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Príncipe radiante

*Continuación del Au! Miraculous Ladybug de Gatito Triste 


En los últimos meses Ruby se sorprendía pensando en Chat más de lo que pensaba. A veces se preguntaba sobre su vida de civil en medio de clases, o cuando era Lordbug no podía evitar sentirse más consternado cuando los akumas lo dañaban; y simplemente, no podía evitar que su mente se fije en sus orejitas falsas, su cola que parece tener vida propia y esos ojos sumamente expresivos.

Al igual que ahora.

Estaba en medio de la clase intentando con todas sus fuerzas prestar atención a lo que dice su profesora, o por lo menos distraerse pensando en Gold o en sus labores como guardián. Pero fallaba estrepitosamente, y de cierta forma aquella ruptura en su status quo de pensamientos había influido en cómo interactuaba con el resto en este último tiempo.

Siendo Ruby a veces se encontraba debatiendo con Blue el porqué Chat Noir debería tener más protagonismo en los medios, recibiendo preguntas de sus padres de cuándo irá a la casa y lo más importante, ¡Hablaba con Gold sin ponerse nervioso!

Al inicio pensó que la confianza de Chat era contagiosa, ahora sabe que es más que eso. Sea cuál sea la razón, Ruby es completamente de feliz de poder saludarlo sin quedarse embobado viéndolo y de mantener una conversación llevadera durante clases y los recesos. Junto a otras cosas, siente que ahora sí ha podido construir una amistad mucho más orgánica con Gold.

Y no está feliz solo porque sea su crush, sino porque realmente disfruta su rato junto a él. Es un chico con muchos temas de conversación, bastante divertido y con el cuál disfruta pasar el rato casi tanto como con Chat.

Y no puede creer que le otorgue eso al gato egocéntrico, pero cuando se trata de diversión y disfrute él se lleva la corona. Las horas se volvían minutos e incluso cuando se sentaban en su sofá donde Chat aprovechaba en ser mimado, él la pasaba bien. Y es que se sentía tan correcto...

"Príncipe, ¿otra vez pensando en mí? A este paso empezaré a creer que ya te enamoraste."

Recuerda la frase con la que Chat siempre lo molesta cuando se distrae, y aunque él no lo sepa ahorita estaba en lo cierto ¡Pero no la parte de estar enamorado de él! O al menos aún no estaba listo para confrontar eso.

Aunque sí podía aceptar que no le era indiferente. Siendo Lordbug era complicado no hablarle con la confianza que tiene con su versión civil, si iba a contarle algo tenía que medirse en si era apropiado desde el traje, las bromas no pueden fluir de igual manera y a veces se encontraba a si mismo buscando disminuir las distancias entre ellos, él respetaba su espacio personal pero no podía negar que solo el tomar su mano le generaba un cosquilleo en el estómago.

Y era aún más complicado teniendo en cuenta que Chat también había cambiado su actitud hacia él; para empezar, sus coqueteos ya pararon por completo, seguía siendo su gatito bromista y juguetón, ¿pero coqueto? Al menos con Lordbug ya no. El hecho que ya no le regale rosas también era algo que lo entristecía un poco, a veces piensa que no valoró lo suficiente ese tipo de detalles que tenía para con él. Es cierto que no podía darle alas, ahora una parte de él se arrepiente.

Esa misma parte que lo hace sonrojarse en este mismo instante.

— Ruby, ¿Otra vez en las nubes? A este paso empezaré a creer que ya te enamoraste.— ¿Chat? No espera, quien dijo eso fue Gold. Ruby se sorprendió ligeramente ante el comentario repentino, pero aquello le permitió volver a la realidad.

— Que dices...— Ruby respondió junto a una pequeña risa nerviosa. La clase anterior ya había terminado, y ahora el profesor Oak había ingresado.

— Buenas tardes chicos, quiero darles un breve anuncio.— Dijo el profesor, logrando captar la atención de todos sus alumnos— Se ha confirmado el baile de fin de año, más detalles se les dirá más adelante pero como ya saben es un evento formal donde como todos los años les recomendamos buscar una pareja con la que ir, aún tienen un mes pero no lo dejen para último minuto por favor.

Luego de ello empezó su clase, aunque sabiendo que sus chicos solo tendrían en mente el baile. No se equivocaba, todos empezaban a planear lo que sucedería, desde las vestimentas hasta la pareja. Los que ya estaban con alguien no tenían problema alguno, los solteros y enamorados como Ruby lidiaban con algo mayor... ¿Lo invito o no lo invito?

Y ahora no solo era una cuestión de confianza y tener la valentía de preguntarle, el héroe en forma de civil se cuestionaba si era correcto preguntarle. Era su crush, ¿debería estar emocionado por pedirle, verdad? Pero si ese era el caso, ¿Por qué se sentía incorrecto?

Con un murmullo inaudible maldijo al único que creía ser el responsable. Maldito gato encantador.

Sin embargo, Ruby no iba a permitirle que su mente indecisa le arruine la ilusión de ir con su futuro esposo. Eso no iba a pasar, no iba a decepcionar a Hugo, Emma y Louis.

Solo le bastó un intercambio de miradas con su mejor amiga para decidirse en empezar a mover sus piezas apenas termine la clase.

Y así fue, una vez que acabó Blue se aseguró de convencer a Red de que almuercen los cuatro juntos en el comedor de la escuela. Ruby se secó una lágrima imaginaria del orgullo de tener una amiga tan dedicada. Ahora se encontraban ahí, el cuarteto listo para empezar a planear el baile.

— Creo que es tan obvio que ni deberíamos mencionarlo, pero Red y yo iremos juntos.— Dijo Blue tomando cariñosamente la mano de su novio quien se encontraba sentado frente a ella— ¿Han pensado ustedes a quiénes invitar? Supe que hace un tiempo terminaste con Crystal, así que supongo que vuelves a estar disponible para toda la soltería.

¡Y vaya bomba fue esa! Cómo olvidar cuando Gold le reveló que lo suyo con Crystal no había funcionado. En definitiva, se apenó porque ambos son amigos a los que él quiere mucho, e incluso tuvo que lidiar con una Crystal akumatizada entre esas fechas; sin embargo, también tenía que ser sincero en que algo en él se llenó de esperanzas nuevamente.

— Supongo.— Dijo Gold soltando una ligera risa— Pero siendoles sincero, dudo mi padre me deje ir ¿Yo solo de noche, en un lugar con mucha gente y nadie que me cuide? Él sería akumatizado antes que eso suceda.

Oh, ese fue un baldazo de agua fría que no se esperaba para nada. Ruby sabía lo estricto que era su padre; pero nunca como para prohibirle ir al baile. Y la verdad es que no sabía su reacción, solo sabe que por la expresión de pena de Blue al verlo no debe ser una muy animada.

— Ni que fueras un caballero en apuros, además sin contar a los akumas París es una ciudad de lo más segura ¿En serio crees que tu viejo no te va a dejar?— Dijo Red.

— Créeme, yo sé cómo es.— Respondió Gold, mientras suspiraba resignado— En serio quisiera ir, pero no quiero hacerme ilusiones.

Ante la sentencia final de Gold el verdadero peso de sus palabras cae en el parisino. Rápidamente todas las expectativas del evento se desvanecen y sólo puede pensar en lo frustrante que es el hecho de que no le vayan a dar permiso.

Siente una indigestión en el cuerpo, siente sus extremidades temblar de la impotencia y tiene que resistir las ganas del llanto y de escupir todo la frustración ¿Por qué tener buenos padres tenía que ser un privilegio? Gold es un chico hermoso, de alma buena y corazón compasivo. No se merece que le hagan eso, que le quiten la oportunidad de convivir con sus amigos y ser un adolescente común. Porque al final él es un chico, un adolescente que merece vivir sus etapas, no tendría porque estar trabajando de modelo y siendo objetivizado por las masas, no tiene porqué tomar mil clases extracurriculares que no le apasionan, él debería... Debería ser más libre.

En ese momento un pensamiento se cruza en toda la maraña de indignación. Ruby piensa en que sería bonito que Gold fuera Chat Noir, así podría apropiarse de aunque sea un poco de su vida. Una de las cualidades más bonitas de Chat era su libertad, se atrevía a cosas que él jamás haría, y era algo simplemente admirable, incluso si algo en la mirada de su gatito rebelde le decía que en su vida civil tenía muchos problemas de los cuales lamentablemente no podía dar detalles, Chat luchaba por su libertad, y sería bonito si Gold también tuviera cómo luchar por esta.

Aquello le permite disminuir su ira y poder tomar una fuerte bocanada de aire para recobrar la compostura, aunque sigue sintiendo una profunda tristeza.

— Iba a ser tu primer gran evento en el colegio...— Atina a decir a Ruby, sintiendo toda la pena del mundo. Conecta miradas con Gold que la mira con igual o mayor tristeza, él intenta mantener algo de fuerzas y mostrarse lo más comprensivo posible, aunque lo más probable es que esté fallando miserablemente— ¿No hay nada que podamos hacer para convencerlo?

— Intentaré hablar con él, pero no puedo prometer nada. Lo que significa que tendrán que divertirse el doble por mí, sino me sentiré traicionado.— Bromeó Gold, intentando aligerar el ambiente, lo cual logra en cierta medida.

— Haremos videollamada en todo caso, para que igual podamos hablar.— Propuso Blue, que es secundado por los dos chicos.

El resto del almuerzo transcurre en ellos dando ideas de cómo hacer que Gold se sienta presente aunque esté en casa. Ruby a pesar de que lo intenta, es incapaz de ser muy comunicativo, pero intenta cubrirlo lo mejor posible. Lo que no se percata es que cierto gato en forma de civil lo mira atento hasta del suspiro más encubierto posible, sabiendo que tiene que hacer algo para devolverle esa sonrisa que inintencionalmente le arrebató.




— ¡No puedo creerlo Tikki, es tan injusto! Él hace todo lo que su padre le dice, es un buen hijo y a pesar de eso no lo van a dejar ir. No está bien.— Refunfuñó Ruby, se encontraba ahora en su balcón reflexionando, o mejor dicho molestándose, de lo sucedido. Hace ya varias horas que sus clases terminaron, intentó distraerse ayudando a sus padres en la panadería, pero incluso si pasó toda la tarde ocupado entre preparaciones y atención a los clientes la indignación, aunque en menor medida, seguía corriendo por sus venas— Como quisiera poder convencer a su padre como en el viaje a Nueva York, pero él ya nos pidió que nos mantengamos alejados del asunto y tengo que respetar eso.

Tikki vio como su portador hacía movimientos exagerados acompañados de palabras exaltadas para liberar su furia, ella decidió escucharlo para que pudiera desahogar todo lo que sentía.

— Y ya no es una cuestión de si quiero ir como su pareja del baile, ¡Soy su amigo a fin de cuentas! En serio que quería que los cuatro estuviésemos juntos.— Concluyó Ruby, ya un poco más tranquilo— Aunque ahora ya no se que haré, ya me había hecho de la idea de bailar con él.

— Yo pensé que ibas a estar mucho más triste Ruby, creo que dentro de todo lo has tomado bastante bien y supiste reaccionar para no entristecerlo más. Esa es una buena actitud, ser un amigo en el cual él pueda confiar.— Ruby asintió ante lo que dijo Tikki— Ahora, ¿Por qué Ruby Dupain-Cheng no se sintió tan devastado por no poder ir al baile más romántico del año con su crush? A mi me huele a gato encerrado.

El parisino sintió sus mejillas arder ante la insinuación de Tikki, la miró con una ligera sorpresa pero antes de que pudiera responder escuchó al rey de Roma haciendo su entrada al balcón.

— ¡Príncipe! Veo que decidiste esperar a tu superhéroe favorito.—Dijo Chat, Ruby volteó a verlo para levantar la mano como saludo y le dedicó una pequeña sonrisa, luego de ello retornó su vista hacia la calle. El gato se colocó a su lado, parado junto a él viéndolo.

— ¿Qué te hace creer que eres mi superhéroe favorito?— Intentó bromear Ruby.

— No lo creo, lo sé.— Respondió cerrando la conversación y cambiando su actitud a una más seria— ¿Ahora puedo preguntar que es lo que te tiene triste?

— Hoy día nos anunciaron que tendríamos nuestro baile de fin de año, es un evento muy bonito que organiza nuestra escuela todos los años. Todos estábamos muy emocionados, pero en el receso Gold nos dijo que no le darían permiso.— Dijo Ruby, volviendo a invadirse por la pena ante en el recuerdo aún fresco— Realmente queríamos que fuera, es su primer año oficialmente cumplido desde que empezó la escuela con nosotros. Blue y Red supieron como desviar el tema para lograr animarlo, yo solo pude molestarme y ser una carga...

— Estoy seguro que él aprecia tu preocupación, y dudo mucho que piense que seas una carga.

— Espero, y sé que no puedo hacer nada al respecto pero en serio que me genera mucha impotencia que su padre sea tan estricto con él ¡Por dios, ni que fuera un robot! Es solo un chico que merece vivir un poco, y te aseguro que es un gran chico, es muy amable y comprensivo y no merece que le hagan esto.— Dijo Ruby, mientras que Chat intentaba reprimir el sonrojo ante el cumplido a su forma de civil— Perdón por desahogarme contigo, ha pasado todo el día y sigo molesto. Solo quiero mañana ser capaz de mostrarle una gran sonrisa y asegurarme de planear una alternativa para que pueda sentirse aunque sea un poco presente ese día.

— Suena como una situación complicada, es una pena que tu amigo no pueda ir, en serio.— Y de verdad que lo sentía, con el tiempo había aprendido a resignarse con facilidad antes de dejar que su frustración lo carcoma, a pesar de eso tiene que admitir que realmente hubiese querido ver a Ruby en un traje diseñado por él mismo, divertirse de ver a Red como un enamorado embobado y escuchar las teorías de Blue sobre los miraculous. Incluso se imaginaba pidiéndole a su príncipe para que sea su pareja de baile y volver a bailar como en aquella noche de New York.

Aprovechar para sentir su cercanía, oler su fragancia dulce, ver sus hermosos ojos rojizos y perderse en la felicidad que le causaba estar con Ruby. Adrien no podía negarlo, el parisino ya no era solamente un amigo, no le era indiferente ¿Y cómo podría? Poco a poco con esas sonrisas dulces y compañia agradable se había ganado su corazón, porque estando con él sentía que la vida encajaba.

Lamentablemente, la vida nuevamente lo había obligado en fijarse en alguien que ya mira a otra persona.

Tal vez era lo mejor, así podría buscar olvidarse de su amor no correspondido antes de descubrir lo mucho que lo quiere. Aunque mierda si no era difícil cuando día a día parecían hacerse más cercanos, no solo siendo Chat sino como Gold también. Y él sería incapaz de alejarse del chico, estaba terriblemente intoxicado por su encanto y lo que parecía la cura era lo que también lo llevaba más y más profundo en el hechizo.

¿Pero eventualmente tendría que tomar un paso al costado, verdad? Después de todo, él no creía que haya chico que pueda resistirse a los encantos de Ruby.

— Bueno, al menos aún podrás ir con el chico que te gusta.— Dijo Chat, buscando reprimir sus sentimientos y animar a su amigo— Podemos armar un plan para que te invite al baile, o para que tú lo invites ¿Nunca te he dicho que soy un wingman excelente?

— Supongo que ya no tiene caso mantener tanto secretismo.— Dijo Ruby más para sí mismo, para luego decidir mirarlo a los ojos— A menos que seas capaz de llevar a Gold Agreste al baile, entonces no tengo forma alguna de estar con el chico que me gusta ese día.

Entonces un espectáculo surcó el rostro de Chat, empezando por sus facciones sorprendidas. Parecía que su mandíbula se caería en cualquier momento y sus ojos verdes parecían los de un gato asustado. Luego intentó recomponerse, perdiendo el equilibrio y casi cayendo de no ser porque se sujetó de la baranda. Finalmente, con la dignidad perdida y un sonrojo incalculable observó a Ruby quien intentaba controlar sus risas, y él incapaz de formular comentario alguno.

Chat podría jurar que sus latidos podían escucharse hasta la otra cuadra, y sentía el calor en su rostro tan presente que podría empezar a botar humo. Pero sobretodas las cosas, luchaba con todas sus fuerzas por no soltar una sonrisa de tonto enamorado que no podría explicar.

— ¿Qué pasó gatito, tan inesperado fue?— Preguntó Ruby, aún con ese tono divertido nacido de la reacción del héroe.

Miles de pensamientos surcaban su cabeza, y su sistema estaba totalmente saturado. El solo pensar que era correspondido le erizaba la piel y le hacía querer revelar su identidad en ese mismo instante, pero tenía que recomponer la calma antes de actuar impulsivamente.

Aún con el corazón desembocado decidió dar alguna respuesta e intentar recuperar aunque sea una parte de su dignidad.

— Te dejaré ganar esta vez, digamos que sí me sorprendí un poquito.— Dijo Chat, pasando una mano por su cabello a modo de galán.

— ¿Solo un poquito?— Se burló Ruby, Chat hizo un pequeño puchero. Pero en ese momento cayó en cuenta en algo más, si su príncipe estaba enamorada de él, y que bien sonaba eso, entonces...

— No podrás ir con el chico que te gusta.— Afirmó Chat, recobrando un poco de la seriedad anterior

— Al menos tengo a cierto gato que me hace reír con sus reacciones exageradas, así que no estoy tan triste como creí que estaría ¡Ni siquiera me akumatizaron! Lo cual es bueno.— Dijo Ruby, intentando no preocupar más al gato y siendo completamente sincero— Además, no es como si hubiera tenido grandes chances de ir con él de todas formas.

— ¿Por qué dices eso?— Preguntó Chat

— Él solo me ve como un amigo, nunca seré su primera opción. Así le pregunte, es probable que prefiera a alguien más.

Y es ahí cuando sentía el aura azul de su princesa que podía darse cuenta de lo que se estaba perdiendo por idolatrar a Lordbug. Claro, era su compañero y le tendría una estima especial por siempre; sin embargo, es ahí cuando supo que su enamoramiento no era algo pasajero o circunstancial.

Era un sentimiento que fluía por todo su cuerpo y se instalaba cómodamente en su alma. Y era tan cómodo y correcto como especial y explosivo. No podía dejarlo pasar, así como no podía permitirse entristecer a ese bello hombre.

— Tendría que ser un ciego para no ver lo maravilloso que eres.— Y vaya que lo había sido— Créeme, no hay chico en su sano juicio que te dejaría como segunda opción, para mi jamás serías una segunda opción.

No más.

Aquel comentario había sorprendido a Ruby, sus mejillas empezaron a arder mientras veía a su gatito dedicándole una mirada que jamás había visto anteriormente. Y esta la hacía sentir tan... Querido, tan completo. No podía simplemente desviar su mirada.

En ese momento él lo había decidido, estaba irremediablemente enamorado de Ruby. Y ninguna fibra de su cuerpo podía ocultarlo ahora. No sus mejillas sonrojadas, no su cola moviéndose ansiosa, no su cuerpo que buscaba su cercanía, no sus ojos incapaces de darse cuenta del mundo alrededor.

— Sé que no soy tu príncipe encantador, pero...— Chat desvió la mirada para tomar su celular y buscar una canción lenta a lo que reunía todo el valor posible— ¿Me concederías esta pieza?

Con una música suave, la luna alumbrando y la mano de Chat extendida, Ruby sintió cómo había perdido completamente. Chat podría haberle pedido lo que quisiera y él aceptaría gustoso. No podía simplemente hacer como que no lo estaba sintiendo, esas mariposas en el estómago solo le confirmaban lo enamorado que estaba del héroe, y que ese amor era igual o mayor al que sentía por Gold.

Tímidamente tomó la mano del chico, sonrió avergonzado y se permitió disminuir la distancia entre sus cuerpos. A un ritmo lento empezaron a moverse, a una sincronía un poco torpe inicial que les permitía reírse ligeramente. Su dinámica común de desafíos y bromas había sido totalmente olvidada; en cambio, ahora eran dos jóvenes torpemente enamorados.

No les molestaba ese cambio.

Poco a poco pudieron llegar a un compás coordinado, sus pasos fluían con facilidad y sus miradas no se despegaban. Estando ahí bailando al son de la música, perdidos en la magia del momento, Chat nunca se sintió más libre. Y entonces una realización lo invadió. Tal vez Gold no tendría el permiso de su padre para ir, pero Chat Noir no necesitaba de ningún permiso.

Oh bueno, necesitaba que él quisiera.

Se permitió disfrutar del momento y bailar con su príncipe hasta el fin de la canción. Porque aún era una posibilidad que fuera la única vez que lograra hacerlo. Después de todo, Ruby no sabe que está enamorada de él, su él en versión civil claro.

¿Y siendo Chat? ¿El como Ruby lo mira podría ser indicio que tal vez era aunque sea mínimamente correspondido en su forma de héroe?

Porque él ahorita estaba viendo a Chat, no a Gold. Y una parte de él, una tal vez un poco egoísta, quería que pudiese quererlo siendo también aquel gato callejero.

Pensando en ello, amándolo profundamente y gozando la magia de la situación es que escucha cómo la música da un último compás, y como ellos dan un último giro antes de detenerse y decidir que podrían verse eternamente.

— Príncipe...— Su voz sonó ligeramente más ronca, pero sus mejillas profundamente sonrojadas traían de vuelta toda esa ternura inherente al héroe que el parisino tanto adoraba— ¿Puedo... Acompañarte?

— Sí...— Respondió Ruby, hasta que procesa su pregunta y lo miró confundido— Espera, ¿a donde?

— A tu baile escolar... Pensé que— Empezó a explicar Chat, pero fue interrumpido por Ruby.

—¡Sí!— La emoción recorría todo el cuerpo del portador del miraculous de la mariquita, solo podía pensar en lo feliz que lo haría poder repetir un momento similar a este. De poder estar cerca a él, bailar a un ritmo lento y queriendo verlo para siempre. Ya no tenía caso intentar luchar contra ello, solo quería amarlo, a él y solo a él.

Esta noche lo estaba escogiendo para entregarle su corazón, y ya mañana pensaría en las consecuencias de ello.

Chat se encontraba igual o más feliz, su príncipe lo quería a él a su lado ese día. Y tal vez sería el reemplazo de, bueno, él mismo; sin embargo, ese era un buen comienzo. O buena victoria. Ya no estaba seguro.

Lo quería a él, pero ¿querría todo de él? Mañana podría pensar en ello, hoy solo permitiría a la alegría entrar en su corazón.

Una sonrisa abarcó el rostro de ambos parisinos, decidieron que el silencio no era solitario mas completamente cómodo. Quién necesitaba palabras cuando se tenía una conexión tan especial.

El amor fluyó desde esa noche, y no tenían la necesidad de decirlo aún.

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