole del brazo -. Voy a llamarle ahora mismo.

-¿Ahora mismo? -enarcó una ceja extrañado -. Oye... ¿No crees qué te estas precipitando? Antes tendríais que quedar y...

Derek no pudo terminar su oración. Había terminado de marcar el número de Teddy y luego de unos largos segundos de espera, este, finalmente cogió la llamada.

-¿Sí, quién es?

-Teddy... soy yo, Steve.

-¿S-Steve? -se mostró sorprendido. ¿Tan raro le parecía que le hubiese llamado? -. ¿Qué pasa? ¿Acaso me echaste de menos?

Silencio. No respondí su pregunta y tampoco me atreví a contarle lo que hace unos segundos estaba decidido a hacer.

-¿Steve? ¿Sigues ahí? Siento la broma pesada. Tan solo te estaba picando un poco. No estás molesto, ¿verdad?

-No, no estoy molesto, Ted -negué firmemente -. Ted... tú... tú... me gustas...

Y una vez más reinó el silencio entre nosotrod. Sin embargo, este, a diferencia del otro, se sentía pesado. Incluso frío.

Solo porque bromeaba de esa forma conmigo, no quería decir que estaba interesado en mí o que yo le gustaba y ni mucho menos significaba que estaba enamorado de mí.

Y es que tal vez no estaba interesado en mí, pero por lo menos pensaba que éramos amigos o algo parecido.

Entonces, ¿por qué este silencio?

Era casi como si me hubiese rechazado con el.

-Oh, ya veo -comentó indiferente.Tragué saliva secamente, sintiendo un nudo en la garganta.

''Oh, ya veo''. ¿Qué clase de respuesta era esa? ¿¡Quién cojones decía eso?!

¿Qué mierda se supone que quería decir con eso...?

-Eso es todo, ¿no?

-Sí, eso es todo -Me forcé a sonreír, tratando de sonar igual de indiferente que él pese a las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos -. Adiós. Siento haberte molestado.

-¿Steve? ¿Estás bien? -se acercó a mí preocupado Derek.

-Sí, claro. ¡Estoy más que bien! -exclamé, sonriendo falsamente por segunda vez -. He quedado con él y nos veremos mañana.

-Oh, ¿en serio? -se le notó aliviado -. Menos mal. Por un momento pensé que algo había pasado.

-Muchas gracias por haberme acompañado hoy, Derek.

-No te preocupes. Mañana cuéntanos a mí y a Riley como fue la cita -ofreció, sonriendo ladeado -. Nos vemos.

-Nos vemos -sonreí de vuelta por última vez, agitando mi mano en señal de despedida.

Bien. Derek no se había dado cuenta de que algo andaba mal.

Bueno, era normal, después de todo era un bicho raro sin emociones. Alguien poco inexpresivo que no le costaba nada aparentar indiferencia o que todo iba bien. Alguien que jamás sería capaz de amar a nadie.

Ojalá. Ojalá fuera así realmente.

Sin tan solo fuera incapaz de amar...Entonces no tendría qué sentirme de esta manera...

--------------------

Seguramente muchos no se esperaban ese final(?) ( ͡° ͜ʖ ͡°) *ríe malvadamente(?)* Obviamente, el hijoputismo de Teddy tiene su explicación(?) Pero he ahí el dilema(???) Cual será esa explicación(?) (☞゚∀゚)☞

Y en cuánto a Niko y Andrew... ¿A dónde creen que llevará Niko a Andrew? ( ͡° ͜ʖ ͡°)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro