Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cuarentena

La terrible situación que estaba pasando el país habían sido tan inesperado.

Al recibir la noticia que debía quedarse en casa había sido tan normal, estaba consciente que si salía podría enfermarse, Shura sera de ese tipo de personas que cumplían con la ley.

Pero desde hace un tiempo, ya no deseaba estar en casa, por el simple hecho que estaba él, la persona que supuestamente amaba.

Habían pasado todo el tiempo discutiendo. Muchas veces se quejaban entre sí, pero llegaba esos momentos que discutía con aquel chico de cabellos castaños.

Ese sujeto, había sido y sigue siendo su pareja, pero debido a diferencias, encontradas, comenzaban a ser tan distintos a como se habían imaginado.

Las horas de comida, solían sentarse en la mesa y de vez en cuando estar en un mismo sitio, Aioros, el nombre de la pareja de Shura, se la llevaba la mayor parte del día en una habitación, muchas veces haciendo cosas o resultados a trabajos que pudo a ver logrado.

Dormían en la misma cama, cada quien en su lado, había esa distancia tan diferente.

Esa mañana todo les cambió.

Aioros despertó, miro al chico que se encontraba a su lado, era muy común, ambos estaban casado, no se habían podido divorciar por motivos obvios. Toda la situación que estaba pasando.

[...]

Esa misma tarde. Shura se alistó, tomó su chaqueta y se la coloco. Aioros miro curioso, hasta que lo vio de pie en la puerta, arreglando se él cuello de aquella chaqueta.

—¿A donde vas?

—Por ahí.

—No puedes salir, esta prohibido.

—De que te preocupas. Nosotros no somos  algo, ahora.

Aquel comentario si había hecho sentir algo diferente al castaño.

—Shura, no deseo que seas arrestado por la policía, recuerda que nos multan si salimos de casa. Afuera está muy riesgoso.

—No lo hago por que quiero, lo hago para conseguir algo de dinero y comida, los suministros se están acabando.

—Entonces déjame que te acompañe.

—Puedo hacerlo solo.

Aquello lo dijo de manera seria, sin verlo en absoluto, para luego abrir la puerta e irse. Aioros quedo en silencio, estaba de pie, había creído que el chico le diría que si, pero ahora lo había dejado ahí, sin ninguna idea de lo que pudiera decirle.

Por horas lo espero, a principio no le importaba, pero a medida que pasaban las horas, se hacía cada vez más difícil. Más complicado, Aioros sentía la necesidad de buscarlo.

Finalmente llegó.

La puerta se abrió, dejando ver al chico de cabellera azabache.

Tenia una serie de bolsas y una sonrisa bien plasmada, Aioros se levantó y lo recibió, aquella sonrisa del azabache se esfumó.

—Dejame ayudarte.

Aioros tomo las bolsas, llevándolas a la cocina, el azabache no dijo nada, simplemente se había decidido quedado en silencio caminando hasta la cocina.

Aioros sacaba cada producto de la bolsas, Shura había sacado los recibos y los dejo en el refrigerador. Miro por breves momentos el papeles que era sostenido por un imán que tenía la figurita de una piña y hablo.

—Cuando acabe esto, me iré con alguien.

No recibió nada. Ni un gesto ni nada.

—He estado pensando y será lo mejor, puedes quedarte con todo, no me molestara.

Aioros seguía en silencio. Estaba sorprendido ante la revelación, nunca pensó que eso le hiciera sentir algo mal, sentía pequeños dolores en su corazón.

—Haré mis maletas, para que cuando termine solo irme.

—No es necesario que lo hagas, no quisiera... yo, realmente....

—No es necesario Aioros, no te esfuerces por quererme, nuestro amor termino hace más de dos meses.

—No, bueno, no se que pasa. Me siento confundido.

—Descuida, a principio así me sentí.

Esas palabras fueron escuchadas, haciendo que mirara con asombro al azabache.

—Perdón.

Shura guardo silencio, Aioros no sabía que pensar, simplemente estaba confundido, su corazón se rehusaba a dejar aquel azabache, pero si mente, su mente decía que ya no habría caso, el amor entre ellos se habia esfumado.

Realmente ¿lo quería?

Siempre se había hecho esa pregunta, sentia emoción cuando lo miraba llegar, con una sonrisa y emociones que apenas iban encontrándose, se llevaban muy poco de edad, alrededor de 3 o 4 años y desde que se conocieron siempre tuvieron esa especie de conexión.

Pero ahora ya no.

Desde que tuvieron orden de no salir las cosas fueron algo incómodos, puestos sus discusiones eran debido a que ambos trabajaban y no solían verse seguido y las pocas horas que tenían era para descansar, dormir más que nada, cuando uno descansaba otro trabajaba todo estaba así, a principio era muy normal, pero poco a poco fue tomando un poco de molestias.

Shura le replicaba y siempre recibía la misma respuesta: "Mañana sin falta", hacer el amor, íntimo, ya no era tan constante, ahora ni siquiera lo practicaban y eso provocaba una terrible molestia en ambos.

[...]

La mañana llegó. Aioros estaba desayunando, Shura había regresado a la habitación, pero aquello le pareció extraño al castaño, cosa que lo siguió y miro que hacía sus maletas. Estaba triste, su pecho le dolía de nueva cuenta.

Después de unas horas, Shura regresó, tenía sus lentes de leer y en manos sus libros. Aioros habianconocidos a unos cuantos de los amigos de Shura, uno de ellos era el amante de libros, que a decir verdad, tenía un novio tan desordenado y odiador de aquellos objetos de lectura.

Ambos separados haciendo sus cosas, hasta que Aioros hablo.

—¿Te gustaría hablar de un tema?

—No.

—Trato de saber si tengo un error y no me apoyas.

—No hubo problema, solamente no supimos como resolverlos. Ahora, prefiero seguir leyendo en silencio a escucharte.

Aioros dejo su portátil sobre la mesita de centro de aquella sala, se agarro el punte de su nariz, tratando de calmarse.

—Shura se que me odias  pero por favor, no seas así, hago mi mayor esfuerzo.

—¿Cual esfuerzo Aioros?

—Trato de arreglar las cosas, he recordado cosas bellas entre nosotros y se me hace un desperdicio echar todo a la basura.

—¿Desde cuandon te importa? Siempre me ignoraba, en nuestro aniversario ni siquiera cenaste, llegaste solamente a dormir.

—Debes entenderme, el trabajo, así como te entendi a ti también.

Shura comenzaba a molestarse y eso provocaba que su voz sonara cortada y débil, sus ojos brillaban queriendo llorar.

—¿Crees que no te di ese espacio? ¡Te di mucho espacio y ni siquiera me hablabas de una forma consciente! Siempre me negabas. Ni siquiera salimos.

—Shura...

Shura se había puesto de pie. Limpiaba sus lágrimas con rudeza, mientras su enojo era presente. Aioros lo miro con tristeza, se sentia mal. En que momento, todo de ese chico lo perdió.

—Por eso quiero irme, me iré lejos, te daré el divorcio y harás li que quieras como tú quisiste.

Aioros estab en cierta forma sorprendido, no dejaba de ver al chico.

—Me ilusione de manera tan tonta.

—¡NO!

La voz de Aioros hizo que Shura quedara estático, mirándolo asombrado, el castaño lo había tomado de los hombros.

—No quiero que te largues con alguien más. Se que hice las cosas mal, pero quiero recompensar, quiero seguir siendo parte de tu vida.

—Aioro, no juegues así. No me gusta que se burlen.

Nuevamente la voz del azabache se quebraba. Aioros no pensó dos veces y lo abrazó.

Un abrazo que no se podía resistir, tener rodeado a ese joven, le hacía sentir cómodo, su corazón latía más rápido, en cambio, Shura derramaba lágrimas. Nunca se espero eso, recibir el abrazo del mayor le provocó un llanto que simplemente se aferró.

—N-No me dejes.

El sollozo del azabache fue inaudible, a menos, Aioros lo había logrado escuchar, haciendo más fuerte el abrazo.

Siguieron abrazados por unos minutos, Aioros daba pequeñas caricias en la espalda, tratando de calmar la tristeza del chico. Cuando finalmente se calmó, Shura se alejó.

Limpio sus lágrimas con su mano para luego alejarse de Aioros y tomar el libro. Aioros miro confuso y antes de que se fuera lo detuvo, tomando su antebrazo.

Lo jalo, logrando darle un beso, le importaba poco las reglas de salud, pero estaba ansioso por probar de nueva cuenta aquellos labios, Shura jamás se negó, al contrario, comenzó a brindarle sentimiento.

Cuando se separaron, Shura lo miro con un sonrojo en su rostro, no se lo habia esperado. Una sonrisa se dibujó en Aioros quien de nueva cuenta abrazó al azabache, para así darle un beso.

—Nunca me dejes Shura.

Hablo una vez que termino el beso.

—Creyendo que con eso me tendrás de nuevo.

—Si, porque me amas como yo te amo y no puedo dejarte de amar.

Shura quedo en silencio. Estaba complicado, puesto no quería hacerse ilusiones como había pasado anteriormente.

Aunque con el pasar de los días, poco a poco ambos fueron acercándose, uniéndose más, Shura se "negaba" aunque al final de cuenta termino nuevamente enamorado. Aioros hacia todo lo posible para hacer sentir mejor al chico en cada momento, quería que fuera feliz.

El encierro no había sido tan malo, ya que a pesar de tener órdenes en el interior de la casa debido a la enfermedad, les valía poco, queriéndose brindar amor y cariño, ese amor que no se habían brindando de meses y que en esas dos semanas de encierro, a menos las primeras, habían sido escencial para conocer sus errores y ya las semanas restantes, reponer todo aquello perdido.

Serian felices, estaban prometiendo jamás someterse a esos tipos de pensamientos, sería una buena opción hablar e intentar hacer todo lo posible para seguir teniendo una relación.

Debían ser felices. Como su destino estaba dicho.

Aunque las enfermedades surgieran en la tierra ellos seguirían amandose.

Fin~



________________

Hola.
He venido dejando un oneshot que había pedido, recuerden que pedí que pusieran un Ships, así que me apeticio hacer uno de Aioros x Shura. De hecho me hace un poco loco ese comentario en donde ponían el Hades x Shaka. Ese se me hace interesante, tratare de hacerlo, los demás seguiré planeando más ideas para las demás.

....???

Realmente ya tenía rato que no escribiría algo así, siento que no está bien escrito, solo espero no equivocarme ya lo he releído y corregido unos cuantos, pero  ver sino se me pasa.

En fin.

Muchas gracias por leer.
Saben que los quiero mucho.
Hasta la próxima.

—AntaresLaks

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro