Light abre la puerta y saluda muy por encima a su madre y hermana mientras corre escaleras arriba, diciendo que tiene un proyecto importantísimo en el cual debe avanzar. Una vez en su habitación apoya la espalda contra la puerta y respira profundo intentando calmarse, acto seguido dirige la mirada hacia la laptop que tiene sobre el escritorio. Contrario a la prisa que traía minutos antes, no corre hacia ella, en cambio observa la hora en su reloj de muñeca y concluye que lo ideal es esperar un poco, si se conecta justo a la hora que acordaron se vería muy desesperado y sospechoso, ¿verdad?

Esperar diez minutos le parece prudente, los cuales se le vuelven eternos. Lanzó el bolsón a la cama y acomodó sus cuadernos un poco para estudiar más noche pero tras eso no ha dejado de dar vueltas en la habitación, esperando que pase el tiempo.

Al igual que el día anterior, un cosquilleo se apodera de la parte baja de su abdomen. Lo asocia con la curiosidad, se pregunta cómo luce L, qué aroma tiene, ¿tendrá algún tipo de hobbie o manías?

Cuando pasan los diez minutos corre a la laptop pero antes de poner sus credenciales en la página detiene los dedos sobre las teclas. De pronto la realidad le llega de golpe, es un chat donde la gente busca sexo como bien lo dijo L, y que bien es cierto que ese es el motivo por el cual él decidió abrirse un perfil, para dejar de ser el tarado de veintiuno que sigue siendo virgen, sin embargo L es... hombre.

Hace memoria intentando recordar las veces que encontró atractivo a alguien, admite que en el colegio había algunas chicas que se le hacían lindas pero nunca al punto de querer cortejarlas. Recuerda entonces la pregunta de L acerca de los chicos, lo único que puede decir es que siempre se sintió más cómodos con ellos que con el sexo opuesto, lo cual no le parece raro, es normal que sienta más afinidad con los de su mismo género.

Termina de escribir el correo pero antes de proseguir con la contraseña vuelve a detenerse, su mente dándole vueltas a todo lo que encuentra a su paso. Se muerde los labios nervioso, ¿y si al final resultara que a él le gustan los hombres? Supone que no tendría nada de malo pero a la vez no tiene sentido, ya lo sabría de ser así. Le vienen las palabras de L a la cabeza, sobre reprimirse inconscientemente por miedo a ser juzgados; a decir verdad tiene un punto, si sus preferencias se inclinarán hacia el mismo sexo no se ve admitiéndolo así por así frente a sus amigos, pese a que Near y Mello son abiertamente homosexuales y Matt bisexual. Mucho menos se ve hablando de ello con su familia; su padre es un hombre ejemplar, reputación intachable y valores muy definidos, a su manera siempre les ha hecho saber lo mucho que los quiere pero también es un hombre severo, no tiene idea de cómo reaccionaría.

Suspira intentando deshacerse de esos pensamientos, no quiere echarse para atrás así que escribe su contraseña y le da ingresar de un tirón, sin pensarlo para no retractarse. Por algún motivo no quiere dejar colgado a L, sino fuera por él quizá no hubiera entrado de nuevo a esa página pero ya quedaron ayer en volver a conectarse. Tampoco es como que deba pasar algo entre ellos, solo van a chatear y ya...

Al entrar a su perfil los mensajes comienzan a bombardear su pantalla, muchos más que ayer. Lo primero que hace es editar la descripción, dejando solamente "no me interesa chatear con nadie". Puede que no tenga sentido pero sí decidió entrar de nuevo fue solo por L, quien justo le escribe cuando él se disponía a buscarlo entre tantos perfiles.

>«Pensé que no te conectarías, bebé»

Ahí iba el mote de nuevo, pero que lanzado. Sin embargo a Light no le molesta, tampoco le presta tanta atención cuando se siente tan orgulloso de que los minutos que esperó hayan surtido efecto.

>«Lo que pasa es que tengo que avanzar en un proyecto y estaba acomodando todo para tener lo que necesito a la mano.»

>«Oh, ¿no es un buen momento para chatear? Tampoco quisiera atrasarte con tus cosas»

Ok, tal vez su plan no está saliendo del todo bien.

>«¡No, no! Tampoco está taaaaan difícil»

>«Bueno, igual procuremos que esta charla sea corta para que te puedas enfocar en tu tarea, ¿te parece?»

>«Sí, me parece bien»

>«Ayer te ofrecí conocernos, ¿por qué no me cuentas más de ti?»

Light sonríe de lado, sintiéndose cómodo.

>«No hay mucho qué agregar a lo que ya decía mi descripción. Estoy en la universidad, tercer año en la carrera de derecho. No me gustan las mascotas porque botan mucho pelo. La papaya me da asco. El café me cae pesado y no soy fan de los dulces, ¿y tú?»

>«Me encanta porque me diste tantos detalles y a la vez nada muy personal como datos familiares. Y tal parece que comenzamos con las discrepancias, ¿cómo que no te gustan los dulces? ¿qué extraño ser eres?»

Light sonríe al sentirse halagado y a la vez porque lo último le causa gracia.

>«No me digas que a ti te gustan.»

>«Por supuesto. Todavía le pido bombones a mi dentista cada que voy a visitarlo»

>«¿Qué eres? ¿Un nene de cinco años?»

El castaño no duda en su respuesta, sin embargo de pronto frunce el ceño al darse cuenta de algo.

>«Espera, L, te di datos sobre mí y en lugar de contarme sobre ti me persuadiste»

>«Que inteligente. Puedo usar tu respuesta y decir que no hay mucho qué agregar a lo que ya dice mi perfil»

>«Eso no es justo...» Light hace un puchero aunque el otro no pueda verlo.

>«Bueno, tienes razón así que te voy a dar un dato sobre mí. ¿Recuerdas lo que ayer interpretaste por "activo"?» el castaño se sonroja, ¿por qué justo tenía que sacar eso? «pues digamos que no te equivocas del todo, padezco de insomnio, duermo pocas horas por las noches.»

>«¿En serio? Debes tener unas ojeras enormes. ¿No has consultado un médico?»

«Tranquilo, me acostumbré a ello por mi trabajo. Mi cuerpo no exige más descanso, lo cual me es conveniente.»

>«¿Por tu trabajo?» enarca una ceja, esperando ansioso la respuesta.

>«No te diré de qué trabajo porque eso sería un dato personal, y no puedo confiar en alguien cuyo verdadero nombre desconozco.»

>«¿Cómo sabes que no es mi nombre?» teclea sin pensarlo y de inmediato se arrepiente, porque siente que cayó justo en la trampa «Bueno, tampoco es como que tú estés usando tu verdadero nombre»

>«No me quejo de que no uses tu nombre real. Pero se supone que vamos a conocernos, sin embargo para tu tranquilidad, creo que es muy pronto para intercambiar fotografías. ¿Te sentirías cómodo con una llamada telefónica? Así al menos compruebas que no soy un viejo rabo verde al otro lado»

Light se sonroja y se relame los labios nervioso porque aunque estaba siendo cauteloso, en ningún momento se le cruzó que L pudiese tener una edad diferente a la descrita en su perfil.

>«No he creído ni dicho eso.» una cosa es que no confíe del todo porque se trata de un desconocido, otra cosa es clasificarlo como un viejo pervertido.

>«De todas formas es internet, ya ves todos los mensajes que te cayeron ayer. Entonces, ¿aceptarías una llamada corta? Luego te dejo para que te concentres con tu proyecto, no quisiera quitarte mucho tiempo. Y si no deseas darme tu número personal, en la parte superior aparece un telefonito para audiollamada.»

El castaño suspira nervioso ante la posibilidad de escuchar a L, de ponerle una voz a cada palabra que lee de él.

>«Me parece sensato. Déjame ir por mis audifonos»

Ni lento ni perezoso se empuja con todo y silla, saliendo rápido hacia el buró para buscar en uno de los cajones y volver. No tardando ni un minuto.

>«Estoy listo»

Sin una respuesta, la pantalla de su laptop muestra un teléfono grande y a través de los audífonos lo escucha sonar. Esperaba que al menos le diera unos segundos. El corazón se le acelera, la respiración ni se diga, no puede responder así, parecerá que estaba... necesita calmarse.

Respira hondo mientras el teléfono sigue sonando, y solo atiende hasta que se siente listo.

—¿Ho-Hola? —Bueno, casi listo, le fue imposible no balbucear.

