Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

005











—Los vampiros dejaron de existir hace años. —Murmuró Yoongi y luego por el rabillo del ojo vio a Jimin moverse hacia Chanyeol.

—¿Dónde dijiste que apareció? Necesito ir.

—Espera —Yoongi tomó su muñeca, volteándolo—, ¿qué te pasa? ¿por qué actúas así?

Jimin suspiró, luciendo ahogado y sus ojos brillaron, pero ahora Yoongi olió el miedo salir de él.

—C-creo que... creo que es mi hermano...

—¿¡Qué!? —Tanto Chanyeol como Yoongi dijeron al unísono.

Y el enojo, el enojo en Yoongi era tan palpable que Chanyeol se mareó, tuvo que murmurar que se adelantaba, escapando del aroma a traición y enfado que soltó el mayor de un momento a otro. Como una explosión de hormonas que no hacían más que llamar a su lobo.

Quedaron solos nuevamente, Jimin sin siquiera darse cuenta de todos los aromas que estaban ahogando esa habitación.

Yoongi estaba ofendido. ¿Cómo era eso posible? ¿su hermano era un vampiro? ¿Tenía hermano? ¿Por qué nunca lo dijo? Entonces, ¿Jimin qué era?

Le dio una mirada confusa, encontrándose con aquellos ojos que sólo mostraban suplica para que le soltara y le dejara ir con Chanyeol.

Era imposible que Jimin fuera vampiro, sino lo hubiese sentido.

Si fuera ese el caso, Jimin nunca habría llegado moribundo y se habría recuperado en cuestión de segundos, sin la necesidad de estar en el complejo de lobos, hace años atrás.

E incluso peor, marcarlo como lo había hecho habría dolido tanto para él como para Jimin.

Gruñó, eran demasiadas las dudas que ahora tenía en su cabeza, y no había tiempo para comenzar a pedir explicaciones ahora. Sus lobos necesitaban su ayuda. Lo sentía. Ellos llamaban al líder.

Le dedicó su mirada de enfado y en silencio activó el intercomunicador, hablando por este, sin quitarle nunca los ojos de encima.

—Tienen permiso para transformarse —ordenó, viendo el jadeo y el miedo en Jimin—, hiéranlo, pero no lo maten.

Jimin dio un paso hacia adelante. —Yoongi-

Y Yoongi retrocedió. —Después hablamos.

Le dio la espalda y se echó a correr, y por más que Jimin le persiguiera no podía alcanzarlo, era demasiado rápido para él.






*





Taehyung era agraciado, lucía como si estuviera danzando ahí, dando un espectáculo como la principal estrella en medio de aquella pelea.

Sus ojos brillaban candentes de sed entre medio de su cabello castaño rizado que caía por su frente. Tapando un poco su mirada siniestra.

Pero sus facciones... eran perfectas, su piel aterciopelada, suave como una seda y acaramelada, haciéndola lucir deliciosa. En definitiva, era hermoso, magnífico en todo su esplendor y resaltaba, como todos los vampiros. Sin embargo, su belleza podía compararse hasta con la de un ángel.

No, ni siquiera un ángel. El vampiro era tan hermoso como un dios.

Vio al último chico caer y sonrió a lo grande cuando a lo lejos, saliendo del conjunto de árboles, vio a otro grupo de lobos transformarse, corriendo hacia su dirección.

Uno a uno fue derribándolos, entre saltos, esquivos, golpes y arañazos. Sus patadas eran fuertes, sus garras rápidas y su agilidad como la de cualquier vampiro superior.

Desaparecía entre aquellos movimientos, mostrándole ilusiones que confundía a los lobos y expeliendo aquel aroma que incluso algunos los tenía noqueados.

Sabía perfectamente cómo atrapar a una presa.

—Lobitos —susurró para él mismo luego de salir victorioso—, qué fácil-

Sin embargo, apenas terminó la frase, una patada se interceptó en su rostro, obligándolo a girarse y caer a metros del pasto.

Su pómulo ardió.

Levantó la vista, apacible, sin mostrar ningún rastro de dolor y observó a la persona que le veía desde arriba, a unos cuantos metros de él. Mantenía los brazos cruzados sobre su pecho y una media sonrisa socarrona en sus labios.

El sol le pegaba desde la espalda, haciendo que sea casi imposible ver de mejor manera su rostro.

—Vampiro. —Murmuró, su voz bañándose en sus oídos le indicaba lo joven que era.

Taehyung bufó, sentándose y apoyando las palmas sobre el pasto.

