Llegamos a Underbrooke, habíamos venido para rescatar a Killian pero debo admitir que yo venía poe otra persona, que esperaba que estuviera aquí.

Noté que Rumpelstinskin se fue directamente al que seria su tienda, no pude evitar seguirle, me intrigaba saber que haría allí, algo me dice que es por una venganza hacia Zelena, quién lo secuestro hace un tiempo.

Me acerqué a la puerta y vi a través de ella a Peter, creí que estaba alucinando pero no. No me importó que Rumpelstinskin estuviera ahí y entré

-¡Peter!-corrí y lo abracé tan fuerte como pude, lo había extrañado mucho

-¿T/n?-preguntó sin dejar de corresponderme-¿Qué haces aquí?

-eso no importa ¿O sí?

-creo no-sonrió

El señor Gold carraspeó para llamar nuestra atención

-¿Vas a ayudarme...-titubeó-padre?

-si, pero quiero eso que hablamos a cambio.

-si, claro-obviamente era sarcasmo

-¿Quieres vengarte de Zelena?-el asintió-Entonces harás lo que yo diga, ahora ¡Largo!

-esta es mi tienda, no puedes echarme

-no aquí, esto me pertenece a mi.

-adiós-murmuró y se fue

-al fin puedo hacer esto-tomé su rostro y lo besé, sintiendo como me alzaba sentandome en el mostrador-¿Qué haces?-pregunté al separarme con una pequeña sonrisa

-así estamos más cómodos-se puso entre mis piernas y me besó

-si quieres un corazón yo puedo dártelo-acaricié su mejilla

-¿Cómo sabías que quería eso?-levantó la ceja

-lo supuse-me encogí de hombros

-no puedo vivir sin ti, necesito volver-admitió apoyando su frente contra la mía

-si sabes que Rumpelstinskin no dejará que regreses o ¿Sí?

-conozco a mi hijo y se que hará algo para terminar de destruirme

-pero el es realmente malo-temía por Peter

-bueno, pero yo soy mucho peor-sonrió-creí que ya lo sabias ¿O necesitas que te lo recuerde?

-no, gracias-reí-hoy me siento niña buena, aunque extraño ser mala-dije como quién no quiere la cosa

-no me provoques-me besó ferozmente

-¡Wow! Me gusta este Peter-lo abracé

-si pues, es el Peter con abstinencia-reímos

-creí que los muertos no tenían...-puso mala cara-si, ya entendí.

-así me gusta.

-¿Y Félix?-recordé que no lo había visto

-¿Por qué preguntas?-celos modo «on»

-no te pongas celoso, solo te quiero a ti-besé cortamente sus labios-es solo que era mi amigo y también lo extraño.

-siendo así... no lo he visto-se encogió de hombros

-Peter...

-¿Mh?-me miró poniendo toda su atención en mi

-quiero darte mi corazón-admití-no soporto estar sin ti y realmente te necesito-bajé la mirada

-amor... si me das tu corazón morirías-levantó mi mentón con dos de sus dedos

-no hablaba de darte todo mi corazón, solo la mitad.

-pero sería como...-lo interrumpí

-compartir el corazón, solo debemos sentir amor verdadero.-expliqué

-¿Y tú lo sientes?-levantó la ceja

-claro que si ¿Y tú?

-es obvio que si-acomodó un mechón de cabello tras mi oreja

-podríamos intentarlo entonces-dije como quién no quiere la cosa

-claro.

Bajé del mostrador justo antes de que Rumpelstinskin volviera a aparecer con una bolsa negra de tela en las manos.

-¿Vamos?

Peter giró a verme

-ve, aquí te espero-sonreí

-no me tardo-prometió besando mi frente

Y no lo hicieron unos diez minutos después estabamos en la tienda junto con Zelena, que bueno no termino bien parada.
Pero cuando la cosa se resolvió Rumpelstinskin le dio un corazón

-ni creas que usaré esta cosa-Peter la tiró lejos revelando que estaba hecho de agua del río de las almas y si eso tocaba a un espíritu de aquí, era el fin.

-no entiendo, entonces como...-la frase quedó al aire cuando me observó-no le pensarás dar la mitad de tu corazón ¿O sí?

-eso mismo haré-sonreí

-no lo querrás de nuevo con vida, créeme-intentó persuadirme

-la cosa es que amo a Peter-giré a verlo y este miró a su hijo con una sonrisa-y él a mi y no podemos estar sin el otro.

-bien, pero no te quiero en Storybrooke-le dijo a su padre

-planeaba regresar a Neverland, pero gracias por la propuesta-dijo con sarcasmo, no pude evitar reír

-esto no será del agrado de nadie.

-no me importa lo que piensen los demás-me crucé de brazos

-bien, los dejó-se fue

-¿Estás listo?-pregunté algo nerviosa

-¿Tú lo estás?-tomó mi mano-te notó nerviosa

-se que me amas pero temo que esto no funcione-admití

-lo hago y funcionará, solo debes tener fe-sonreí

-¿Y polvillo de duendes?-me burlé

-negó con la cabeza-anda, hazlo-sonrió

-bien-tomé valor y hundí la mano en mi pecho extrayendo mi corazón, rojo como la sangre y puro como el agua.

Lo tomé por los extremos y tiré desgarrandolo a la mitad, el dolor era insoportable pero trataba de no pensar en ello, aunque tuviera los ojos llenos de lágrimas

Sentí la falta de aire y un inmenso vacío que hizo que me desvaneciera pero Peter me atajó a tiempo.

-¿Estás bien, amor?

-s-si-aproveché para hundir una mitad de corazón en mi pecho y la otra mitad en el suyo.-¿Cómo te sientes?-me separé para verlo mejor

-me siento...-sonrió-vivo

-¡No puedo creerlo! ¡Funcionó!-reí

-¡Te amo!-me tomó por la cintura y comenzó a dar vueltas conmigo al punto en que comenzamos a elevarnos.

-¡También te amo!-tomé su rostro y lo besé

-¿A dónde te gustaría ir?

-a la segunda estrella a la derecha,directo hacia el amanecer-respondí sin dudar

-¡A Neverland, entonces!

y así fue, al rescatar a Killian nos fuimos a Neverland, donde para nuestra sorpresa, Félix nos esperaba y vivo.

-¿Cómo es que estas vivo?-pregunté sorprendida

-no lo sé, solo desperté aquí

-pues, ahora hay que ir por los niños perdidos-dijo Peter con su traje de puesto

-creemos nuestro propio cuento-tomé su mano con una sonrisa

- elijamos el final que más nos guste-dijo Peter

-¡Y vivieron felices para siempre!-exclamó Félix para que luego Peter me besará con mucho amor.