—Suenas nervioso, ¿te pongo nervioso? —Pese a que la pregunta es sugestiva, en lugar de sonrojarse Light frunce el ceño por la voz sintética que viene del otro lado.

—¡Oye, eso es trampa! Al final creeré que sí eres un viejo rabo verde si acudes a un simulador de voz.

—¿Simul... —una pausa— oh, perdón, es la costumbre, olvidé desactivarlo —otra pausa y algunos clics— ¿Ahora sí?

Light sostiene el aliento, aunque ya no suena como un robot, la voz que llega a sus oídos es neutral pero lo que más le llama la atención es lo grave que es, al punto de darse cuenta que tiene la piel erizada.

—Sí, ahora sí. —Murmura, más curioso que antes por saber en cómo puede lucir L. Por algún motivo imagina que L es de esos hombres que siempre huelen rico basado solo en lo masculino que se escucha.

—Tienes una voz cálida, me gusta mucho.

—¿Eh? —esta vez sí se sonroja— Uhm, lo mismo digo...

—¿Sabes? Hasta el momento he preferido no llamarte Yami porque alguna vez vi una serie japonesa y escuchaba que lo usaban mucho para referirse a la oscuridad. Ahora que te he escuchado me niego aún más llamarte así, tienes una voz muy dulce para eso.

El castaño no sabe cómo reaccionar a un hombre diciéndole esas cosas, sobre todo si tal cual se lo dice al oído y con esa voz profunda. También le parece curioso que mencionara a Japón porque él nació ahí aunque su madre fue trasladada por trabajo cuando aún era pequeño, por lo que no domina el idioma y menos se le pasó por la cabeza que el juego de palabras que hizo pudiera significar algo.

—Si te hace sentir mejor, en ningún momento elegí mi nombre porque signifique oscuridad. Es mera casualidad pero puedo decirte mi nombre real si primero tú me dices el tuyo.

—Uhm... no tengo problema en hacerlo, después de todo no es un gran misterio. Mi nombre es Elle.

—¿Qué?

—Elle.

—No, sí te escuché pero...

—¿Pero mi nombre se pronuncia como la letra L en Inglés?

—Sí, eso...

—Ya ves, todo en mi descripción es real. El único que miente en la suya eres tú.

Light se muerde los labios porque inevitablemente recuerda la descripción de L, más que nada lo de "siempre activo".

—Bu-Bueno... —sacude la cabeza, intentando sacarse esas ideas—, ya que cumpliste es mi turno. Mi nombre es Light.

—¿Lo contrario a Yami?

—No es algo que hice consciente pero tal parece que así es.

—Me gusta mucho, va acorde a tu voz. Mucho gusto, Light.

El aludido traga saliva, un escalofrío recorriendole la espina dorsal al escuchar su nombre ser pronunciado por esa voz. ¿Por qué le pone tan nervioso para empezar? Quizá es porque aunque ha sido una plática tranquila, sabe que la misma en algún punto puede tomar un rumbo más sexual. O al menos ese es el propósito de esa página tal y como L se lo dijo el día previo.

—Mucho gusto también, Elle. —Dice tras unos segundos con una leve sonrisa.

—Me gustó llamarte bebé ayer porque me causaste ternura, pero en definitiva prefiero tu nombre. Así que no te quito más tu tiempo, Light. Espero podamos chatear de nuevo mañana.

—¿A la misma hora?

—Preferiría más noche para probar algo diferente. —Responde L sin titubear.

El contrario traga saliva. —¿A-Algo diferente?

—Déjamelo a mí. Y no te preocupes, no haremos nada con lo que no te sientas cómodo, ¿te parece?

—Está bien... —Suspira, si bien se siente nervioso... y a la vez ansioso, L le transmite confianza.

—Perfecto. Nos leemos entre las nueve y diez de la noche. Pasa una linda tarde... o lo que queda de ella.

—También tú, Elle. Me gustó platicar contigo.

—Y te va a gustar más lo que se viene, bebé.

La llamada es desconectada sin darle tiempo a Light de procesar esas palabras, o de pensar en qué contestar de haber tenido la oportunidad. Si antes se ha sonrojado, esta vez su rostro alcanza un nuevo nivel de calentura y rojez. Sin embargo su reacción no es de incomodidad, sino por el cosquilleo que vuelve a sentir en la parte baja de su abdomen.

¿Qué significa que una parte de él está ansioso porque ya sea mañana?