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Ecarlate x Mystoria 2

Había pasado un mes, mes que Mystoria había ignorado todas esas propuestas de parte de Ecarlate, a tal punto de simplemente no abrirle pero... ¿Que estaba haciendo? Él es profesional en estos casos, pero ahora se encuentra como si fuera una víctima o algo en particular.

Cuando finalmente se decide a ir se encuentra con alguien en la parte de su vecino, es un hombre alto, de larga cabellera albina, cuando ese hombre se giro, fue para notar que dicho sujeto era un alfa.

Sintió un escalofríos recorrer su cuerpo, ya que esos ojos podían demostrar un toque de inferioridad.

Mystoria intento excusarse en absoluto, preguntando por su vecino, pero el albino no parecia muy contento para responderle.

— Vaya, un pequeño Omega... Por lo que me han contando tu debes de ser el error de Ecarlate.

— ¿Eh? ¿E-Error?

— Ecarlate dijo, que hizo una tontería y pedía mi ayuda para borrar la marca que dejó en ti.

Ese alfa comenzó a rodearle, como si se tratara de su presa, Mystoria comenzó a sentirse peor cuando sentia esa mirada clavada en el, solo para encogerse de hombros y bajar su vista.

— No tengas miedo, seré cuidadoso, mi consultorio tiene todo los métodos seguros para remover las marcas.

Para Mystoria podía ser una salida fácil, ya que desde que fue marcado solo sentía esa incertidumbre, esa gran tristeza y dolor que no podía curarse con nada, pero no quería hacerlo, quería que esos sentimientos se desvanecieron en el pelirrojo y de un simple "No" hizo que el albino quedará en silencio.

— ¿Seguro? Podrás salir de esta sin problema, incluso estarás con tu pareja ¿No?

— No, quiero estar con él, quiero ayudarle, tu que eres un médico, un doctor, no te has dado cuenta que el está pasando por depresión y ansiedad.

El albino hizo un gesto inexpresivo, el sabe todo, sin embargo es por el simple hecho de que su amigo no a encontrando a la persona indicada, que durante mucho tiempo comenzó a ser uno del montón, de ese grupo de alfas que no tienen parejas y que lentamente morían de soledad o buscaban caulquier ser viviente para unirse en una unión.

— Ecarlate... Así lo pidio si te ha dejado que estés a su lado, es por su soledad, no por el gusto de tenerte cerca. Ahora, acepta la propuesta que te ha dado, de quitarte la marca, no estarás discutiendo con el, por este tipo de cosas.

De nuevo, eso, no, no quería y no iba a aceptarlo, estaba decidido, haría todo lo posible para seguir siendo una pareja para él. Poder ayudarle y sacarlo de esa soledad de ese agujero entero de una manera severa se atrevió a retar a ese albino, haciendo que el doctor que estaba enfrente le mire con desafío.

— No, no voy a negarme continuaré con esto y quiero que te vayas.

— ¿Irme?...

El albino pudo notar esa dedicación, aunque no sabía si era por el simple deseo de ayudarlo, cosa que solo hizo demostrar una sonrisa, fue sincera, a menos para él, ya que para Mystoria aún existía la duda.

— Bueno, entonces entra...

Odysseus abrió la puerta, estaba de pie con una sonrisa en su rostro, mientras Mystoria estaba en silencio. Pudo oler ese aroma, era increíble, aunque aquello no fue suficiente, dió un paso más, pero se detuvo, está vez miro al albino.

— ¿Que sucede? ¿Te has arrepentido?

— No... Pero tú cómo amigo... Sabes un poco porque es así.

— No tiene familia, ha pasado solo, no ha sabido que es amor, creyó que con ayuda de amigos podría entender que es el sentimiento, pero sus palabras son tan duras que en algunos casos, no sabe medirlas.

— Eso lo he notado...

— Yo no he podido ayudarle, si le he estado enviando medicamentos antidepresivos, pero tal parece que no los tomas, ¿puedes ayudarme por ese lado? Son perfectos para él, si eso piensas.

— ¿Puedo revisarlos?

— Si, pero realmente no sé dónde los aguarda, solo he visto que los toma para dejarlos en otro sitio.

— No te preocupes, yo me haré cargo.

— Claro que lo harás, tu sentido es demasiado suave y tierno, podría cazarte en estos momentos, conejito~

Tras aquellas palabras que habían sonado tan sádicas, el doctor termino por irse, en cambio, el siguió mirando hacia el interior, que parecía en penumbras, camino con cierto cuidado, el aroma era intenso, claro después de un tiempo, ese aroma parecía a verse concentrado, pero eso fue lo de menos, ya que al querer huir, ya que su cuerpo comenzó a sentirse realmente extraño, fue detenido, detrás de ese pequeño pasillo que dividía la puerta del departamento al pasillo del edificios de encontraba una puerta "escondida" que era ahí donde estaba la cocina, en dónde pudo ver con cuidado que Ecarlate había cerrado la puerta, sin alejar la mirada de ese pequeña presa.

— Odysseus, creyendo que me salvará después de todo.

— ¿Que...?

— Mystoria, sabemos que esto es común y que usualmente la única solución es pasar a mejor vida ¿No?

— No, eso no es una solución...

— Entonces porque no has podido ayudar a la gente, he sentido tus sentimientos, tus miedos y un poco de ti, mire que todas esas personas como yo, morían, porque tú no has podido ayudarle.

El miedo inundó al pequeño, no quería recordar eso, ya que en el pasado había sido duro, por eso comenzó a ser firme, creyendo que ese pelirrojo si pudiera salvarse en absoluto.

— Voy a ayudarte, voy a hacer todo lo posible para que sigas bien...

— ¿Te vas a quedar...

— ...

— ... O simplemente vas a huir?

Mystoria no sabía que responder, ya que estaba preocupado, sus recuerdos lo golpearon, aún así se atrevió a ir por él, tomándolo de la muñeca y jalandolo hacia el sofá, en dónde lo dejo sentando.

— ¿Dónde guardas...

— No las voy a necesitar...

— Si las...

No pudo concluir, cuando fue fiememenre sujetado, obligando a caer en las piernas de ese pelirrojo, mientras su los brazos y las manos de este comenzaban a dar pequeñas y sutilies caricias, a menos por debajo de la camisa. Una mano llegó a la nuca, frotando suavemente en la marca que anteriormente el pelirrojo había hecho.

— Deja de... Deja de... Uugh~ hacerlo...~

Intento decir, una de sus manos cubrió sus labios con la simple intensión de ser realmente serio pero era imposible ese tacto era tan extraño y placentero que hacía dar suaves jadeos.

Ecarlate volvía a sentir esa emoción, pero no esa de querer poseerlo podía notar la emoción de que alguien lo necesitará, lentamente dejo de tocarle, de darle caricias, solo para abrazarlo, poder oler aquel perfumado aroma, las feromonas de ese chico eran tan buenas que le hacían calmar cualquier estrés o nerviosismos, siguió aferrandose a ese delgado cuerpo, no quería que se fuera, no quería que el lo dejara como todos.

— Los medicamento los tengo en el último cajón de la mesita de noche.

Las palabras salieron, sorprendiendo al menor quien no se alejo del pelirrojo, en cambio le abrazo con ternura mientras besaba los cabellos de este, era increíble cómo el sutil aroma de perfume estaba en su cuerpo, pero lo que relucía más era las feromonas de este, esperando ser respondidos ya que podía oler el miedo h preocupación de este.

[...]

Tras mucho esfuerzo finalmente llegó un día, un día especial, Mystoria finalmente daba de alta a su primer paciente que no se quitó la vida, en un principio había sido complicado, ya que Ecarlate odiaba algunos gestos de parte de Mystoria, uno de ellos fue que le diera de comer en la boca y en varias ocasiones le reclamo, aunque pronto se disculpo, sintiéndose aún más culpable, pero eso ahora se veía un poco común, a Mystoria le gustó darle de comer, por el simple hecho de que era alguien especial.

Y ahora se encuentra ayudando a acomodar una corbata. Mystoria usaba un elegante traje al igual que el pelirrojo, era evidente que había salido de ese trauma del pasado, sin embargo, aún seguía siendo serio para todos.

— Linda mami...

Ese pequeño comentario hizo sorprender a Mystoria, viendo cómo una sonrisa pequeña nación de Ecarlate cosa que hizo sonrojar al menor.

— En un futuro, buscaré métodos para tener hijos...

Aquello si dejo más que sorprendido al pelirrojo, tanto fue así que no dijo nada, ni siquiera se atrevió a darle una respuesta, simplemente termino de hacerle ese trabajo y salió.

¿Que tonterías había dicho? El no podría y aunque tuviera los mejores médicos no podría, sería arriesgado, aún así, quería ver a ese pelirrojo feliz y pensaba que una familia ayudaría en un futuro.

La reunión fue todo un exito, los más allegados a Ecarlate se encontraban ahí, Mystoria en cambio estaba solo, pero no le importaba ya tenía a alguien más en su vida.

— Por un momento dude que no ayudarías a mi amigo, pero me siendo feliz por verlo de nuevo más tranquilos.

— Gracias, fue complicado, pero no quería seguir sintiéndome miserable, aparte el dió su parte a final de cuenta.

— Me sorprende que al primer encuentro ustedes dos hayan llegado a tanto extremo de ser marcados.

Está vez hablo un hombre de cabellos oscuros, sus gestos eran tranquilos y a su lado se encontraba un pequeño Omega de cabellera albina y unos hermosos ojos dorados. Mystoria en un principio no entendió de la misma manera esa situación y es que no recordaba que el haya iniciado todo, en cambio Ecarlate respondió.

— Había tenido mi rut... Después de mucho tiempo, no pude controlarme como era debido.

Su respuesta fue sincera, esperando que el menor entendieras, cosa que así fue, mientras abraza el brazo de su ahora compañero de vida.

— Entonces bebamos un poco más, recuerden que esto es para celebrar...

Dicho y hecho, tras esas palabras de aparte de Odysseus comenzó una cena y celebración como nunca.

Hasta otro día en la mañana...

En dónde Mystoria despertó asustado, solo para ver a su lado como Ecarlate lo dormía plácidamente, mirando un poco el cuerpo desnudo de su ahora pareja, sintiendose avergonzado, ya que lo poco que recordaba era ver ese cuerpo sobre el, de como sus pieles estaban sudorosos y el suave rechinido de la cama.

Intento huir a la cocina, esperando así calmar su estado, bebiendo algo, pero fue imposible, un brazo lo atrajo a la cama, solo para ser acorrolado, impiendo que huyera una vez más.

— No vas a irte...

Con eso fue suficiente, para ser de nuevo, víctima de esa sensación placentera, de ese deseo de lujuria, de como ambos se unian en uno solo.

Para cuándo volvió a despertar, fue en la tarde, en dónde se vio solo en la cama, sus caderas le dolían sobre manera, era increíble cómo Ecarlate tenía tanta energía, estaba por salir de no ser que la puerta se abrió, dejando ver a un pelirrojo que dejó la comida en la mesita de noche.

— Lo siento, he sido rudo contigo, prometo no hacerlo más hasta que estés recuperado.

Sus palabras sonaron sinceras en cambio Mystoria estaba avergonzado, ya que el... El si quería más, pudo notar los pectorales y parte del adbomente de su pareja, bien trabajados a pesar de ser un tipo con depresión, sintiendose abiertamente avergonzado.

— Come, he hecho tu comida, espero te guste.

Mystoria noto el tazón, que el mismo pelirrojo le acercó con cuidado, sin embargo el menor le pidió que le diera de comer, cosa que fue vergonzoso, pero así lo hizo, Ecarlate le ayudo, parecían una pareja tan normal, sin embargo Ecarlate era una persona demasiado cariñosa, tanto así que Mystoria se vergonzaba de ver esa inocencia, esa extraña inocencia.

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