El patio de peleas y luchas, es grande, con árboles frondosos a lo lejos, arena blanca y piedras grandes en diferentes formas. Todos los alumnos estamos esperando a nuestros líderes elegir los equipos. No puedo negar lo nerviosa que estoy. Nunca, aparte de mi familia, me he enfrentado con nadie, algunos que están enfrente de mí tienen un nivel bueno y otros mucho más fuertes.

Lucille y Kristen charlan animadas, señalando y compartiendo conocimientos; Raj y Lag están detrás de mí, Raj comiendo una manzana y Lag mirando en dirección al bosque.

—Apuesto a que tus poderes son muy buenos. —La voz ronca de Raj me toma por sorpresa, pero no se lo demuestro, giro mi cabeza para mirarlo detrás de mí—, algo me dice que escondes más de lo que se ve.

—¿Por qué lo dices? —pregunto un poco confundida.

—Tal vez sea intuición. —Se encoge de hombros, observando al lugar vacío extenderse hacia el bosque.

—Tal vez te equivoques.

—No suelo equivocarme. —Se acerca más a mí, con nervios busco con la mirada a Lucille quien sigue hablando tranquilamente con Kristen—, alguien que puede tener tantos bloqueos en su mente es porque esconde algo.

Termina susurrando cerca de mi rostro. Lo miro directo a sus ojos. Son tan negros, tan oscuros. En sus labios hay una sonrisa danzante, de esas que te asustan, que te advierten.

Así que él fue quien intentó entrar a mi mente.

—Espero que no vuelvas a intentar entrar en mi mente. —Sentencio con la voz un poco baja, pero llena de coraje.

—No hay necesidad de eso. —Vuelve a sonreír, esta vez mostrando sus filosos colmillos y dando un paso atrás—. Estoy seguro que tú misma me dirás lo que escondes.

Arrugo mi entrecejo, suena seguro de lo que dice.

—¡Chicos! —Un hombre corpulento de cabellos verdes llama la atención de todos; Lag, Lucille y Kristen se nos acercan—. Iniciaremos eligiendo un grupo de séis personas.

Raj se aleja de mí yendo hacia su hermano. Sus ojos aún en los míos.

Séis personas, nosotros somos cinco, así que nos haría falta una persona. Todos nos miramos pensando lo mismo, cuando mis ojos dan con los de Raj, puedo sentir esa sensación de incomodidad, él me mira de una manera extraña, todo es tan divertido para él.

—Si ya tenéis chicos en mentes iros agrupando por favor. Le daremos veinte minutos para que formeis el grupo.

Y así como apareció, se esfumó.

—Estamos nosotros pero falta uno. —Lucille se rasca la cabeza mientras habla.

—Yo no conozco a nadie aquí a excepción de ustedes. —Se encoge de hombros Kristen.

Mis ojos van en busca de alguien, observo el poder de todos pero la mayoría están tomando formas en sus grupos. Raj y Lag hablan bajo entre ellos, señalando y negando.

Mis ojos dan con un chico, se mira solo a lo lejos, con sus brazos cruzados sobre su pecho, sentado en una roca. Su nivel es bueno.

—Podemos decirle a él. —Lo señalo y todos siguen mi dedo. —Está solo.

—Es cierto. —Opina Kristen a mi lado—. Y se mira rudo.

—Lo llamaré. —Raj camina un poco adelante y luego lo llama silbando. El chico nos mira, pero no hace nada, su expresión tranquila— ¡Eh! ven acá —grita Raj.

Él se levanta y puedo notar lo alto que es, mucho más que los gemelos aquí presentes, cuanto mas se acerca puedo detallarlo mejor. Su cabello es rubio cenizo, sus ojos son tan azules que al mirarte sientes como si te asfixiaras, tiene barbilla cuadrada y unos aretes con forma de cruz; puede notarse que son de oro.

—¿Me llamaban? —Sus ojos están en cada uno de nosotros, es tan alto que tengo que mirar hacia arriba.

—¿Quieres unirte? —Raj es quien habla—, como vez nos falta uno.

Él ladea su cabeza y sonríe. —Claro, anotenme.

Sus ojos se enfocaron en mí mientras hablaba, supongo que es normal, ya que mi cabello llama mucho la atención. Me sentí avergonzada así que aparté la mirada y me coloqué detrás de Lucille, pero al hacerlo me topé con el rostro inexpresivo de Lag, viéndome como si fuese un animal en exhibición.

El chico se llama Gabriel. Ahora estamos todos en un grupo. Esperando las indicaciones. Kristen no ha dejado de comerse las uñas en un estado nervioso y Lucille está al lado de Lag, se susurran cosas. Es tan extraño el saber que aún no le conozco la voz a ese chico, puedo notar en si su parecido con su hermano, son idénticos; pero él es serio, aún no lo he visto sonreír ni la primera vez. He querido escanear sus poderes pero no he podido.

Como si sintiese mi mirada sobre él, gira su rostro. Sus ojos negros me miran y yo aparto la mirada rápido.

Lo que menos quiero es que me tache de mirona.

—Anice ¿tú qué dices? —Kristen coloca su mano sobre mi hombro.

—¿Perdón?, no escuché.

—Raj dice que si nos colocan en batallas individuales, que si tú podrías ir primero de nosotras pues.

Al decir eso todos me miran, incluyendo al chico nuevo. Siento mis mejillas arder y sé que estoy roja. No me gusta ser el centro de atención de nadie.

Niego con mi cabeza, pensando en que nunca me he enfrentado a nadie que no sea de mi familia, siempre entrené con ellos y eso no era todo el tiempo, porque a decir verdad prefería estar con mi mejor amiga o en mi cuarto leyendo libros.

—Ojalá aún no nos toque nada individual. —Lamenta Kristen.

—Deberían dejar de tener miedo —habla Gabriel—, sabemos que estamos aquí para luchar, en cualquier momento les tocará.

Él tiene razón. Elevo mi vista hasta todos los grupos unidos, en su rostro se ve reflejado la confianza. Kristen asiente y Lucille también. Sé que tiene razón, pero aún así no me siento preparada.

—Él tiene razón —dice Raj.

Como si la naturaleza estuviera dándole la razón a ellos, un viento fuerte recorre el lugar, levantando polvo y moviendo mi recogido cabello.

—¡Chicos! —El mismo hombre pero ahora acompañado de dos mujeres, aparece en todo el centro del claro. —, puedo ver que estáis en grupo, les informaré como será la primera prueba. Mirad a lo alto. —Señala un punto arriba y todos elevamos la vista —. Eso de allá, es una cárcel. Donde estará uno de su grupo, lo que tiene que hacer el resto es rescatarlo. No podéis volar, en lo que podéis ver de bosque encontrarán las diferentes pruebas que debéis pasar para obtener la salvación de su compañero. Se vale todo, menos mataros. ¡¿Estáis listos?!

Al finalizar sus palabras desaparecieron. Todos nos miramos para ver quien iría a la cárcel, pero antes de sugererirme, Lucille desapareció ante nuestros ojos.

—Comenzad. —Se escuchó la voz como un estruendo.

—Pensé que tendríamos que elegir —murmura Kristen. Varios grupos comienzan su carrera, adentrándose en el bosque.

—Es mejor que nos apuremos —dice Gabriel antes de comenzar a correr.

—¡Olvidaba deciros! —Suena la voz de nuevo—. ¡Tenéis media hora para sacar a vuestro compañero!

Todos comienzan a correr al bosque. Mi vista se agudiza, viendo a muchos correr en la distancia y entonces lo hago yo también.

Corro, siguiendo los pasos de los chicos.