TIEMPO LIBRE (FANCHILDS31)
OneShot#75 - 15
Veamos lo que hace el Team31 cuando tienen tiempo libre.
Era un día cualquiera y Gustavo estaba en sus clases de baile. Nunca les contó a sus amigos sobre eso, pues le daba pena que lo vieran bailar, pero sus padres lo apoyaron y le consiguieron un lugar con el mejor profesor de baile.
- Gracias, profe Michael -agradeció- ¿cree que algún día sea un gran bailarín?
- Claro que sí, eres mejor de lo que yo era a tu edad, no debes esconder tu talento.
- Es que me da pena que mis amigos se burlen si se enteran que me gusta el baile -explicó.
- No lo harán, y menos siendo tan bueno y teniendo buenas notas en la escuela -comentó Michael- en cambio yo bailaba bien, no te lo niego, pero mis notas eran horribles.
- ¿Y cómo llegó a ser profesor? -preguntó Gustavo con duda.
- Tuve el apoyo de mis amigos... y mi esposa -sonrió al decir lo último- gracias a ella, a su amor e inteligencia soy lo que soy.
- ¡Profe! -renegó el niño con una mueca de asco.
- Ah, cuando te enamores lo vas a entender -reclamó el mayor sin quitar su cara de enamorado.
- No, gracias -negó Gustavo entre risas.
Maestro y alumno se despiden, afuera, Segurito esperaba en el auto a su hijo y se fueron a casa, donde Guaripolo, Dami y Monstruino estaban jugando videojuegos.
En una pequeña casa, Juanín alimentaba a su gallo mientras Bombi y su hija perparaban la comida.
- Ya está la comida, papi -dijo Bonnie con entusiasmo.
- Ya voy, mi niña -dijo él guiándola a la cocina.
- Wrowrer awrierwro -habló Bombi señalando las sillas.
- Cielo, ya recuperaste tu tono de piel claro -señaló Juanín con felicidad.
- Te dije que solo necesitaba descansar un poquito -respondió Bonnie con una sonrisa.
- Pero ya te he dicho que debes descansar de noche -aclaró el albino.
- Pero no puedo descansar si tú no descansas, no te quiero dejar solo -explicó ella.
- Arwror wrewrewriwrar wrorwrir wrier -les dijo Bombi a ambos- wrer wroy wra wrorwrewrir awruwra.
- ¿Conseguirnos ayuda? -preguntaron padre e hija.
- Wrí, awrí arwror erwrawrar wrier -explicó el zombie.
- Yo acepto la ayuda siempre y cuando mi papi Juanín ya no pase las noches despierto -dijo ella.
- Claro que sí, pequeña -Juanín la abrazó- ambos podremos dormir tranquilos -le da un beso en la cabeza.
Los tres se unen en un abrazo, los tres con una sonrisa.
Mientras tanto, Hermes era acompañado por sus padres a un entrenamiento importante.
- Hola, tío Knight -saludó a su entrenador.
- Hola -lo saludó amablemente.
- Hola, sirenito -saludó Policarpo en tono burlón.
- Hola, Rey Neptuno -el caballero devolvió el saludo con el mismo sarcasmo.
- Nunca cambiarán -se quejó Huachimingo entre risas también saludando.
- ¿Cuál es mi entrenamiento de hoy? -preguntó Hermes.
- Ah, sí, el entrenamiento de hoy consiste en defenderte como diva -contestó WaterKnight.
- Uhhh, aprenderé a pelear -se emocionó el joven huachimingo.
- Primero, tienes qué encontrarle un defecto a tu contrincante para insultarlo con clase -explicó Policarpo.
El pelado y el caballero practicaron un ejemplo.
- Te podrías ir a trababar a un faro, con lo que brilla tu pelada quedaría perfecto -dijo WaterKnight.
Huachimingo sacó un letrero con el número siete.
- Es tu turno, hijo, piensa en el que quieres insultar y hazlo con estilo -animó Policarpo- y cuando lo hagas, hazlo en una pose con estilo.
- Ok, ok -Hermes sabe exactamente a quién insultar- si la antiguedad de los fósiles es lo que los hace especiales, considera a tu familia como los dueños del universo -dijo peinando su cabello.
- ¡Eso mi hijo! -gritó Huachi entusiasmado con el letrero del número cien.
- ¡Así se hace! -felicitó Policarpo.
- Aprendes rápido -animó WaterKnight.
- Aprendo de los mejores -presumió Hermes.
Por lo tanto, Ana estaba ayudando a su padre a cuidar a sus perros.
- ¡Lindo perrito! -acariciaba a Choapino.
- Que lindo -Mario Hugo acariciaba a Duque.
- Hoy es día de pasear algunos de ellos, ¿los puedo pasear contigo? -sugirió Ana.
- Buena idea -Mario Hugo aceptó encantado.
Después de ponerles las correas a varios de los perros, padre e hija salen de casa dispuestos a pasearlos.
Pero no contaban con que los perros estarían tan felices de salir de casa que se los llevaron corriendo.
- ¡Elemento! ¡Adjetivo! ¡No corran! -los retó Ana.
- ¡Cortachurro! ¡Etcétera! ¡Espérennos! -los retó también Mario Hugo.
Después de correr por toda la ciudad, los perros se detuvieron en el parque donde se quedaron dormidos.
- Pasear a los perros... es mucho trabajo -comentó la pájara entre risas.
- Muchísimo... pero así los amo, son la segunda cosa mejor que me pudo haber pasado en mi vida -dijo Mario Hugo.
- ¿Y qué es la primera cosa? -preguntó su hija.
- Tu madre y tú -responde el chihuahua abrazando a su hija.
- Papi -ella también corresponde al abrazo con ternura.
Mientras tanto, en la Cómoda Cómoda, Calcetín Con Rombos Man y su hermano convivian junto a sus parejas mientras sus hijos conversaban.
- ¿Y cómo es ese lugar? -preguntó Cecy a su hermano mayor.
- Es magnífico -contestó Pompón- los pasillos, las personas, las instalaciones, las clases, todo es excelente.
- Y cuando te gradúes ¿vas a ser un superhéroe? -preguntó Rosie asombrada.
- Claro, seré nombrado oficialmente un súper cuando me gradúe de la Academia Superior de Superhéroes.
Jason rió.
- ¿De qué te ries? -preguntó Pompón.
- Jajajajaja... Academia Superior de Superhéroes... -continuó riendo- solo junten las iniciales -se carcajeaba.
- ¡Jason! -lo retaron entre risas.
- ¿Crees que algún día podramos ser superheroínas también? -cuestionó Rosie.
- Claro que sí -respondió su hermano- papá estaría feliz de apoyarlas.
- Pero no tienen superpoderes -comentó Jason.
- Aún así pueden ayudar a otros si quieren, porque...
"Todo niño, tiene derecho a hacer su propio camino".
Gracias, gracias, muchas gracias.
- ¡Ese es mi hijo! -exclamó Rombos Man en medio de un llanto de alegría.
Rosie y Cecy se miraron entre sí, su hermano las apoyaba a ser superheroínas, así que iban a luchar por su sueño.
Por otro lado, Jason estaba feliz con la idea de querer seguir los pasos de su padre Jackson y ser un reportero de guerras. Aunque sería muy difícil de convencer a su padre de que lo deje.
En la Mansión Triviño, Diego y Tulio contaban y organizaban corbatas.
- ¡Me falta esa! -reclamó Tulio.
- Pero ésta es de mi colección -defendió Diego.
- Mira, te cambio esa corbata por... -Tulio busca entre sus corbatas y saca una azul con brillos amarillos- ésta.
- Acepto -dijo Diego y le dió la corbata amarilla con brillos azules a su padre.
- Pero aún existen corbatas para coleccionar -dijo Tulio- éste sábado vamos al centro comercial a comprarlas.
- ¡Hecho! -afirmó Diego con una sonrisa.
- Ah, aquí están mis dos queridos coleccionistas de corbatas -entra Bodoque a la sala.
- Hola, papá -saluda el niño.
- Hola, mi niño -lo saluda de vuelta con una sonrisa para después mostrar expresión de tristeza.
- ¿Estás bien, cariño? -preguntó Tulio.
- No realmente -contestó el conejo.
- ¿Qué sucede, pa? -cuestionó Diego.
- Tulio, Diego -Bodoque fue hacia ellos y los miró a los ojos- me enteré de una noticia impactante.
Ambos guardaron silencio hasta que Bodoque volvió a hablar:
- Mi sobrina se va a casar.
Su esposo y su hijo se quedaron boquiabiertos, pero felices por la noticia.
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Hola, espero que les haya gustado, no olviden votar, comentar y compartir para más OneShots como éstos.
Pregunta: ¿Quieren ver la boda de Albertina? Pa ir preparando los trajes para la boda.
Violett💜
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