Capítulo 13 ''Revelaciones, rumores y segundos besos inesperados''
En este capítulo por fin se revelan las identidades del juego y descubren quién es quién :D
Aunque aviso que no será algo super 'wuau' o shockeante xD
Esto influirá en las relaciones entre los 4, pero solo eso, influirá, no habrá un GRAN cambio repentino por lo que no os esperéis la gran cosa xD
Por otra parte... la última parte del título del capítulo ( ͡° ͜ʖ ͡°) xD
Sip, hay muchas sopresas en este capítulo por así decirlo xD
Se muestra el lado oscuro/darks de Riley también(?)
Añado que ese capítulo es de mis favoritos :D
Espero que os guste ^^
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Parecía que nada ni nadie iba a romper el silencio incómodo que se había formado de repente entre nosotros. O eso creía… cuando de repente se escuchó como alguien abrió la puerta de la casa y junto a ello el ruido de un estruendo.
—¡Riley! —se oyeron dos voces exclamando mi nombre.
Red y yo confundidos y extrañados intercambiamos miradas y corrimos en dirección de donde nos parecía haber escuchado ambas voces solo para encontrarnos con Ian encima de Derek, quién este último estaba tirado en el suelo.
¿Pero qué diablos…?
—¡Es por esto que te dije que me dejaras abrir a mí! —le gritó Ian cabreado.
El jarrón roto y las flores junto a su agua esparcido por el suelo, no hizo más que reafirmar mis sospechas.
Estos dos imbéciles se habían caído por hacer una carrera a quién abría la puerta antes, porqué habían escuchado el ruido de la moto de Red.
No pude evitar llevarme una mano al rostro como muestra de exasperación.
—Vaya, vaya… quién hubiera imaginado que a Patterson le gustaran los hombres… y encima los mayores —puntualizó Red burlón.
—¡N-No es lo que parece! —se apresuró a decir Derek quién parecía que estaba entrando en estado de pánico —. ¡Apártate pedazo de animal! —le gritó de vuelta y le dio una patada al pie intentando zafarse de Ian.
Ian quién escuchó lo que dijo Red, se levantó al instante y le dirigió una mirada fulminadora.
—¿Mayor? ¿Me estas llamando viejo acaso? —cuestionó con la ceja levantada en un tic.
—Sí, viejo —sonrió cínico —. Aquí te he traído a tu princesita, de vuelta sana y salva —me dio un pequeño empujón en la espalda acercándome a Ian.
¿Tenía que decir precisamente princesita? ¿En serio?
—Eh… Red, creo que te estás equivocando… Ian es mi hermano —le informé no sabiendo dónde meterme con la situación que se había formado.
—Quién lo hubiera dicho… —finalizó sarcástico—. ¿Así que ‘’E’’ eh? Menudo nombre… —lo apodó burlón.
—Habla el que tiene nombre de color —contraatacó con una sonrisa de suficiencia lo que dejó a Red con menos ganas de burlarse y más de golpear—. ¿Quién eres tú si se puede saberse? Déjame adivinar… ¿Otro compañero más de trabajo?
—Y también conocido como su nov--- —le tapé la boca a Red antes de que soltara semejante locura enfrente de Ian y empezara la 3ra guerra mundial. Y se la tapé a duras penas porque el chico era jodidamente alto.
—Derek… ya he llegado, así que podemos ir a mi habitación —me dirigí a Derek lanzándoles, así, una indirecta a Red y a Ian para que se largaran —. ¿Qué hiciste todo el tiempo mientras me esperabas?
—Ver la televisión, molestar a tu hermano —relató con una sonrisita divertida—, y justo ahora iba a ir a tu habitación a cotillear un poco tu cuenta de ‘’ArkForce’’.
Bueno… al menos lo había admitido.
Una cosa que me pareció curiosa fue que Red y Ian al escuchar que Derek había nombrado el juego de ArkForce se mostraron algo sorprendidos.
¿Por qué?
—¿ArkForce? ¿Tú juegas a ArkForce? —preguntó Ian incrédulo a Derek.
—¿No es obvio? ¿Porqué otra razón iba a querer saber la cuenta de Riley? —respondió lo que ya era obvio —. ¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso tú también lo juegas?
—Algo… parecido —confesó cabizbajo.
¿¡¿Qué?! ¿Mi propio hermano jugaba a ArkForce y yo no tenía ni puta idea?
¿Por qué nunca antes me lo había dicho?
—Ya que todos parecemos como si estuviéramos confesando nuestros pecados a un sacerdote invisible —empezó irónico Red—, yo también confieso que lo juego.
