Muy Lejos
Esto en principio era un fic, pero lo dejé en oneshot por ahora. Comenten si quieren que lo haga historia.
Un viaje en autobús hasta la montaña, por un camino de tierra y piedras que hacían vibrar el vehículo. La vista de las sierras era algo que no siempre podías ver siempre en Tokio. La razón de la cual Izuku Midoriya estaba ahí era por su madre, cumplir su último deseo antes de esparcir sus restos. En sus manos tenía una urna que ponía su nombre, su fecha de nacimiento y su fecha de deceso.
Suspiro triste, ver las cenizas de su madre en sus manos le hacía sentir como una puñalada en el corazón. Pero era el último deseo de su madre, nunca se lo negaría. Dejó la urna en su mochila cuando escuchó el llamado de su acompañante, Shouta Aizawa. Un hombre mayor de pelo negro y con una expresión neutral.
— Pasaporte- Dijo Aizawa. Midoriya sacó los pasaportes de su madre y el propio, aún fallecida, necesitaba los pasaportes para poder ir a Hokusa. Así la embajada norteamericana no le jodía los planes, Aizawa le devolvió los papeles, los cuales venían acompañados de algunos billetes del país. Midoriya quiso descansar un poco la cabeza, relajarse y pensar que por fin su mamá podría reunirse con algo llamado "Yamikumo".
"Izuku, hijo mío, como última voluntad, llévame de nuevo a Yamikumo, te quiero mucho hijo"
La nota era simple, pero dejaba muchos cabos sueltos para el peliverde, no sabía lo que era Yamikumo. ¿Porqué su madre nunca le habló de eso?, Nunca le quiso hablar de su pasado, ni siquiera de que sucedió con su padre. Por una parte lo entendía, ella nunca habló de su pasado en las montañas japonesas, le preguntaba bastante cuando el era niño, casi siempre evadia el tema. Su mamá guardaba muchos secretos, y creía que estaba por descubrir algunos al llegar a Hokusa.
El bus se detuvo en seco, vió afuera a una milicia con uniformes de color morado. No parecía nada bueno.
— ¿Que está pasando?- Dijo Midoriya, siendo detenido por Aizawa. Entrecerró los ojos para intentar ver qué sucedía, uno de la milicia tiró la licencia del conductor y lo redujo, Izuku no entendía nada de lo que estaba pasando, y menos cuando Aizawa dijo que se agachara. En el suelo escuchó ruidos de balas disparando al autobús.
Ambos abrieron la compuerta trasera para poder escapar, pero fue inútil. Un helicóptero aterrizó muy cerca de ellos, de él salió un hombre vestido completamente de negro, robusto y con una cara de pocos amigos. Izuku entendía que este podría ser su final, pero la reacción del hombre fue muy diferente a lo que esperaba.
— Las órdenes fueron muy claras... Detener el autobus- Dijo el tipo, cuya voz imponía dureza y terror, como si fuera Megatron.
— No disparar al autobús... Escojo con cuidado mis palabras, detener... Disparar... Detener... Disparar, ¿Qué parte no entediste de eso?- Dijo el hombre del traje negro.
— Las cosas se salieron de control- Dijo el soldado en voz baja.
— ¿Cómo dices?- Dijo el hombre.
— Las... Las cosas se salieron de control- Dijo nuevamente el soldado.
— Ah, las cosas se salieron de control, ok... Odio cuando las cosas se complican- Dijo el hombre sacando una cuchilla y asesinando al pobre soldado. Izuku presenció en primera fila como aquel sujeto asesinaba al soldado.
—¡¡Solo te pedí una cosa y no fuiste capaz de hacerla!!- Decía el hombre mientras apuñalaba al soldado en la garganta.
— ¡¡Y tengo sangre en los putos zapatos!!- Dijo el hombre, alzó la vista, divisando al peliverde. De pronto una sonrisa invadió su cara.