—¿Te gustó haberme golpeado?

—¿Te gustó golpear a mi manada?

El chico se acercó, lo suficiente como para tapar la luz, dejando ver su rostro, el cual se arrugaba en la piel de la frente, mostrando su rabia.

Taehyung giró el rostro regalándole su perfil, y se colocó de pie, observando a los demás hombres lobos retorcerse en el suelo, cerca de ellos. Por último, le miró a él y se pasó la lengua por los labios, pensando en que hace mucho, o bueno, nunca, había bebido sangre humana. En este caso, casi humana.

—No sabía que tenían un líder tan bonito y joven.

Quizá podía hacer una excepción.

Tenía sed de venganza, había llegado hasta ahí para acabar con el clan de los lobos de la peor manera posible.

Perturbador.

Pero Jimin lo valía.

—No lo soy —dijo de pronto el joven lobo, tragando duro y dándole una mirada seria, muy al contrario de la sonrisa sugerente que él había usado para molestarlo—, pero de aquí no pasarás.

Taehyung se burló, pero no pudo abrir la boca para decir algo molesto porque vio al chico correr hasta él con el objetivo de volver a golpearlo, ahora con su puño. Sin embargo, él era más rápido, esquivando el ataque con varias volteretas hacia atrás con las cuales se alejó del lobo.

Se detuvo, satisfecho de todos los metros de distancia que ahora los separaban y le sonrió con arrogancia al chico frente a él, pero no esperó que el lobo le sonriera incluso más bonito y sarcástico cuando volvió a avanzar a su dirección, esta vez desapareciendo de la nada y sorprendiéndolo cuando lo sintió caer tras su espalda.

Mierda.

El lobo levantó sus brazos, con la intención de apresarlo en una llave, pero Taehyung rápidamente echó su cabeza hacia atrás, dándole un golpe con esta en toda la frente al castaño y luego flexionó su tronco hacia adelante para quedar apoyado en sus cuatro extremidades y así estirar una de sus piernas con la intención de darle directo en su estómago.

Pero no contaba con el hecho de que el contrario poseía reflejos sobrenaturales y una rapidez que lo destacaban entre los demás lobos.

Porque a pesar de que la patada había llegado a su estómago, no se movió, Jungkook perdió el aire, pero eso no impidió a que tomara el tobillo del vampiro, girándolo hasta botarlo sobre su espalda.

—¡Carajo! —Taehyung vaciló, su espalda golpeó el pasto, haciéndolo perder la calma por unos segundos. El chico era jodidamente rápido.

Más que un lobo, parecía un zorro.

Jungkook se subió sobre él con el fin de apresarlo con su trabajado cuerpo y con ayuda de su fuerza.

Taehyung aprovechó el momento para propinarle un combo en su mandíbula, lo cual el contrario esquivó por milímetros. Logró atrapar su muñeca en el aire, y cuando el vampiro fue a tirarle un combo con la otra, la atrapó también. Igualando su fuerza sobrenatural e impidiendo que sus blancos nudillos toquen su pómulo.

Pero Jungkook estaba sobre su estómago, dejando su zona inferior libre, así que Taehyung sonrió, aprovechando el error e impulsándose con ayuda de sus pies y rodillas flectadas, alzó la pelvis y giró, haciendo que Jungkook gruñera por lo bajo al no haber considerado algo tan importante como eso.

Rodaron en el pasto y Taehyung quedó arriba, tomando las muñecas contrarias y sonriéndole. Levantó una ceja y le miro con diversión.

—Bien, ahora quién tiene el control ¿eh?

Jungkook gruñó soltando un ruido gutural e inhumano desde su pecho, haciendo que los pequeños pajaritos de los árboles cercanos volaran disparados ante el tono amenazante de su fuerte voz.

Más Taehyung lo encontró divertido.

—Sale de encima, bastardo. —Musitó molesto, sintiéndose mareado por la esencia que expelía el vampiro.

Jungkook estaba enojado, confundido y excitado a la vez. Era obvio que el vampiro soltaba aquel aroma que lo mareaba a propósito, viéndolo como una presa de su apetito.

Sin embargo, el deseo de Jungkook por matarlo era incluso más fuerte que cualquier olor que intentara doblegar su voluntad.

Taehyung colocó las rodillas cerca de sus hombros, y se sentó sobre su pecho.

