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Pesadillas

Afueras de la Sede de la Unión Ranger. Medianoche

Una figura baja de su Staraptor, le acaricia la cabeza y eleva la mirada levemente viendo como alza el vuelo una vez más, diciendo adiós en bajo. La luna reluce en un cielo nocturno sin una nube y una ligera brisa cálida le despeina todavía más. Suspira tranquilo mientras emprende su vuelta a la Sede, deseando tirarse en la cama y descansar sus músculos, aunque no tiene sueño.

Saluda a los guardias de la entrada, quienes no le esperaban hasta mañana, alegrándose al conocer que la misión se ha completado antes de tiempo. Sus pies se dirigen a las habitaciones pero cambia de idea y sube a la terraza, quiere disfrutar que promete la nueva Almia. Otra figura ha tenido su mismo pensamiento, pues una joven más alta que él está acariciando a un Pokemon que juega en las ramas del gran árbol de la Sede.

- Keith - saluda ella al oírle entrar.

- Estela - responde él con una sonrisa.

Ambos se quedan en silencio, sin molestarles. Finalmente el silencio se rompe y el pelirrojo pone al corriente a su compañera sobre la misión. Ella le comenta que todo sigue igual. solo ha estado fuera dos días y el mundo no se ha venido abajo.

- La única pega es que la racha se ha roto - resopla ella, cerrando los ojos. Keith sabe a lo que se refiere, Kate ha vuelto a gritar en sueños, más bien en una pesadilla. Él no estuvo en esta "recaída" y aprieta los puños con fuerza - Iba a hacer una semana... y tres meses desde el incidente de Darkrai. Me volvió a suplicar que le diera mi turno de noche, pero lleva días como un zombie, no puede más, tiene miedo que dejen de darle misiones por no cumplir lo suficiente.

- ¡¿Es que no entiende que ya ha hecho demasiado por todos?! - responde en un tono bastante más alto - Tiene que descansar, tiene que dejar de esforzarse, se va a acabar rompiendo en dos - confiesa esa última parte en un susurro que su compañera escuchó a la perfección.

Estela pone una mano en su hombro y le ofrece un abrazo que Keith no rechaza, hasta que no pasan dos segundos no es consciente de cuánto necesitaba uno de estos.

Aunque hayan pasado tres meses desde el incidente en la Torre ALTRU, todos seguían con los nervios a flor de piel, se sentían como si quedara algo por resolver y no estaban del todo equivocados pues aunque los destrozos y consecuencias se pudieron solventar en un mes las más largas, existe una persona que nunca volverá a ser la misma, una parte de ella se ha perdido para siempre en la oscuridad.

La prematura vuelta de Kate a la Sede sorprendió a todos, estuvo con su familia dos días y después volvió sin avisar. Tanto Edna como el Profesor Gobios intentaron que cogiera vacaciones pero ella aseguraba estar bien, siempre con una sonrisa como les había enseñado el director Lamont.

Ni siquiera Rhythmi ni Keith pudieron hacerla cambiar de opinión. Al segundo día de su vuelta celebraron una fiesta para todos y todo fue bien, varios de ellos se quedaron durmiendo en el sofá mientras la fiesta se alargaba horas, hasta Isaac se negaba a abandonar tan pronto.

Pero a los días Kate comenzó a tener pesadillas donde gritaba pero era incapaz de despertar hasta que alguien iba a hacerlo. Desde entonces Kate se ha mantenido más callada de lo habitual, diciendo que era normal tener pesadillas, pero siempre sonriendo quitando importancia. Gracias a su hermana pequeña comenzó a acudir a terapias, pero no han dado resultado. Dentro de la Unión se han acostumbrado a los gritos de la chica por la noche, no suele ocurrir más de dos noches consecutivas. Edna ha reducido considerablemente la cantidad y dificultad de las misiones y la propia Kate ha pedido el aumento de sus turnos de noche, ya que así evita a toda costa enfrentarse a sus sueños y mente y duerme por el día, aunque no descanse debido al ajetreo de la Unión.

- Siempre que salgo a hacer misiones fuera tengo la impresión que algo malo le va a pasar a Kate... No es que me de miedo llevarlas a cabo pero no puedo evitar preocuparme cada vez que dejo la Sede... - confiesa Keith mirando su Capturador. Ser Ranger, Top Ranger, ha sido siempre su objetivo; y por fin lo ha conseguido, ya empezar en la Escuela ha supuesto no solo acercarse a su sueño sino que ha creado experiencias vitales para él mismo, recuerdos felices y plenos a pesar de las dificultades, ha establecido lazos con Pokemon y compañeros que siempre estarán ahí, pase lo que pase. Siendo Ranger es feliz.

"Pero Kate no lo es, lo está pasando mal" piensa con tristeza mientras levanta la mirada. Los ojos de Estela le responden con comprensión.

- No me extraña que tengas esa sensación, es difícil irte sabiendo que Kate tendrá más pesadillas de lo normal y acabará gritando...

- ¿Qué? No te entiendo.

La peliazul le mira con confusión. Como acaso ella se podía haber dado cuenta pero él no.

- Te das cuenta que, cada vez que tienes una misión fuera, especialmente en aquellas que pasas días fuera, es cuando te contamos que Kate ha tenido una mala noche llena de gritos, solo la consigue calmar Rhythmi y cuando es capaz - el pelirrojo asiente con la cabeza pero sigue sin entender. Estela resopla con una sonrisa - Nunca la has oído gritar ¿verdad? Cuando ella sabe que estás aquí, nunca ha gritado, sigue teniendo pesadillas pero las combate mejor. No sé si tu presencia la tranquiliza o se siente más protegida a tu lado, pero no me puedes negar que hay una relación en esos hechos.

Keith se queda callado procesando la nueva información que su colega le aporta. Nunca lo había pensado pero es verdad que cuando él hace turno de noche jamás escuchó los gritos de Kate... Nunca los ha escuchado.

Su compañera le indica que va a seguir con su ronda de noche y le deja solo en la terraza. Él guarda sus manos en los bolsillos del pantalón mientras reflexiona sobre esa confesión, no cree que él le brinde ninguna protección o alivio a Kate, le gustaría que fuera así, pero ella es fuerte, maldita sea, es la persona más fuerte que conoce, se ha enfrentado a todo lo que se la echado encima y más, ella sola ha salvado Almia... Sacude la cabeza. "Ojalá no tuviera que haberlo hecho sola" piensa, por su puesto que sabe que nunca ha estado sola en la consecución de los eventos, pero sí que ella daba la cara, estaba en primera línea, no puede dejar de pensar en las veces que ella hubiera necesitado ayuda, que le hubiera necesitado a él.

Suelta una única carcajada en el aire, ella no le necesita a él, no de la forma en que él sí la necesita a ella. Necesita saber que ella está bien, que volverá a verla, que oirá su risa, que competirán en cualquier tontería que surja. Aprieta los puños. Hace tiempo que aceptó que su relación con Kate había cambiado, que la percibe de forma distinta, no es solo una compañera, es su amiga y le importa de una forma muy profunda. Sabe que lo está pasando mal y la rabia que siente a veces se superpone en su comportamiento, contestando mal a sus compañeros cuando se ha pasado la noche pensando en Kate.

Muchas veces se sorprende a sí mismo al levantarse y su primera acción es dirigirse a la habitación de la morena para comprobar que está bien o, por lo menos, que no está sufriendo. Ha hablado más con Issac en casi tres meses que en dos años en la Escuela, aprendiendo sobre lo que está pasando Kate y cómo acabar para mejorar su bienestar.

Lentamente sale de la terraza y se encamina a los dormitorios. Se para delante de su puerta, la cual está entreabierta y distingue a su Buizel enrollado sobre sí mismo durmiendo en su cama; en cuanto llegaron al piso de las habitaciones se fue corriendo a dormir, ignorando como Keith había cambiado su trayecto.

Decide volver a cambiarlo, dejando atrás su habitación para llegar a la puerta de Kate, la cual no estaba cerrada del todo, pues desde sus pesadillas es más fácil dejarla abierta y que cualquier compañero entre para socorrerla, aunque suele ser mayoritariamente Rhythmi o el propio Keith, de vez cuando es Isaac quien llega antes y ofrece un consuelo más técnico y terapéutico.

El pelirrojo duda si entrar y despertar a Kate para decirle que ha llegado, que no se preocupe más por él si es el caso, pero se queda quieto. "Es imposible. Lo que ha dicho Estela no puede ser" piensa sacudiendo la cabeza, pero su mano se posa en el picaporte de la puerta. Se niega a creer que su sola presencia impide pesadillas tan horribles a su amiga, "Posiblemente, si Rhythmi tuviera que estar fuera algunas noches también le afectaría" se dice a sí mismo soltando el pomo. La cabeza de Pachirisu se asoma por debajo y mira a Keith, parece que no ha dormido en varios días, ni siquiera hace su característico sonido en forma de saludo; en su lugar restriega sus mofletes en las piernas de Keith y entra de nuevo en la habitación. Él se atreve a asomarse en el cuarto y descubre a una Kate dormida, con el ceño y puños cerrados, murmurando palabras inconexas y sudando.

"Keith..." oye él, entrando del todo en la habitación, esperando encontrarla despierta, pero sigue sumida en sus sueños, seguramente pesadillas. No hace nada, se queda parado. Vuelve a apretar sus puños de rabia al no poder ayudar a su amiga cuando lo está pasando así. "Quiero que ella también sea feliz" se dice a sí mismo "Antes era más fácil, queríamos ser Rangers de élite, ya lo somos, cumplimos con nuestro deber, protegemos a los Pokemon... Pero, supongo, quién nos protege a nosotros, ¿no? Ahora parece que lo de Top Ranger no es suficiente, de qué sirve este puesto si no podemos ayudar a las personas en sus momentos más bajos, de qué me sirve si no puedo proteger a las personas que me importan, a las que quiero..." Suspira más alto de lo que pretendía y sus manos, todavía cerradas, tiemblan levemente ante la impotencia de no poder estar ahí para Kate. De que tenga que librar esta guerra sola.

Recuerda una conversación que escuchó desde la distancia la semana pasada entre Edna e Isaac sobre Kate: "No mejora" habla la presidenta; "Debemos darle tiempo" responde él sin mucho ánimo en la voz "Estos procesos llevan mucho tiempo. Ella debe entender que estamos aquí para ella, siendo un apoyo"; "Yo sigo opinando que tenerla en la base no hace más que revivir el trauma, aquí hay demasiadas cosas que la recuerdan a ese día. Si por lo menos supiéramos en concreto el motivo de las pesadillas..." suspira ella con la voz cansada; el rubio se lleva una mano a la barbilla "Lo único que sacamos en claro es que sueña con oscuridad. Solo lo ha confesado dos veces, pero es algo". Esa información es nueva para Keith, todos en la Unión sospechan que las pesadillas de Kate tienen que ver con el contacto de la Oscuridad que generó Darkrai, pero Keith evitó que se sumergiera en ella por completo, sin embargo ha hecho más mella en ella de lo esperado. La conversación continua sobre el estado de salud de Kate y su evolución: "No va a poder seguir así mucho más tiempo" concluye Isaac; "Voy a tener que suspender su actividad tarde o temprano... Aunque me asustan las consecuencias que va a tener en ella... y en él" reflexiona Edna con voz más grave y el rubio asiente "Todavía me acuerdo de aquel desayuno que ella se desmayó y a él casi le da un ataque de ansiedad, no se separó de ella hasta que se despertó". "Espera, ¡pero si están hablando de mí!" pensó Keith. Él también recuerda ese incidente, de cómo lo pasó realmente mal pensando en que no volvería a verla reír, tenía miedo por ella.

Los gemidos de la morena se hacen más notables y seguidos, devolviendo al pelirrojo a la realidad y se plantea despertarla pero algo se lo impide. Mira al suelo en busca del Pachirisu de la chica y lo encuentra debajo de una manta, bastante alejado de la cama de ella. Siempre habían estado muy unidos ella y su Pokemon. Quiere sentarse a su lado, hablar con ella, que vuelva a ser la de siempre, quiere empezar a hablar con ella y no terminar nunca de conocerla, de descubrirla.

Un grito se oye por toda la habitación, haciendo que el pequeño Pokemon se ponga detrás de Keith, quien no tarda ni un segundo en acudir en ayudar a Kate y la zarandea mientras bocea su nombre al mismo tiempo que ella sigue chillando con un deje de dolor.

Se hace el silencio y Kate abre los ojos, los cuales parecen levemente aguados. Tartamudea el nombre de Keith y mira a todos los lados, no sabiendo donde está. Keith coloca sus manos en las mejillas de ella haciendo que ambos conecten las miradas. "Estás aquí, estás a salvo, estoy aquí" susurra él. Ella parece calmarse, pero sus manos siguen temblando y agarra las muñecas de él intentando controlarlas. Cierra los ojos y se escapan dos lágrimas de sus ojos. Él limpia una lágrima con su pulgar y respira un poco más tranquila al saber que Kate ya no está soñando nada y ahora puede hacer algo. Pachirisu sube a la cama y se tumba en el regazo de Kate, a lo que ella sonríe y acaricia con un mano, pues la otra sigue agarrando la muñeca de su compañero.

- ¿Quieres hablar? - susurra él. Ella niega con la cabeza, se deshace del agarre de su compañero y coge aire mientras mira al techo y otra lágrima se escapa, pero esta vez Keith no la recoge, observa como su compañera intenta regular su respiración.

- Pensaba que estabas de misión - mustia ella, posando sus ojos en su Pokemon, el cual parece que se está durmiendo.

- La he podido finalizar antes de tiempo y he venido hace un rato - ella asiente y sonríe, gesto que no pasa desapercibido para él. Piensa en como le gustaría ver esa sonrisa así siempre, pues no es forzada como la que ha ido mostrando desde hace meses.

Keith mira el reloj, la una y veinte de la mañana, todavía ella puede dormir algo, estar mañana con más energías que otros días. El pelirrojo se levante alegando que ahora puede dormir sin más preocupaciones y se dispone para irse, pero una mano le agarra de la chaqueta y dice tímidamente "No, quédate conmigo" sin que ninguno se atreva a mirar al otro.

Kate se hace a un lado de la cama y deja a su Pokemon en el final del colchón, Keith se sienta en él y el olor de Kate se hace más presente en él que antes. Vuelve la mirada a su amiga y se da cuenta de que no lleva su pelo como normalmente, sino que es una trenza la que adorna su espalda, dejando varios mechones sueltos que le dan forma a su cara. No puede no pensar en aquel primer día en el que ella y él se conocieron, parece que haya pasado una eternidad desde entonces.

La morena se sonroja ante la mirada de él, pero la oscuridad esconde sus emociones. Keith se termina tumbando en la cama tras unos minutos hablando de su misión; el sueño les está empezando a inundar poco a poco. Ambos se duermen poco a poco, él mirando al techo y ella acurrucada mirando hacía él. "Gracias por estar ahí" se escapa de la boca de la chica, "Claro" responde él a lo que añade mentalmente "Siempre".

Unos pasos se oyen a través de los pasillos, acercándose a las habitaciones. Un "clic" resuena pero no despierta a los jóvenes dormidos. Un móvil envía la reciente foto con un "Creo que has ganado la apuesta por proximidad de fecha" como pie de foto.

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