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No Puedes Ser De Nadie

La clase de matemáticas ya casi terminaba y craig observaba su examen con un enorme desinterés. Siempre había sido pésimo en la materia por lo que ya ni siquiera se esforzaba en intentarlo. Cuando el timbre de salida comenzó a sonar se dio cuenta de que apenas y había resuelto un par de problemas, este resopló resignado y miró hacia al frente. Todos sus compañeros se dirigían al escritorio de mackey y dejaban sus pruebas ahí mientras el adulto los despedía y ordenaba las hojas. Craig también fue a entregar su prueba, y sin querer escuchar los sabios consejos de su profesor, por sus ya antes fracasadas notas en matemáticas, salió lo más rápido posible del salón.

Afuera lo esperaban tolkien, clyde y kyle, quienes curiosos quisieron saber cómo le había ido en el examen.

—Y bien  —dijo token viéndolo.

—Me fue cómo la mierda, chicos.

—Enserio ¿No resolviste ni un sólo problema? —preguntó kyle, seguramente sin poder creerlo. Pero si, al parecer no todos podían ser tan listos.

—No. Y ya se lo que van a decir.

—Sabes que no puedes seguir reprobando cada examen de matemáticas. Necesitas ayuda —sugirió tolkien muy serenamente.

De sólo escuchar eso sentía un fastidio mortal en todo su ser. Odiaba las tutorías, pero tolkien tenía razón.

—Incluso clyde está aprobando los exámenes y no es precisamente el más listo que digamos. —expresó el moreno, seguido se escuchó un quejido ofendido del castaño.

—Muy gracioso tolkien —dijo clyde aburrido—. Además sólo se me dificultaba entender uno que otro ejercicio. Si no fuera por wendy estaría igual de jodido que craig.

—Emm ¿con wendy?

—Si viejo, también ofrece asesoría fuera de clases. Deberías pedirle ayude.

—Creó que ya está asesorando a otros chicos del salón —dijo kyle.

—Tsk cómo sea, ya sabré a quién más pedirle ayuda. Adiós —se despidió el chico queriendo dejar el tema.

—Hey, espera un segundo, teníamos planeado jugar videojuegos en casa de clyde después de clases, ¿no vienes? —preguntó tolkien antes de que se alejara más.

Craig dudó un poco y luego respondió.

—No gracias, voy a casa de tweek.

—¿De nuevo?

—Emm si ¿tiene algo de malo?  —notó sus expresiones desanimadas.

—No es eso. Entendemos que es tu novio y te gustar estar con él, pero.

—Ah, hablando del rey de Roma —lo interrumpió craig al ver a tweek aproximándose.

—Ngh, hola chicos —saludó amablemente el rubio.

Estos respondieron a su saludo tranquilamente y vieron como el nervioso chico tomaba de la mano a craig. Apenas les prestó atención.

—¿Nos vamos? —dijo él impaciente rubio y craig asintió.

—Claro que sí, hasta luego, chicos.

—Adiós —dijeron estos al unísono y con expresiones aburridas cuando los vieron marcharse.

—¿Cómo es que no se da cuenta? —comentó clyde viendo a sus amigos y estos sólo se encogieron de hombros.

—Debe estar cegado de amor —respondió kyle cómo si fuera lo más normal.

Pero todos en el fondo sabían que algo estaba mal.

Tweek y craig ya eran adolescentes en ese entonces, por lo que algunos suponían que ya hacían sus cositas a escondidas. Lo cual no era algo tan sorprendente, sin embargo, se daban cuenta de lo intenso y celoso que podía llegar a ser el rubio con cualquiera que intentará hablar o compartir tiempo demás con su novio, y al parecer a craig no le preocupaba en lo absoluto esa actitud. Por eso no podían evitar pensar en ¿qué clase de hechizo sexual y poderoso le había hecho tweek? Porque el chico estaba totalmente rendido a sus pies.

—¿Tus papás no están? —preguntó craig mientras se adentraba a la casa y luego veía a su novio.

—Están en la cafetería, probablemente hasta las seis —le informó.

—¿Y no te ordenaron ir a ayudarlos apenas salieras de clases? Eso sí que es raro.

—Ngh, les dije que estaba colapsado de tarea. Así que me dieron el día.

—Ya veo. Entonces, me invitaste a tu casa ¿para que te ayudara con la tarea? —cuestionó el joven alzando una ceja.

Tweek rio.

—Sabes que no, tonto —respondió acercándose más a este y robándole un tierno beso en los labios. Al separarse volvió a reír—. Quería preguntarte algo.

—¿Qué cosa? 

—Ugh, ¿es cierto el rumor de que siempre haces equipo con thomas en la clase de música?

Craig se extraño. No se esperaba precisamente esa pregunta, tampoco tenía idea del rumor que se paseaba por la escuela.

—Mm si, ¿por qué? —respondió.

—Ya te he visto hablar con él antes.

—¿Y? Sólo somos amigos.

—He notado como te ve, craig. Y parece que tiene otras intenciones contigo.

De repente la expresión del rubio pasó a ser estricta.

—¿Qué quieres decir?

—¡Pues que seguramente le gustas! —exclamó por lo obvio que era.

Craig se mostró confuso y no pudo evitar soltar una risita nerviosa. No sabía de dónde sacaba eso.

—Espera ¿que? ¿Eso dicen los rumores?  Porque no es verdad.

—¿Ya le dijiste que tienes novio?

—Pues, toda la escuela y el pueblo lo sabe así que, es claro ¿no?

—No me parece que lo tenga muy claro, craig. Así que mañana mismo hablas con él y le pides que deje de coquetearte, porque jamás tendrá una oportunidad contigo.

— ¡Thomas no está enamorado de mí! —trato de hacerle entender. Pero tweek no parecía muy convencido aún. Este respiro hondo —. Escucha cariño, thomas sólo es un chico amigable, con todo el mundo —recalcó, al mismo tiempo que le tocaba un hombro —. Eso no significa que le guste. Tienes que dejar de creer en cada tonto rumor que ronda por la escuela.

—Ngh, no me gusta que nuestras clases no coincidan. Siento que los demás chicos se aprovechan para intentar ligarte.

—Amor, sabes que si eso fuera verdad me importaría una mierda, porque sólo puedo pensar en ti —le hizo saber con total seguridad.

Tweek lo miró fijamente a los ojos y confío en sus palabras. Podía confiar en su novio, pero no en los demás, por lo que aún dudaba de ese chico rubio.

—Entonces no hablaras con thomas —supuso tweek, medio frustrado.

—Bueno, podría comentárselo, pero honestamente no creo que le interese.

—Igual no está demás que lo sepa.

—Si con eso se tranquilizas entonces lo haré ¿está bien?

La expresión de tweek se alivió un poco y empezó a sonreír, seguido le acunó el rostro con ambas manos y se fue acercando lentamente hasta probar sus dulces labios. Craig le correspondió sujetándole las caderas y juntando su cuerpo al de él. Tweek gimió levemente por el contacto y al separarse jadeante lo observó con deseo.

—Subamos a mi habitación.

Craig lo miró de la misma manera.

—¿Y si llegan tus padres?

—Agh ¡no arruines el momento! —respondió con nervios y craig rió. Cómo disfrutaba bromear con él.

—Tranquilo amor, dijiste que estarían en la cafetería hasta las seis. Aún hay tiempo.

—Ngh si, aún podemos hacerlo.

—¿Por qué te asusta que tus padres sepan que ya estás teniendo intimidad?

—Porque mamá me mataría si sabe que tengo sexo antes de los dieciocho, y papá me daría una larga y tediosa charla sobre enfermedades sexuales. Y eso sería una mierda —le dijo con fastidio.

—Ok lo entiendo. Por eso no me permiten quedarme a dormir aquí.

—No, al menos que sea una pijamada.

Dijo tweek tomándole la mano y llevándolo hacia las escaleras. Ya arriba el rubio cerró la puerta y le abrazo el cuello para besarlo y acariciarlo con un poco más de intensidad. Sus ropas fueron a parar al suelo en cuestión de segundos y la habitación se llenó de gemidos y jadeos repetitivos. La ventana ya se encontraba cubierta por las cortinas cuando entraron, por lo que estaban a oscuras y solo la pequeña lámpara de lava iluminaba parte de la cama. Ambos jóvenes chocaban sus pieles una y otra vez, dejándose llevar por la excitación. Y el fuerte sonido de la cama rechinando no paro hasta después de un buen rato, cuando sintieron que ya no podían más y se dejaron caer uno sobre el otro jadeantes.

—Joder ¿por qué, esto se siente tan bien?

Tweek miró al azabache a su lado. Casi siempre soltaba un comentario gracioso después de hacerlo, mientras se quedaba tumbado en la cama viendo el techo.

—Porque lo hacemos con la persona correcta —respondió el rubio.

—Si. Tienes razón. Eso lo hace aún más disfrutable —lo miró con una pequeña sonrisa enamorada.

—En verdad, no puedo imaginarme haciendo esto con nadie más que tú, craig —dijo el rubio, entrelazando su pierna desnuda con la de su pareja y acariciando su pecho.

—Yo tampoco cariño.

—Te amo —confesó con voz bajita y escuchando sus latidos.

—También te amo bebé.

El rubio sonrió y permaneció recostado en su pecho por varios minutos, sin embargo estaban tan cansados que de inmediato se quedaron dormidos y no se dieron cuenta hasta que tweek despertó primero y vio la hora en su teléfono. Tenía tres llamadas perdidas de su madre y ya eran casi las seis.

—¡Agh! Mierda —exclamó alarmado y de inmediato intento despertar a su pareja — ¡craig, levántate, nos quedamos dormidos!

—Ugh ¿que? —pronunció al abrir los ojos y de igual forma se alarmó —. Oh, mierda.

—Vamos, vístete rápido. Mis padres no deben tardar en llegar —le pidió el chico bajándose de la cama y recogiendo sus respectivas prendas.

—Creó que, ya están aquí —dijo craig apenas escucho la bocina del auto.

—¡Gha! —soltó aún más desesperado.

Mientras abajo los padres del rubio se adentraban a la casa y veían cada detalle de la sala con sospecha.

—Richard, mira, es la mochila de craig —noto la mujer al ver ambas mochilas sobre el sofá.

—Mm, ya sabes lo que eso significa  ¿no?

—Esta arriba con tweek. Oh Dios —respondió la madre dispuesta a subir de inmediato pero su marido la detuvo.

—Dejalos cariño, que él mismo nos dé una explicación —dijo richard viendo las escaleras.

Tweek y craig ya tenían sus ropas puestas pero ahora el rubio se negaba a bajar. Su madre o padre debían estar abajo esperándolos con un arma.

—Vamos no es para tanto.

—Pará ti, que todo te importa un carajo, pero yo estaré en problemas —lo miró nervioso.

—Es mejor enfrentarlos de una vez, tweek, además puedes mentirles, simplemente diles que no estábamos haciendo lo que ellos piensan.

—Ngh, ¡lo que sea! Tienes razón. Hay que bajar —decidió finalmente y craig le sostuvo el hombro para darle apoyo.

Lo primero que vieron al salir de la habitación y bajar las escaleras fue a los señores tweek sentados en el sofá. Tweek trago saliva duro al ver la mirada filosa de su madre y comenzó a hablar.

—Ngh hola mamá, hola papá —saludó este apenado y colocando y mechón detrás de su oreja.

Sin embargo los padres fijaron más su atención en craig. Por mucho que lo quisieran no podían permitir que les faltara el respeto en su propia casa.

—Mm hola craig —dijo richard.

—Emm, hola señores tweak. ¿Está todo bien? —preguntó sin titubeó alguno.

—No deberían estar en casa solos, mientras nosotros estamos en la cafetería.

—Pero, no hacíamos nada malo —se encogió de hombros el chico.

—Si por supuesto, dos adolescentes hormonales y gays en una casa solos. Definitivamente no hicieron nada —respondió la mujer con sarcasmo.

—Ngh, ustedes siempre están desconfiando de mi —hablo el rubio. Aunque sabía perfectamente que mentía, no era la primera vez que lo culpaban de algo o lo creían incapaz de hacer las cosas por sí mismo.

—Craig, lo mejor será que te vayas a tu casa ¿si? Necesitamos hablar muy seriamente con nuestro hijo —dijo richard.

Craig miró a su novio, el cual estaba tenso y algo molesto. Quería quedarse y enfrentar esto, pero por lo visto sólo sobraba en ese momento ya que claro, solo era el noviecito de su hijo.

—Craig, por favor. No nos hagas llamar a tus padres —advirtió helen y este resignado le dio una última mirada a tweek.

—Mejor hazle caso.

—Yo… bien, te veo mañana —dijo este sujetando su mochila y caminando hacia la puerta. No tenía otra opción que obedecerlos. Aún era muy joven para insultarlos y llevarse a tweek a vivir con él. Las cosas no eran así de fáciles.

Cuando craig salió de la casa los furiosos padres regresaron sus estrictas miradas al rubio.

—Cómo te atreves a desobedecerme de esa manera jovencito —dijo helen.

—Mamá.

—Sabes que tienes estrictamente prohibido encerrarte con tu novio en la habitación, y más aún si no estamos en casa.

—Ngh, lo sé, pero es que.

—Hijo, mejor dinos de una vez la verdad, ¿tuviste relaciones con el? —preguntó richard.

Tweek sentía que las palabras no le salían de la boca. Esa pregunta era demasiado incómoda.

—¿Hijo?

—Ngh, ¡es mi intimidad, no deberían de meterse en eso! —respondió avergonzado.

—Nos lo tomaremos cómo un sí, y ya por eso tienes prohibido invitarlo a venir, y tampoco puedes ir a la de él l —dijo richard para sorpresa de tweek.

—¿¡Que!? ¡No es justo! —los miró con enojo.

—¡Traicionaste nuestra confianza! —expresó helen enojada.

—¡Pero es mi novio! No pueden prohibirme verlo sólo porque tuvimos algo de intimidad.

—Tweek, aún no eres mayor de edad.

—¡Cumplo dieciséis el próximo mes, mamá! Y si, se que aún no soy mayor pero tampoco soy un mocoso. De vez en cuando me gusta experimentar esas cosas.

Hubo un corto y tenso silencio luego de eso. Tweek estaba a punto de tener una ataque de ansiedad. Él siempre hacía lo que le ordenaban, en la casa, en el trabajo, era casi un esclavo a su merced y por eso quiso desobedecer por al menos una vez en su vida. Sin embargo las cosas no terminaron nada bien.

—Mamá, papá, por favor no me prohíban seguir viendo a craig. Es lo mejor que me ha pasado en la vida, y lo amo.

—Tweek, aún eres muy joven para saber lo que es amar de verdad —dijo su madre.

—Si, solo es un amor pasajero de adolescente —concordo su padre.

—Ugh no, no es algo pasajero, llevamos juntos cuatro años.

—Ok sólo es un amor de la infancia a la adolescencia. Nada más.

Tweek chasqueo con molestia al oír eso. No podía creer lo insensibles que eran. Pero tenía que ver la forma de convencerlos, no podía dejar de ver a craig, apenas y se encontraban en la escuela por estar en distintos salones, y si ahora tenían menos tiempo para verse craig seguramente se cansaría y lo dejaría por otro. No podía permitir que eso pasara. Antes muerto que ver a su craig con otro chico.

—Ngh, y si les dijera que accedí a acostarme con él porqué quería saber cómo funcionan los anticonceptivos —fue lo primero que se le ocurrió y ambos padres lo miraron extrañados —. Estos días hemos recibido muchas clases de sexualidad en la escuela y pues cómo el director pc sabe que somos pareja siempre nos está diciendo que nos cuidemos.

—¿Eso les dice?  —parpadeo helen —. Pero si aún son niños.

—En realidad muchas personas empiezan a experimentar el sexo a esta edad. Eso nos dijo el director. 

—Mm, ahora que lo pienso tiene razón. Tal vez si exageramos un poco. Después de todo están creciendo —dijo richard.

—Pero richard.

—Supongo que es algo normal, cariño.

—Bueno, puede que sí. Pero aún así no estuvo bien mentirnos. No tenías mucha tarea, solo quería tener sexo con craig.

—Ngh, es que si les preguntaba no me iban a dejar. Porque cómo tú siempre dices, somos muy jóvenes.

—Eso es cierto —dijo richard.

Hellen suspiró cansada.

—Ok, no le prohibiremos la entrada a craig.

Tweek sonrió emocionado.

—Pero, para la próxima quiero que te abras más con nosotros. Que no nos estés escondiendo las cosas aunque se trate de tu intimidad. Y que además, sean discretos y se cuiden —exigió la madre.

Al rubio solo le quedó aceptar todas sus condiciones y prometer unas cuantas horas de trabajo extra en la cafetería para finalmente tranquilizar a sus padres.

Desgraciadamente no se pudo librar de su pequeño castigo por mentir así que le decomisaron su teléfono por una semana. Y la ansiedad de no poder hablar con craig lo estaba matando. Ya quería que fuera mañana para verlo en la escuela.

                                ***********

Al día siguiente, craig caminaba por los pasillos de la escuela y luego abrió su casillero para guardar  sus libros. Estaba tan preocupado por tweek, no sabía exactamente cómo le había ido con sus padres, pero no se imaginaba un escenario muy agradable. Se veían realmente molestos.

—Hey craig —lo saludó de repente thomas y craig lo miró.

—Ah, hola thomas. ¿Todo bien?

—¡Puta! Ugh si, cómo siempre. Tu en cambio luces preocupado.

—Vaya, eres bueno adivinando las emociones de los demás.

—Si tal vez —se rió —. Y ¿por qué estás preocupado? ¡Pendejo! 

—Emm, cosas personales —no quiso tocar el tema y cerró su casillero.

—Oh, si claro, lo siento.

—No te disculpes por eso —le mostró una pequeña sonrisa —. ¿Practicaste para la clase de música? Me dijiste que tu madre tenía un violín.

—Si lo hice jeje. Pero es complicado porque tiene una pieza rota, mamá lo llevará a reparar hoy —contó el chico.

—Genial, al menos tienes uno.

—Si jeje.

Justo en eso apareció tweek al final del pasillo, este acababa de llegar y claramente buscaba a craig con la mirada. Al encontrarlo notó que no estaba sólo, se encontraba hablando muy cómodamente con thomas, y de repente su estómago se revolvió. Se detuvo de golpe, respiró hondo y miró al pobre chico con una expresión fría. Que mierda se creía ese idiota para hablarle a su novio. Sin duda lo pondría en su lugar.

Continuará… 

























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