1° Despedida °
Como alguien una vez citó: «un gran poder, conlleva una gran responsabilidad».
Soy Anice Ellis Cromwell, enviada por primera vez al Greatest, escuela para jóvenes peculiares y, con peculiares, me refiero a aquellos que ves poco por allí.
Somos jóvenes con poderes sobre naturales. Habilidades más allá de la imaginación de mortales. Esta es una escuela oculta a los ojos de aquellos que no poseen habilidades como las nuestras.
El Greatest, es un lugar importante donde el gran poder del Onice, mantiene con vida a nuestras razas. La finalidad de la escuela es conseguir a la persona que pueda dominar el Onice y su gran poder, puesto que ella o él nos llevarán a la victoria y volveremos a lo que un día fuimos:
Seres inmortales.
Cada año se registran nuevos candidatos, y este año me toca a mí, he cumplido mi mayoría de edad y por ello mis padres me han obligado a entrar a la escuela.
Obligado porque no quería, amo mi vida tal y como es; amo convivir con mortales, amo tener a mi mejor amiga, adoro los paseos con la abuela y los cuentos largos del abuelo sentados en la chimenea.
Por eso, estando de pie frente a la ventana de mi habitación, la nostalgia y el dolor recorren mis venas cuál hormigas.
—Anice, princesa, es hora de irnos —dice mi padre en la puerta de marco color blanco de mi cuarto.
—Está bien. —Giro mi rostro para dar con las facciones definidas de mi padre, su cabello blanco brilla en todo momento—. Solo déjame, y busco mi celular.
—No puedes llevar tu celular.
Su voz es suave, siempre que habla conmigo lo es.
Se acerca y toma mi rostro en sus manos, haciéndome mantener la mirada fija en sus ojos blancos.
—No quiero ir —digo lo que he dicho una y otra vez desde que me anunciaron sobre esto—, por favor papá, no me obligues.
—Cariño, sabes que debes ir, es un deber de todo Nisteano participar en estos retos. Se medirá tu fuerza y potencial y sí eres la elegida, dominarás el Onice y...
—Habrán muchos como yo allí, algunos podrían ser los elegidos.
—El asunto está decidido Anice.
Bajo mi cabeza al piso, algunos de mis mechones rojos caen por mi cara, mi padre los toma y los coloca tras mis orejas.
—Es un deber —susurra para convencerme.
Salgo de la habitación con él, llevo un bolso en mi espalda donde van mis cosas personales, papá viene detrás con mis maletas. Al salir de mi habitación, en la sala de estar, lo primero que veo es a mi familia, sentados en los muebles con estampados de flores; mamá ama las flores.
Mi abuela es la primera en sonreírme, seguido de mamá y el abuelo. Me acerco al lado de mi abuela y mentalmente trato de pedirle que evite esto. Pero como siempre, no tengo permiso de entrar a su mente, rara vez podía romper sus barreras y hablar con ella de ese modo. Dice que no cualquiera hace eso.
—Estás hermosa princesa —dice mi abuela extendiendo sus brazos para que me acerque a ella, lo hago, su perfume dulce a primavera me envuelve placenteramente—. Te irá bien, serás unas de las mejores y quien quite logres dominar el Onice.
Sus palabras van llenas de esperanza, según tengo entendido, varias generaciones desde hace mil años han deseado dominar ese poder. No han podido, nadie es "digno"
—Es lo mismo que yo le he dicho.
Mi madre se levanta y toma mis manos. Sus ojos azules me observan fijamente. Ella es de las personas que pueden saber lo que piensas, y no solo porque utilice sus poderes, no, ella lo sabe porque sí.
—Lo harás bien. Eres fuerte, y sé que aún no has explorado todos tus talentos. —Mira a papá y a todos los que están allí, mis abuelos son paternos. Los padres de mi madre nunca pudieron establecerse en este mundo.
Asiento con lágrimas en mis ojos. Sé que debo irme, pero no lo deseo, no lo quiero. No me siento capaz de dominar un poder de tal magnitud, sé que la persona que lo logre será el salvador, pero para ser sincera, yo tengo madera de todo, menos de héroe.
Mi abuelo no ha dicho nada. Sus ojos blancos, iguales a los de mi padre me observan sin detenimiento. Se levanta y me observa tranquilamente. La familia de mi padre, todos poseen cabellos blancos y ojos del mismo color, mi madre dice que en su familia son de cabellos negros y ojos color azul. Pero por alguna razón extraña del destino, mis ojos son violetas y mi cabello rojo. Nadie de todos los Nisteanos poseen ese color de ojos. Para interactuar con los humanos uso lentes de contactos color azul como el de mamá.
—Ven aquí —dice tomando de mi mano y alejándome un poco de la sala, vamos a la cocina—, ten esto. —Me extiende un pequeño libro, su portada es de cuero negro—, quiero que tú lo leas.
Lo abrazo, yo amo la lectura gracias a mi abuelo, puesto que desde pequeña me ha leído miles de libros. Él es muy importante para mí, incluyendo a toda mi familia.
—Te voy a extrañar —digo aún abrazada a él—. Los voy a extrañar mucho.
—Quiero que me prometas que harás todo lo posible por conocerte, conocer tus poderes.
Se aleja de mí para verme. Los años en la tierra para nosotros pasa como con cualquier humano, a excepción de que es algo lento el envejecimiento. De todos modos, a mis abuelos las arrugas ya se les notan.
—No creo ser la "elegida" abuelo. Tú muy bien sabes que todo este tiempo he utilizado de mis poderes muy poco. No deberían tener tanta fe en mí.
—Lee el libro cerilla. —Es como me dice por el color de mi cabello—. Luego de eso piensa como quieras.
—Bien.
Nos damos un último abrazo, papá avisa que es hora de irnos. Antes de salir de la cocina mi abuelo me detiene.
—No dejes que nadie toque ese libro. No dejes que nadie lo vea. Llévalo contigo a donde vayas y, por lo más sagrado, protégelo con tu vida.
Arrugo mis cejas, no entiendo por qué tanta importancia al libro; voy a preguntarle eso cuando papá aparece en la puerta, no sé cómo o cuándo, pero el abuelo ha podido quitarme el libro antes de que papá lo viera.
—Ya debemos irnos. —Papá nos mira a ambos—. ¿Pasa algo?
—No. —Mi abuelo no deja que yo hable—. Le daba los últimos consejos a mi cerilla, ¿cierto rojita?
—Sí. —Asiento con mi cabeza, papá sonríe, besa mi frente y se da la vuelta para que salgamos.
Antes de salir escucho la voz de mi abuelo en mi cabeza.
—El libro está en tu bolso.
Me detengo a mirarlo, pero él pasa a mi lado como si nada. Quiero comprobar que lo que ha dicho es cierto, pero no puedo hacerlo porque ya todos están en la sala, esperándome para el viaje.
No me iré en avión, ni en tren, ni mucho menos en auto.
Me iré en un abrir y cerrar de ojos.
Nos transportaremos.
Holaaa, primero que nada bienvenidos a este nuevo proyecto, si ya has leído "realidad difusa" quiero que sepas que esto es algo diferente, (aunque mantengo el misterio en casi todo) la fantasía es primera vez que la escribo y espero poder gustarles. Sino has leído (RD) ¿Pues qué esperas? Seguro que va a gustarte.
Sin más, espero que estos personajes te atrapen, que votes, comentes y opines siempre con todo el respeto que como persona merezco. Trataré de actualizar una vez por semana.
Bienvenidos a ONICE, donde todo puede pasar 💜💫🔥
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