Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

¿Cómo quieres morir?

— Takemichi y yo estamos saliendo.— Declaró Chifuyu, dejando a todos a su alrededor petrificados. Draken con los ojos bien abiertos, Baji boqueando como pez fuera del agua y Mikey, por increíble que fuese, se quedó mudo y con un aura inusualmente calmada, como cuando la marea en el mar está tranquila, antes de una terrible tormenta.

Chifuyu le tomó la mano a Takemichi para reforzar su punto, acercándose más a él, en modo cariñoso. su cabeza reposando sobre su hombro. Él único que habló en un tono de voz ahogado por la impresión fue Hakkai, quien los felicitó por su reciente relación.

Y ese fue el punto de partida para que todos se acercarán y los felicitarán, palmadas en sus espaldas iban y venía, como las sonrisas más sinceras que podían ofrecer a raíz de tal evento.

¿Cómo comenzó todo?

Hay que regresar un par de horas al pasado, cuando Chifuyu estaba apoyado en el hombro de Takemichi, sollozando salvajemente. Había visto como Kazutora y Baji se besaban, sin poder hacer nada al respecto. Estaba tan enamorado del capitán de la primera división de la Toman que aquello le dolía. Sus cabellos rubios estaban desparramados a un lado de su cabeza, su cuerpo decaído temblando de pena.

— No llores, no me gusta verte tan triste.— Murmuró Takemichi, abrazándose al desolado chico. Odiaba esa situación, pero en líos amorosos no se metía.

— Es que si los hubieses visto tan juntitos. Odio a ese estúpido Kazutora, ¿Por qué tuvo que aparecer ahora? — Los ojitos de su mejor amigo estaban hinchados y sus labios contaban con la misma suerte, las mejillas rojizas le daban un aspecto adorable a pesar de las lágrimas. Solo Chifuyu podía verse tan bonito llorando.

— Yo pensé que a Baji le gustabas, siempre actúa muy posesivo cuando estás cerca.

— ¡Patrañas! Ese cosa no tiene sentimientos. Lo odio.— Chifuyu volvió a su tanda de llanto, y Takemichi solo pudo palmear su espalda con paciencia. Llevaba mucho tiempo en ese ir y venir, por ratos se calmaba, luego se enojaba y terminaba empapado en lágrimas.

— Ya pasará, todo estará bien.

— No lo estará, a menos... — Una nueva faceta salió en su mejor amigo, una más feliz y emocionada, tan bipolar.

— ¿Qué se te ocurrió?

— Esto sonara tonto, pero se me ocurrió la mejor forma de descubrir si en verdad le importo a Baji y también, de alejarlo de Kazutora de ser posible.— Vio una chispa maliciosa en esos ojos verdes, un brillo extraño que le puso la piel de gallina. Oh no, problemas. Takemichi optó por encogerse en su asiento. Tenía un mal presentimiento.

— ¿Qué puede ser? — Preguntó, tragándose los nervios de golpe.

— ¡Debemos fingir qué somos novios!

Takemichi soltó el cuerpo de su mejor amigo y se llevó sus manos a su cabeza, negó tantas veces hasta que se mareó.

— ¡¿Qué?! Estás loco, eso no funcionará ni en mil años.

— Oh vamos, Takemicchi. Estás soltero y yo también, somos amigos y nos queremos mucho. Nadie dudará de una relación entre los dos.

— No es eso, ¿Qué pensará Baji? ¿Y Mikey-kun?

— Ellos no tienen nada que decir al respecto, además no debes responderle a Mikey aunque sea nuestro comandante, esto es privado.

Takemichi se lo pensó, pero al ver como los ojitos de Chifuyu volvían a aguarse y amenazar con inundar toda su casa, aceptó a regañadientes.

— ¡Solo dos días! Luego diremos la verdad y esto jamás ocurrió.

— Dos días, eso será suficiente para demostrarle a Baji-san de todo lo que se pierde si no está conmigo.— Takemichi creyó ver un aura maligna que envolvía a su mejor amigo y sintió terribles deseos de salir corriendo.

— Eso sonó muy terrorífico, ¿Estás bien? — Inquirió, haciéndose a un lado. Quería estar lejos de Chifuyu y sus tontos planes que nunca acababan bien.

— Si, si, vamos al santuario. Habrá reunión más tarde. Aprovechemos para darles la noticia a todos.

— Oh dios, ¿En qué me estoy metiendo?

Volviendo al presente, Takemichi no sabía dónde meterse de la vergüenza. Todos lo miraban con impaciencia y hasta curiosidad.

— ¿Esto es una broma verdad? ¿Ustedes juntos? — Preguntó Draken, ligeramente sorprendido. Esos dos eran cercanos, como lo era Mikey y él, solo amigos que se cuidan la espalda. No lograba imaginarlos de otra forma. Era hasta raro.

— Es como ver a dos niñas juntas.— Se les burló Pahchin, ganándose un golpe de Pehyan en el hombro, quien negó lentamente para que se quedara callado. Y así lo hizo, pero sin dejar de reír.

— Aunque no lo crean, esto es real y espero que nos acepten y respeten.— Chifuyu siempre fue el más frentero, no temía decir las cosas. A menos que fuese con Baji, con él si era un cobarde de primera, incapaz de decirle como se sentía.

— Fuyu, ven aquí.— Baji tomó de la mano al rubio cenizo y sin esperar respuestas, lo arrastró lejos del grupo, fuera del templo del santuario. Takemichi los vio irse, temblando de miedo.

¿Qué le esperaba si Baji decidía tomarlo personalmente contra él? No era bueno peleando.

Se dio vuelta ignorando el resto de preguntas que tenían sus amigos, yendo hacía Mikey que seguía en silencio, su rostro no mostraba emoción alguna. Si no fuese por los únicos parpadeos en el trascurso de dos minutos, creyese que lo había perdido.

— Mikey-kun.

— Takemicchi, ¿Por qué nunca me dijiste qué te gustaba Chifuyu? — El tono de voz que uso Mikey fue frio y carente de afecto.

Tuvo ganas de decirle la verdad, confesarle que era un juego. Chifuyu le había dicho que ni el mismo Mikey debía saberlo y debía cumplir por el bien de ese tonto plan, que más parecía una forma de tortura.

— Solo pasó, no es como si lo hubiese planeado.—  Se encogió de hombros, tratando de no mostrar su nerviosismo al hablar.

— Entonces no tengo más que decir. — El comandante se levantó y pasó por su lado, sin darle una muestra cariñosa como en los últimos días que siempre lo invitaba a casa o le decía algún cumplido mientras le desordenaba los cabellos. Eso fue tan raro, Takemichi quería llorar.

— Mikey-kun...

— No digas nada, nos vemos luego. La reunión termina aquí.— Lo dejó ir sin más, dejando caer sus hombros derrotado.

Suponía que Mikey se sentía traicionado por no confiar en él. Takemichi sabía que no estaba haciendo nada malo, pero no podía dejar de sentir que cometía un error y que podría arrepentirse si no se rectificaba pronto.

Estúpido Chifuyu, le debía una grande por el favor.

El grupo lentamente se disolvió y solo quedó Draken a su lado, cruzado de brazos y escrutándolo con la mirada.

— ¿Hice algo malo, Draken-kun? — Cuestionó, desesperado por respuestas.

— No, no lo creo. Nos tomó a todos por sorpresa, por eso actúan así. En todo caso, ¿Eres consciente de qué le rompiste el corazón a Mikey?

— ¿Mikey-kun? — Preguntó confundido, ladeando su cabeza y haciendo una mueca un tanto chistosa.

— Ustedes dos son un par de tontos ciegos, mejor me voy. Debo alcanzar a Mikey. Cuídate.

Se quedó de pie procesando las palabras de Draken. Mikey y Takemichi eran cercanos, sí. Pero, como un par de amigos que se querían mucho. Obviamente Takemichi sentir algo más, sin embargo estaba resignado a callarse para no hacer incomoda la amistad con el comandante.

No se negaba a la posibilidad de hablarle de sus sentimientos, pero en un futuro lejano, cuando supiese que nada se arruinaría si hablaba.

Suspirando, decidió buscar a Chifuyu en dónde quiera que estuviese, iba a aclarar algunas cosas con él.

Por otro lado, Chifuyu estaba de pie fuera del santuario, con Baji resoplando a un costado. Se veía molesto y descolocado, pero a Chifuyu esas actitudes no le afectaban en lo absoluto.

— ¿Qué quieres decirme? — Preguntó, jugueteando con sus manos sin ver directamente el rostro del capitán de división.

— ¿Qué es esa locura de Takemichi y tú?

— Es la verdad, ¿Tienes algún problema? porque no me voy a desgastar hablando de ese tema.

— Hay muchas razones por la que eso está mal. No puedes salir con Takemichi, termina con él.

— ¿Por qué? — Preguntó, sus ojos brillando esperanzados por una confesión. Si Baji se animaba, Chifuyu renunciaba a todo.

— ¡Somos amigos y no te comparto!

— Eres un idiota, ¿Lo sabes? — Susurró en voz baja, tragándose el nudo que se formó en su garganta. No iba a llorar delante del tonto, eso sería caer muy bajo.

— Estoy hablando en serio.

— Vete a la mierda. — Escupió molesto, sintiendo como en cuestión de segundos Baji lo tomó de sus hombros y lo obligó a mirarlo.

Sus ojos se encontraron por una fracción de segundos, pero la burbuja se rompió cuando Takemichi gritó el nombre de su falso novio.

Baji gruñó enojado, dispuesto a golpear al ojiazul. Chifuyu se le adelantó.

— Debo irme con mi novio.— Resaltó esa ultima palabra y le obligó a soltarle.

Takemichi apareció frente a la pareja, sonriendo sin saber que estaba en peligro de muerte. Chifuyu corrió a su encuentro, tomando una de sus manos con fuerza. No se dio vuelta para ver el dolor en los ojos de Baji, quien era incapaz de aceptar que Chifuyu tuviese un novio.

. . .

—  Creo que estamos yendo demasiado lejos con esta farsa.— Susurró Takemichi, lanzándose a su cama. Chifuyu a su lado, estaba empezando a ver los contras de aquel juego.

—Tal vez, pero hay que admitir que está funcionando. Baji está muy celoso.

—Tan celoso que en algún momento me golpeará, ¿Me defenderás cuando eso pase? Mikey-kun me odia.— Resopló fastidiado, tomó una de las almohadas, abrazándose en ella en busca de consuelo.

— ¿Por qué lo haría? Ustedes dos no están saliendo.

— Lo sé, solo que creo que él me gusta.

— Oh, ya lo sabía. Eres obvio. Siempre estás viendo a Mikey y en todas nuestras conversaciones estás tipo: Mikey-kun por aquí, Mikey-kun por acá.— Eso último trató de decirlo con el tono de voz de Takemichi, quien respondió dándole un golpe en el pecho.

— ¡No sueno así! En todo caso, no soy tan obvio como Baji y tú, me sorprende que los chicos hayan creído nuestra relación.

— Es que son unos bobos.

— Si...

Se quedaron en silencio los siguientes minutos, hasta que Chifuyu se levantó y anunció que debía irse a casa. Habían pasado práctica todo el día juntos.

— Te veo mañana en el santuario. - Le dijo, antes de desaparecer por la puerta.

Takemichi no se molestó en acompañarlo a la salida y solo se acurrucó dispuesto a echarse a dormir, con los sucesos del día estaba muy cansado.

Hasta que una notificación saltó en su móvil y no le quedó de otra que responder.

No sé sorprendió al ver que se trataba de Mikey, solían hablar hasta que le ganaba el sueño.

"Takemicchi, ¿Sigues con Chifuyu?"

"Se fue a casa, ¿Pasa algo?"

"No puedo creer qué sean novios, no aún."

"Hay una buena explicación para eso, lo prometo."

" ¿Una buena?"

" Por supuesto, pero no puedo decirla"

"Está bien, Takemicchi. Tengo hambre"

"Ve por algo que comer."

Mientras se sumergían en esa banal conversación, Takemichi sonreía como idiota al saber que las cosas con Mikey nunca cambiarían. Ellos siempre serían amigos y se querrían por el resto de la vida, aunque no fuese capaz de decirle al comandante lo que en realidad sentía por él.

Al día siguiente las cosas transcurrieron con normalidad. Chifuyu y Takemichi se encontraron después de clases y caminaron hacía el santuario.

La reunión ese día sería mucho más de lo usual, pero no tenían más que hacer. Solo esperarían.

El lugar estaba vacío y aprovecharon para ponerse al día, Chifuyu le enseñó su nuevo manga y reían por alguna cosa boba que se les ocurría para alimentar la falsa del noviazgo.

— Olvidé que tenía dos cajas de jugos, ¿Quieres una? - Preguntó Chifuyu, luego de encontrar en su mochila los jugos escondidos al fondo. Era su día de suerte.

