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7 °El libro°

Pego mi espalda a la suya. Los hombres que nos rodean están estáticos esperando algún movimiento de nosotros. Mi respiración comienza a ser pesada y lenta.

No creo poder luchar, nunca lo he hecho con nadie que no fuese mi familia, y solo era en prácticas, por ello mi mente está en un shock donde no sabe ni como moverse.

Siento el calor corporal de Lag a mi espalda. Él, a diferencia de mí, no está rígido y supongo que si sabe luchar.

—Cuando te diga, corres —Me dice en un susurro.

Los hombres al mismo tiempo dan pasos al frente, nos retan. Sus miradas se ven opacas por el pasamontañas negro que tienen puesto.

Lag en un movimiento rápido se despega de mí y como un estruendo su voz se escucha en mi cabeza.

¡Corre!...

No lo pienso dos veces y corro, mis pasos están veloces, siento a alguien detrás de mí y la tierra se mueve. Deseo mirar atrás y saber si quien viene detrás es Lag, pero no quiero tropezar y caer.

Un destello de luz impacta a un costado de donde me encuentro, por segundos la luz me cegó y una mano me aparta tomándome por mi muñeca.

—Por aquí —dice aún con su mano en la mía.

Correr con él fue mucho más rápido y seguro. En pocos minutos estábamos fuera del bosque y la arena blanca frente a nosotros se expandía grande e imperiosa.

Corrimos sin soltarnos, cuando llegamos en el lugar donde estábamos al principio, allí estaba Lucille, su cuerpo en el aire y sus ojos cerrados.

Lag me soltó y corrió hasta ella. En un susurro dijo la misma palabra que ahora reconocí como latín.

—Facere. —Lucille cayó en sus brazos abriendo sus ojos en sorpresa.

Un sonido fuerte como una trompeta se escuchó y frente a nosotros apareció el mismo tipo que al principio.

—¡Tenemos un grupo ganador!

Al decir esto todos los chicos fueron apareciendo uno a uno. Algunos con miradas desorbitadas e incluso pude notar como otros tenían lágrimas en sus ojos.

Raj, Gabriel y Kristen; aparecieron los tres juntos. Nos miraron y caminaron hacia nosotros. Raj tenía la vista fija en su hermano. Pero este lo ignoraba totalmente.

—¡Felicidades!, os habéis ganado el primer reto de: "Ilusión" ¡Me alegro por vosotros!

Se escucharon aplausos y murmullos entre los alumnos.

—¿Cómo supieron que fue una ilusión? —Me preguntó Kristen cuando todos íbamos de regreso al colegio.

—Fue Lag quien lo supo, no yo —respondí mientras caminábamos.

Los gemelos venían detrás de nosotros, hablaban bajo y en ocasiones los miraba, pero ellos se veían concentrados en lo que se decían.

—Raj también se dio cuenta, pero fuimos atrapados en muchas ilusiones y cuando queríamos volver unos hombres de negro nos acorralaron y tuvimos que luchar.

Asenti porque lo sabía, con la diferencia que nosotros no luchamos, nosotros huimos.

Lucille se une a nosotras dos, dejando a Gabriel solo y con las manos en los bolsillos.

—¡Fue grandioso que ganaramos! —chilla uniendo su brazo con el mío.            —Todos nos miran y lo hacen con respeto.

A las seis en punto Lucille tocó a mi puerta para ir a cenar. Traté de descansar y dormir, pero no pude. Tenía la imagen de mi madre ensangrentada en la cabeza y no poder saber de ella me tiene preocupada.

Ya en la mesa la primera en llegar a sentarse es Kristen, su cabello rubio está suelto, liso completamente y tiene un Jean blanco ajustado.

—Todos nos miran ahora. ¡Sí, fue genial ganar! —Exclama en un susurro.

Lucille asiente con una sonrisa y yo solo asiento en silencio.

—¿Y los chicos? —pregunta Kristen viendo hacia las escaleras.

—Raj me dijo que no tardan.  —Al decir eso Lucille, en la silla junto a mí aparece Gabriel. Su aparición me hizo saltar del susto.

—¡Rayos! —Se queja Lucille con la mano en el pecho. —Me asustaste.

Gabriel sonríe con picardía y le guiña un ojo. Luego me mira a mí y con su mano toma uno de mis mechones rojos, lo mira y observa mis ojos. Me hace sentir incómoda así que bajo mi cabeza.

—Es un lindo color ¿cierto? —le dice Kristen viéndome el cabello también. 

—Y único. —La voz de Gabriel, es una de esas voces que cuando las escuchas agradan. Es juvenil y seria.

Antes de que alguno vuelva a decir algo me concentro en quienes vienen de camino a nuestra mesa.

Son los dos gemelos. Su parecido es impresionante e incluso caminan igual. Si no fuese porque Lag es un poco más distraído, ambos fueran totalmente parecidos.

Mis ojos dan con los de Lag por un segundo y recuerdo el sonido de su voz, recuerdo la calma y la paz que me transmitió y siento mis mejillas arder.

El contacto ojo con ojo se rompe porque siento como intentan entrar a mi mente.

Llevo mis ojos al rostro de Raj y me sonríe con malicia. Y luego, sin darme cuenta siento como mis muros se rompen y su voz se cala en mi mente.

Esta vez ha sido fácil. 

Vuelvo a levantar mis muros y su sonrisa se agranda.

Ambos llegan a la mesa. Raj se sienta frente a mí, junto a Lucille y Lag junto a mí, frente a ellos.

—¿Habrá algo grandioso de cenar, para los ganadores? —Raj observa el área de la cocina.

—Ojalá. —Kristen suspira, coloca sus manos por encima de la mesa. —¿Creen que mañana sea difícil?

—Puede ser. —le responde Raj.

A nuestra mesa llega el encargado de recibir lo que pediremos y luego se marcha. Yo pedí un vaso de leche y sándwich de queso. No tengo mucha hambre y la verdad me siento algo ansiosa.

La cena pasa tranquila, antes de cada quien irse a su habitación varios chicos se nos acercan y nos felicitan, Raj es quien agradece y recibe las palabras como elogios. Los dejo hablando por un momento y me encamino a las escaleras, quiero ir a dormir y a pensar en mis padres.

Cuando subo al primer piso me encuentro con un chico esperando en el pie de la escalera para subir al segundo piso. Está vestido todo de negro y lleva una cazadora negra igual. Está recostado en la pared, sus ojos me atrapan al instante y no sé porqué siento una sensación de familiaridad; como si supiese quien es él. 

Me detengo porque el peso de sus ojos se siente mucho. Quiero hablar y decirle al menos "hola" pero las palabras no salen de mi boca. Él me mira y hace movimiento de querer moverse y entonces escucho voces, y el chico frente a mí desaparece.

—Vez, te dije que se había ido a dormir. —Lucille viene acompañada de Raj, él me mira y hace lo mismo hacia las escaleras. En sus ojos puedo ver que busca algo o alguien. —¿Por qué no me esperaste?

Le sonrió para que no piense nada y me encojo de hombros. —Me siento cansada es todo.

—Bueno, bueno... Raj —se coloca frente a él y le coloca las manos en los hombros de él, ella es un poco más bajita que él, no mucho. —hasta aquí tu compañía. 

Él asiente y vuelve a mirarme serio de nuevo. Su expresión es de alguien que sabe todo de una persona. Lo ignoro y vuelvo a subir las escaleras. Me despido de Lucille y dentro en mi habitación. 

¿Quién era ese chico? ¿Y qué hacía allí  en las escaleras para ir a los dormitorios de las mujeres?

Me acuesto en la cama. Y antes de poder quedarme dormida, una voz femenina me llama. Entre el sueño y la realidad sé que esa voz proviene de mi clóset. Así que agudizo más mi audio y presto atención aún con los ojos cerrados .

Ven. —Dice la voz. Recuerdo el sueño y me levanto de golpe.

Me bajo de la cama y abro la puerta del clóset. Solo tengo ropa y el bolso pequeño. Al instante recuerdo el libro que me dio mi abuelo y agarro el bolso para echarle una ojeada.

Lo saco y me acuesto en la cama. El libro a simple vista se mira normal, pero puedo sentir un hormigueo en mis manos. Lo abro, al principio no hay nada. Ni letras ni nada. Cuando voy a pasar la hoja, letras en cursiva empiezan aparecer.

Dice:  El Principio.

Y firma Onice. 

No sale nada más, entonces paso a la otra hoja. Es igual que la anterior, no se ve nada en un principio y luego de unos segundo aparecen las letras.

A ti, que puedes leer esto.

Primero quiero que sepas quién soy y, los motivos que me llevan a escribir esto y pedir tu ayuda.

Mi nombre es Onice Crowley. Poseedora de un inmenso poder y quien mantiene con vida el planeta nistico. ¿Soy una persona? No lo sé. No recuerdo mi principio, ni como llegué aquí.

Nací de la nada.
Soy la nada.

Primero, te diré, tú  y yo somos iguales. ¿Por qué lo digo? O ¿por qué lo sé? Simple.

Porque puedes leer estas letras. Nadie más, que no sea yo, puede hacerlo.

Necesito de tu ayuda. Muy pronto estaré atrapada y confinada a un lugar lejano de nuestro mundo, mi mundo, tu mundo.

Mi poder no servirá de mucho encerrado y por ello nuestros enemigos tomarán ventajas y no podré defenderlos.

Antes de seguir, necesito que sepas algo.

Nadie es lo que parece.

Y las letras llegan hasta allí. No vienen más y cuando paso a la siguiente página no sale nada.

Frunzo el ceño y quedo confundida. 

¿Qué es esto?

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