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Hermandad

Hola.

Hoy les traigo una especie de Oneshot. En donde coloco a Ikki y Shun.

Si, ellos, más no contiene nada de twincest o cosas así, así que no esperen nada de beso, lemon. O algo. Simplemente el aprecio que se tiene.

Creo.

Espero y lo disfruten.



............

Soy alguien importante en su vida. Cuido sus pasos, sus momentos y sentimientos, lo he dejado, pero jamás lo he visto que sufra, puesto cada vez que siento que esta perdiendo, aparezco en su salvación, él es todo lo que tengo, nuestros padres perecieron y eso nunca me impidió no cuidar a ese pequeño.

Hoy en día, él es por quien lucho.

—¡Hades miserable! ¡Sal del cuerpo de Shun! —replico con molestia.

Ikki tomo el cuerpo de Shun quien en esos momentos estaba sumiso en mis pensamientos del señor de la muerte. Ikki no podía tolerar que su hermano cayera en eso, sabía que no sería capaz de provocar daño.

—¡Miserable! —abofeteó la pálida mejilla del Andrómeda.

—¡Ikki! ¡Noo! —reclamaba Pandora al final de las escaleras.

Nuevamente seguía con aquellas bofetadas, hasta que finalmente, recibió una especie de energía, alejándolo de ese cuerpo.

La aparición de athena en sacar aquella Alma había sido todo lo bueno, más sin embargo, Ikki estaba preocupado por su hermano.

—Her... hermano —logro decir.

—Descansa Shun, que aún falta más que solo esto —dijo con calma.

....

Mucho tiempo después.

Ambos hermanos habían salido.

Ambos irían a darse una vuelta, quería  disfrutar un poco. Puesto Ikki desaparecía después de finalizar una guerra, pero ahora era todo diferente. Artemisa y Apolo finalmente se había rendido, decidiendo por el bienestar de los seres humanos, dándole otra nueva oportunidad, por fortuna aquellos caballeros que se enfrentaron a los angeles de la diosa de la luna, habían estando en armonía.

Hasta que...

–¿Que? —pregunto Ikki con cierta sorpresa.

—Si, bueno, quería decirte muchas veces pero simplemente te ibas y no regresabas, aparte intenté localizar te pero jamás supe tu ubicación —dijo un tanto nervioso.

—Mmmm... —solo hizo aquello y prosiguió en seguir el camino.

—Entonces ¿no te molesta que sea novio de June? —pregunto el peliverde menor.

—No, aunque será más diferente de ahora en adelante. Será mejor que ya comiences a aprender a protegerte solito —dijo el mayor.

—¿Protegerme solo? ¡Siempre hago eso! —exclamó, mientras sus mejillas se inflan.

—Sabes que no, ya que cada vez que estas a punto de perder aparezco yo, no quiero que te pase nada Shun, pero me han dicho que debo hacer lo suficiente para que se cuide solo —dijo.

Shun había pensando en toda esas veces que era salvado, desde las doce casas, más bien, desde su infancia, todo eso, se había robotizado al pensar en aquello, estaba tan avergonzado.

—¡Hermano te prometo que jamás pediré tu ayuda y seré alguien fuerte! —dijo mientras apretaba sus puños con emoción. 

—No necesitas demostrarlo, tu eres fuerte en todos los sentidos —hablo.

Shun estaba consiente de aquello, pero queria ver a su hermano orgulloso de él, por ese motivo entrenaria todo el tiempo si fuera necesario.

...

Durante ya un tiempo.
Shun había demostrado obtener un poco de aquellos poderes del antiguo Dios del infierno, muchos teorizan a menos los nuevos Santos dorados. Que aquel joven era una razón más para que la muerte siguiera en curso y no hubiera una inestabilidad en la vida en la tierra. Cosa que en parte era muy notorio y eso le era más sencillo a athena de manejar en el sentido que no tendría que librar con una guerra en contra de su tío por la tierra.

Shun entrenaba muy duro, no le importaba todo lo que pasara, siempre lo hacía con fuerza, muchos caballeros de plata le sugerían que cesara aquellos entrenamientos más el conejito no parecía muy animado a dejarlos.

Aquellos entrenamientos tenían una dura consecuencia... sus puños habían sangrado, se detuvo, y simplemente se dedico a irse al templo de Virgo. Llego a la entrada de Leo en donde fue recibido por su hermano.

Ya de hace poco ambos convivían en los templos del zodiaco con la condición de aprender y estar al cuidado de la diosa.

—¿Shun? ¿Que ha pasado? —pregunto el mayor. 

Ikki había tomado las manos de Shun, mirando atentas las heridas y esperando una respuesta. Más esa no llego, en cambio recibió una especie de "mentira" quitó sus manos con la intención de alejarlo y seguir su camino.

Pero había sido detenido por su hermano.

—Shun, ya te he dicho que no es necesario que andes entrenando, tu no eres para eso —dijo mientras lo sujetaba del antebrazo.

—Lo hago porque quiero hacerme fuerte y no pedir tu ayuda, siento que he sido una carga —hablo.

—A mi no me importa, eres mi hermano y con eso basta —dijo el mayor.

Shun había sido jalado por Ikki hasta una cocina rústica del templo del León, saco unas vendas, algodón y un frasco que asemejaba a alcohol.

Durante unas horas Ikki limpio y curo la herida de su hermano, en cambio, Shun simplemente se encontraba en silencio.

—No es justo —dijo el peliverde. —No es justo que siempre estas cuidándome, sabiendo que debo de hacerlo —aquello lo dijo en voz baja.

—Shun, se que puedes cuidarte, pero si te pasa algo, yo no me lo perdonaría, eres mi única familia en este mundo —hablo el fénix.

—¿Que hay de ti? No quiero que también te pase algo, por estarme cuidando a mi —dijo con cierta tristeza.

Ikki simplemente se relajó, era normal poder ver aquellas expresiones de su hermano, cuando se preocupaba por algo. Suspiro, y tomo las manos vendada de Andrómeda.

—Shun, hermano, deberas entrenar junto conmigo, a menos cuando esté en el santuario —hablo el fénix.

Shun miro a su hermano, aquello era algo bueno, sintió una emoción, rápidamente respondió.

—¡Si! Pero... —surgió la duda —¿No habrá problemas con tus entrenamientos? —pregunto.

—Nada de eso, todo estará mejor —dijo con una sonrisa.

....

Con el pasar de los días, ambos hermanos tenían sus entrenamientos, de vez en cuando, tenían a los demás haciéndole una que otra broma, eso era por parte de Seiya, que siempre terminaba siendo atrapado por Ikki.

Los entrenamientos para Shun era rudos, ya una vez había pasado esto con Shaka, antes de que muriera en el muro de los lamentos, esos tiempos había una pequeña tregua y logró entrenar lo suficiente a meditar, eso le había ayudado a detener el Alma de Hades y no tener la voluntad de ese Dios. Pero también había sabido de los problemas que Shaka tenía con Aioria. Era raro pero Shaka y él salían, nunca se enteró desde cuando, más eso no le parecía importar, no era su asunto.

—Bien Shun, comencemos de nuevo —dijo Ikki con tranquilidad.

—Será interesante quedarme a ver esto —dijo Seiya.

—No, tu vas a venir conmigo —dijo Shiryu quien terminó jalandolo del cuello de la camisa.

—¡Espera! ¡No! ¡Hyoga ayúdame! —pudo ayuda, más el cigne jamás se la dio, simplemente siguió a ambos despidiéndose de los hermanos.

Siguieron entrenando, cada hora Ikki miraba el enorme calma de su hermano, también veía su poder, a decir verdad había podido superarlo en cuestión de horas. Shun simplemente se ruborizo, se sentía extraño, sentir aquella mirada penetrante de su hermano en su ser le hacía sentir extraño.

—Shun, no entiendo porque quieres entrenar aún más —hablo el fénix —Eres capaz de ser fuerte a tu propia voluntad —dijo.

—... —bajo su vista.

—Acaso ¿hay otra cosa que me quieras decir? —pregunto.

Silencio había sido todo.

Los minutos pasaron hasta que Shun habló.

—Me alegra tenerte conmigo hermano, nunca me he imaginado estar así —dijo con una sonrisa tierna.

Los ojos esmeraldas de Andrómeda se iluminaron, era como si deseaba en absoluto la presencia del fénix en su vida.

—Claro que estaremos juntos, cada vez que me llames estaré ahí para ti —dijo el fénix.

—Gracias hermano, eres lo único que me importa —dijo.

Shun se había lanzado a abrazarlo, realmente aquel abrazo hizo sentir extrañado a Fenix, más pronto fue aceptando el abrazo, una sonrisa se dibujó en su rostro, en cambio Shun estaba apegado al pecho de su hermano, escuchando el corazón de éste.

Eran hermanos, siempre se estarían apoyando y en esos momentos estaba más que feliz por a ver estado ahí con él.

Nuevamente sonrió ante aquello y se dedicó a seguir su abrazo, más Fenix lo separó, aquello se había hecho un poco extraño, ocasionando que el conejito quedara confuso.

Más aquello quedo atrás y una sonrisa del menor le alegro el momento.

Ambos seguirían así hasta que murieran.


Fin.



......

Muchas gracias por leer.

Espero y les haya gustado. Sigan esperando más contenido. Serán muy lentas. En serio, muy lentas.

Gracias nuevamente. Hasta la próxima.
Los quiero muuuuucho.
Los amo muuuuucho.
<3

-AntaresLaks

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