Una cuestión de retener
Yellow, Crys y Silver caminaban hasta la cafetería tranquilamente, hablaban de la clase que acababan de terminar, nada cambiaba en la rutina. Se esperaban entre sí.
Esta vez les tocó cambiar el ritmo por un cierto alguien más.
-¡Silver, espera!
Los tres identifican esa voz, era Gold. Y en realidad, no había ningún problema con él, era un chico muy agradable, al menos para Silver y Crystal.
Pero para Yellow, Gold era más que un simple chico. Por eso, cuando escuchó su voz sintió un escalofrío recorrer su espalda.
Gold no es un simple chico, es su ex. Y no el de los mejores.
Con Ruby las cosas terminaron muy bien, no tenían la confianza de antes pero se hablaban de vez en cuando con mucha normalidad ¡Hasta con Blue ahora se lleva bien! Y eso que terminaron hace un par de meses.
Ella ya no siente nada por él, hace tiempo que lo suyo murió. Pero nunca pudieron retomar la amistad.
Una pena, Gold fue su confidente y gran apoyo incluso antes de que empezaran a salir, y ella más que lamentar que no funcionara el noviazgo, lamentó que tenga que alejarse de alguien de confianza.
Pero ahí estaba, escuchando su voz con una cercanía que nunca imaginó volvería a vivir.
Obviamente, esa voz no se dirigía a ella.
-¿Qué pasó Gold?- Le pregunta Silver, intentaba no ser cortante pero en definitiva como su amigo sentía la tensión de Yellow, era bastante palpable en realidad.
-¿Puedes ayudarme con un tema de la clase? Estoy un tanto perdido y mañana ya es el examen, si desapruebo este examen mi mamá me va a matar.- Explica Gold con tranquilidad- Ah, y hola Crys.
Gold le sonreía y Crys volteaba a saludar con tanta cordialidad como incomodidad, ya habían parado pero yellow no se atrevía a voltear, tenía miedo de cual sería la reacción de Gold ¿La saludaría? ¿La miraría siquiera?
-Está bien ¿Vamos a la biblioteca?- Respondió Silver, intentando terminar con esta situación lo más rápido posible.
-Nah, no quiero quitarte todo tu receso, solo ayúdame a resolver algunas dudas. Les acompaño a donde estaban yendo.
¿Qué mierda? Eso fue lo que quiso soltar Yellow cuando escuchó la propuesta de Gold ¿Cuánto más tendrá que soportar esto? ¿Lo está haciendo a propósito acaso?
Silver miró a Yellow, ella se sintió obligada a asentir, dándole el visto bueno a una de las situaciones más incómodas que viviría en mucho tiempo.
Así, los cuatro retomaron el paso en dirección hacia la cafetería.
...
Gold hablaba con total normalidad y confianza mientras almorzaban, hace unos 10 minutos que las dudas que tenía fueron resueltas por Silver. Pero igual se había dignado a quedarse, Yellow no podía estar más confundida, es como si de repente hubiera olvidado que la conoce siquiera.
Porque eso sí, hasta el momento no le había dirigido la mirada.
¿Cuánto más tendrá que soportar esto?
-Y entonces, estaba ahí tranquilamente cuando de repente-
-Gold ¿De qué quieres hablar realmente? Tú no te has quedado aquí a almorzar porque sí.- Dice Silver, directo al punto como siempre.
-Tienes razón.- Responde Gold, para establecer un silencio sepulcral, mira a Yellow con un dolor evidente.
Exponiendo las heridas del pasado.
-Gané la plaza del concurso, apenas termine este ciclo me trasladaré a la otra ciudad para ir a la academia. Esta vez, no quiero joderla.- Comenta Gold, mirando directamente a Yellow, pues solo ellos dos entendían exactamente la situación.
Yellow siempre lo supo, Gold es mejor músico que ella, él tiene ese toque especial que encanta con su música. Hipnotiza inevitablemente y ella nunca pudo competir contra eso.
El esfuerzo solo no era suficiente para superar a Gold.
Si él competía, no había posibilidad siquiera de ganar esa beca en la academia de música. Nunca la hubo.
Se reprimió la impotencia y decidió que él no se lo merecía, que él no era culpable de nada y que no tenía el derecho de retenerlo, no otra vez. Nunca más.
-Tienes que ir, no te detengas por mi. No te detengas por nadie, jamás.- Le responde Yellow con una sonrisa cargada de compresión y dolor.
Porque entendía que el merecía seguir sus sueños, siempre lo supo. Solo que nunca lo confrontó.
Nunca pudo aceptar que él iba a ser el que sobresalga como músico en este pequeño pueblo, y ella tendría que reprimir ese sueño.
Porque, la vida ya les demostró que el escenario no acepta dos.
El semblante de Gold cambia completamente, parecía renovado y como si un gran peso se hubiera soltado. Esa sonrisa en su rostro que hace tiempo no veía Yellow la reconfortó ligeramente, ella suspira liberando la tensión, y decide que debe abrazarlo. Cerrando así el capítulo de una vez por todas.
Una vez pasado ese momento, salen de la cafetería y Gold se separa del grupo.
Él en dirección a formar un nuevo destino, y ella destinada a seguir la dirección de siempre.
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