Chico
En ese momento lo supo. Cuando sintió sus mejillas arder y su corazón desbocarse. Viéndolo luchar tan agerridamente contra Lance... Por él. Había caído profundamente enamorado del caballero amarillo.
— Green, estoy perdido.— Dijo Red, mirando a su amigo quien iba montado en su Golduck. Regresaban luego del combate contra Lance y la Élite 4, ya había vuelto la calma, aunque su corazón no parecía entender eso.
— ¿Lo dices en serio?— Pregunta Green, aún escéptico a que su denso rival haya sido repentinamente flechado— ¿Cómo asi?
— Solo lo sentí así, he visto batallas feroces sí ¡Y claro que me impresiono con ellas! Pero... — Red hizo una pausa para mirar embelesado a Yellow aún durmiendo— Con él, hay algo que simplemente me conmovió. Tal vez el hecho de ver esa confianza y amor por sus Pokémon irradiante, la decisión en su mirada al enfrentar a uno de los entrenadores más fuertes de la región o tal vez el hecho de pensar que se atrevió a todo eso, todo todo eso, solo por salvarme. Es difícil de entender. En realidad, sin comprender todo eso ya me había sentido flechado por él. A lo mejor es solo su carita tierna. Oh dios empecé a balbucear.
Green solo pudo ver la escena e ignorar parcialmente el parloteo nervioso de Red, mientras pensaba en lo interesante que se estaban tornando los eventos ante el enamoramiento inesperado de Red -tal vez Blue ya lo estaba empezando a influenciar-. Si bien Green no dudaba en que sus siguientes meses estarían más que llenos de empalagosidad de esos dos, su mente se inquietaba al reconocer como Red aún percibía a Yellow como chico, no podía evitar divagar en si eso sería problemático eventualmente.
— ¡No le digas a Blue de esto!— Pidió Red
— ¿Por qué lo ha— Se interrumpió Green al notar como Yellow empezaba a despertar y por lo tanto él desaparecía completamente del plano de atención de su amigo.
— Hey... Por fin despiertas.— Dijo Red, mirando a Yellow e intentando mostrarse lo más tranquilo posible.
— ¡Oh no, me dormí otra vez!— Yellow parecía volver a tomar conciencia de su entorno, mostrando su preocupación por la batalla— ¿Qué pasó con Lance y ese enorme Pokémon?
Que tierno, pensó Red.
— Lo venciste y el Pokémon voló hacia el este.— Explicó Red, logrando así calmar a Yellow.
— Me alegra que todo haya salido bien.— Yellow dejó salir un suspiro de alivio. En esos segundos Red armó todo su coraje.
— La batalla acabó ¡Buen trabajo Yellow, gracias por todo!— Dijo Red atreviéndose a posar su mano en el sombrero de Yellow y sintiendo como sus mejillas estaban muy probablemente sonrojadas, aunque Yellow no pudo notar lo último por buscar proteger su sombrero con sus manos.
— Me alegro haber podido ser aunque sea de un poco de ayuda.— Dijo Yellow algo avergonzada.
— ¿Un poco? Chico, tú me salvaste ¡Te debo mi vida!— Exclamó Red, dándose cuenta muy tarde de la emoción desbordante en sus palabras— Uhm... ¿Puedo preguntar por qué tomaste ese riesgo por mi?
— Yo...— Yellow se cuestionaba si revelarle la verdad era lo correcto, decirle que era esa niña que salvó hace unos años, decirle que era niña ¿Pero cuáles serían las implicaciones de eso? ¡Sería prácticamente admitir que nunca lo olvidó! ¿No suena eso bastante stalker? Lo mejor sería ser ambiguo— Digamos que... Eres alguien que considero bastante.
Yellow lo miró dubitativa y avergonzada mientras jugaba con sus dedos, y eso fue demasiado tierno para Red. El calor en sus mejillas se hizo insoportable y quedó completamente hizpotizado a la mirada del niño. Poco a poco toda la atmósfera se tornaba más rosa, ninguno con la intención de romper el ambiente, los dos completamente cómodos en ese sentir.
— ¡Pika!
Y así, regresaron a tierra.
— ¿Y ahora que ahora que haremos huh, Pika?— Yellow soltó la pregunta al aire.
— Me encantaría viajar con Pika otra vez, pero...— Pero también muero por quedarme a tu lado por siempre ¡Jamás podría decir algo tan atrevido!— Parece que también le gustas.
Muy bien Red, proyectando tus emociones en un Pokémon, eres una genialidad, así obviamente Yellow caerá rendido a tus pies en un segundo. El del sombrero parecía absorto en sus ideas, probablemente dividiendo las opciones.
— Hey... Tal vez podramos vivir todos juntos.— Dijo Red, y causando una reacción de sorpresa en Yellow y Pika— ¡Estoy bromeando, estoy bromeando!
— Si aún no vas a viajar, tal vez pueda ir a visitarlos de vez en cuando.— Retomó Yellow con cierta timidez.
—¡No viajaré!— Dijo Red, sonrójandose en el proceso y decidiendo reformularse para así mantener algo de su dignidad— Quiero decir, aún tengo que recuperarme. El hielo ha dejado sus secuelas, mira.
Entonces Red le mostró su mano aún temblorosa y debilitada, Yellow ante ello sintió una profunda pena por no haber podido rescatarlo antes y la sujetó con ambas manos.
— Es una lástima que solo pueda curar Pokémon.— Dijo Yellow, en ese mismo momento Red se encontraba intentado que su sistema no se sature. De seguro ahora debe parecer un tomate humano, sus manos rodeando la suya son tan cálidas.
— No te preocupes, ya has hecho más que demasiado. Además, saber que podremos vernos más seguido ya es suficiente para revitalizarme.— Dijo Red, logrando animar a Yellow y sacarle una risa.
El resto de la charla se desarrolló con una relativa normalidad. A pesar de recien conocerse, a percepción de Red, hablaban con una hermosa confianza, como si hubieran hecho un click instantáneo. Ese pensamiento le daba un calorcillo en el pecho a Red, pensando de que realmente Yellow no será solo un pequeño crush, sino mucho más. Podía ser el chico del que se permita caer profundamente enamorado.
Eso es lo que pensaba. Y lo siguió pensando en los meses siguientes que decidió quedarse en pueblo Paleta. Era cómodo estar con él y se sentía correcto. No le molestaba que Yellow evitara las batallas, pudo darse el tiempo de encontrar otros pasatiempos, como la pesca o el dibujo - incluso si era terrible en ambos y en realidad solo eran un excusa para pasar el rato con Yellow-. La verdad es que su verdadero pasatiempo era verlo, escucharlo, desearlo muy profundamente.
Se dió el tiempo de conocerlo, de confiarle, de quererlo apropiadamente. Aprendió muchas cosas en esos primeros meses de amistad, conoció la vida en el bosque del rubio rodeado de Pokémon, descubrió más de su personalidad calmada pero decidida, también se dió cuenta que tenía un apego extra especial a su sombrero, nunca -verdaderamente nunca- se lo quitaba, lo cual solo aumentaba su curiosidad. Sobre todas las cosas, Red descubrió que una conexión así con alguien realmente era posible, no era una cursileria de novela barata o habladuría falsa.
Y es lo que se mantuvo firme incluso cuando luego de dar la prueba de gimnasio de ciudad Verde decidió viajar al monte plateado en busca de una cura a sus manos. En ese tiempo donde solo podían conversar por el pokegear, incluso ahí cuando dejó de verlo, sus sentimientos nunca dudaron. Su corazón realmente le pertenecía a él.
Red no era tan denso, sabía lo que implicaban sus sentimientos. Ya lo notado antes, nunca había sido indiferente a su atracción hacia los chicos. No es como si le hubiera dicho al resto de holders que era gay, ni siquiera Yellow lo sabía, más que por algún miedo al rechazo en realidad era cuestión de que no había salido el tema. Después de todo, nunca se había interesado en alguien tan profundamente antes como con Yellow. En ese periodo de recuperación pudo divagar sobre el tema, ¿cuál sería la sexualidad del chico? ¿Debería declararse? ¿Cómo lo haría?
Entonces, sucedió.
— ¡Está bien, está bien, me lo quitaré yo!
Y reveló su cabello. Una maldita cola de caballo ¿Eso significaba que...? Red estaba tan atónito que no podía decir palabra alguna. Yellow lo miraba avergonzada, casi culpable.
— ¡Es grandioso estar de vuelta! Gracias por salvarme...— Se interrumpió Gold dándose cuenta de la revelación de Yellow— ¿Joven... cita? ¡¿Eres una chica?!
Gold miró al resto, Crystal parecía igual de sorprendida, al contrario de Blue y Green que se veían tranquilos aunque incómodos. El rostro ganador sin duda alguna era el de Red, era todo un poema su cara de sorpresa.
— Siento que la atmósfera aquí está un poco tensa. Como sea... — Intentó reenforcarse Gold en el momento— Debes haber tenido mucho valor para quitarte el sombrero. Y ahora también tengo las dos plumas, puedo atravesar el tiempo y continuar mi batalla con Pryce.
— ¿También vendrán?— Gold lanzó la pregunta al aire mientras veía a Silver y Crystal subirse en Entei y Suicune respectivamente— Mejor vamos sin decir nada, ¡Vamos, entremos al tiempo, para atraversarlo!
Y así como llegaron, así como se fue el trio de Johto a continuar la batalla. Mientras, Red seguía intentando encajar todas las piezas en su lugar.
— Yellow... Tu cabello...— Intentó decir Red, como si con ello pudiera modificar todas las percepciones que tenía del chico -que al parecer no es tan chico sino más chica- aunque la verdad ya no estaba seguro de nada ¿Siquiera importaba el cambio? ¿Ahora cómo debía sentirse?
— Red... Este... Esto...— Dijo Yellow, que repentinamente tenía una voz más suave a los oidos de Red ¿Había estado modulando su voz todo este tiempo para no ser descubierta?
—¿Podemos dejar esto para otro momento por favor?— Preguntó Blue claramente exasperada por liberarse del hielo.
Y así acataron, aún tenían que terminar la batalla y apoyar a sus amigos de Johto. No era el momento, pero aún sabiendo eso la mente de Red no llegó a enfocarse del todo, seguía dando vueltas a la situación.
¿Se había enamorado de una chica entonces? No es como si le importase... Pero se sentía extraño, sumada a esa incomodidad de sentirse traicionado en cierta forma. No confió en él como para contarle la verdad, ¿hasta cuándo planeaba ocultárselo? ¿Si lo hubiera sabido desde siempre sentiría lo mismo por Yellow? ¿Se hubiera enamorado?
Habían tantas dudas en su cabeza que pensaba que iba a explotar y la única forma de resolverlas era hablando con Yellow. Esta vez, sin secretos y sin tapujos. Y con la paz devuelta a ambas regiones nuevamente y con todos salvo, era el ahora o nunca.
— Entonces Yellow, ¿Eres una... chica?— Preguntó Red, quien se encontraba un tanto distanciado del resto de holders para poder hablar de una manera más íntima con Yellow.
— Sí. Lo siento por no decírtelo antes. Una vez que empecé con esto de caballero Amarillo, incluso si varios habían descubierto la verdad, no supe parar.— Dijo Yellow mirando al pelinegro con un profundo arrepentimiento, Red asentió ligeramente la cabeza y se sumió nuevamente a sus pensamientos— Espero no estés decepcionado.
— ¡No es eso!— Dijo Red rápidamente— No es eso... Es complicado Yellow. Por un lado, me siento traicionado en cierto punto de que no confiaras en mí. Otra parte de mí quiere que no importe y que nada cambie solo por una cola de caballo. Pero de ahí está eso otro de mí que tiene tantas interrogantes de cómo me siento, porque tú...
Red se dió cuenta que sus palabras habían quedado atoradas en la garganta, que luchaban por salir y les era físicamente imposible. Esa sensación de falta de aire y las manos sudorosas y las piernas débiles y sus mejillas coloreadas ¡Tenía que decírselo! Era el momento, ¿era el momento, verdad?
— Tú m— Entonces se vió inoportunamente interrumpido por el sonido de su pokegear, miró dubitativo a Yellow unos segundos y decidió responder— ¿Hola? ¿Quién habla?
La voz de Misty se hizo presente a través de la llamada. Y si bien le alegraba escuchar de ella, en definita este era el peor de los momentos.
— ¿Eres Misty? Misty Respóndeme— Pidió Red, intentando avanzar la llamada. Entonces la escuchó preguntándole cómo estaba. Y si pudiera responder con la verdad diría que se siente jodido y perdido— Ah... Uh-Huh.
— Si están confundidos ¿Por qué no se quedan juntos todos ustedes?— Blue rió ante la situación, y tanto Red como Yellow solo deseaban poder encerrarse en un hoyo para siempre.
— Perdón Misty, hablamos luego.— Dijo Red para colgar lo antes posible la llamada. Así solo pudo ver avergonzado a Yellow, realmente seguía muy confundido con sus propios sentimientos.
A pesar de ello, su corazón seguía frenético con solo verlo -verla-. Habían pasado muchos meses después de todo, no podía no sentirse feliz de estar otra vez en su presencia. Realmente la había extrañado. Y decidió que eso sería lo que importaría más, por lo menos en los siguientes minutos.
Sin pensarlo más la abrazó. Le hizo caso a sus instintos y la sujetó con fuerza entre sus brazos. No hubo un aviso previo y ya había actuado. Olió su aroma tan fresco y natural, experimentó su contacto recíproco con aquellas manos tan pequeñas pero fuertes, escuchó su respiración y su corazón palpitar. Por unos segundos todo se desvanció, todo estaba bien solo porque Yellow estaba ahí. Después de varios meses la persona de la que había caído irremediablemente enamorado estaba ahí.
— Te extrañé.— Dijo Yellow. Esas palabras causaron estragos en Red, estaba terriblemente confundido. Sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos solo pudo abrazarla aún más fuerte en respuesta.
¿Realmente estaba enamorado de ella, no? Pero de repente, ya no se sentía tan simple estarlo.
Eventualmente se separaron, pero fueron incapaces de romper el silencio. Solo se miraron. Red se dió el tiempo de observar detenidamente sus facciones. Sus ojos grandes, sus labios finos, sus mejillas enrrojecidas, su cabello. Todo le parecia absolutamente hermoso. A pesar de eso, no podía hablar. No sabía ordenar sus ideas. Su mente era un caos.
— ¡Ah, hola! ¿Mamá? ¡Soy yo, Gold!— Interrumpió Gold, cortando con el momento por completo. Red no sabía si sentirse salvado por la campana o molesto por ser interrumpido. Pues, si bien aún no rompía el contacto visual con Yellow del todo, en definitiva su conversación quedaría pendiente.
— Sí, tendré que estar fuera un poco más de tiempo ¡Tengo al campeón de la liga pokémon conmigo, haré que me enseñe las técnicas de una batalla Pokémon!— Dijo Gold mientras se llevaba a Red jalado del brazo— ¡En serio extraño tus hamburguesas caceras, pero no te preocupes, regresaré pronto a casa!
Red miró para atrás una última vez, viendo el rostro preocupado de Yellow, sintió una punzada en el pecho por la culpa de dejar la conversación pendiente. Los dos sabían que quedaron muchas cosas en el aire.
— ¿Estuvo bien o no?— Red no supo que responderle porque la verdad es que ni él lo sabía con certeza— Entonces, ¿cuándo me enseñarás los trucos de las batallas?
— ¿Era en serio?— Preguntó Red
— ¡Por supuesto! Con un maestro como tú, acabaré con Silver ¿no?
El luchador se lo pensó por unos segundos. No sería mucho tiempo más, solo hasta que termine de sanar y de procesar. Luego regresaría, por ella, para entenderlo todo a su lado. Ese era su deseo a fin de cuentas, estar con Yellow. Y si tenía su compañía, el que fuera chico o chica, era capaz de volverse irrelevante.
Tal vez, no era tan mala idea.
— Muy bien, entonces vayamos al Mt. Plateado. Es el lugar donde curé mis heridas ¡Hay muchos pokémon salvajes, parece un buen lugar para entrenamiento!— Dijo Red.
— ¡Vamos, Red!— Con eso, ambos partieron rumbo al Mt. Plateado. Aún había mucha nebulosa en su cabeza. Aún pensaba en Yellow y su corazón se emocionaba y se sonrojaba y sentía que flotaba en una nube. Yellow era la persona de sus sueños, y ese pensamiento -aunque cursi- sonaba correcto.
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