— Bueno, tienes un mérito, no la cagaste por completo... Reconocería esos ojos donde fuera- Dijo el hombre acercando y analizando al joven de ojos verdes.
— Eres el hijo de Inko Midoriya- Dijo aquel sujeto trajeado.
— Oye, lamento todo esto, se supone que la bienvenida sería… diferente- Dijo el tipo corpulento, Izuku no entendía nada de lo que estaba pasando.
— Pero que se le va a hacer... ¿Es tu amigo?- Dijo el tipo apuntando a Aizawa inmovilizado en el suelo. Izuku no dijo nada.
— Veo que eres de pocas palabras... Oye, ¿Te importa si sostienes esto?- Dijo el hombre dándole la misma cuchilla con la que mató al soldado, tomó su celular y se sacó una foto con el ojiverde, aún no entendiendo la situación del todo.
— Oh, esta es para el álbum... Oye, no te preocupes, esto podrá arreglarse- Dijo el hombre regresando a su helicóptero.
— ¡¡Porque hice un hueco para ti en mi agenda!!... Tu y yo, ¡¡Vamos a ponernos locos!!- Dijo el hombre, lo último que vió Izuku fue a el levantando los brazos. Y todo se vio borroso.
-----------------------------------------------------------
Todo estaba translúcido, una áspera tela negra cubría el rostro del peliverde, no sabía que estaba pasando. Hace unos minutos estaba en un autobús yendo hacia Hokusa para esparcir las cenizas de su madre y buscar Yamikumo, y un segundo después tenía una bolsa en la cabeza, sentado en una silla, en un lugar desconocido. Tenía miedo, que podría hacer ese hombre mientras lo tenía secuestrado en algún lugar.
— Jejeje, como siempre Tomura, nunca decepcionas a mi causa, gracias por prestarnos tu mansión para esta ocasión tan especial con nuestros invitados, ¿Hoy visitas a Nana?, Mis condolencias... Por favor, ¡¡QUITENLE LA PUTA BOLSA AL INVITADO- Dijo la voz grave, no cabía duda de que era él. Y más aún cuando le quitaron la bolsa, y vió a Aizawa sentado cabizbajo en la derecha, un tipo de pelo celeste en la izquierda y en la cabecera estaba ese tipo.
— Reitero, lamento mucho lo que pasó antes, no tenía porqué ser así. A veces las cosas no salen como uno quiere, y necesita frustarse y desquitarse, bueno, nos presentamos, el joven de la izquierda es mi leal comandante de fuerzas y compañero, Tomura Shigaraki- Dijo aquel hombre presentando al joven, quién saludo con un movimiento de cabeza.
— Ya conoces a este tipo... Cuyo nombre aún no nos ha dicho- Dijo el hombre apuntando a Aizawa.
— Y por supuesto, tu anfitrión, la gente me llama All For One- Dijo el hombre cuya presentación había concluido.
— ¿Has oído hablar de mi?, aparezco en los billetes de Hokusa, ¿Tu madre nunca te contó sobre mi- Preguntó All For One, Midoriya no tuvo respuesta, no confiaba en él. Lo secuestró y atacó el autobús donde iba, pero al menos era cordial.
— No... Nunca- Dijo el peliverde respondiendo cordialmente a su pregunta.
— Entiendo- Carraspeó- Tu madre y yo, éramos muy unidos, Un día me dijo que me amaba... Típico de las mujeres, te dicen que eres el único en su vida y los ves con otros al poco tiempo, y eso pasó con tu padre, jaja- Dijo All For One mientras tomaba la urna de Inko.
— Hey- Advirtió Midoriya, pero Tomura lo detuvo.
— Inko abandonó Hokusa en cuestión de días cuando los terroristas comenzaron a hacerse notar, contigo en su regazo, subió escoltada a un autobús y... Nunca más la volví a ver, fue una completa cobarde y maleducada- Las cosas que decía All For One de su madre hacían enojar a Izuku, no tenía derecho a hablarle así. Pero si atacaba estaría expuesto a ser golpeado o apuñalado.
— Maleducada, como este hijo de perra de aquí- Dijo el hombre de traje mientras apuñalaba a Aizawa, dando a entender que estaba mandando un mensaje por el teléfono.
— ¿No te enseñaron que usar el celular en la mesa es de mala educación?, Por eso la gente pierde comunicación hoy en día, ¿Ya no revisamos esto?- Dijo All For One agarrando el teléfono de Aizawa.
— Jajajaja, te gustará esto: "Ayuda, estoy con Izuku Midoriya en el Palacio de Shigaraki, rápido"- Dijo All For One mostrando los mensajes.
— "Ayúdenme, ayúdenme, yujuju", ¡¡Mal, mal, mal, mal, malísimo!!, No se pide ayuda por el celular, se pide a gritos... Vamos, pide ayuda- Dijo el hombre trajeado, llevando del cuchillo enterrado en la espalda a Aizawa, en el balcón le dijo que gritara.
— Ayuda- Aizawa dió un grito débil y tenue que apenas se escuchaba.
— ¡¡Dije que grites!!- Dijo All For One.
— ¡Ayuda!, ¡Socorro!, ¡Auxilio!- Gritó más fuerte el pelinegro.
— ¡¡AUXILIO!!, ¡¡AYUDA!!, ¡¡EN LAS FAUCES DEL TEMPLO!!- Gritó irónicamente All For One.
— ¿Lo ves?, Nada... Temo que no vendrán por ti... Averigüen que sabe- Dijo el trajeado haciendo que Shigaraki y los guardias se lo llevaran. Poco después se escuchó una explosión en los frentes.
— Oh, maldición... Oye, quédate aquí, disfruta el Katsudon, vuelvo enseguida... Himiko, tenemos que hablar- Dijo All For One sacando su teléfono, Midoriya se dió cuenta de que estaba solo, por mucho que le gustara el Katsudon, sabía que no podía quedarse. A menos que quisiera morir, tomó la urna de su madre y exploró la mansión en un intento de huida, escuchaba los gritos de dolor de alguien.
— ¿Qué carajos...?- Dijo Midoriya sin saber el origen del grito. Poco después de su exploración en el palacio de Tomura, vió a Aizawa colgado de la pared. Siendo torturado por el peliceleste, se escuchaban preguntas e insultos hacia un grupo terrorista de la zona. No sabía cómo ayudarlo, pero se veía que tampoco podía.
Midoriya fue hasta la puerta que estaba en frente de su cara, y en vez de encontrar una recepción vacía, vió a unos soldados apuntando a la puerta. Al ver que era el mismo Midoriya, bajaron sus armas.
— Izuku Midoriya... Hijo de Hisashi... Los dioses te han cuidado bien- Dijo un sujeto de pelo azul con lentes.
— ¿Quienes son y cómo me conocen?- Dijo el peliverde asustado.
— Soy Tenya Iida, líder de Yuuei, no hay tiempo para explicar hay que irnos- Dijo Iida.
— Pero Aizawa...- Dijo Midoriya.
— El lo entenderá... Por el momento tienes que irte, mantén la cabeza baja y vete- Dijo Iida, mientras el peliverde luchaba porque una bala no atravesara su cráneo. Era una verdadera masacre ahí afuera, lo que sabia de Hokusa, es que estaban en plena guerra civil, antes de venir a este pueblo tenía que estar asegurado y preparado. Aunque nunca pensó que iba a terminar cenando con el rey de toda la provincia luego de ser secuestrado.
Midoriya llegó hasta una camioneta de color azul, el plomo impactaba contra el vehículo. El conductor parecía acostumbrado a este tipo de ataques, y la guardia real estaba pisandoles los talones. Una persecusión cinco contra uno, impactaban los coches entre sí, el de ojos verdes tenía la cabeza cubierta a la altura de la guantera.