—Sabes, aunque sea esta la circunstancia, se ve bonita la forma de tu cara cerca de mi entrepierna. —Se burló, sólo con la intención de provocarlo porque hacia tiempo no confrontaba con alguien que intentara estar cerca de su nivel.

Jungkook hirvió en rabia, sus ojos se volvieron de un color esmeralda tan claros que fue como haberse hipnotizado.

Taehyung no hizo más que sonreír, pasando la lengua por sus caninos superiores ante la sed de pelea y sangre, el jovial lobo no se percataba de la situación, pero todas aquellas feromonas que brotaban de su cuerpo podía olerlas, y cada una de ellas eran deliciosas ante el olfato del vampiro.

Era como la previa a un festín antes de saborearlo.

Pero se tornó de tanta confianza y seguridad que no se esperó la fuerza descomunal de Jungkook, con la cual agitó su brazo, quitando su pierna de encima y estiró la mano para rasguñarle su rostro.

El lobo gruñó, mostrando sus colmillos semi-transformados, y a pesar de que Taehyung había levantado el rostro para esquivar el ataque, la sangre brotó del pequeño corte hecho en su cara. 

El vampiro gruñó. —¡Lobo de mierda! —gritó, mirándole con furia y recibiendo la misma mirada de odio del contrario cuando notó que la pequeña herida ya estaba sanada.

Estuvo a punto de atacarle con la misma intensidad, pero bajo su cuerpo ya no existía Jungkook, el chico en cuestión de segundos se transformó en una criatura gigante, haciéndolo caer de espalda y encontrándose con sus fauces en primera plana cuando lo enfrentó.

—Bien, si vas a ser así, jodidamente seré así también.

Las uñas de Taehyung crecieron gruesas y fuertes y sus ojos se volvieron de un color magenta tan brillante que lucían espeluznantes para cualquier persona.

Jungkook abrió el hocico y se acercó para morderlo, pero Taehyung desapareció de la nada, dejándolo confundido cuando observó para todos lados sin encontrar ningún rastro de él.

Ni siquiera su olor.

Entonces, el ambiente cambió, el cielo se volvió oscuro y el suelo bajo sus cuatro patas desapareció.

Jungkook ladró, sintiendo el miedo de su lobo querer cegar su consciencia, sin embargo, su parte humana lo calmó, percatándose de que estaba en medio de una ilusión.

Y fue corto, una pequeña brecha de milisegundos que bastaron para que supiera que Taehyung estaba a su derecha, a punto de alzar sus garras para, posiblemente, dejarle ciego.

Jungkook lo esquivó, agachando sus patas delanteras y quedando con las traseras alzadas, dispuesto a saltar hacia él con el objetivo de desgarrarle el cuello de un solo mordisco.

Sin embargo, ninguno logró hacer mayor movimiento cuando sintieron un grito de una voz particular.

—¡No! ¡Jungkook! ¡Tae!

Tae.

La ilusión se deshizo rápidamente, mostrando el cielo azulado y los pastizales verdosos, pintureados con árboles grandes y gruesos, característicos aromos, arces y cerezos volviendo a estar en la visión de Jungkook.

Taehyung se desequilibró, sus ojos rojos desaparecieron reemplazándose por aquellos marrones humanos cuando su pecho se apretó, y si tuviera corazón que latiera, de seguro estaría errático al volver a escuchar aquella voz que había anhelado y extrañado por años.

Giró sobre sus talones, con miedo de pensar que había caído ante una ilusión dolorosa que podría llegar a destrozar cada parte de su ser, acabando de una buena vez con su vida inmortal.

No le importó haber bajado la guardia en cuestión segundos, dejándose ser una presa fácil para el joven lobo que lo había atacado.

Ahora mismo quería confirmar si la capacidad auditiva sobrenatural de su persona no estaba engañándolo y jugándole una mala broma.

Y fue como algo que ocurrió en cámara lenta, se quedó quieto como una estatua cuando presenció a lo lejos al chico que venía corriendo hacia ellos.

Sus labios temblaron, temerosos al no saber si era correcto para él decir su nombre.

—J-jimin... —susurró para sí mismo, corriendo a una velocidad espeluznante con el único deseo de tocarlo, sentirlo, cerciorarse de que era real.

Lo tuvo en sus brazos en menos de un segundo, la rapidez de su cuerpo lo golpeó a él y a Jimin tan fuerte que se hubieran quejado si el encuentro no hubiese sido más importante que el dolor del impacto.

