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007








Yoongi se detiene cuando el rastro de pisadas desaparece a la entrada del río, deduciendo que los lobos salvajes habían cortado camino cruzando la corriente.

La cabeza le punza, pero ignora el dolor y a su vez olisquea el aire, llegando a su nariz el aroma de las distintas especies de árboles que lo rodeaban en el corazón del bosque y luego reconoce un leve deje del olor metálico característico de la sangre.

Y no entiende, la forma y el motivo del por qué los animales se han vuelto tan agresivos en las últimas semanas, no reconociendo ni siquiera su presencia de alfa.

Quizá lo sabe y no lo quiere admitir.

—Yoongi —el intercomunicador parpadea cuando escucha su nombre y Yoongi se acomoda el pequeño dispositivo para hablar por este.

—¿Todo bien?

Oye un suspiro de Namjoon. —Encontramos más lobos salvajes con aquel neurotransmisor —una maldición sale de sus labios, pero Namjoon vuelve a tomar aire, en un intento que busca calmarse—. Hay que hacer algo.

Por supuesto que había que hacer algo, él lo sabía, lo entendía; los casos ascendían demasiado rápido y él se encontraba completamente a la defensiva, su instinto amenazado al pensar que alguien estaba invadiendo su territorio, su propiedad, atacando indirectamente a los animales, su instinto estaba en el ápice, listo para salir a la superficie al pensar que alguien quería acabar con su raza, destabilizando todo el ecosistema del bosque que les pertenecía por tratado.

Unas pisadas resuenan dónde él ha permanecido varado cerca del río, y la esencia reconocida para él no tarda en aparecer, su lobo se relaja de inmediato cuando ve emerger a Jungkook de entre los arbustos.

Mas su rostro, sólo le hace fruncir el ceño.

—Despertó —es lo que dice Jungkook, sus ojos fieramente negros tragando los suyos, mandíbula tensa, notoriamente molesto, compartiendo la misma emoción que siente él cuando continua y dice—: el vampiro despertó.

Yoongi solo traga saliva, sintiendo la garganta apretada.

—¿Jimin? —pidió, inconscientemente mientras se muerde la mejilla interna y espera que Jungkook no note su preocupación, su ansiedad, y por un momento el dolor de cabeza vuelve, palpitando con violencia en su frente, pero lo ignora, la curiosidad siendo demasiado fuerte como para que su lobo se concentre en otra cosa.

—Está con él y Jin.

Asiente silenciosamente, su cabeza no terminando de dolerle nunca, casi como si fuera a caer enfermo lo cual era extraño porque los lobos no enfermaban, así que lo atribuye al estrés de la semana, el encuentro con aquel vampiro, y al hecho de que no se trataba de uno cualquiera, sino que se trataba de un familiar de Jimin.

Definitivamente había mucho en su cabeza, quizá era solo eso, así que vuelve a ignorar el dolor y le hace una seña a Jungkook, quien entiende de inmediato cuando se echa a correr por el mismo camino por el cual había llegado a su encuentro.

Yoongi le sigue desde atrás, ambos a una velocidad demasiado rápido como para que cualquier animal quisiera siquiera seguirle el rastro.





*





Jimin siente el frío de la mano ajena cuando aprieta la suya. El ruido de pisadas deambulando por la habitación no producen reacción en él. Lo único que puede hacer es enfocarse en Taehyung, quien yacía en la cama de aquel hospital.

Su rostro apacible era hermoso, sereno, como si nada pudiera perturbar su sueño.

Sin embargo, eso estaba lejos de calmarlo, todo lo contrario, le desespera.

Jin se acerca y escanea la herida en su nuca, la cual era cubierta por una venda y su rostro serio tiene preocupado a Jimin.

—No esta sanando... —murmura Jin, más para sí mismo, observando la incisión como si mirarla por más tiempo fuera a darle la respuesta a todas sus dudas.

—¿Qué haremos hyung? —Jimin mantiene su rostro preocupado, sin esmerarse en ocultar la emoción, el miedo, apretando inconscientemente la mano fría de su hermano—, ha pasado una semana y él- —Su voz se hace pequeña, su garganta se le aprieta porque a pesar de sentir cierta tranquilidad de tener a Taehyung con él, le desespera saber que fue en estas circunstancias—, él... él no despierta, hyung y él... luce como si estuviera muerto.

