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Capítulo 38 ''Incertidumbre''

Hola de nuevo y siento haber tardado tanto con este capítulo Dx Para tranqulizaros, esta vez no me he metido en problemas con la policía xD


Más bien, he tenido la semana muy ocupada, Voy a viajar como en unos pocos días y por eso no me he metido mucho a wattpad esta semana. Además que no he estado de bajos ánimos porqué también me voy a cambiar de instituto y me he tenido que despedir de mis amigos. Eso, la verdad, es que me sentó bastante mal.


En fin, dejando ese tema aparte, el capítulo de hoy, por estas razones quizá, no me ha salido tan bien como esperaba, pero tampoco se puede decir que me ha salido horrible.


Espero que les guste :)


-La foto del capítulo es de Vladimir (El padre de Red) Se podría decir que es la perfecta definición de ''papasito'' ( ͡° ͜ʖ ͡°) xD


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RILEY

Una hora más o menos había transcurrido desde que Red y Derek se habían ido al hospital. ¿Por qué estaban tardando tanto? Y más importante aún... ¿Se encontraba bien Derek?


Realmente espero que no sea nada grave...


Justamente tras haber pensado eso, observé como Red y Derek entraban a clase cruzando el umbral de la puerta con prisas.

Derek volvió a su asiento que quedaba mucho antes, y Red regresó al lado mío.


-¿Qué tal?


-Bien -se limitó a responder Red-. El doctor no hizo mucho, tan solo le sacó sangre para la prueba de anemia. Ahora solo nos queda esperar -terminó lanzando un suspiro.


-¿Y?


-¿A qué te refieres con ese ''y''? -enarcó una ceja.


-¿Tú de verdad crees que Derek pueda ser anémico?


-No.


Su confianza me había dejado algo desconcertado.


-¿Qué te hace estar tan seguro?


Red tardó unos pocos segundos en responderme.


-Lo que tiene el tomatito no es anemia -volvió a garantizar.


No comprendía qué le hacía estar tan seguro de ello, pero creo que su seguridad era contagiosa. Por qué me había llevado a pensar hasta a mí también que lo que tenía Derek definitivamente no era anemia. Y que no era algo mucho peor tampoco.


-Espero que de verdad tengas razón... -deseé sinceramente mientras miraba de reojo a Derek.


¿Qué le hacía estar tan seguro? ¿Era realmente por algo en especifíco o me estaba imaginando cosas? ¿O es que la razón por la que no lo entendía se debía a que no conocía tan bien a Red?


Por qué sí... por mucho que lo amara, por mucho que nos amasemos... y por mucho que fuéramos novios, era un hecho que no conocía del todo a Red. No era hasta ayer que me había enterado de que era un mafioso. Esto me había hecho pensar que este lado suyo que acababa de descubrir recientemente, no era de las únicas cosas que todavía desconocía de él.


Y también estaba el hecho que éramos completos opuestos. Él era un macarra y yo era un simple nerd. Esto no le había importado a Red a la hora de enamorarse de mí, pero... de alguna forma me sentía intranquilo con ello.


Quería ser su igual. Quería llegar a conocerlo realmente. Quería alcanzarle...



NIKO


¿Pero qué me pasaba en la cabeza? ¿Cómo cojones se me había ocurrido la brillante idea de llamar al depravado para pedirle que fuese mi entrenador?


Respiré hondo y me obligué a pensar con claridad.


No, espera, tranquilo Niko. Lo llamaste sólo y solamente por qué no tenías a nadie más a quién acudir. A Riley no podía pedírselo por razones muy obvias, a Red tampoco por qué sería muy incómodo y... aparte de esos dos no es que conociese a mucha gente. Y en cuánto a mis amigos....


Nadie de este instituto privado me caía bien. En otras palabras no tenía amigos. Y tampoco me importaba. ¿Quién necesita amigos de todas formas?


La sirena que anunciaba el fin de las clases por hoy causó que todos los alumnos salieran disparatados del aula como perros hambrientos. Yo por mi parte no hice más que mirarlos a todos con desdén ante esa escena.


Acto seguido, me puse los cascos para la música, saqué el móvil y mientras marcaba el número de ese depravado salí tranquilamente de la clase.


-Hey depravado.


-Hey niñito drogata -repuso con sorna.


De forma automática puse mala cara y seguí hablando.


-¿Puedes venir ahora a mi casa?


-¿Ahora? -se le notó sorprendido -. No creí que estuvieses tan impaciente por verme Nikita... -se burló.


-No es eso depravado -espeté recalcando cada palabra-. Quiero comenzar las clases de natación cuanto antes para así acabar cuanto antes. Nada más. ¿Entonces vas a venir a mi casa sí o no? -quise confirmar mientras subía al coche de uno de los chófer que teníamos.


-Sí -confirmó.


-Bien -fue todo lo que dije -. ¿Te sabes la dirección?


-Sí, no te preocupes -aseguró.


-Genial -dije inexpresivo -. Nos vemos allí.


-Nos vemos, Nikita -podría jurar que había sonreído al decir eso.


Rechiné los dientes furioso al apodo y colgué rápidamente.




* * *



Al bajar del coche, me quedé un tanto perplejo al ver a Andrew delante de mí saludándome. Mi casa estaba alejada de la ciudad. ¿Cómo mierda había llegado antes que yo?


-En realidad acabo de llegar -me leyó el pensamiento sobresaltándome.


-Oh -alargué.


-Tranquilo, que no soy un acosador que estaba en tu casa desde mucho antes de que llamases.


-Permíteme dudar eso -sonreí sarcástico.


Andrew me miró seriamente para luego suspirar.


-Piensa lo que quieras -contestó acercándose a mí -. Ahora dime... ¿por qué yo?


Su respuesta me dejó totalmente confundido. ¿A qué se refería con eso?


-Explícate -me crucé de brazos.


-¿Por qué me elegiste a mí para que fuese tu entrenador? - arqueó una ceja -. Según tú no soy nada más que un acosador violador de primos y un depravado. Entonces, ¿por qué?


Me quedé sin saber qué decir. Porqué tenía razón. ¿Por qué de todos él? Además, podría haber contratado a un entrenador perfectamente.


Tragué saliva y retomé el habla.


-No hay ninguna razón especial -aclaré mirándolo directamente a los ojos -, simplemente no tenía nadie a quién recurrir. Además tú aceptaste serlo, ¿así que por qué te quejas?


-No me quejo, pero es que no puedo evitar sentir curiosidad -me miró de la misma forma aunque con mucha más intensidad -. A mí no me engañas Niko... La razón por la que quisiste que fuera tu entrenador es por una sola -sonrió prepotentemente para sí mismo.


Esta vez fui yo el que sintió curiosidad por su respuesta. ¿De qué razón estaba hablando?


-¿Qué razón, Andrew? -sonreí irónico.


-Te encanto -afirmó Andrew con la misma sonrisa de antes.


¿Era en serio? Joder, este chico flipaba en colores.


-Sí, claro -rodé los ojos con incredulidad.


-Te encanto. Y mucho. Admítelo, Nikita.


-Te odio.


-Te encanto -reafirmó y se acercó todavía más a mí.


Antes de que pudiese responderle de vuelta, Andrew me atrajo hacia él y me acalló de un beso. Lamió con su lengua mi boca entreabierta e invadió esta misma con su lengua. Intenté zafarme de él a base de forcejeos violentos, pero aquel beso en poco tiempo me dejó apenas con fuerzas.


Mientras su lengua exploraba cada rincón de mi boca, Andrew bajó descaradamente su mano hasta mi trasero y lo apretó con fuerza, arrancándome un suave jadeo que no pude contener. El sonrió satisfecho y siguió besándome incluso más intensamente que antes.


Eso había sido más que suficiente. Logrando recuperar la fuerza que había perdido antes gracias a la vergüenza que había sentido por eso, lo logré separar de mí de un fuerte empujón.


-Jodido d-depravado... -maldije, frotándome los labios una y otra vez y seguidamente le asesté un golpe en la mejilla.


Andrew se llevó una mano a su mejilla adolorido.


-No me vuelvas a golpear, Niko -advirtió más serio de lo habitual. Aunque, bueno... Andrew casi nunca estaba estaba serio.


-¿Después de eso como quieres que no te golpee? -hablé incrédulo.


-Tan solo ha sido un beso -lanzó un suspiro desviando su mirada de mí por un momento -. Además, no hagas como si ese beso no hubiese tenido ningún significado para ti. Tú también lo has sentido.


-C-Claro que no he sentido nada. ¿De qué hablas? -balbuceé.


Andrew no respondió. Y al ver que no tenía intención de hacerlo, decidí rendirme. Si no quería responderme, pues bien. Que le den a él y a su respuesta.


-Está bien. Como tú quieras -lo miré mal y a la vez con resignación-. Acompáñame.


Entramos a la casa los dos y tras haber estado caminando un rato y subiendo las primeras escaleras, finalmente llegamos a mi habitación.


Encerrarme a solas con Andrew en mi habitación significaba: Peligro y definitivamente no era una buena idea. Estaba consciente de ello y por eso iba a tardar lo menos posible.


-Voy a ir a cambiarme, espérame aquí -anuncié terminando de coger mi bañador del armario.


-Espera -me agarró del brazo causando que detuviera mis pasos -. ¿A dónde vas?


-Al baño -respondí lo que ya era obvio.


-¿No vas a cambiarte aquí? -preguntó decepcionado a lo que lo asesiné con la mirada.


-Ni en broma, depravado-negué aguantando las ganas de golpearlo nuevamente.


-Te acompaño, entonces -sus labios se curvaron en una sonrisa pérfida.


-¿E-Eh? -farfullé nervioso -, ¿c-cómo que me vas a acompañar, depravado?


-Bueno -pausó-, yo también tengo que cambiarme -excusó agarrando su bolsa de deporte.


-¡Pues cámbiate aquí entonces!


-No -recalcó con una sonrisa amplia.


Jodido depravado...


Habría dicho eso en voz alta, pero justo en ese momento se oyeron unos pasos que se acercaban lentamente a la puerta de mi habitación.


Mierda. No era muy buena idea si dejaba que viesen a Andrew conmigo. Nunca traía nadie a casa y mucho menos a mi habitación. Y ni siquiera podía decir que era un amigo por lo mayor que se veía.

Rápidamente lo agarré del brazo y lo metí conmigo al baño, cerrando la puerta con pestillo inmediatamente después.


-¡Hey! ¿A qué ha venido e--


Interrumpí sus próximas palabras tapándole la boca con la mano.

Nuestros cuerpos se encontraban apretujados y muy cerca uno del otro y Andrew me recordó este importante detalle cuando su lengua lamió unos de los dedos de la mano con la que tenía tapada su boca. Aparté rápidamente mi mano, con las mejillas enrojecidas y me separé de él lo más lejos posible, quedando literalmente pegado a la otra pared del baño.


-¿A-A qué ha venido eso? -musité ofuscado.


Andrew se rió levemente a mi reacción.


-Dios... eres muy mono -comentó mirándome fijamente a la vez que se acercaba a mí.


¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué se estaba acercando a mí ahora?


-¿Q-Qué haces? -titubeé volteando la mirada en su dirección.


-Ayudarte a ponerte el bañador, ¿qué si no? -sonrió cínicamente y me bajó los pantalones del uniforme escolar.


El muy cabrón sabía que no podía hacer alboroto golpeándole y se había aprovechado de la situación. Jodido Andrew.


El ruido de la puerta de mi habitación abriéndose se escuchó y más tarde le siguió la voz de mi padrastro: Vladimir.


-Niko ¿Estás allí?


Al ver que no contestaba insistió una vez más.


-Se qué estás aquí, así que contéstame -dijo de manera áspera en frente de la puerta del baño.


-Perdón... Es que estaba duchándome -me justifiqué unos segundos más tarde y obligué a Andrew a soltarme para ir corriendo a la ducha y abrir el grifo dejando caer el agua.


Dentro de la ducha, corrí la cortina para que Andrew no me viese y terminé de desvestirme, poniéndome el bañador apresuradamente.


-¿Estás a punto de terminar? Necesito hablar contigo.


-No, lo siento. ¿Podemos hablar más tarde?


-¿Seguro que esta no es solo una estratagema para no hablar conmigo? -cuestionó con cierta burla en sus palabras -. Dime ¿estás duchándote de verdad?


-¡Claro que sí! -exclamé y fui rápidamente a por Andrew para esconderlo en la ducha conmigo. No quería ni pensar que podía pasar si nos encontrase a los dos encerrados en el baño semidesnudos.


-Ya veo... -repuso dudoso -. Bien, como tú quieras. Hablamos luego -dio a entender que se marchaba. Lo cual fue un gran alivio para mí.


En el momento en el que Vladimir salió de la habitación cerrando la puerta de esta misma, Andrew me giró haciéndome quedar de cara contra los azulejos del baño y me agarró de las caderas, pegándose a mí e inmovilizándome.


-¿Cómo se te ocurre meterme en la ducha contigo, Nikita? Tú sabes que no me puedo resistir a ti... -susurró cerca de mi oído causándome un escalofrío electrizante que recorrió toda mi espina dorsal -. Menos todavía cuando... estás así. Semidesnudo... -se relamió los labios y me miró de manera intensa y lleno de deseo.


-N-No... yo... tan solo estaba tratando de esconderte de mi padrastro... -aclaré enrojeciendo violentamente -. A-Aléjate depravado.


-Pues hiciste mal...-me mordió con suavidad el hombro logrando sacarme un leve gemido.


Andrew sonrió ladeado y rozó con la yema de su dedo uno de mis pezones, acariciándolo y pellizcándolo. Me mordí con fuerza el labio conteniendo otro gemido más.


-¿Por qué te muerdes el labio? ¿Crees que de esa manera lograrás que no te haga gemir? Que inocente... -lamió el lóbulo de mi oreja y comenzó a mover su pelvis contra mi trasero, restregándose y provocándome una deliciosa sensación que hizo que todo mi cuerpo se estremeciera.


No quería esto, no lo quería, pero entonces... ¿por qué mi cuerpo no se resistía a él?


-¡N-no...! P-Para... A-Ah...se s-siente... r-raro... Andrew...-musité entre jadeos y pequeños gemidos que no podía retener, a la vez que movía mis caderas con levedad y de manera inconsciente.


No tenía control sobre mi propio cuerpo y tampoco podía pensar con claridad. Sin darme cuenta me estaba dejando llevar totalmente por el placer y por él...


-Realmente eres demasiado adorable... -susurró con voz ronca y me tomó del mentón para besarme apasionadamente. Al sentir su semi-erección creciendo y presionándose contra mi trasero, solté un gemido que se ahogó dentro de su boca.


-S-Si... no te d-detienes me enojaré m-mucho contigo... -amenacé entre besos.


Y parecía que no se iba a detener hasta que lo hizo, logrando sorprenderme. Y dejándome con ganas de más.

-De acuerdo -se separó lentamente de mí -. Pero ten en cuenta que la próxima vez no me detendré -declaró mirándome fijamente.


-No habrá próxima vez -lo fulminé con la mirada, asegurándolo.


-¿Por qué lo dices? -preguntó intrigado junto a una sonrisa divertida.


Porqué llevarlo a lugares cerrados conmigo, sobre todo a mi habitación, definitivamente no estaba en mis planes futuros. Y mucho menos después de eso. Al solo recordarlo sentí el calor subir a mis mejillas. Y no solo a mis mejillas...


¿Cómo había permitido distraerme tanto y como para que ese depravado me inmovilizara de esa manera? Si no fuera por la inesperada llegada de mi padrastro todo esto no habría pasado.


Mierda... me había humillado completamente...


-No tengo por qué darte explicaciones, jodido depravado -le metí una patada en la espinilla dejándolo adolorido.


-¡Maldito niñato! -se quejó del dolor.


-Te lo tienes bien merecido -lo miré mal-. ¿Nos podemos ir ya a la piscina?


En realidad, se merecía todavía más. Si hubiese sido cualquier otra persona le hubiese metido tremenda paliza que lo hubiese dejado en el hospital.


Entonces... ¿por qué con Andrew era diferente?


-¿Qué hay de tu padrastro? Se supone que deberías estar duchándote todavía.


-Se habrá ido... -supuse pensativo -, eso espero al menos.


Esperé a que Andrew me respondiese, pero al ver que no lo hacía giré mi mirada en su dirección, solo para darme cuenta que el muy depravado estaba devorándome con la mirada.


Claro, llevaba puesto solo el bañador. Me puse colorado al recordarlo y le golpeé en la mejilla. Golpe que él evadió con facilidad.


-¿Qué? ¿Acaso ahora es un crimen mirar? -sonrió descaradamente, soltándome el puño -. Y por cierto... ¿Piercing en el ombligo? Sexy.


Me sonrojé todavía más y rechiné los dientes de la rabia.


-¡Jodido depravado sexual!


-Te olvidas de acosador también -me susurró al oído de forma burlona.


Inmediatamente me separé de él y esta vez de manera semi-inconscientemente fui yo quién lo observó en su traje de bañador.


Su cuerpo era algo musculoso y lo tenía definido.... no como el mío. Tampoco es que fuera un delgaducho... aunque no tenía tan buen cuerpo como él.


Espera... ¿Buen cuerpo? ¿¡Pero qué cojones estaba diciendo?!


-¿Qué? ¿Disfrutando de las vistas? -sonrió burlón Andrew.


Mierda... ¡Me había quedado como un bobo mirándole!


-C-Claro que no...-aparté la mirada enseguida, y abrí la puerta del baño saliendo yo primero.


-¿Dónde es que queda la piscina, Nikita? -preguntó a la vez que me seguía. ¿Por qué se había quedado atrás?


-En la parte de atrás de mi casa.


-Ajá... -respondió de forma desinteresada.


-No me mires el culo -le advertí girando mi mirada para atrás.


Andrew se quedó sorprendido.


-¿Cómo lo has sabido?


-Depravado... -murmuré y él por su parte se rió burlón.


Lo agarré del brazo y le obligué a caminar al mismo ritmo al que yo iba. Tras haber estado caminando un rato dentro y alrededor de la casa, finalmente llegamos a dónde quedaba la piscina.


-Joder, cómo se nota que eres de la mafia -puntualizó mirando maravillado lo amplia que era la piscina.


Me tensé cuando lo escuché decir eso. ¿Andrew sabía que era de la mafia? ¿Cómo? Aunque, bueno, el apellido Volkov no pasaba desapercibido por ningún lado. Todos en esta ciudad sabían de la mafia de mi padre.


-¿Vas a dejar de hablar de una vez? -le di a entender que quería que comenzáramos las clases.


-Sí, sí, no seas impaciente -sonrió con suficiencia.


No entendía como todo lo que salía de la boca de Andrew sonaba mal. ¿Era su don o qué?


-Cállate -lo miré amenazante.


Andrew sonrió de lado a mi reacción y siguió hablando.


-Primero metete en la piscina. Una vez que estés dentro, agárrate a uno de los lados de la piscina-instruyó Andrew.


Asentí con la cabeza y temeroso bajé lentamente por la escalerilla de la piscina. Cerré los ojos con fuerza y me agarré de la misma manera a un lado de la piscina. Segundos después escuché el ruido del chapoteo que hizo Andrew seguramente al lanzarse.


-Ahora al segundo paso -Andrew me tomó de ambos hombros y abrí los ojos por reacción inmediata.


-¿Qué tengo qué hacer ahora?


-¿Tus pies llegan hasta el fondo? Prueba a caminar sobre el suelo de la piscina.


Tragué saliva y probé a hacerlo, comprobando en seguida que mis pies no llegaban hasta el fondo.


-No llegan hasta el fondo -musité bajando la mirada taciturno.


-Hey, no te preocupes -me tranquilizó girándome hacia él, quedando nuestros cuerpos algo apretujados-. Lo importante aquí es que aprendas a nadar no a caminar por el agua -sonrió cálidamente.


-T-Tienes razón...


Que me tranquilizara de esa manera me había pillado totalmente desprevenido. Siendo Andrew pensaba que se iba a burlar de mí o algo parecido...

Eran estas pequeñas cosas que me sorprendían de Andrew. Que me hacían pensar que quizá Andrew no era solo un simple depravado. Qué todavía me faltaba por conocer al verdadero Andrew.



STEVE


Había sido algo... inesperado. Aunque de Ted ya nada me sorprendía. ¿Quería invitarme a salir?

Es cierto que había aceptado... ¿pero por qué tan de repente?


Bueno, era cierto que hace días que no nos veíamos... y también tenía que admitir que lo había echado un poco de menos... Aunque claro. No de esa manera.


Sin embargo, por mucho que me costara admitirlo... aquel beso que habíamos compartido bajo el cielo nevado... hasta ahora todavía no había podido olvidarme de el...


-¿En qué estás pensando? -preguntó Ted curioso, sacándome de mis pensamientos.


-En nada realmente... -murmuré desviando la mirada al momento en el que nuestras miradas se cruzaron.


-Bien. Porqué quiero que solo estés pensando en mí -declaró con una sonrisa y me tomó de la mano.


Abrí los ojos de par en par cómo no creyéndolo. ¿Q-Qué había sido eso? ¿No se supone que esto era solo una salida de amigos?


No contesté, bajé la mirada avergonzado y dejé que me tomara de la mano hasta la entrada del cine. Una vez allí, me soltó de la mano al notar lo incómodo que estaba porque había mucha gente delante.


-Mm... no hay muchas películas que verdaderamente interesen... -masculló concentrado mirando la cartelera.


No pude evitar sonreír ante eso. No sabía exactamente por qué, pero verlo de aquella manera,tan pensativo, se me hacía muy adorable. Realmente se estaba esforzando porqué la cita saliera lo mejor posible.


Espera un segundo... ¿Había dicho ''cita''? No. No. ¡Por supuesto qué no era una cita! ¡Era una salida entre amigos y nada más!


-¿Qué piensas tú? ¿Cuál te gustaría ver? -cuestionó Ted enarcando una ceja.


¡Mierda! ¡Era ya la segunda vez que me pillaba distraído!


-Eh... pues... ¿qué tal si vemos la película ''Ted''? ¡Tedception! -reí nervioso y Ted rodó los ojos.


Vale, ese oficialmente había sido el chiste más malo de la historia.


-Stevie... estás muy nervioso, relájate -sonrió divertido -. No te voy a comer... al menos no todavía... -susurró esto último de manera provocativa.


Volví a abrir los ojos y enrojecí levemente por sus palabras.


-N-No estoy muy rico.... ¿sabes? -me rasqué la nuca nerviosamente.


Ted se quedó mirándome sin poder creerlo y soltó una carcajada.


-No me refería a comerte de esa forma... -aclaró entre risas.


Oh. Así que se refería a eso....


M-Mierda...


-¡S-Serás pervertido!


Ted se volvió a reír y me tomó nuevamente de la mano, arrastrándome hasta la taquilla. Ya en la taquilla me decidí por una película de terror que todos comentaban que estaba bastante bien. A Ted se le vio inseguro ante mi elección, pero acabó aceptando. Terminamos de pedir unas palomitas y unos refrescos y nos encaminamos a la sala de cine que nos habían indicado.


-¿Te gustan las películas de terror? -preguntó sonriendo de una manera un tanto sádica. Probablemente se creía que era de los que se asustaban fácilmente.


-No me gustan particularmente... aunque tampoco me disgustan -opiné mientras me llevaba una palomita a la boca.


-Oh -articuló decepcionado -. Y yo que esperaba que te abrazases a mí en las escenas más terroríficas...


Puse los ojos en blanco.


-¿Y tú, Teddy? ¿Te gustan las películas de terror? -interrogué sabiendo la respuesta-. O mejor dicho... ¿Te asustan las películas de terror? -reformulé con la misma sonrisa que él había usado antes.


Por un breve segundo pude ver como a Ted se le tensaron los hombros y como se le entreabrió la boca.


Así que sí que estaba en lo cierto, ¿eh?


-C-Claro qué no... ¡Menuda estupidez! -negó riendo nervioso Ted.


Lo miré con recelo. ¿Cómo pretendía que me creyese esa mentira tan obvia? Estaba claro que le tenía pánico a las películas de terror.


Sin embargo, esta situación de alguna manera era un tanto divertida... y al verlo de aquella manera, no pude evitar soltar una risita.


-¿¡De qué te ríes?! -exclamó entre molesto y avergonzado.


-Nada, nada -dejé de reír -. Pero si quieres, puedes agarrarme de la mano -le piqué, agarrándole de la mano como a un niño.


Ted me miró mal y me soltó bruscamente de la mano.


-Mejor agárrame otra cosa... -susurró y colocó mi mano cerca de su entrepierna.


Agradecí que la sala del cine estuviese a oscuras, por qué si no, todo el mundo habría visto el tremendo sonrojo que llevaba encima. Incluido él.


