20.
20.
Enero.
Taehyung miro a su hermano quien sonrió.
—¿Por qué me ibas a buscar? —Pregunto directamente y Hoseok suspiro largamente.
—Pues, necesitaba hablar contigo con respecto a nuestra madre, quería arreglar las cosas Tata, pero no pude llegar, intente marcarte, pero note que apagaste el teléfono —Dijo y Taehyung saco su teléfono y torció su boca.
—Recibí llamadas de tu padre y creí que solo era para hablar de lo de mi madre, no pensé que fuera tan grabe, antes de salir de mi casa cambie mi chip por otro nuevo —Hoseok asintió mientras tomaba la mano de Taehyung.
Taehyung empezó a sentirse culpable, sonrió tristemente a su hermano quien le regalo una sonrisa pura y linda.
—Taehyung deja de huir de mí, sé que las cosas no son las mismas desde lo que paso, pero no puedo regresar el tiempo y tú tampoco, ambos nos equivocamos y aunque no tengas la mejor relación con nuestros padres, no tiene por qué destruir la nuestra o lo poco que queda con ella. Regresa Taehyung, te necesito.
Taehyung soltó un pequeño sollozo mientras asentía y abrazaba a su hermano.
—Perdóname por favor Hobi —Susurro Taehyung y Hoseok asintió entre aquel abrazo.
Charlaron y lloraron aún más, hasta que llegó el momento de que Taehyung tuvo que retirarse porque su madre vendría y Taehyung aún no estaba listo para enfrentarla. Taehyung salió de la habitación y camino hacia el consultorio del azabache, entro a este y lo encontró dentro revisando unos papeles, Jungkook le sonrió y Taehyung corrió a él y lo abrazo mientras se sentaba en su regazo.
—Gracias —Susurro Taehyung y Jungkook lo apretó contra él.
Permanecieron ahí unidos en aquel abrazo, Jungkook separo un poco a Taehyung y lo beso, el castaño no se perdió de aquel beso y lo siguió rápidamente.
Al cabo de unos minutos más ambos se encontraban retirando del hospital tomados de la mano, en el pasillo las enfermeras, enfermeros, doctores murmuraban del doctor Jeon y su acompañante sumamente guapo, Taehyung se sentía apenado con todos y sonreía tímido. Jungkook y Taehyung subieron a la camioneta del azabache y este arranco hacia algún lugar, Taehyung no borraba su sonrisa de la cara ante lo que se encontraba viviendo.
Jungkook manejo hasta una barranca en donde se podía apreciar todo Seúl, bajaron ambos de la camioneta y caminaron hasta el pequeño mirador, el frio se sentía en su plenitud, pero eso no importaba, Jungkook abrazo al castaño y beso su mejilla.
—Se que no llevamos tiempo de conocernos y que estamos dejando que esto fluya, pero por favor no me dejes Taehyung, quédate conmigo —Susurro el azabache y Taehyung sonrió mientras se giraba en su propio eje.
—Siento que te conociera de otra vida, en otro tiempo —Susurro Taehyung y recargo su cabeza en el pecho del azabache mientras miraban la vista preciosa.
—Me gustas —Dijo Jungkook y Taehyung lo miro con sus ojitos brillosos y en sorpresa.
—También me gustas Jungkookie —Susurro Taehyung y se acercó al rostro del azabache para besarlo.
La lluvia de nieve empezó a caer mientras la luna brillaba en su máximo esplendor, tal vez la primera nevada del invierno no la vivieron juntos, pero si vivieron dos de todas esas nevadas que se perdieron, tal vez no la primera, pero para ellos era la primera en sus corazones y para ellos aquello gritaba estar juntos para siempre.
No importaba de qué manera, pero se habían enamorado uno del otro y la luna era testigo de aquello, ambos eran dos chicos rotos, imperfectos y juntos los volvía seres perfectos el uno del otro. Por qué se estaban construyendo, se estaban amando y eran ambos una onironauta, la onironauta del amor.
Jungkook había vivido momentos difíciles en su vida, pero siempre había alguien que lo ayudaba a salir de aquel pozo en el que él solo se hundía, solo lo mantenían, Kim Taehyung lo alejo de aquello con su presencia, aquel castaño había hecho más de lo que sus amigos en años, entendió que solo necesitaba del amor de alguien, necesitaba llenar aquel vacío que habían dejado en su pecho y Kim Taehyung desbordaba aquello.
Por otro lado, Kim Taehyung sufrió muchas veces, la pérdida de su ser más querido lo hundió por mucho tiempo en un pozo que le creyó jamás tendría salida, pero si la tenía, solo estuvo una persona ahí que jamás se rendió por más que volvía a caer, tuvieron que pasar años para que Taehyung se encontrara en un sueño con Jungkook, aquel azabache que lo salvo de un lago, aquel azabache que lo salvo de morir. Jungkook había llegado a la vida y sueño de Kim Taehyung para salvarle de todo y para enseñarle que siempre habrá alguien que te ame de todas las maneras posibles y claro está que cuando te abrace junte todas aquellas piezas rotas.
Ambos pegarían sus piezas, pegarían todas aquellas piezas rotas y aunque no se pertenecieran se asegurarían de entregarlos a las personas indicadas, a aquellas que entiendan el valor de la persona que tienen a su lado, pero ambos chicos saben que jamás, jamás encontraran a alguien que los entiendan como ellos mismos se entienden.
Por qué solo es cuestión de tiempo, de dedicación u coexistencia para que la onironauta les enseñara su verdadera identidad. Una identidad que relata de un tiempo en la guerra, cuando la prohibición de amarse entre hombres se consideraba un delito y aquellos se pagaba con muerte.
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