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Significados.

Era una tarde bastante agradable, ambos habían acabado sus actividades de idol lo más rápido posible para poder salir antes y aprovechar mejor del tiempo que ambos iban a disponer juntos desde el momento que abandonaron la academia hasta al día veintiséis por la tarde, ya que el Kagehira había logrado convencer a su "tutor" de dejarle el permiso, siendo "una molestia menos" recibiendo regaños y una aceptación de mala gana. Ahora ya libres caminaban por las calles repletas de gente, nieve y adornos navideños cuál feliz pareja de enamorados que eran, tomados de la mano y compartiendo un carmín en sus mejillas característico en ambos cuando estaban en público demostrando —aunque tan levemente— que eran una pareja.

En cuanto llegaron a la calle principal, los ojos del Kagehira se iluminaron al observar todos los adorables adornos que resaltaban en algunas tiendas, haciendo que su compañía riera levemente ante ese acto que le causaba tanta ternura. Avergonzada por la lindura de su pareja, alejó su mirada un momento del chico, repasando el lugar en busca de algo que llamara su atención por sobre las cosas, encontrando así un modesto carrito que ofrecía joyería de fantasía.

—¿Vamos para allá? —Pidió al de hebras oscuras, apuntando hacia el lugar mientras su emoción crecía para ir a ver esos accesorios, que al menos a ella, le gustaban bastante independientemente de que no fueran de algún material costoso. Recibió un asentimiento como respuesta y comenzó a guiarlo hacia el humilde puesto.

Arashi de inmediato se perdió viendo unas cajitas que contenían anillos mientras que Mika intentaba apartar la mirada de su chica para admirar también la tienda improvisada, su atención se vio atraída por unos adorables diseños infantiles, estaba a punto de preguntar por el precio de uno con diseño de un lindo gatito cuando la mayor se le adelantó, pidiendo que le dieran dos anillos con el mismo diseño, de metal y bañados, según el vendedor, en oro. Extrañando un poco a Mika, quien se le quedó mirando olvidando por completo al accesorio que antes quería obtener, su mente le jugaba una mala pasada haciéndole pensar que era para alguien más, provocando que se sintiera realmente mal, cosa que intentó ocultar subiendo a la altura de la nariz la bufanda que portaba.

—¿Sucede algo, Mika-chan? —La atención de la más alta estaba, como casi siempre, sobre él tras terminar de juguetear con los anillos en su mano, Mika solo negó y desvió su mirada a un puesto a unos escasos metros más allá de juguetes— Hm, ¿de verdad? —Ladeó la cabeza mientras acercaba la mano enlazada con la de Mika más cerca suya.

— Los anillos.... uh... —"¿Le regalarás un anillo a alguien?" Quería preguntar, mas no se atrevía a hacerlo, no es como si le costara ser sincero, no con ella, pero no quería parecer demasiado inseguro ante solo un regalo a alguien más, solo atinó a añadir:— están muy lindos...

—Ya veo —Sonrió ante esa respuesta, aunque la mujer sabía perfectamente de lo que se trataba realmente con tan solo mirarle a los ojos. Le había dolido quizá un poco que pensara así, entendía, mas, le iba a hacer como que no se daba cuenta por un rato más solo para vengarse levemente de su actitud—, qué bueno que te gusten, son el diseño que más le viene a su próximo dueño. —Llevó su mano a su mejilla sonriendo, mientras imaginaba como sería la expresión del chico al darle aquello.

Con esa respuesta Mika solo hizo un puchero mientras empezaban a caminar nuevamente una vez que estuvieron comprados los anillos, se le hacía un poco difícil no demostrar en inconscientes acciones lo que sentía. Se acercó más a la figura de su pareja, abrazando la extremidad  mientras escondía su cara en su cuerpo para hacer que el mal momento quedara atrás, descendiendo la velocidad para ir más cómodos. La Narukami reaccionó apretando la mano un poco más, soltando una risilla y dado que había guardado la pequeña bolsa en su bolsillo, acercó su mano a la cara contraria para detener el paso unos momentos dándole un beso en la frente a su heterocromático.

Siguieron a paso lento, ahora un poco más apenados que antes ante la mirada curiosa de algunas personas y chillidos de chicas que quizá podrían haberles reconocido por su acción, aún sin cambiar la posición.






Habían pasado unas horas desde que habían llegado a la casa de la rubia y se mantenían completamente solos hablando cómodamente en el sofá de la sala sobre trivialidades. Iban a estar solo los dos celebrando navidad, dado que los padres de la dueña de casa la pasarían juntos como pareja y habían dado libertad de llevar a la casa a algún amigo para que no la pasara solo, por lo que habían pasado a comprar algunos chuches que se le diera en gana al menor, puesto que su superior y líder de unidad no estaba presente para controlar cuánta comida reemplazaría por azúcar.

—¿Cuál crees que deberíamos ver? —Preguntó la rubia entre risas por la película que habían dicho que verían, realmente eran divertidas las respuestas para hacer que ella respondiera a su propia pregunta que le daba cada vez.

—Veamos cualquiera, Naru-chan, yo estoy bien con lo que tú elijas. —Suspiró, no iba a encontrar una respuesta directa, por lo que Arashi solo tomó el control de la televisión para buscar algo en los canales disponibles que les entretuviera. Cuando estuvo listo llamó a su novio a sentarse junto a ella, cosa que acató de inmediato y se acomodaron acurrucándose entre sí, intentando descifrar qué película era ya que era un clásico que ya había empezado hace un rato.

El de ojos diferentes se dio por vencido en poco tiempo, y tampoco era de su agrado como iba, giró su cara para mirar a quien le abrazaba, chocando miradas al descubrir que en ese poco tiempo había estado observando su rostro en vez de la pantalla frente a sí y ahora jugaba con su zurda zurda.

—Sí que eres hermoso... —Le dijo sin pena alguna, con un tono algo más serio que el de costumbre, mientras abrazaba con más fuerza al chico. Besó su mejilla antes de levantarse dejando una sensación momentánea de vacío en el costado y espalda de Mika. Fue en busca de algo en su abrigo que dejaron sobre el sofá individual al llegar, mientras que Mika le seguía los movimientos con recelo, esperando a que se diera la vuelta y volviera a su lado. No tardó en pasar lo que deseaba, solo que ahora con una caja en su mano. El reloj de la sala comenzó a sonar, dando a entender que era ya la media noche y la navidad había llegado. Arashi se acercó y abrazó con entusiasmo a su pareja, deseando un mutuo "Feliz Navidad". Aún manteniendo la cercanía de unos pocos centímetros, la más alta depositó la caja en las manos de su compañía.

Mika posó su mirada en el objeto entre sus manos, devolviendo la mirada a su compañía de inmediato sin entender realmente qué era eso, ¿Acaso era...?

—Ábrelo, mira lo que hay dentro —Respondió ante la silenciosa interrogativa que le hacían, dando paso a un muy nervioso Kagehira dirigir su mano lentamente a la tapa de la caja, para levantarla a la misma velocidad, descubriendo un anillo, posiblemente el mismo que había comprado hace unas horas junto a él. Se quedó sin palabras admirando el objeto por unos instantes, antes de dedicarle una mirada de incredulidad a su novia, aún en silencio.

—¿Sabes? Me pareció el regalo perfecto ahora que ya somos "algo" —Sonrió tomando el anillo entre sus dedos y luego la mano de Mika—. Con este anillo quiero que se represente nuestro lazo emocional... que cada vez que lo mires en tu dedo, recuerdes mis sentimientos hacia ti, que nunca te vuelvas a sentir solo, porque esto nos unirá y sabré cuando estés tanto en las mejores situaciones para ser feliz contigo, como en las peores, para darte todo el apoyo que necesites —Iba hablando a medida de que se lo ponía en el dedo anular de la mano izquierda, simbolizando un anillo de compromiso, su tono era serio, era una de las pocas veces se necesitaba usar un tono así aunque seguía en su voz aquella entonación afeminada que le daba la gentileza a sus palabras—, realmente quería darte uno más costoso, pero creo que aún así se demuestra lo que quiero expresar, que te quiero con todo mi corazón y que eres la persona que logró rescatarme del pasado, lo cual te hace mi propio héroe.

—Naru-chan... —Musitó el heterocromático una vez había terminado de hablar, mientras que en sus diferentes ojos amenazaban por salir lágrimas. La abrazó con fuerza pasando sus brazos por los hombros contrarios y escondiendo su cara en el ángulo del hombro-cuello, realmente le habían llegado por completo sus sentimientos, haciendo que una sensación tan cálida llenara su pecho— Gracias, gracias... —Repetía en un susurro una y otra vez, no dando gracias por el objeto en sí, sino por ser sincero en demostrar sus sentimientos. Arashi entendía esa reacción, sabía que pocas veces había recibido un gesto de ese estilo, también que era, quizás, la primera persona que lo quería tal y como era, sin destacar sus errores. El pensar en eso también le entraban ganas de llorar, pero la felicidad era mayor.

—Ya, ya, mi niño —Calmó como había acostumbrado desde hace ya un tiempo. Su mano empezó a acariciar la espalda de Mika con delicadeza, calmándolo poco a poco, aunque manteniendo esa posición un muy largo tiempo, tanto que Arashi creía haber hecho dormir a su novio como un bebé en sus brazos. De repente Mika se alejó por unos centímetros del acogedor cuerpo levemente más grande para tomar con ambas manos la cara de la rubia para acercar sus labios a los contrarios con decisión, dando un leve roce entre ellos con su cara ardiendo en un carmín que le cubría hasta las orejas, separándose de inmediato, esperando a la reacción de la mujer.

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