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Buenas Tardes (TxM)

Caminaba tranquilo, estaba harto, molesto, fastidiado.

Era la cuarta vez de la semana que discutía con su hermano gemelo.

Ya comenzaba a cansarse.

—Maldito Hypnos, no sabes lo que dice —habló el pelinegro.

Se detuvo su andar y miro hacia el parque.

—Supongo que esto me hará bien —dijo el pelinegro quien se adentro al parque.

Tomo asiento en una banca, miraba a la gente caminar de un lado a otro, sonriendo y platicando con los acompañantes.

Thanatos quedo en silencio, su móvil no paraba de sonar, simplemente lo tomo y coloco en vibrador.

Siguió disfrutando de la vista del parque, había pasado años desde que había visto un parque, todo el tiempo había pasado en la oficina, ayudando a su jefe y escuchando los miles de reproche de su hermano.

No paso mucho cuando un muchacho que no pasaba de 28 años tomo asiento, colocó una carriola enfrente, Thanatos miro confuso.

—Perdona si tomo asiento, pero me duelen los pies, acabo de venir de la guardería —hablo.

—Descuida —dijo —¿Es tu hijo? —preguntó tranquilo.

—Si, bueno se que no se parece a mi, porque fue adoptado —hablo el menor.

—Entiendo... —silencio.

—¡Ah! Esto es agotador —exclamo el muchacho quien se recargaba en la banca.

Thanatos miro al joven, aunque pronto miro como el pequeño niño de cabellera azul oscuro detonó un llanto, el muchacho quedo preocupado y pronto se acerco al pequeño, lo saco de la carriola y se dedico a buscar su biberón, comenzando a darle un poco de leche.

Thanatos siguió sonrió un poco al mirar al muchacho terminar de darle el biberón y comenzar darle leves golpes en la espalda al pequeño.

—Bueno ¿qud lo trae por aquí? —pregunto el muchacho.

—Sali de la rutina, la presión de la oficina es demasiado —hablo el pelinegro.

—¡Oh! Entonces esto es algo relajante —hablo el menor.

Thanatos seguía mirando al joven y las expresiones del menor eran lindas, un leve rubor lo cubrió, mas no quiso mirarlo puesto no quería que viera su rubor.

—Bueno, debo de irme, el pequeño debe cenar para después irse a dormir —hablo con suma tranquilidad.

—¡Oh! ¿Quieres que te lleve? —habló el pelinegro quien se puso de pie.

—Descuuda vivo aquí cerca —sonrio.

Acomodo al bebé en la carriola y comenzó a caminar, no sin antes mirarlo.

—¿Cual es su nombre? —preguntó.

—Soy Thanatos y ¿el suyo? —preguntó el pelinegro.

—Manigoldo, el pequeño es Angelo, en fin debo de irme, lo veré manaba a esta hora... —dijo para pronto proseguir el camino.

Thanatos quedó embobado, realmente era... ¿Real?

~

Nuevamente la dura rutina del peligro, escuchar los comentarios de todos debido a los asuntos de su jefe.

Hasta que finalmente llego la hora de salida.

Ahí estaba...

Mirando a todos lados. Hasta que pudo encontrarse con aquel joven muchacho.

Todos los días era la misma situación, conversaciones cotidiana, nada que ver con asuntos de trabajo, para Thanatos aquellos era algo nuevo.

—Entonces todo lo que haces es para tu futuro, sabes que si necesitas ayuda puedes... —interrumpido.

—No es necesario, puedo sobrevivir solo, siempre tengo días ajetreados, pero a final tengo tiempo para mi —dijo el menor.

Thanatos sonrió, miro hacia enfrente por unos minutos para pronto volver a verlo y mencionarle algo mas.

—¿Te gustaría salir en una cena, conmigo? —pregunto con nervios.

Manigoldo quedo algo sorprendido, se giro al azabache. Ya hacia mucho tiempo que no salia a una cita, su amado Albafica había muerto hace un tiempo y ese bebé había sido acogido debido a una ayuda, mas escuchar aquella pregunta o petición del mayor lo dejo sorprendido.

—¿Es enserio? —pregunto esta vez viendo al mayor.

—Claro, pero si no quieres no pienso obligarte —respondio.

—Si, si iré... —respondio rápido —Pero que sea un desayuno, así podremos conversar un poco sin que el bebé provoque ruido —hablo.

—Descuida, no me molesta el pequeño —hablo.

Aquello hizo que Manigoldo quedara sorprendido, nunca se había imaginado que existieran ese tipo de personas.

[...]

Dos días después de la petición y la cita había llegado.

Hakurei ayudaba a su hijo en su vestimenta, ya que Manigoldo detonaba nerviosismo y sobre todo buscaba con desespero.

—Hay hijo, parece que lo quieres impresionar —hablo el viejo.

—Claro, el es un hombre atento, me da gusto que hayas venido, fue una buena opción —diji quien tomó las manos del viejo.

—Descuida, se que necesitas tiempo para ti, para conocer personas —hablo —Pero ve con cuidado, yo cuidare a este pequeño diablillo —dijo mientras se encaminaba hacia el bebé.

—Bien —dio un exhaló toda aquella preocupación.

La puerta del departamento en donde vivía llamo. Rápidamente y acomodándose un poco el cabello se dirigió y abrió.

—Buenas noches —saludo cortes.

—Buenas noches —haboo el viejo quien llego a la entrada a lado de Maní —Tengan una linda noche —dijo.

Ambos agradecieron y terminaron por salir.

Durante su camino Thanatos dio sus primeras palabras para conversar.

—Vaya, si me había imaginado el desayuno —hablo con una sonrisa sin despejar la vista hacia enfrente.

—Si, mi padre vino justo a tiempo, estoy agradecido por eso —dijo mientras veía hacia otro lado.

—Calma, habrá otros momentos para pasarla bien con toda tu familia —hablo.

—Si, claro —sonrio.

Llegaron a un restaurante elegante, Thanatos término por bajar y ayudarle a Manigoldo a salir del auto, pronto entraron, Manigoldo veía asombrado aquel establecimiento.

—Wow —susurro asombrado.

Thanatos lo tomo de la mano sintiendo la calidez del mayor quien camino hasta su mesa, una mesa para dos y con bellos adornos. Ambos tomaron asiento y siguieron si plática.

—Vaya... —miro una vez los alrededores.

—Je je je —rio por lo bajo, el azabache.

—¿Te burlas de mi? —preguntó Manigoldo molesto.

—No, solo que me da risa tu emoción, es algo, bello, jamás visto —halago.

—Yo... Eto... —dijo con nervios y bajo su vista con un sonrojo.

—Vamos Maní, he visto tu verdadero ser, adoro que seas así de divertido —hablo Thanatos con tranquilidad.

Manigoldo alzó la vista miro a Thanatos y se dispuso a tocar la mano del mayor quien estaba sobre la mesa, pero pronto un mesero llego dejando las carpetas. Haciendo que el de cáncer bajara su mano.

Thanatos miro el menú, veía de reojo que el menor veía atento el menú, sin saber que elegir.

—¿Quieres que elija? —preguntó.

Manigoldo alzo la vista con rapidez encontrándose con aquellos ojos negros como la oscuridad, quien pronto solo le quedo afirmar.

Los siguientes minutos se la pasaron platicando, hablando de cosas normales, aunque esta vez había algo que lo diferenciaba, era los nervios del crustáceo. Thanatos había notado aquello, se dedico a seguir disfrutando de la presencia del menor.

Durante la cena, Manigoldo le comentaba todo relacionado a su trabajo, en donde mencionaba que trabaja siendo un repartidor de un restaurante pequeño, Thanatos había visto como su acompañante había perdido todo aquel miedo.

—Y bien, ya te he contado de mi, ahora dime de tú —dijo el menor con una sonrisa.

—Claro, tengo un hermano gemelo, llamado Hypnos, aparte mi jefe es dueño de la cadena de hoteles de todo el continente Europeo —hablo con una sonrisa.

—¡Vaya! Tu vida debe de se asombrosa —dijo sonriendo —Aunque no entiendo como usted puede estar en un parque, ya que pudiste ver a unas mujeres... —interrumpido.

—Estaba muy estresado, no quería saber nada de nadie —hablo.

Aquello hizo que Manigoldo quedara mirando al pelinegro, bajo su vista comiendo.

Cuando salieron y subieron al auto, lo guió a dar una vuelta hasta quedar sobre una colina.

Manigoldo miro asombrado, realmente la ciudad se veía así, Thanatos no le quedo de otra mas que sonreír.

—¡Esto es hermoso! —dijo mientras veía el panorama.

—Eso es bueno —dijo Thanatos quien coloco su brazo sobre los hombros.

Con aquellas palabras Manigoldo se sonrojo, pronto una mano término por posarse sobre el mentón del menor quien lo termino por alzar.

Esos ojos negros, intensos, lo veían, Manigoldo no podía quitar su vista, poco a poco Thanatos comenzó a acercarse, Manigoldo de veía tranquilo esperando aquello lo que se viniera. Sintió aquellos labios, labios que le provoco un poco de nervios, sus mejillas se tornaron rosados y las manos del mayor termino por posarse en las caderas del menor, fue ahí donde paso sus manos por el cuello siguiendo por aquel beso, quien al pasar unos segundos término con respiración agitada.

Unieron sus frentes, Thanatos se veía tan relajado, mientras abrazaba con fuerza a al menor.

—Te amo —logro decir.

Aquello fue lo único que hizo sonreír al menor.

—Yo también —hablo.

Thanatos sonrió y lo volvió a besar.

Aquella noche seria intensa, aunque Thanatos sabia y deseaba pasar un buen día junto con su novio y su pequeño bebé.

~Fin.

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Bien, se los he dejado con la intensión de que es una disculpa por todo el suceso. Descuiden ya todo esta arreglado.

Si quieren un Oneshot sólo digan me, esto fue para alguien que espero y llame su atención.

Gracias por leer.
💕✨

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