Siempre ha odiado eso de Taehyung. Desde que Jimin tiene memoria, recuerda a su hermano así, con el mismo jovial rostro, la misma expresión, misma piel y esa jodida particularidad de no respirar.

Simulaba necesitar oxígeno para vivir cuando estaban en Seúl, Jimin lo recuerda, verlo maquillarse para verse lo más humano posible y regular respiraciones con el fin de mezclarse con la demás gente.

Y podía estar horas viéndolo dormir, con el pecho quieto, los ojos cerrados y sin mover un músculo.

Ahora era lo mismo, pero el hecho de que lo hayan atacado con plata le asusta más de lo que debería.

Le aterra.

—No está muerto, Jimin —Jin dice, reventando la burbuja de pensamientos melancólicos y nostálgicos y se gira a verlo, dándole una sonrisa tranquilizadora cuando sus miradas se encuentran, a lo que Jimin solo frunce sus cejas preocupado, por lo que Jin se acerca y le acaricia la cabeza, palmeando la zona amablemente—, hay cierto olor en Taehyung, es pequeño, quizá no quiere mostrarlo, pero definitivamente no está muerto.

Jimin acerca su cabeza cuando los dedos de Jin se entrelazan en las hebras negras de su cabello, dándole una tranquilidad que logra relajar parte de su cuerpo tenso.

—¿Pero por qué no sana, hyung?

Jin tiene la misma intriga. —No lo sé... el corte no fue tan profundo y logramos quitarle el dispositivo, no entiendo qué pasa, va más allá de mi conocimiento, Jimin, nosotros- —guarda silencio, ordenando sus pensamientos y Jimin solo lo mira, anticipando algo, cualquier cosa—, nosotros pensábamos que los vampiros estaban extinguidos, o por lo menos no frecuentaban la zona sur. Así que solo nos basamos en los libros antiguos y los cuales están llenos de mitos.

Taehyung era una completa intrigapeligrosa, Jin sabe que es una amenaza, por lo mismo, para él es reconfortante de cierta forma que Jimin lo conozca y diga que es su hermano, porque no sabría qué hacer en la situación de que llegase a ser un enemigo real.

Y antes de que Jimin pudiera decir algo ante su rostro confuso, cuando el recuerdo leve de su infancia sobre su padre preparando infusiones junto a él y Taehyung llega a su mente, quizá siento la respuesta a todas las dudas, ambos escuchan un leve quejido, y ven luego el cuerpo de Taehyung removerse.

—H-hierbas medicinales... —susurra, con la voz rasposa, como si no hubiera hablado en años, pero de igual formas, el sonido es suficiente para llamar la atención de ambos ahí.

Jimin siente su cuerpo estremecerse de inmediato.

—¡Taehyung! —grita, sin tardar en echarse encima de él, abrazándolo por completo.

Siente las lágrimas picar en sus ojos, y la felicidad expandirse por su cuerpo cuando la mano ajena se posa en su espalda, palmeando despacio.

El vampiro hunde la nariz en su cuello y olisquea suavemente, relajándose ante la presencia que había extrañado por años. La sensación de familiaridad calándose por su cuerpo tan pronto reconoce el aroma de Jimin, aunque sabe que está mezclado con algo más, pero en este caso lo ignora.

Sin embargo, se priva de seguir disfrutando del encuentro, a su vez, Taehyung alza la mirada hacia la otra persona en la habitación.

La reconoció al instante, casi recreando en su mente el recuerdo donde lo ve herirlo con aquel puñal de plata.

Sus ojos se agudizan y su pecho brama cuando lo ve acercarse.

—Te voy a matar. —le dice a Jin, los labios tensos en una línea y la mirada dura, puesta solamente en el médico que no hizo más que agudizar la propia al instinto de defenderse que amenazaba por salir de él, llamando a su lobo a mostrarse y conseguir respeto.

Sin embargo, Jimin fue quien salió del abrazo, tomando los hombros ajenos y apretando ligeramente para llamar su atención.

—No, Taehyung, no es momento, tenemos que hablar. Iré por Yoongi-hyung.

—Espera —Jimin hace el amago de pararse, pero Taehyung alcanza su muñeca, su fuerza temblando y los huesos crujiendo, haciéndole doler, más su rostro no muestra pizca de sufrimiento, a su vez hace un movimiento con la mandíbula hacia Jin—. Que vaya él.

Y no necesita decirlo dos veces, Jin entiende, sabe que Taehyung no confía en él y en el estado débil que se encuentra, fácilmente podría arrancarle la cabeza sin mucha fuerza y matarlo.

Así que asiente. —Yoongi estaba explorando el área con los otros, espérenme aquí.

Taehyung simplemente bufa y Jin lo ve rodar los ojos.

—Como si pudiera moverme.

—Yah... —Jimin golpea su brazo suavemente, y Taehyung solo ladea el rostro hacia el ventanal, concentrándose en aquel cielo claro, su mandíbula marcada y tensa indicando su estado de enojo.

Jin los mira, cuestionándose la edad del vampiro, más no dice nada, abandona la sala en silencio después de darle una última mirada a Jimin, quien solo le asiente con la cabeza en respuesta.

A los segundos de cerrarse la puerta, Taehyung se voltea, decidiendo bajar sus muros y mostrando todo lo que había escondido desde que despertó.

—Jimin qué me hicieron —dijo medio desesperado, acomodándose para quedar sentado en la cama.

—¡No te toques! —le dice cuando lo ve palmear la zona de su cuello, en busca de la causa de su dolor—, tenías un... un dispositivo, algo, así que lo sacaron... —arrastra las palabras, buscando alguna reacción de él y luego añade—: con plata.

—¿Qué? —Taehyung frunce el ceño y niega, Jimin siente el aire tenso, tanto que está por ahogarlo—. Malditos hijos de puta.

Agarra su mano y le mira preocupado. —Te regeneras más rápido que los lobos, era la única forma...

Taehyung observa su preocupación, y decide no hablar el tema por ahora porque no era el momento de discutir, no quería, en lo único que piensa es en el rostro maduro que le mira de vuelta, aquellos mofletes casi desaparecidos y esa mirada añiñada que le observaba ahora con tristeza.

—Estás bien —le dice, subiendo la mano para acunar su rostro en su palma helada, la cual hace estremecer la piel de Jimin, más no se aleja. Taehyung sonríe y quiere llorar, hay brillo en sus ojos—, estás bien.

Jimin le sonríe de vuelta, el regocijo acunado en su pecho y demostrado en la misma sonrisa que le devuelve a su hermano, subiendo su mano para posarla sobre la ajena.

A Taehyung le quema su calor, pero es todo lo que necesitaba para sentirse tranquilo como no lo había hecho en años.

—Tú también —le sonríe Jimin por unos cortos segundos antes de tragar, como si su garganta se apretara, y fruncir el ceño—, pensé que... morirías...

Una risa seca recibe como respuesta.

—Difícil que pase eso, Jimin...

—¿Cómo me encontraste? —Prefiere preguntar, sin alejarse del toque ajeno, sin quitar su mano de este, sintiéndose como una necesidad de ambos.

—Cuando desperté-

—¿Cuándo despertaste?

—Estuve dormido por cinco años, Jimin, papá me dijo que lo hiciera y-

Tan pronto escucha la información, se tensa. —¿Viste a papá?

—Si —y los ojos se le aguaron—, Jimin hay mucho de qué hablar, pero primero... sentí tu sangre, y yo...

Taehyung se detiene, y Jimin simplemente se remueve en su sitio, sintiendo un escalofrío recorrer toda su espalda.

—Es perturbador eso...

—Sí, pero yo... venía dispuesto a matar toda esta manada cuando supe que tu sangre provenía de aquí, de los lobos... no creí que estuvieras vivo yo... —Taehyung no continuó con sus palabras, parecía ahogado y Jimin se acercó más a él en su lugar en la cama.

—Pero ya estoy aquí, y estoy bien ¿sí? —Y es esa sonrisa tranquilizadora del menor todo lo que necesita para calmarse, para saber que nadie nunca más los alejara, porque Taehyung se niega a volver a separarse de él, se niega a volver a tomar la estúpida decisión de dejarlo solo en un busco como hace años atrás.

—Sí... yo- —Nuevamente, parecía luchar con lo que diría, miró a sus ojos y sonrió luego de un silencio—, es lo que importa... pero dime... ¿quién te hizo esa marca?

—¿Eh? —Jimin se echa hacia atrás, sorprendido ante el repentino cambio de pregunta y automáticamente su mano libre se posa en su cuello, donde sabía que estaba aquella llamativa y rosada cicatriz—, llegué herido, un curandero la hizo para salvarme, los lobos tienen propiedades curativas, así que mordió y yo sané, no sé, no sé realmente quién lo hizo, no quisieron decirme.

Taehyung enarca una ceja, no entendiendo la historia que Jimin contaba y lo relajado que parecía al relatar aquello que salía casi como de un cuento antiguo. Pero sobretodo se veía calmado, como si no tuviera la intriga de conocer el causante de aquello y el poderoso significado que había detrás.

—La hizo él —le dijo sin más, su honesta brutalidad haciendo a Jimin tensarse—, el chico con el que llegaste —y arrugó su nariz para agregar—: hueles a él. A perro.

—¿Qué? —frunce su ceño, su corazón late a mil por horas y Jimin no se da cuenta pero sus mejillas comienzan a sonrojarse, sin saber por qué, es decir, Taehyung acaba de insultarlo, diciéndole que huele a perro, ¿por qué eso lo avergonzaría? —. ¿E-estás diciendo que esto lo hizo Yoongi?

Taehyung enarca una ceja, sin hacer algún comentario sobre lo nervioso que Jimin se puso de un segundo a otro.

Solo pregunta: —¿Es su nombre?

El pelinegro no puede hacer más que asentir, no sabiendo cómo tomarse la información que le dice, pero es una atenuación decir que su corazón brinca emocionado y su pecho se aprieta, era más que eso, mucho más que eso.

Sabía que aquella historia contada por Jin, la cual, antiguamente, salía a flote cada que él se miraba al espejo y encontraba la prominente marca, era completamente falsa. 

Aun lo recuerda, la forma en como su hermano mayor suspiraba y le decía "no preguntes más, estás vivo y es lo que importa". Y  había crecido con eso, conformado con esa mentira porque para él ya era suficiente con el hecho de que lo hayan dejado vivir, así que, agradecido, decidió crecer sin hacer muchas preguntas.

Pero, de todas las personas ¿Yoongi? ¿por qué nadie se lo dijo? ¿por qué nadie lo notaba? ¿por qué todos lo ocultaban?

Es imposible que no jadee agitado ahora mismo, su respiración tornándose audible y sus oídos retumbando ante la emoción que golpeó en él aquella realización, como una patada directo en su estómago de la cual no puede recuperarse si no tomaba unos minutos en silencio.

—¿C-cómo sabes que es él? —se atrevió a preguntar, buscando de alguna manera corregir lo que su hermano le decía—, no puede ser él —continua, exasperado, negando con la cabeza—, es el alfa de esta manada, es el líder, sin él la jerarquía se derrumba y los demás lobos se volverían nada. Yoongi los cuida, a todos. No pudo hacerme esto él, a mí.

Y Taehyung lo mira tan apacible, sin verse perturbado ni un segundo de todas las emociones que cruzan en Jimin, que es impresionante el control que tiene el vampiro sobre estas.

—Hueles a él —dice con simpleza y luego su rostro se vuelve serio—, no me gusta ese olor.

Jimin ignora los atisbos sobreprotectores de su hermano y niega, tragando saliva y respirando audible. —Pero él una vez dijo que su olor está impregnado en mí porque no creo el mismo olor que los lobos, era para que los lobos supieran que yo era de la familia.

Taehyung ni siquiera había sido amable con sus palabras, llegó y dijo una verdad que él había buscado por años, una verdad de la cual se había resignado porque no estaba en su derecho, o por lo menos eso sentía. 

Y el golpe fue tan grande que simplemente no sabía cómo sentirse.

Escucha a Taehyung suspirar, lo cual era extraño porque su hermano, nunca, pero nunca suspiraba, volviendo al hecho de que ni siquiera necesitaba del aire.

Y cielos, la mirada que le da es suficiente para que Jimin crea cada una de las palabras que dice a continuación.

—Él te marcó, Jimin, esa marca en el cuello —hizo una pausa, bajando la vista nuevamente a su cuello y Jimin esta vez se estremeció, sintiéndose expuesto y avergonzado, como si el contrario estuviese observando algo demasiado íntimo para él. Taehyung vuelve a subir la vista y se encuentra con sus ojos, inconscientemente más dilatados la pensar en cierta persona. Jimin supo que él no mentía—, la hizo él.

—Imposible... —susurró, más para sí mismo que para contradecir las palabras ajenas.

—¿No te dijeron? ¿por qué no te dijeron?

—¿C-como estás tan seguro?

—Ya te dije —respondió nuevamente, arrugando su nariz—, hueles a él de una forma diferente, al igual que el otro chico médico, el que intentó matarme, sé que está emparejado porque huele diferente.

—¿Por qué sabes tanto?

Taehyung suelta una risa, irónico como lo es su personalidad y niega. —Ni tú te crees la edad que tengo —se burla—, pero estoy seguro que te mintieron, fue Yoongi —insiste, y Jimin quiere que se calle porque la realidad le afecta más de lo que él quisiera, sin embargo, no se encuentra a sí mismo diciendo alguna palabra, por lo que Taehyung agrega—: si hubieras sido lobo, Jimin... habrías sufrido...

—¿Qué? ¿por qué?

—Porque eres su compañero. Te marcó —dijo lo obvio—, quizá tú no lo sientes porque eres humano y no lo necesitas, pero él... —Taehyung niega con la cabeza, más no había ningún sentimiento de empatía, solo su rostro permaneciendo estoico, sin ninguna pizca de emoción—, para él no es lo mismo. Y no entiendo por qué hizo ese tipo de sacrificio.

—¿Sacrificio?

Jimin siente como si se mareara, era demasiado para procesar, demasiado por sentir, era más de lo que él mismo pudo imaginarse alguna vez. Su estado de shock es evidente, pero eso no impide a Taehyung continuar diciendo:

—Jimin, él ató a su lobo —le dijo, siendo más explícito y crudo, su honestidad haciendo estragos  en él—, ató a su lobo a ti prácticamente por el resto de su vida.

—Yo...

—¿Entiendes la magnitud? Si tú mueres, Jimin, entonces él-

Un ruido los interrumpe. La puerta es abierta y Jimin no puede evitar reaccionar cuando ve a Yoongi entrar por esta, acompañado de Namjoon y Jungkook.

Jimin no entiende lo que Taehyung quiso decir porque aun procesaba lo anterior.

La marca.

Por supuesto que él sabía lo que significaba entre lobos.

Ellos se emparejaban una sola vez en la vida, solo existía una marca, y si uno moría entonces el otro perecía. Jimin sabía que Yoongi había conocido a la persona que era su compañera de vida, la cual había muerto y con la cual no se emparejó, y por lo mismo todos creían que Yoongi terminaría así, como un lobo solitario.

Entonces ¿por qué? ¿Por qué hizo aquel sacrificio sin conocerle? ¿y porque Yoongi no mencionó que estaban emparejados? ¿por qué ocultó algo tan importante y por cuánto tiempo más iba a ocultarlo?

A su mente llegan los recuerdos de aquella petición, el momendo exacto donde Yoongi hace una semana atrás le pide permiso para cuidarle porque a su lobo le urgía tomar cuidado de él, y rápidamente su rostro se enrojece hasta el cuello, esperando que un rayo de luz se lo trague porque no quiere que Yoongi lo vea así, no quiere que lo encuentre en ese estado, y sepa que es su culpa, que él es la causa de su enrojecimiento y su pudor.

Necesita calmarse, lo sabe, pero Jimin no puede estar feliz, no puede estar triste, no puede encontrar tranquilidad porque simplemente todas esas emociones se volvieron una, y sus labios tiemblan, sus ojos pican y no sabe qué hacer.

Pero muy al contrario del deseo de desviar la mirada con el fin de pasar desapercibido y no hacer contacto visual con él, Yoongi lo siente en todo el ambiente, su vergüenza y el mayor no puede evitar fruncir el ceño al no entender en qué circunstancias se encontraban ellos dos como para que Jimin sienta aquella vergüenza que abruma y ahoga inconscientemente a su lobo.

En otro momento y otro lugar cortaría la distancia y se acercaría a él, entonces escrutaría su rostro y le preguntaría de mil formas qué sucedía y cómo él podría ayudarlo. Pero bloquea todas las peticiones de su lobo a ir por Jimin y se enfoca en Taehyung.

Yoongi se cruza de brazos, atravesando el umbral junto con Namjoon, Jin y Jungkook. Camina y se detiene sólo cuando llega a los pies de la camilla donde yacía el vampiro, su presencia imponente, subiendo la tensión en el aire, siendo Jimin el único inconsciente de aquello, incapaz de notarlo por su condición de humano.

—Despertaste —le dice, mirándole directamente a los ojos, ninguno de los dos siendo realmente conscientes de la intensidad de sus iris cuando se miran—, y luces horrible.

Taehyung decide ignorarlo, a su vez, hace una mueca con sus labios y mira a Jimin. —Es él al que hueles.

Eso sólo provoca que Jimin se tense, el manojo de nervios haciendo estragos en él. Rapidamente le da una mirada a Taehyung, quien simplemente rueda los ojos en respuesta.

Mas Yoongi se confunde por un momento. Y Jungkook aprieta los dientes, viendo como aquel vampiro parecía faltarle el respeto a su líder.

Y el enojo del menor se siente en todo el aire, es Namjoon, quien, con la madurez de su lobo, posa un hombro y aprieta el agarre, buscando que de alguna forma Jungkook logre calmar a su lobo aún adolescente.

A Yoongi le terminaría dando un aneurisma si en aquella pequeña habitación todos se iban a comportar de aquella forma, con sus lobos a tope ante cualquier signo de amenaza.

Quiere terminar con eso ya, hablar con Jimin un poco y centrarse en todo lo que estaba pasando con los animales y cerrar los ojos por un momento y dejar de pensar en algo en específico porque el dolor de cabeza no da más. Volviéndose casi insoportable, haciendo gruñir a su lobo.

Así que suspira, y se cruza de brazos.

—De acuerdo, ¿qué ocurre entre ustedes? ¿Jimin eres vampiro acaso?

—La madre de Jimin es humana, nuestro padre vampiro —dice Taehyung por él, tomando la muñeca de Jimin para impedirle que se separe de su lado y escanea los cuatro rostros que le devuelven la mirada—, cuando nuestros padres se conocieron y se casaron, nuestra madre ya estaba embarazada de Jimin, como saben, los vampiros no tenemos hijos —Su boca se estira, con la sonrisa ladeada, y pasando la lengua por sus labios secos, el aire provocativo expeliéndose de su cuerpo cuando observa a Jungkook, reconociéndolo como el lobo que lo había atacado, sin dejar ir sus ojos, casi en una amenaza, agrega—, nosotros solo convertimos.

—Jimin es humano ¿entonces?

Taehyung asiente, girando su vista hacia Yoongi. —De pies a cabeza, aunque sé que parte de ti está en él, no entiendo por qué se lo negaron.

Y ahora Jimin siente que no puede callar. —Taehyung. —Le llama, con una voz llena de advertencia.

—Eso no te incumbe —Yoongi dice, sintiéndose nervioso porque aquello también era un enigma para él, y por lo mismo, quería ser él el encargado de escupir toda verdad a Jimin, claro, el día que se diera el valor de hacerlo.

Pero los planes de Taehyung son otros, su rostro dejando cualquier emoción para reemplazarla por la ira cuando le muestra los dientes al alfa.

—Es mi familia y mi hermano —gruñe, no dando su brazo a torcer—, me incumbe más de lo que piensas.

Pero es Jungkook el que se mueve, tomando lugar al lado de Yoongi. —Bien basta de esto —dice, el rostro serio cuando arruga la frente y busca los ojos de Yoongi—, no debemos recibir a un vampiro, se tiene que ir.

Taehyung se tensa, es imperceptible porque sabe ocultarlo muy bien, más Jimin lo siente en el agarre frío de su muñeca. —No dejaré a Jimin con ustedes.

—Jimin es parte de la manada. —Jungkook da un paso adelante, dando a entender que la sentencia que había dado no estaba en discusión.

Y si Taehyung hubiese tenido la fuerza suficiente, de seguro ya estaría frente a él, con las garras de sus manos incrustadas en su cuello, porque deseaba que se callara tan mal que solo crece aquel instinto de amenaza hacia el chico que lo mira con aquellos orbes profundos y serios.

Más no puede, porque está débil, y todo aquel deseo asesino de su mente se bloquea, no haciendo más que bramar en enojo cuando pasa la vista a todos los lobos presentes. Los olores volviéndose más y más intensos, picantes.

—Jimin es mi manada — dice Taehyung, y si no estuviera tan alerta y con su cuerpo tan débil, de seguro percibiría la emoción que acunó el pecho de Jimin tan pronto lo escuchó decir eso—, es mi familia.

Jin y Namjoon se miran preocupados. Y es la mano derecha de Yoongi, quien piensa la situación, analizado los casos meticulosamente antes moverse y posicionarse al otro lado de Yoongi.

—No vamos arreglar nada así —dice entonces, entrometiéndose y dándole vistazos furtivos a Jungkook para que calmara a su lobo—. Necesitamos a Taehyung y él los necesita a ustedes.

Taehyung gruñe en respuesta. —No es cierto.

Pero cuando Jimin tira de su muñeca, soltando el agarre de sus manos, tiene a Taehyung mirándole fijo, entre sorprendido y herido.

Su hermano le da una mirada brillante y Jimin sonríe con pena.

—Namjoon-hyung tiene razón, Tae —le dice, su voz aterciopelada haciendo cariños en él y en todos los sentimientos de enojo que invaden su pecho y lo asfixian—, la manada corre peligro, están creando algo, unos dispositivos, neurotransmisores que atacan el sistema nervioso de los animales y los vuelve como salvajes. Y es específico, solo atacan a la manada...

Y solo basta tener los ojos preocupados del humano sobre los suyos para dar su brazo a torcer, una mueca formándose en sus labios cuando mira a Yoongi y abre la boca para hablar.

—Sé lo que es, le dicen el marcador.

Namjoon frunce el ceño, más curioso de lo que debería. —¿Marcador?

—¿Qué es? —pregunta Jin.

—Lo crearon los humanos hace mucho tiempo, pero desde que fue el tratado de razas ha sido ilegal ocupar uno. Los humanos lo usaban en vampiros, para retenerlos, los volvía más dóciles, sin embargo, ahora hacen lo contrario en los animales y por lo que cuentas, en los lobos.

Jin jadea, tan despacio que solo su pareja es capaz de notarlo. —P-por qué...

—Son una raza inferior —Taehyung ríe sarcásticamente, diciendo lo obvio—, buscan formas de defenderse cuando nosotros no le hemos hecho nada.

—Habla por ti —Jungkook bufa, cruzándose de brazos, la amenaza presente en su cuerpo incluso cuando todo el ambiente se ha relajado—, los vampiros acababan con pueblos enteros.

—Eso no justifica que sea utilizado en nuestros territorios —Yoongi mira a Jimin, sintiendo electricidad por todo su cuerpo apenas sus ojos se encuentran, pero lo ignora, a su vez, simplemente le dice—: necesitamos entrar a Seúl cuanto antes y acabar con esto, buscar pruebas y exponerlos al consejo, no pueden utilizar esto, es ilegal.

Taehyung destapa las sábanas y hace el amago de pararse aun con su cuerpo cansado.

—Voy con ustedes.

—No —Jimin lo detiene, empujando suavemente sus hombros, no permitiéndole dar un paso más, y era gracioso porque con la diferencia de fuerzas Taehyung podría tener el cuerpo de su hermano golpeando la pared contraria si quisiera, pero el semblante preocupado del pelinegro es el punto más débil y la causa del por qué le está haciendo caso, volviendo a sentarse en la camilla cuando Jimin agrega—: tú aun no te recuperas, Tae, no podemos exponerte.

—Además —suelta Namjoon, Taehyung se gira y más que observarlo, lo analiza, olisqueando el aroma de su lobo, percatándose que parte de la esencia era compartida con el doctor—. Tu rostro ya es conocido.

Taehyung muerde su labio, rabia acumulándose en su cuerpo de tal manera que el ambiente ensombrece como si el cielo claro se hubiese llenado de nubes bajando la luz de la habitación.

El primero en colocarse en alerta es Jungkook, su lobo delicado estallando cual dinamita al reconocer y saborear la amenaza que expelía del vampiro, pero Yoongi pone su brazo en él, indicándole que esperara y no se precipitara.

Era obvio que todos estaban con los nervios de punta, cada uno con su lobo encima, como si les gritaran desde su alma que aquel vampiro era su enemigo natural, una especie superior, el origen de su nacimiento y su causa, el objetivo fijo en matarlos, acabarlos para siempre, sin dejar algún rastro de que alguna vez existieron.

Todos sienten aquel llamado, y les cuesta una enorme energía poder calmar a sus lobos, sobre todo cuando el vampiro cambia sus ojos humanos a unos completamente rojos, las escleróticas tiñéndose de negro lentamente mientras les observaba sin realizar ningún movimiento.

Taehyung simplemente los mira y dice: —Quiero hablar con su líder.

Yoongi deja salir sus iris dorados, mostrando a su lobo, dos orbes que brillan en infinito oro y que tienen a Jimin mirando con asombro.

El alfa mira a Taehyung, y sin despegar la vista de él, traga saliva y asiente.

—Salgan de la sala.

Jimin no sabe qué hacer. —Yoongi...

—Es una orden.

Todos permanecieron quietos por unos segundos, dudosos de haber escuchado mal, pero terminan saliendo de todas formas, dejándolos solo a ellos dos en la habitación.

Taehyung no pierde el tiempo cuando alza la vista y lo escanea. —Tu lobo reconoce a Jimin como tu compañero. Lo ataste a ti.

—¿Qué? Lo mordí para sanarlo no para... es imposible, él es humano y-

—¿Por qué crees que siempre estuvo prohibida la mezcla de raza? —Taehyung sonríe, pero no hay empatía, más bien hay burla—, ¿por qué crees que los humanos y los vampiros están prohibidos? ¿por qué crees que la marca entre un vampiro y un lobo está prohibida? ¿por qué crees que los lobos, los humanos y los vampiros son enemigos naturales entre ellos?

Taehyung cambia los ojos a sus iris castaños, completamente humanos y se cruza de brazos, observando la forma en como Yoongi se queda quieto, sin mover ningún músculo, completamente enmudecido, adoptando el mismo estado que Jimin cuando él le reveló la misma información que ahora.

El vampiro chasquea la lengua, y suelta algo parecido a una burla. —Estás jodido.

Yoongi relame sus labios, sintiéndose sobrellevado y niega. —Te equivocas... —susurra, pero sus palabras no alcanzan a llegar a una verdad que ni él consideraba como un hecho. Y de nuevo, aquel punzante dolor vuelve a su cabeza, hartándolo—. Te equivocas... ¿De esto querías hablar?

El vampiro se encoge de hombros, disfrutando de alguna manera el dolor ajeno.

—Jimin es más importante de lo que crees.

Pero la cabeza vuelve a doler, y Yoongi tiene que afirmarse sobre algo, porque su cuerpo se marea, perdiendo el equilibro y por un leve segundo se desespera sintiendo a su lobo inquieto, aullar adolorido, pero a la vez siendo su mismo animal la causa del dolor y entonces se apaga, como si no existiera un instinto que llama por él y eso parece drenarlo, asustado al no sentir nada en él, como un alma vacía. Eso lo mata, lo hace perder la fuerza en las rodillas, y caer al suelo, con un golpe tan fuerte que Jungkook abre la puerta de golpe, alterado al escuchar el sonido.

—¡Yoongi! —Jimin es el primero en entrar, yendo hacia el mayor que yacía en el piso, con los ojos cerrados y el ceño fruncido—. ¿Qué está pasando? —se altera, buscando la mirada de Jin quien llega a su auxilio—. ¿Qué le está pasando, hyung?

Pero todo ocurre demasiado rápido. Escuchan un gruñido, ronco y fuerte, que vibra y entonces Taehyung sonríe cuando ve a Jungkook sacar los colmillos de sus dientes, lanzándose directo hacia él con la intención de matarlo.

—¡Jungkook cálmate! —Namjoon lo agarra, su cuerpo entero tensándose ante la brutalidad de la fuerza de Jungkook.

Jin se tensa cuando se da cuenta de lo que pasa, completamente alterado ante la presencia de una posible pelea de Jungkook y Namjoon frente a sus narices.

—Es fiebre —dice confundido, asustado, buscando la mirada de ambos chicos—, Yoongi tiene fiebre, n-no sé qué está pasando, no sé por qué se puso así...

Jungkook se suelta del agarre de Namjoon y camina hacia el vampiro, gruñéndole.

—¡Jungkook, no! —Jimin grita, y eso es lo único que lo impide de hacer algo—. Por favor, no lo hagas.

Más Jin jadea, buscando la mirada de Namjoon porque es lo único que puede hacer ante su desespero cuando dice: —Es su lobo, su lobo enfermó.

—¿Qué? —Namjoon mira a Yoongi, su cuerpo tiembla y sus manos se aferran a los brazos de Jimin que sujetaban parte de su torso, dejando descansar su cuerpo sobre sus piernas—. Es imposible, él-

—Su lobo —le interrumpe Taehyung, la sonrisa nunca desapareciendo de su cara, gustoso de verlo sufrir cuando se encuentra con la mirada de cada uno hasta que finalmente la reposa en Jimin—, su lobo te pide —le dice, únicamente a él y todos observan a Jimin, quien simplemente jadea, entendiendo la frase de inmediato—. Su lobo pide por su compañero. 








... 

saben yo tenía pensado hacer esta historia de 10 cap, y no se como agarró tanto vuelo sñjkas. En fin, gracias por esperar y leer :( ♥

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