Llegó un punto en el cual estaban cerca de un barranco, un auto impactó contra el coche y cayeron treinta metros al suelo.
--------------
Midoriya despertó en medio de dos árboles, tenía suerte si podía levantarse. Le dolían muchas partes del cuerpo, el conductor estaba muerto, con la cabeza aplastada por un tronco, Midoriya estaba perdido y confundido.
— Midoriya... Midoriya, responde- Dijo el intercomunicador.
— S-si... Aquí estoy- Dijo Midoriya.
— Gracias a los dioses que estás bien, ¿Donde estás?- Dijo Iida. Izuku miró a su alrededor, solo vió rocas, árboles, un riachuelo y el barranco donde cayeron.
— No lo sé... El conductor está muerto...- Dijo Midoriya.
— Mierda... Bueno, plan b, toma su cuchillo e intenta llegar hasta una torre de campanario, ahí encontrarás al pelotón de Yuuei. Seguramente la guardia real te estará buscando, así que mantente en las sombras, suerte- Dijo Iida antes de cortar la transmisión.
— Espera... ¿Hola?, ¿¡Hola!?... Carajo- Dijo Midoriya, tomó el cuchillo del cadáver del conductor y se preparó para lo peor. Un pelotón de soldados con vestimenta de color morado iban de manera calmada hasta su posición, tenían ametralladoras en sus manos, sabía que con el cuchillo no podría vencerlos a todos. De hacerlo quedaría con más hoyos que un queso.
Se fue por la segura e hizo caso a las instrucciones de Iida, fue cerca de los arbustos y bajo las sombras. Su corazón latía a una velocidad nunca antes sentida por él, era la primera vez que Midoriya estaba en alta tensión. Temía echarlo a perder, pero no siempre las cosas salen, Izuku chocó contra un soldado.
— ¿Eh?- Dijo el hombre.
— Oh mierda- Dijo Midoriya, el tipo se dió la vuelta y vió al peliverde asustado con un cuchillo en la mano.
— ¡¡Por favor no digas nada!!- Dijo Midoriya.
— ¡¡Es Midori...!!- Dijo el hombre, pero la palabra no fue escuchada porque tenía un cuchillo enterrado en el cuello, Izuku actuó por inercia e terminó con la vida de un hombre. Este agonizaba y tenía una cascada de sangre bajando por su garganta.
Después de treinta segundos dejó de moverse, pateo con cuidado el cuerpo hasta debajo de unas rocas, y nervioso se fue de la escena. Era la primera vez que mataba a alguien, y no se sentía precisamente bien, corría lo más rápido que podía mirando hacia atrás para ver si lo perseguían.
Pero al mirar hacia adelante, hubo más problemas, Midoriya chocó contra otro guardia que estaba cerca de un barranco. Este cayó y aplastó a un compañero suyo, matando a ambos, uno que estaba al lado de los dos cadáveres fue testigo de la escena, y cuando miró hacia arriba no vió nada. Izuku estaba hiperventilado, no habían pasado ni cinco minutos y su conteo de muertes era de tres.
Continuó con su camino hacia la torre, con un malestar en el estómago. Llegó hasta una desembocadura de río a riachuelo, entre una rama caída estaba el cuerpo de un venado. Lógicamente estaba plagado de moscas, Izuku podría hacer uso de la carne, así que despellejó al animal muerto, una ensalada de sentimientos estaban pasando por la mente del peliverde ahora, mató a tres personas y despellejó a un animal.
¿Que más le faltaba?.
Siguió con su camino, habían tres de la guardia real. Se ocultó en las alturas, tenía que pensar rápido en un plan, se sentó en el pasto para pensar.
— ¿Eh?- Dijo Izuku al sentir una viscosidad en su trasero, la carne del venado podría servir como una carnada para los carnívoros. Asomó la cabeza para ver si había algún depredador cerca, en efecto, al otro lado de la desembocadura había un oso pardo.