¿¡Pero porqué todo el mundo de repente parecía jugar a este juego?!
¡No entendía nada!
—¿Cuáles son vuestras cuentas en el juego? —procedió a preguntar Derek —. Mi nombre de usuario es DH5.
DH5… ¿DH5? ¿¡DH5?! ¿¡Aquel DH5?!
¡No, no eso no podía ser posible!
Inconscientemente al girarme a ver a Ian y a Red, los vi igual de sorprendidos que yo.
¿Ellos también le conocían?
—¿Realmente eres DH5? —quiso asegurarse Red y yo indirectamente.
—Sí —asintió con la cabeza —. ¿Te conozco en el juego?
—Soy CRIMS8N
Solo bastó el nombre para que Derek se quedara blanco como el papel.
—¿Eres tú el de los ítems especiales? —preguntó Ian esta vez.
—¿Qué nombre de usuario tienes en el juego tú Ian? —le interrogué.
—xRavenx ¿y tú?
Otro intercambio de miradas entre todos nosotros.
Esto solo podía significar una sola cosa… una demasiado obvia… Aparentemente todos nos conocíamos del juego desde antes.
—No me creeréis, no, con toda seguridad puedo decir que no… pero allí va… soy RE:
Los dos, excepto Red se quedaron sorprendidos. Aunque Red estaba también sorprendido… a su manera… a la escalofriante mirada que me estaba mandando en este momento.
—Ajá —rodó los ojos Derek —, claro y Paris Hilton es virgen. No mientas ojos de pez muerto, Yo soy el mejor amigo de RE: en el juego.
—Ya he dicho que soy RE: … Qué me creas o no ya es cosa tuya —concluí secamente.
—Y pensar que todo este tiempo, todos nosotros teníamos tantas cosas en común… —habló con un toque de sarcasmo Red sin dejar de mirarme de una manera que no lograba descifrar.
Él era CRIMS8N… ¿cierto? Que yo sepa… nunca le había hecho nada malo.
¿Por qué entonces no dejaba de mirarme de aquella manera?
Aunque tampoco le podía culpar… en mi tiempo jugando a ArkForce había hecho bastantes cosas de las que no estoy nada orgulloso… y es que había un oscuro secreto sobre mi reinado en ArkForce y sobre el juego en general.
Si moría tu personaje en el juego, no podías volver a empezar una nueva partida nunca. Tu personaje moría de verdad.
Yo era de los que mataba usuarios de vez en cuando. En vez de las criaturas que era lo único que se tenía que matar.
Eso ni mi mejor amigo, DH5 o mejor dicho… Derek lo sabía.
—Mierda… no sé qué pensar… Ojos de pez muerto o mejor dicho cerebrito —me apodó como en el juego —. Dejémoslo para otro día, no sé cómo pero veré como terminar yo solo mi parte en casa. Te veo mañana —se despidió Derek de mí y seguidamente cruzó la puerta saliendo de casa.
—Claro, Dick, hasta luego… —murmuré forzando una sonrisa.
—Harris —me nombró Red de pronto —. No te olvides de nuestro trato —me susurró al oído antes de salir por la puerta él también.
—Claro… Waters —musité su apellido sintiendo una especie de vacío en mi interior. Era como si de repente… Red me hubiese cogido desconfianza o algo parecido. Y eso por alguna razón no me había sentado bien… nada bien.
Aunque por otra parte estaba el trato entre yo y Red… no es que aquel trato vaya a dañar mi inexistente reputación ya que solo tenía a: mí, yo mismo y yo.
Y supongo que a Amanda y a Steve también.
Pero más bien, si antes Derek me hacía bullying y Howard casi me patea el trasero por sospechar que había algo entre Red y yo… no quiero ni imaginarme cuando la escuela entera sepa sobre nosotros.
La voz de Ian me trajó de vuelta a la realidad cuando me habló y puso su mano sobre mi hombro.
—Riley, yo ya me voy a dormir —anunció —. Tú deberías hacer lo mismo pronto, mañana tienes clase —dijo por última vez antes de subir las escaleras e irse a su habitación.
Creo que debería irme a dormir yo también, teniendo en cuenta que … hoy en especial había sido un día bastante agotador y para lo que me esperaba mañana lo mejor sería descansar y prepararme tanto mental como físicamente.
Lo que no esperaba sin dudas era que la gente iba a estar enterada de todo esto incluso antes que nosotros dos…
* * *
Ian terminó de traerme al escuela, y al bajar, lo primero que vi y escuché fue a Red y murmuros que no cesaban sobre nosotros dos.
Me acerqué lentamente hacia él y lo arrastré a la esquina, dónde quedaba la zona de aparcamiento.
—Hey, tú —lo acorralé contra la pared mirándolo furioso aún pareciendo patético debido a la diferencia de altura y bueno… la constitución física también ya que estábamos.
—Esa no es manera de saludar a tu novio y compañero de trabajo de química —me mandó una sonrisa arrogante.
Por lo menos había dejado esa actitud tan fría y distante de ayer.
¡Agh! ¿¡Pero eso qué más da?! ¡Lo que importaba es que por culpa de este maldito trato con un diablo llamado Red, había destrozado todas mis esperanzas de perder la virginidad con una chica y tener novia!
Eso… ¡Y el incremento del bullying que me iban a hacer!
—Ah, pues veamos… aquí tienes otro mejor saludo —le mostré el dedo medio a lo que el soltó una risa retenida.
—Déjame adivinar… los dulces no son lo tuyo —me quedé a cuadros con eso viniendo de la nada.
¿Pero qué coño tenían que ver los dulces en primer lugar en esta conversación?
—Esto no es sobre tú y tu extraña obsesión por los dulces, Red —gruñí.
—Ajá —rodó los ojos ignorando intencionalmente mis palabras —. ¿Y sobre qué si se puede saberse? Te dije la noche anterior que en la escuela sobretodo iban a saber de nuestra falsa relación… así que deja de quejarte —amenazó comenzando a molestarse.
—Lo sé, pero… —me separé de él dando unos pasos hacia atrás.
—Vete a clase, que llegas tarde. Luego hablamos.
—Cómo sea —bufé y comencé a alejarme de allí hasta entrar dentro del instituto. Dónde al solo entrar se acercó corriendo una chica hacia mí, quién se le veía que estaba a punto de sufrir un ataque cardíaco.
—Hey, acabo de conocerte, y es una locura, pero aquí está mi pregunta, ¿Estás saliendo con Red?
¿Soy yo o había oído esa frase en otra parte?
—¿Qué? ¡¡No!! ¡Definitivamente no! —negué por impulso aún sabiendo que tenía que decir que sí y me fui corriendo de allí solo para chocarme contra Amanda quién por otra parte se le veía emocionadísima.
—¡RiRi! ¡Oh por dios! ¡Dime que es cierto! ¡Dime que si estas saliendo con Red! —exclamó Amanda quién estaba delante de Steve dando saltitos de felicidad.
—¡No! Bueno, sí… ¡Es complicado!
—Con eso tengo suficiente —sonrió ampliamente dándome un abrazo que me dejó sin costillas—Ten, toma esto Riley y estudia mucho —me entregó un libro informativo sobre el sexo entre hombres y unos 3 tomos de un manga con el nombre de ‘’Love Stage’’—. Tampoco te olvides de contarme tooodos y cada uno de los detalles a la hora de receso.
Steve no hizo más que lanzar un suspiro y quedarse mirándonos como si fuéramos un par de aliens.
Yo no lo era aunque no estaba muy seguro de Amanda.
¿¡Qué mierda iba a hacer yo con un libro sobre como tener sexo entre dos hombres?!
Sonrojándome de pies a cabeza al ojear un poco el manga, fui corriendo a clase a esconder los mangas junto al libro en mi mochila antes de que lo viera alguien más.
Era cierto eso de que la realidad supera la ficción… porque nada de esto me lo había imaginado ayer. Esto era incluso peor.
Una vez en clase, asegurándome que no había nadie dentro, guardé lo que me dio Amanda y me senté en mi asiento, dónde unos segundos más tarde Derek se acercó.
—Ojos de pez muerto… ¿Es cierto eso de los rumores? —preguntó notándoselo inseguro.
—No —suspiré con fastidio—, no es más que un ‘acuerdo’ por así decirlo, entre Red y yo…
Me fijé entonces en su rostro. Se le veía como aliviado… ¿Aliviado? ¿Pero porqué?
—¿Acuerdo? ¿Qué especie de acuerdo es ese? —soltó sin poder creérselo—. ¿Para qué querría Waters acordar algo así contigo?
—Yo también me pregunto eso…
Para mi mala suerte las tres primeras horas acabaron llegando a su fin mucho antes de lo esperado. Lo que daba lugar ahora a la hora de receso, la tan esperada, nótese la ironía, hora de receso.
Salí el primero de la clase, llevándome a Red por el brazo nuevamente y lo arrastré a un lugar apartado, apartado de todas estas cotorras que habían en este jodido instituto.
—Haz que paren los rumores, ahora —le pedí lo más amenazante que pude, apuntándolo con el dedo índice.
No. No. No me gustaba nada de esto.
Si antes las chicas me miraban con desprecio… ¡ahora ni me miraban!
¿Además cómo podía yo estar con Red Waters? ¡Ese Red Waters! ¡No entraba en la cabeza!
Red, sin embargo, ni se molestó en responderme, sonrió ladeado y apartó mi dedo.
O más bien lo aparté yo cuando Red lamió mi dedo sin previo aviso y sin borrar esa sonrisa tan malditamente arrogante de su rostro.
¿¡Pero qué cojones?! ¡¡Ha lamido mi dedo!!
Mis mejillas adoptaron un color rojo escarlata y me guardé el dedo y la mano detrás de mi espalda, a lo que él sonrió burlón.
—Antes que nada… —se cruzó de brazos — ¿Cómo voy a solucionar todo esto? Ya todo el mundo está enterado.
—Llama a uno de esos amigos macarras y delincuentes como tú y tened la escuela bajo secuestro —pausé —. Entonces grita por el puto intercomunicador de la escuela o por un megáfono que se vayan a la mierda todos los que piensen que tú y yo estamos de novios.
—Ajá… ¿y entonces qué?
—Entonces nada —me encogí de hombros.
—Mira, me duele tener que destrozar tus sueños y esperanzas, pero no tengo esa clase de amigos… al menos no los que secuestran escuelas. Y tampoco mantendría a más de miles de personas bajo secuestro solo para salvar tu pequeño trasero. Realmente me gustaría ayudarte… pero las camas de las cárceles no son muy cómodas ¿sabes? —finalizó sarcástico —. Tengo un mejor plan —se le formó una repentina sonrisa siniestra que a decir verdad me aterraba —, vamos —me agarró esta vez él del brazo, obligándome a caminar.
—Mierda… ¿pretendes que vaya así a la cafetería? —pregunté alterado al darme cuenta que íbamos en dirección de la cafetería.
El peor sitio que podía haber en este momento para mí.
—¿A qué te refieres? —preguntó alzando una ceja como gesto de extrañeza.
—Me estás agarrando del brazo —puntualicé lo que era obvio —. ¡Parece como si estuviéramos juntos!
—Y a ti parece que se te olvida que deberíamos dar esa imagen de estar saliendo juntos —murmuro apenas audiblemente por lo que no pude escucharle —, y no, no lo parece —terminó por decir.
Al sólo haber entrado dentro, enseguida los murmullos aumentaron y todas las miradas se posaron en nosotros dos.
¿Cómo había empezado este maldito rumor en primer lugar?
No me digas que Red se había encargado de proclamar que era suyo o algo parecido… porque juro que iba a pegarle un tiro aunque muriese en el intento.
—Harris, ¡ya era hora! —gritó una chica rubia de ojos verdes que estaba sentada al lado de Carolina —. Si yo ya sabía que eras gay —murmuró esto último entre risas.
—¡Qué no soy gay joder! —le grité furioso sintiendo que Red me había soltado el brazo.
—Claro, claro —siguieron riéndose de mí esas zorras.
—¡Entonces demuéstralo! —gritó una persona de entre la multitud.
¿Qué lo demuestre? ¿Querían que lo demostrara? Bien, que se preparan porqué lo iba a hacer.
Agarré a la rubia de su blusa y atrapé sus labios en un beso francés, deseando a su vez que no tuviera herpes labial o que no acabara de chupar una polla horas antes.
—¿Veis? No soy gay —me separé de ella en busca de aire con una sonrisa triunfante n los labios.
Cómo esperaba, la gente fue calmándose poco a poco. Parecía que finalmente les había entrado la idea en esa cabeza de chorlito que tenían.
Justo cuando iba a volver a sentarme en mi asiento del comedor junto a Amanda y Steve, Red vino por detrás mía y me giró hacia él.
—No intentes ponerme celoso—me tomó del mentón y juntó sus labios con los míos forzosamente.
Ya no había nada que arreglar o aclarar. Mi pequeña e inexistente reputación había sido destrozada en pequeños trocitos, y es que ni siquiera habían quedado esos pequeños trozos, se había esfumado. Todo.
Estaba jodido. Literalmente.
Puta vida.
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Si, Riley, estás jodido... aunque serás aún más jodido... y por alguien que todos conocemos bien ( ͡° ͜ʖ ͡°) *cof*Red*cof*
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