— Dámelo, esperar me dio sed.

— Toma el de melocotón.- Su mejor amigo se lo extendió y Takemichi lo tomó sin muchas vueltas.

Al momento de intentar abrirlo, midió mal su fuerza y se echó todo el jugo encima. Chifuyu primero se río de él y luego se acercó a ayudarlo. Le quitó la camisa y empezó a secar las gotas de jugo de su pecho descubierto. Estaban muy cerca el uno del otro, Chifuyu entre sus piernas, sobre los escalones del santuario.

— Eres tan torpe, Takemichi.— Susurró Chifuyu, frunciendo el ceño.

— !Lo siento! ¡No me pellizques que duele! Auch...

Takemichi miró sobre el hombro de Chifuyu al notar unas sombras adelante, abriendo su boca con sorpresa al ver que allí su grupo de amigos estaba de pie en silencio. Sus rostros impactados por alguna cosa rara que vieron.

— Chifuyu, llegaron los chicos. — Dijo en voz baja, logrando que su amigo temblara sobre él, podía sentir la tensión en el aire.

—  Joder, si no llegamos a tiempo hubiésemos encontrado una escena fuera de tono aquí. - Dijo alguien, alimentando la pesadez del ambiente.

— ¡No es lo qué parece! — Se adelantó Chifuyu, poniéndose de pie. Takemichi trató de taparse con su camisa, viéndose húmedo y pegajoso de cabeza hasta los pies.

— ¿En serio? Pues, la vista es muy sugerente. Hakkai y yo estábamos apostando quién de los dos sería el activo. Y gané al decir que es Chifuyu. — Se le burló Mitsuya, soltándose a reír.

— Qué decepción, Takemichi, no te creí tan pasiva.— Comentó Hakkai, mirándolo divertido. Takemichi se puso más rojo aún.

Ninguno se percató de la mirada de odio de Mikey, quien tomó por sorpresa a todos cuando se acercó a la falsa pareja y susurró entre diente, sus ojos negros profundos no tenían brillo.

— ¿Cómo quieres morir, Chifuyu? — El mencionado quedó helado, temblando de pie a cabeza. se fue corriendo hacia Baji, poniéndose tras su espalda en busca de refugio.

— Comandante, déjeme explicarle.

— ¡Fuyu, cómo pudiste! — Baji indignado, se hizo a un lado, dejándolo expuesto y desprotegido.

Takemichi abrió su boca para decir algo, pero Draken le pidió por favor que estuviese callado si no quería sufrir lo mismo que Chifuyu. Su pobre amigo iba a morir, sus ojos azules se llenaron de lágrimas.

— ¡Nadie toca a mi Takemicchi! Es solo mío.— Declaró en voz alta Mikey, logrando un silencio grupal. Takemichi estaba con los ojos bien abiertos, su corazón latiendo a mil por horas. Eso no se lo esperaba.

De hecho nadie.

— ¿Qué? — Preguntó en un hilo de voz el rubio teñido.

— ¡No hemos hecho nada malo! Solo estábamos fingiendo la relación para darle celos a Baji. —  Chifuyu no pudo aguantarlo más y golpeó a Baji, luego se fue corriendo fuera del santuario, con Baji a sus espaldas.

Takemichi bajó su cabeza avergonzado y no fue capaz de quedarse un minuto más allí. Bajó las escaleras sin detenerse, ni siquiera cuando Mikey lo llamó.

— Takemicchi, no vayas tan rápido.— Mikey lo alcanzó más adelante, tomándole del brazo para obligarlo a detenerse.

— Mikey-kun, lo siento mucho.— Takemichi tenía los ojos llenos de lágrimas cuando Mikey lo miró.

— También yo por actuar así, soy muy impulsivo, mucho más cuando se trata de ti.

—  ¿Por qué?

— porque eres mío.— Respondió Mikey con simpleza, acercándose para darle un beso en la frente a Takemichi.

Fue tan fácil arreglar el malentendido.

Se tomaron de la mano y caminaron se regreso al santuario, debía terminar de limpiarse. Takemichi vio de reojo a Chifuyu quien pareció arreglar las cosas con Baji y prácticamente se comían la boca a besos. ¡Ni siquiera se lo hizo difícil!

De igual forma, todo terminó bien para el dúo. Mejor de lo pensado.

Holis, otra mini historia. Son cosas que se me pasan por la cabeza.

Gracias por leerme.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro