Hola y siento la tardanza Dx

Acabado eso quiero decir sólo una cosa... No es lo que parece.

¿A qué me refiero con eso? Al leerlo estoy segura que entenderan a que me refiero.
En fin, sin mas espero que os guste ^^

El capítulo siguiente será mucho mejor ya que tendrá la perspectiva de Derek :)
----------------------------------------------------

—¿Vas a entrar de una vez? —me cuestionó Derek de repente logrando que dejase de estar absorto en mis pensamientos

 —S-Sí, claro —reaccioné al instante adelantándome.

 La casa era grande por dentro y fuera, perfecta para una familia adinerada y "completa’’ como la de Derek.

 —¡Derek! Ya llegas--- 

 Nada más haber entrado los dos pudimos oír como una voz chillona había llamado a Derek e iba de camino para aquí, hasta que el dueño o más bien dueña de la voz se resbaló y cayó al suelo.

 Al voltear mi mirada a Derek vi como se llevaba la mano a la cara avergonzado.

 —Madre, por favor ten más cuidado —la reprendió lanzando un suspiro.

 ¿Madre? ¿ESA era la madre de Derek? ¡Si parecía su hermana!

 —Lo siento, lo siento —le restó importancia con una risita—. ¿Y este chico quién es? —se acercó a mí y se puso a observarme de arriba para abajo con sus ojos azules, iguales que los de Derek solo que estos en vez de transmitir hostilidad y frialdad como él, transmitían todo lo contrario.

 —Es un compañero de clase —volvió a suspirar—, está aquí para un trabajo escolar, así que no nos molestes. Estaremos en mi habitación.

 —De acuerdo —accedió haciendo pucheros.

 Espera un momento… ¿Esto quería decir que iba a estar con él descerebrado de Derek, solos él y yo? ¿En una misma habitación? ¿¡Acaso dios no tenía piedad de mí?!

 Como era de esperarse él iba por delante de mí mientras subíamos las escaleras, cosa que agradecí. Ya que no quería que escuchase el momento en el que mi corazón iba a salir disparado de lo tanto que estaba palpitando… del miedo y nerviosismo.

 Una vez que entramos y este cerró la puerta sabía que no iba a haber marcha atrás.

 —Eh... —tragué saliva—, ¿D-Dónde tienes las hojas? —musité e intenté con las manos temblándome coger las hojas que había en su escritorio y pasarselas.

 —Gracias, aunque ¿sabes que es lo que de verdad agradecería? Qué te quedarás quieto —me espetó —. Además... Un nerd como tu, debería saber que vamos a usar portátiles en vez de hojas, no hará falta —terminó de decir y dejó nuevamente las hojas sobre el escritorio.

 Inmediatamente me quedé sin moverme como una estatua.

 Tampoco te tomes lo de estar quieto literalmente —suspiró—. ¿Oye te pasa algo? Estas inquieto todo el tiempo...

 —¿¡Qué?! ¿¡Y encima te atreves a preguntarlo?! ¿Qué tal sí empiezo por... estoy solo en una habitación con la persona que me pega y me insulta cada día de mi vida? —le grité furioso.

 ¿¡Qué tan imbécil podía ser este tío!?

 —Supongo...que tienes razón —concordó conmigo aunque sin mirarme ni una sola vez a la cara. Parecía cómo ¿arrepentido?

 No, eso era imposible...

 Estuvimos varias horas buscando, resumiendo y copiando la información al Microsoft Word y por extraño que parezca, no hablamos en ningún momento y eso venía del descerebrado de Derek que era incapaz de responder una pregunta de nivel de un niño de primaria.

 Como sea, si lo tiene mal ya lo corregiré más tarde.

Pero esta situación... Era incómoda hasta para mí....

 —¿Todo bien? —le pregunté por sí necesitaba ayuda y de paso romper ese incómodo silencio.

 —No, gracias —negó sin quitar los ojos del portátil ni un sólo momento.

 —Oh... —fue todo lo que dije.

 —Lo siento —se disculpó de repente dejando de escribir para mirarme.

 ¿Eh?

 —¿A qué viene eso? —pregunté confundido.

 Derek se quedo varios segundos callado hasta que finalmente decidió hablar.

 —Tu sabes bien a que me refiero...

 —¿Hablas en serio? ¿Ahora te disculpas? ¿Después de haber roto todas las posibilidades de estar con la única chica que realmente me quería? ¿De meterme a las taquillas, pegarme e insultarme cada día? ¿Ahora? —dije indignado y sin poder creérmelo.

 —Ya ves que sí —contestó sin intención de contarme la razón de todo aquello

 Me quede mirándolo de arriba a abajo en silencio durante varios segundos. Cómo si de esa manera lo pudiese descifrar.

 —Con decir un 'lo siento' no basta ¿sabes? Aunque al menos los has dicho... —suspiré porque no me decidía —. Ya que al menos te has atrevido a disculparte... podría pensármelo... ¿Esto significa que tú y tus súbditos no volveréis a molestarme nunca más, no?

 Derek asintió con la cabeza.

 —¿Porqué? ¿Porqué hiciste todo eso y ahora te disculpas tan repentinamente?

 —Es complicado... —contestó con la mirada perdida y sin explicarse.

 ¿Complicado? Supongo que no tenía intención alguna de contármelo ¿No?

 —Ya es suficiente por hoy —anunció—. Te acompaño a casa.

 ¿Pero qué....? ¿Quien era este y que habían hecho con Derek?

 —No hace falta— le rechacé frío.

 —No hagas esto más complicado —susurró con la mirada dolida.

 —Esta bien... —accedí resignado.

 Al volver a su escritorio una vez más, me fijé en que había un disco.
Al querer comprobar de que era vino Derek por detrás mía y me lo impidió.

 —No toques mis cosas sin mi permiso —amenazó dirigiéndome una mirada asesina.

 —Tampoco era para que te pusieras así... es sólo que el disco me sonaba de algo.

 —¿En serio? —preguntó sorprendido aunque no dijo más. Parecía que estaba ocultando de que trataba ese disco.

 Al verlo sorprendido, no hizo más que confirmar mis sospechas.

 —¿No me digas... que es... ---

 —No es eso, imbécil —me interrumpió molesto y levemente ruborizado.

 ¿No era porno?

¿Y entonces...? ¿Porqué tanto misterio?

 Al aceptar que me acompañara a casa, los dos salimos de su habitación.
Derek se despidió de su madre y finalmente salimos de allí.

 La mayor parte del recorrido a mi casa lo pasamos en silencio hasta que decidí hablar primero.

 —Oye... que técnicamente te he perdonando... no tienes porque estar con esa cara y actitud de culpa todo el tiempo —le expliqué a la vez que temblaba por el frío que hacía fuera.

 El simplemente asintió y me dio su chaqueta.

—Toma —ofreció—¿Tienes frío, no?

 —Gracias, pero...

 ¿Y Derek? ¿Acaso él no tenía frío? 

 —Nada de peros, no seas un desagradecido —bromeó un poco esbozando una sonrisa débil.

Hasta que por fin había sonreído un poco.

 —Gracias —agradecí otra vez devolviéndole la sonrisa.

 Él al ver mi sonrisa en cambio, se quedo callado y desvió la mirada para otro lado enseguida. Después de eso no volvimos a hablar otra vez hasta que llegamos a mi casa.

 —Hasta mañana, ojos de pez muerto —se despidió riéndose un poco al apodo.

 ¿Así que nunca me iba a librar de ese maldito apodo?

 —Hasta mañana...Derek —me despedí de él tras un suspiro.

 Al irse Derek, se me vinieron a la cabeza varios pensamientos y dudas pero había otra que no me dejaba tranquilo.

 ¿Me había olvidado de algo acaso? No dejaba de tener esa sensación...

 Al entrar a casa y verla vacía, subí inmediatamente a mi habitación.
Dejé la chaqueta sobre el escritorio y me arrojé a la cama, agotadisímo.

 Entonces fue cuando me di cuenta de que había me olvidado de devolverle la chaqueta a Derek.

Mierda... ¿Y ahora que hacía? 

 Bueno tampoco era para comerse la cabeza con el asunto... Mañana le iba a devolver la chaqueta cuando volviese a su casa para el trabajo y listo.

 Aunque hablando del trabajo...¿Qué podía hacer para convencer a Red a que hiciese el trabajo con nosotros? Esa era otra duda que no dejaba mi mente tranquila..