RILEY


Nada más terminar el instituto, Red me había dicho que no iba a estar en casa, dejándome bastante claro a lo que se refería.


En otras palabras, Red no se encontraba en casa en este momento y tampoco sabía cuando iba a volver, pero... no podía esperar hasta mañana. Tenía ganas de verlo. Muchas ganas. Y lo antes posible.


Decidido, caminé hasta la casa de Red que quedaba un poco lejos del instituto. Llegué agotado, pero no me importó, ya que al final del día iba a poder ver a Red.


Toqué el timbre y poco tiempo después, uno de sus hermanos -el segundo hermano mayor después de Red-, Jareth, me abrió la puerta.


-Hola -lo saludé con una sonrisa amistosa -. ¿Estáis solos?


-No exactamente... -dio una vaga respuesta.


¿No exactamente? Fruncí levemente el ceño a su respuesta tan inconclusa y crucé el umbral de la puerta.


Bueno, no tenía por qué comerme la cabeza con eso. Se refería a Parker, seguramente.


Terminé de saludar a sus otros hermanos y me apresuré a entrar a la habitación de Red. Una vez allí, me senté en el borde de su cama y comencé a mirar de un lado para otro en busca de algo con lo que entretenerme hasta que Red volviese.


De todo lo que se encontraba en su habitación, solo una única cosa logró llamar mi atención. Un paquete de cigarrillos y un mechero que se hallaban sobre su mesita de noche.


Tragué saliva y con manos temblorosas agarré el paquete y lo abrí. Procedí a sacar un cigarrillo y justo cuando iba a ponérmelo entre los labios, se escuchó la puerta de la habitación abrirse.


El paquete cayó al suelo de forma resbaladiza de mis manos y sin recogerlo, levanté la vista lentamente, encontrándome con la mirada de un hombre que no superaba los 30 años y que se me hacía de alguna manera familiar.


-¿Qué haces tú aquí? -exigió saber secamente el hombre.


-E-Eh... yo... eh... lo siento... puedo explicarlo... -farfullé agitado.


Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho.


-Te lo repetiré otra vez, ¿qué haces aquí? -me interrogó mirándome fríamente.


Tragué saliva y decidí responderle con la verdad, solo para ser interrumpido segundos después.


-Le ordené claramente a Red que no te volviese a ver y ahora te encuentro en su casa... -mencionó con una sonrisa falsa -. Y no solo eso... encima en su habitación y en su cama -continuó, sus ojos adquiriendo un brillo peligroso.


Ese cabello azabache, aquella mirada, ese tono de voz similar al que tenía Red, y la cicatriz que tenía en una de sus cejas...

Todo empezaba a cobrar sentido. ¿Este era el padre de Red, cierto? El famoso Vladimir Snev Volkov.


Ya lo había visto una vez, pero había sido hace tiempo... y por esto mismo me había costado reconocerlo.


-¿Y a ti qué más te da? -solté sin darme cuenta, retándolo con la mirada -. Si Red ha decidido seguir conmigo y no casarse con la chica que tú le has decidido, deberías resignarte y aceptarlo. Porqué es Red quién elige con quien estar y no tú. Él es el dueño de sus propias decisiones. ¡Qué ya tiene 18 años, joder!


Me había pasado. Demasiado. No tenía que haberle hablado de esa manera y mucho menos haberle gritado. Era el padre de Red y era un jodido mafioso. Podía acabar conmigo en un abrir y cerrar de ojos.


Aunque para mi sorpresa al girar mi mirada en su dirección, me di cuenta que, este, seguía como antes. No se había tensado ni nada y llevaba una expresión de indiferencia total. Como si todo lo que le hubiese acabado de decir no le hubiese importado en lo más mínimo.


-Me pregunto... ¿Qué tienes tan de bueno como para que a él inepto de mi hijo le gustes tanto? -espetó con desdén a la vez que se acercaba peligrosamente a mí.


-No sé que pueda yo tener de bueno... -sonreí de lado sarcásticamente -. Pero aunque eso sea cierto, no creo que alguien como tú sepa verlo o valorarlo.


En ese mismo momento, Vladimir, soltó una carcajada fría.


-¿Ah sí? ¿Y por qué dices eso?


-¿Por qué si no eres capaz de valorar a tu propio hijo como podrías hacerlo con otras personas?


Vladimir ni se había inmutado con mi respuesta, pero podría haber jurado que eso había causado cierto efecto en él.


-Todavía no has respondido mi primera pregunta... ¿qué haces aquí? -cambió de tema.


-Estoy esperando a mi novio -recalqué esta última palabra con una sonrisa maliciosa -. ¿Y tú?


Vladimir me asesinó con la mirada.


-¿Por qué debería contestarte?


¿Iba en serio? Menudo gilipollas. Aunque era un mafioso... tampoco era de extrañarse.


-Porqué yo te he contestado cuando no tendría por qué haberlo hecho -repuse, mirándolo con el semblante serio.


-No es asunto tuyo -contestó secamente, no teniendo intención alguna de contármelo.


La ceja se me levantó en un tic y lo fulminé con la mirada. ¿No quería decírmelo? Pues bien. No hacía falta. De todas formas ya me hacía una ligera idea de que podía ser la razón por la que estaba aquí...


¿Quería convencer todavía más a Red para que se casara con esa chica, no? Bajé la mirada sintiendo un dolor punzante en el pecho.


No. No tenía porqué preocuparme. Red me quería a mí. No a ella. Y esoera algo que nunca tenía que olvidar.


Lancé un pequeño resoplido y levanté la mirada.


-De acuerdo-fue todo lo que dije de manera fría y acto seguido, aparté la mirada.


-¿Qué estabas haciendo con aquel paquete de cigarrillos, de todas formas? -rompió el silencio que se había formado por un momento entre nosotros.


Ni yo mismo lo terminaba de entender. ¿Qué diablos pretendía hacer con aquel paquete de cigarros? ¿Fumarme uno? ¿Por qué? ¿Desde cuándo... es que me habían entrado ganas de hacerlo? ¿No era yo el que estaba en contra de eso?


-¿Te importa acaso? -dije a regañadientes.


Vladimir pareció tragarse sus propias palabras, porqué no volvió a preguntarme.


-¿Vas a decirme tu nombre al menos? -cuestionó después de suspirar.


-¿Por qué quieres saberlo? -formulé, arqueando una ceja.


Teniendo en cuenta que era un mafioso, no era muy buena idea darle mi identidad así por las buenas.


-Me gustaría saber por lo menos el nombre del novio -mencionó esto último con desprecio -, de mi hijo...


-¿Realmente crees que te lo voy a decir? -sonreí irónicamente.


-¿Y tú realmente crees que no lo voy a poder descubrir? -contraatacó -. Puede que tú no me lo vayas a decir, pero tengo mis propios métodos para averiguarlo -sentenció con una sonrisa arrogante.


Lo último que había dicho me había asustado, no lo voy a negar. Pero, no iba a demostrárselo. Me armé de valor y lo desafíe con la mirada.


-Oh, claro. Olvidaba que eras un gángster-terminé por decir indiferente.


Vladimir no dijo nada en respuesta. Una sonrisa siniestra se asomó en sus labios y caminó hacia la salida de la habitación.


-Nos vemos, Riley Harris...


Mis ojos se abrieron de par en par y un gélido escalofrío me recorrió entero. ¿A-Acababa de decir mi nombre y apellido? ¿Cómo es qué él sabía eso?


¿Y si lo sabía por qué había preguntado por mi nombre? ¿A qué rayos estaba jugando este hombre...?


---------


Bueno, como el título del capítulo dice, este capítulo te deja con cierta incertidumbre. Más que nada por el final (?) ¿Qué pensáis del padre de Red? ¿Os cae bien, mal? ¿O todavía no tenéis una opinión sobre él definida?


Yo por mi parte lo amo(?) no sé, será por mi preferencia por los personajes sádicos xd


Por otra parte... Riley se está revelando(?) xD Mira que intentar robar un cigarrillo de YandeRed... Rojitoh le castigará con dureza por ser un niño malote si se entera (?) ( ͡° ͜ʖ ͡°) okno


Andrew sigue igual de pervertido y de acosador con Nikon, digo Nike, digo Niko #Okya xd y qué puedo decir... me encanta(?)


Iandere y TsunDerUke no aparecieron en este capítulo, pero si lo harán en el próximo capítulo :)










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