Siento un cosquilleo en la manos, las froto entre sí para eliminar esa sensación. Fallo estrepitosamente.

Hay un calor instalándose cómodamente y sin ninguna intención de irse. Llegó desde el corazón y subió hasta mis mejillas.

Mis labios intentan contener una sonrisa, obteniendo una forma extraña en el proceso. Siento una ligera tembladez y decido hidratarlos con mi saliva, podría ayudar a eliminar todo el dulzor que está invadiendo mis papilas gustativas.

Mis piernas se sienten más débiles, me nubla el deseo de dejar que la gravedad venza mi peso. Decido manterme en pie.

La gente camina a mi alrededor, ignorantes de mi situación y dispuestas a mantener su cotidianidad.

Las calles son bulliciosas como siempre, los carros en el tráfico, las voces al teléfono y las grandes pantallas haciendo su clásico caos publicitario.

El tiempo se ha detenido y también pasa increíblemente rápido. Un segundo es un segundo, pero también es un minuto y al mismo tiempo no es nada.

Hay una emoción que no puedo describir ¿Tal vez es emoción, nostalgia, adrenalina o una tristeza camuflada? Por ahora me es incierto.

Todo es incierto.

Su mirada lo es, su sonrisa lo es, sus cabellos desordenados lo son. Esa voz que pronuncia mi nombre con una energía propia de su persona.

¿Qué es esto fuera de la realidad?

Hay mucho que puedo describir, y poco que logro comprender.