Disclaimer:

Pido disculpas por haber hinchado tanto las bolas con que la fecha no se movería y al final publicaría con retraso, un par de problemas fuera de Wattpad y un tanto de flojera atacaron, pero aquí está.

Oneshot que escribí hace unos años en mi cuenta de Facebook, está en "privado" así que nadie puede verlo, ahora lo he corregido.

Idea simple y concisa.

Canon original, 1986, una semana después de la muerte de Cliff.

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Lars se mantuvo contemplando el cielo, con sus ojos enrojecidos e hinchados de tanto llorar. Buscaba una respuesta, una respuesta a un porqué de algunas situaciones negativas de su vida. En este caso, haber perdido a alguien muy especial, a un hermano del alma.

Su compañero de banda, Cliff Burton, había fallecido hace pocos días y aún no lo asimilaba.

No era el tipo de persona que disfrutara de la soledad, la odiaba, sin embargo, sentía que su poca dignidad se esfumaría si alguien más lo veía llorando, un tanto ilógico si tomaba en cuenta el hecho de que sus compañeros se sentían de la misma manera, de todas formas, necesitaba su privacidad para reflexionar.

"¿Por qué tuviste que irte, Cliff? ¿Por qué no fui yo?"

  — Ah, ahí estás —le interrumpió de sus pensamientos uno de sus amigos, Kirk Hammett, la banda solía convivir en una misma casa y era normal que pasaran juntos. 

Se sorprendió al no oír a Lars reaccionando a sus pocas palabras, decidió proseguir:

— Te estaba buscando, la cena está lista —agregó, colocándose a su lado, Ulrich asintió, sin dejar de mirar el mismo punto de antes.

Hammett, al admirarlo mejor, entendió lo que sucedía.

— Oh, lo siento... no pretendía... —hizo una mueca, incómodo por interrumpirlo en su momento íntimo. 

— No importa —apretó sus labios entre sí en impotencia—...sólo quería estar a solas.   

  — Entiendo... —mordió su labio inferior, nervioso, no muy seguro de qué decir— Um, ¿quieres que te deje la cena para más rato o...?

— No —exhaló, tratando de calmarse psicológicamente—, quédate, por favor...

— ¿Ah? —el moreno se sorprendió con esa petición.

— Creí que podía hacer como tú, guardarme la mierda —explicó entretanto gestualizaba sus palabras—, pero no, necesito soltar lo que siento.

— A...adelante —se sentó a su lado en el suelo.

— En serio, ¿cómo mierda le haces para poder ser tan callado, reservado, sin molestar a nadie? —llevó ambas manos a los costados de su cabeza, frustrado.

— ¿Crees que es un privilegio ser así? —frunció el ceño, confundido.       

— ¡Claro! —exclamó, tras eso, miró a los ojos a su compañero, aquella mirada representaba que su opinión era contraria—...¿ o no? —le negaron— ¿Y cómo? No explotas, no le gritas a nadie inocente, es decir... ¡Tu dolor es tuyo, no involucras a nadie!    

 Volvieron a negarle.

— Es peor —confesó.

— ¿En serio?

— Sí —suspiró,  cabizbajo—. Lo "ideal" es desahogarse con alguien de confianza, sin llegar a los extremos...   

— Oh, entonces... ¿no los he estado molestando? —obtuvo una respuesta negativa— ¿En serio? Es que... ¡Juro que me siento de la mierda!

— Todos, Lars, todos nos sentimos así —le aclaró. 

— ¿Por qué...?

— Por favor, Lars, tenemos que avanzar —esa era la frase que tanto debían seguir, que fue repetida por todos sus conocidos, abrumaba.

— ¿Dices que lo reemplacemos? ¿En serio? —se cruzó de brazos, fulminándolo.

— ¡N-no, eso no! —trató de corregir sus palabras por unas más adecuadas— ¡Cliff es irreemplazable! —realizó una breve pausa, intentando de no precipitarse ni derrumbarse de por medio— M-me refiero a... a... ¡Seguir como banda, conseguir a un tipo que toque el bajo pero eso no va a garantizar que ese tipo sea otro Cliff, porque... no lo será!

— Lo que digas —gruñó—. James no lo aceptará de todas formas.

— No pienses en él, ten opinión propia —sugirió—. James quizás le cueste un poco más, pero si tú no pones por tu parte, no iremos a ningún lado.

— ¿Y qué mierda quieres que haga, entonces? ¿Dejar de llorar, buscar a un idiota cualquiera y quedarme con el vacío emocional? ¿Eso es lo que tú me sugieres? —reprochó de mala gana, hablando demasiado rápido para la comodidad del otro.

— No —se alejó un poco de él, asustado—... lo que digo es que... —tomó una gran bocanada de aire y soltó lo primero que se le vino a la mente, sin medir la intensidad— Joder, ¡que aceptes de una puta vez que Cliff no va a regresar, eso! ¡El vacío estará y es obvio que nos vamos a sentir mal, me refiero a no quedarnos estancados, llorando como imbéciles toda una jodida vida!          

  — ...—aclaró su garganta, manteniendo una faceta fría— Eres un jodido egoísta, Kirk, ¿no puedes pensar en lo mal que me siento?   

  — ¿Egoísta? —se exaltó, ofendido— ¿En serio? ¡Estoy siendo objetivo!

— Ajá... —le dio la espalda.

— ¿Te crees que no me siento mal?—cuestionó en un tono de voz quebrantado— ¿No te basta con que piense cada jodido segundo que fue mi culpa y que debí ser yo el que debía morir? ¿No te basta con que, al igual que tú, no he estado momento sin sentir un vacío en mi interior, con la sensación de no saber qué hacer?  ¿No te... —suspiró, sintiéndose avergonzado de que las lágrimas estuvieran a punto de salir—...basta eso? —su dolor fue liberado y se cubrió la cara,  azorado.

— Um—le contempló, parpadeando con rapidez, no comprendió bien hasta varios segundos de silencio incómodo transcurridos—. Entonces... ¿es el mismo dolor infinito que tengo, el que tú sientes? —la respuesta fue positiva— Oh... lo siento, creí que...

— Está bien—sorbió su mucosidad nasal—,  la gente supone que los extrovertidos como tú  sufren mucho porque tienen el valor de decirlo con detalles, mientras que creen que los  introvertidos como yo, no nos sucede nada al no tener el valor de abrir la boca —contestó entre sollozos.

— No, no, en serio, ¡te lo mencioné eso de la "introversión" hace un rato y ahora la cago!—rechinó los dientes, desesperado— ¡Joder, qué idiota soy!

— N-no, no pasa nad... —se propuso controlar ese impulso de llorar, sin mucho éxito, Lars le tomó las manos, despejándole el rostro.  

— Claro que sí, y... tienes razón —rodó los ojos, al tener que aceptar la "derrota"—. Tenemos que seguir, pero... ¿Crees que Cliff así lo quiera? Es que... —tosió, un tanto penoso— Tampoco quiero faltarle el respeto...    

— No creo, él  siempre vivirá en nuestros corazones —una sonrisa tímida se dibujó, todavía cayendo sus lágrimas.

— ¿Y... me abrazarías para poder desahogarme? —pidió, ruborizándose— Necesito... explotar, ya sabes...

— Um, adelante... —extendió sus brazos hacia él, dándole por entendido que no existía problema alguno.

Compartieron ese abrazo, a lo que Ulrich entró en confianza para poder llorar sin ser juzgado, pocos segundos más tarde, tras luchar con el objetivo de que ocurriera lo contrario, Hammett regresó a su antiguo llanto.

Se mantuvieron así por un prolongado momento en que permitieron sus sentimientos fluir. Una vez que se notaron un poco más calmados, se separaron, contacto visual fijo.

— Seguiremos—afirmó el danés, limpiando sus húmedas mejillas con el antebrazo.

— Sí. 

— ¿Hablaremos con James? 

— Ah, no creo... Aún no —se colocaron de pie, limpiándose el pasto que quedaba impregnado en sus ropas.

— ¿Por...?

— Él necesita su tiempo a solas, mañana... Mañana, tal vez.

  — Cierto... Vamos a cenar, entonces —le hizo señas para que le siguiera.

— Sí.

Lars miró al cielo por última vez antes de entrar a la casa, el proceso de superación sería duro, sin embargo, el proceso de olvidar... ese nunca existiría.