El río no era tan ancho, así que podía utilizar al oso como un chivo expiatorio, calculó el lanzamiento y tiró la carne cerca de los tres guardias. Vió que el oso olfateó la carne, uno de ellos volteó y se extrañó por el pedazo de carne, pero al ver al oso comerse a uno de sus compañeros, la extrañeza paso a ser miedo.
El oso era resistente a las balas, y la ametralladora no parecía servir de mucho. Izuku no miraba la masacre impuesta por el oso, no tenía tiempo para vomitar, necesitaba moverse rápido. Una vez que el oso se alejó pudo continuar con su camino, llegando hasta una posada completamente tomada por soldados.
Habían tigres de bengala encerrado en una jaula, y pudo identificar a seis guardias. La ventaja era evidente, Midoriya no podría contra seis sujetos armados hasta los dientes, a menos que atacará con cautela. Pero ya eran suficientes asesinatos por hoy, el peliverde fue por las sombras, aún tenía muchas preguntas en su cabeza.
¿Por qué All For One conocía a su madre?, ¿Por qué ella nunca le habló de Hokusa?, ¿Que es Yuuei?, ¿Porqué Iida mencionaba el nombre de su padre como si fuera alguien legendario?. Midoriya ya tenía la cabeza a mil grados con tantas incógnitas, solo quería llegar al campanario y encontrar respuestas.
Saltó directamente por otro risco, suerte que tenía una buena habilidad atlética, y ya no parecía haber más problemas más adelante. Lo único bueno que podía resaltar de su llegada a Hokusa eran las vistas que tenían, la belleza de Japón era muy conocida a nivel internacional, pero Midoriya pudo ver un gran ecosistema formarse en la llanura.
Era este el lugar en el que su madre y el nacieron, una gran ruralidad no tocada por el hombre con tecnología avanzada, al menos en su gran parte. Tal vez por las guerras fue la razón de su partida, pero nunca dijo porqué no le habló de Hokusa.
Izuku continuó caminando subiendo escaleras hechas de piedra, con barandales de cuerdas hasta llegar al campanario. Pudo ver a muchos guerreros con uniforme azul, combinado con toques de rojo y amarillo.
— Izuku Midoriya, lograste llegar de una pieza- Dijo Iida quien tenía un pelotón con diversas armas.
— ¿Porqué me están ayudando?, ¿Que es lo que sucede?- Dijo Midoriya.
— Estamos en plena guerra contra All For One, tu padre fue quien inició esta causa y planeamos continuar lo que empezó... Mierda, tenemos compañía- Dijo el peliazul mientas más allá estaban llegando más tropas de All For One, en motos de nieve.
— Toma un arma y ponte en posición, esto se pondrá intenso- Dijo Tenya. El peliverde tomó la primera arma que encontró, una ametralladora ligera con cuatro cartuchos de bala. Sabía cómo funcionaban las armas, pero nunca había disparado una, subió hasta la cornisa del campanario y comenzó a disparar.
En el batallón pudo haber dado a cuatro o cinco enemigos, pero para ser su primera vez no estaba mal. Las tropas cada vez caían, al igual los hombres de Yuuei. Pero por si no fuera peor.
— ¡¡Avalancha!!, ¡¡Cubranse!!- Avisó Iida.
— (Este es el peor día de mi vida)- Dijo Izuku al ver que la madre naturaleza parecía no quererlo vivo. Sumado a que fue secuestrado por un tirano, cayó en auto desde lo alto de un acantilado, mató gente y ahora le caían toneladas de nieve encima.
Despertó bajo capas de nieve, no eran tan gruesas, así que podía cavar y salir a ver la luz del día. Midoriya sentía que volvía a nacer, algo natural al salir bajo una capa de nieve. Tuvo suerte de que Iida lo pudiera encontrar.
— Tienes más vidas que un gato, hermano- Dijo Iida antes de levantar a Midoriya.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro