-¿A quien tanto miras, eh?- Susurró Blue a su amigo que se encontraba en la carpeta de su izquierda.- ¿Tanto te gustó la nueva Red?

-¡¿Blue?!- Se exaltó Red sin dejar de susurrar para evitar una llamada de atención de su profesor.- No se de que me hablas.

-Oh vamos, no puedes engañarme, te la estás comiendo con la mirada. Ya va una semana, en cualquier momento se dará cuenta que la miras excesivamente, si no lo sabe ya.- Le aseguró Blue.- ¿Como era que se llamaba?

-Yellow.

-Que bien te sabes su nombre.- Le molestó

Hace una semana, a mediados del año, había entrado una nueva alumna a la clase en la que Red y Blue se encontraban. Su nombre era Yellow del Bosque Verde.

Hace una semana que Red no la dejaba de ver. Nunca se había sentido tan flechado como con ella. Podría decirse que era su primer gran gusto.

Ya tenía 16 años, pero al verla sintió como si fuera un chiquillo enamorado de 13.

-Está bien, puede que me guste. Osea, me parece bonita, pero aún ni le he hablado.

-¿Y que esperas para conocerla? Así, si no te agrada acabarás con tu flechazo y ya no te verás como un acosador.- Sugirió Blue animada.

-Hmp, Vale.

...

-¿Me parece o estás dibujando corazones en tu cuaderno?- Preguntó Blue con diversión al chico de mirada perdida.

-Creo que la amo...- Dijo Red embelesado

-¿Recién ayer le hablaste y ya la amas? Wow, así que oficialmente caíste por ella.- Se sorprendió Blue.

-Nunca había disfrutado tanto de un receso como el de ayer que hablé con ella. El tiempo se nos quedó corto ¡E incluso conseguí su número!

-¡Cállese Red!- Le regañó su profesor

-Lo siento...- Se disculpó avergonzado.

-Entonces ¿Cuál será tu siguiente movimiento?- Preguntó Blue.- La chica es linda, y según tú, agradable. En cualquier momento empiezan a lloverle los fans, tú no puedes ser de ese montón. Ahora que lo pienso, debería hablar con esa chica, tiene potencial.

-Más que a los fans, me temo lo que podrías hacer si te vuelves su amiga. Tendría que ser tu esclavo de por vida- Bromeó Red.- No planeaba hacer algún "movimiento" aún. Es suficiente con que seamos amigos.

-¡No es suficiente!- Resonró Blue.

-¡Blue! ¡Cierra el pico!- Regañó el profesor.

-Ay, lo lamento.- Suspiró Blue

-Que alumna más maleducada e irrespetuosa.- Fastidió Red.

-Cállate, fue tu culpa.- Regañó Blue, pero susurrando.- No permitiré que queden como amigos.

-¿Ya apostaste con Green no?

-Él apostó a que no tendrías las agallas para cortejar a Yellow, yo en cambio, aposté por tí- Dijo con orgullo.- Y también dejé que el apueste primero.

-Ya decía yo que no eras así de confiada- Suspiró Red, sin evitar volver a pensar en Yellow.- Intentaré llegar a más, pero dame algo de tiempo.

...

-¡Cuatro meses Red! ¡Cuatro meses! ¿Sabes lo que es tener a Green todos los días pidiendo el dinero de la apuesta? No puedo creer que aún no intentes algo.

-Habla más bajo, o el viejo del profesor Koga nos regañará, otra vez- Pidió Red.- Me he dado ese tiempo para simplemente conocerla más y tener más confianza. Y por arceus que es la mujer más genial, divertida y bella que he conocido.

-Eso no te lo puedo negar, realmente Yellow es muy agradable. Podría facilmente ganarse el lugar de mejor amiga- Le dió la razón.- Y con más razón es que tiene que ser la pareja de mi protegido.

-¿Tu protegido? ¿Es en serio?- Puso los ojos en blanco para luego suspirar divertido.

-La cosa es que, tienes que conquistarla de alguna forma. Aunque por como he notado que te mira... Creo que solo llévale un ramo de flores, pidele matrimonio y va a decir que sí.

-Sí... No le pediré matrimonio. Pero la idea del ramo de flores es buena, en especial con ella que le encanta el lenguaje de las flores.

-¡Genial! Entonces llévale flores y pídele una cita, de ahí le pedirás matrimonio- Completó la idea Blue.

-No voy a pedir matrimonio en al menos 10 años.

-Te apuesto que no será asi.- Y cellando el trato estrecharon sus manos.

...

-Oye, Yellow...

Era la hora de salida, Yellow y Red eran los únicos que quedaban en el aula, eso a pedido de Red.

Su oportunidad ya se había presentado, era ahora o nunca.

Su corazón latía a mil y su mano detrás de su espalda con el ramo de flores estaba toda sudada de los nervios.

Era el clásico cliché de romance adolescente. Y no podía hacer nada al respecto.

Entonces, una sonrisa nerviosa adornó el rostro de Red y reveló el ramo de flores para pasar a dársela.

Tal fue la ternura que le causó a Yellow esa escena que no pudo evitar ruborizarse y sonreir.

-Uhm... Tú... ¿Saldrías conmigo... A...

Yellow sin dejarlo terminar aceptó. Sin saber que en realidad Red solo se había aventurado a pedirle una cita.

Es así, como inesperademente, aquella tarde del viernes ellos dos empezaron a salir.