—Joder... —Taehyung llevó una mano a su nuca y otra a su espalda, empujándolo hacia él en un abrazo desmedido de su fuerza vampírica—. Jimin... estás vivo... —le dijo, la voz temblando, todo en él temblando—. Pensé que tú... cielos, pensé que te habían capturado y- y- —su garganta se apretó, sintiéndose seguro, en casa, Jimin olía a hogar y a... rápidamente se separó de él y le miró indignado—. Hueles a perro. No me digas que-

Agarró sus hombros, incrustándole las garras que aún no había retraído de sus uñas, hiriéndole la piel y lo empujó fuera de su cuerpo, lo suficiente como para poder ver su rostro.

Sin embargo, tan pronto lo vio, se quedó mudo. Algo en él dolió cuando vio las lágrimas cayendo por los ojos de Jimin.

—T-tae... —Le lloró, y él no pudo hacer algo contra eso, la ira de saber que alguien lo había marcado era mucho, pero mucho menos que el dolor y, paradójicamente, la felicidad de haberlo encontrado por fin, con vida.

Soltó el agarre cuando sintió el aroma de la dulce sangre de Jimin ocupar su olfato, percatándose de que él le había hecho daño, sin embargo, el pelinegro no hizo ni alegó algo sobre eso.

Apenas fue soltado, Jimin volvió a aferrarse al cuerpo ajeno, abrazándole con fuerza y escondiendo la cabeza en su cuello, con miedo de pensar que alguien podría separarlos de nuevo.

Y joder, Taehyung quiso llorar con él. Estaba tan grande, tan bonito y lleno de vida, que el hecho de sentir su corazón latir errático no hizo más que llenarlo de alivio.

Sin embargo, cuando iba a envolver sus brazos alrededor del pequeño cuerpo contrario, una fuerza los separa a ambos.

Jimin cayó al suelo sobre su trasero y Taehyung fue lanzado con tanta fuerza que su espalda se estampó contra un árbol.

—¡¿QUÉ CARAJOS JIMIN?!

El chico que ahora Taehyung conocía por Jungkook, dejó aquel lobo negro de ojos esmeraldas y volvió a transformarse, no parecía importarle caminar desnudo, pero el vampiro a pesar de echarle un vistazo rápido a su trabajado cuerpo tampoco hizo comentarios o pensó mucho sobre eso, pues la rabia acumulada era igual o mayor que la del lobo cuando supo que era el culpable de haberlo tirado como un muñeco de trapo.

—Te voy a matar. —le dijo a Jungkook, gruñéndole y colocando los ojos únicamente en él y nadie más que él. La sed de muerte llamándole por cada poro de su ser, pidiéndole que de una buena vez por todas tomara su vida.

Jimin jadeó. —¡No Tae-! —gritó con miedo al saber que su cuerpo humano no podría parar la pelea que estaba próxima a comenzar entre un vampiro y un lobo.

Pero antes de que siquiera ambos pudieran retomar la batalla que había comenzado desde hace mucho antes, una tercera persona hizo acto de presencia.

Taehyung no tenía la necesidad de respirar como los humanos y los lobos, en él no había parte humana que se guiara de las funciones básicas que ayudaban a suplir un organismo.

Sin embargo, podía sentir el dolor, y aquel dolor que sintió cuando una mano desconocida se encerró de pronto en su garganta apegándolo contra el árbol, ardió por toda la sensible zona de su piel.

—Te mueves, y te mato.

Taehyung enfocó la vista en los ojos dorados que le miraban. Eran los ojos de un lobo, más el animal no se hacía presencia, solo el humano dejando salir su parte sobrenatural cuando sus miradas se encontraron a centímetros. No sabía de dónde había salido ni quién jodidos rayos era, pero era consciente de que, si sometía a su garganta a más presión, entonces se cortaba, terminando por matarlo.

Arrugó la nariz cuando reconoció en el aire, aquel aroma del desconocido, el cual era el mismo olor de perro que traía Jimin consigo cuando lo abrazó.

No tuvo que unir las piezas dos veces porque en su cabeza todo había calzado a la perfección.

—H-hijo... de... puta... —articuló como pudo—. T-te voy a matar... a ti y al otro jodido perro. —dijo Taehyung con dificultad, refiriéndose con el último a Jungkook.

—­¡No! ¡Basta! —Jimin corrió hacia él, cayendo de rodillas y aferrándose al brazo de Yoongi, intentando hacer fuerza para que este dejara de apretarle el cuello a su hermano. Le miró con ojos suplicantes cuando no movió ni un pelo—. ¡Yoongi basta! ¡Es mi hermano! Por favor, basta... por favor...

—Atacó a mi manada. —murmuró con voz grave Yoongi, sin despegar la vista del castaño claro.

—Sentí a... Jimin aquí y... creí que... lo habían asesinado.

Yoongi frunció el ceño y le observó ofendido. —Jimin es de la manada.

Taehyung sintió el agarre en su cuello destensarse, dejando ir por fin aquella presión que no le dejaba hablar con normalidad.

Cuando su garganta estuvo más libre, bufó. —Si bueno, no es como que los rumores de que los lobos del sur son unos salvajes que destripan humanos y arrancan cuellos no los haya escuchado ¿sabes?

—¿Qué significa todo esto? —Jungkook llegó hasta ellos con una manta alrededor de su cuerpo desnudo y miró la escena, pasando la vista desde Jimin a Yoongi, pidiendo por una explicación.

Yoongi dejó ir a Taehyung y miró a Jimin. —Nos debes una explicación.

—Hyung yo-

Se cayó abruptamente cuando Yoongi lo agarró, parándose detrás de él y apresando su cuerpo con un brazo, mientras que el otro se acomodaba cerca de su garganta.

El alfa dejó salir las garras semitransformadas en sus manos y la acercó peligrosamente al cuello de Jimin.

A centímetros de desgarrarlo.

Su mirada se fijó en Taehyung cuando dijo: —Haces algo, y él es hombre muerto.

Era una mentira.

Yoongi nunca haría algo para lastimar a su humano, pero sabía lo peligroso que era un vampiro sólo por historias de antaño, nunca había conocido uno de forma real e incluso así lucía etéreo, sublime, como si no fuera de este mundo.

Y por lo mismo, tampoco podía imaginarse lo peligroso que resultaba ser, siendo que él solo había podido con un escuadrón completo de lobos entrenados para el ataque, e incluso con Jungkook, quien dejaba salir su lobo negro sólo cuando era necesario.

Pero sorpresivamente, algo que podría mantener a raya a Taehyung no pareció importarle en lo más mínimo al vampiro.

Quien ahora se puso de pie y arqueó los labios en una media sonrisa, como si hubiera descubierto el mundo.

—Como si pudieras dañarlo —se mofó Taehyung, sus ojos brillando en un secreto que ni el mismísimo Yoongi sabía, porque en respuesta, el lobo frunció el ceño—. ¿Qué no lo sabes?

—Taehyung basta —Le llamo Jimin, la voz dura y los ojos serios—. No dañarás a la manada porque ellos me cuidaron durante estos cinco años en los que tú desapareciste.

Entonces sus ojos se encontraron. El corazón de Jimin dolió cuando la mirada de su hermano se tornó acuosa, pero prefería decirle aquello a que empezar una discusión entre un lobo alfa y un vampiro, lo cual, viera por donde lo viera, iba acabar mal.

Decir que se sintió herido era una atenuación de los sentimientos y los recuerdos que atravesaron su mente en ese momento, cuando sus ojos se encontraron y entonces Taehyung vio que Jimin no era el mismo niño que había abandonado en medio del bosque.

Y quizá sí, quizá merecía aquella mirada rencorosa que le estaba dando, porque al fin y al cabo resultaba ser nada para el menor. Cinco años hicieron aquella diferencia.

—Ellos me agarraron —dijo Taehyung como pudo, su garganta apretada, incluso más que cuando Yoongi la había atrapado entre sus garras—. Ellos me-

—¡Taehyung!

Taehyung cayó al suelo, sus ojos tornándose blancos antes de cerrar los párpados y su cuerpo tembló, sin embargo, antes de que su mente se perdiera, logró subir su mano y frotarla en la zona de la nuca, donde sintió un ardor. El nombre de Jimin salió de sus labios antes de que se encogiera en el pasto y perdiera la consciencia por completo. Luciendo como un muerto cuando no había pulso, respiración ni nada que les indicara si el vampiro se había muerto o no.

Entonces Jimin, que de inmediato se agachó para ver qué estaba mal en él se percató de aquel pequeño movimiento y jadeó, creyendo que estaba un poco loco al sacar la conclusión con la cual observó a Yoongi.

Sus ojos tornándose llorosos cuando observó la mirada de su líder, quien, por dentro era un torbellino de emociones por culpa del mismo Jimin.

—C-creo que tiene uno —dijo asustado el pelinegro—. Creo que le colocaron un neurotransmisor.

















. . .

gracias por leer ♥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro