Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 28: Acaramelada mañana

—¿Qué?—pregunté desconcertada.

—Charlotte, soy tu madre.

¿Qué hace ella aquí? ni siquiera recordaba su rostro, de por sí me abandonó muy pequeña y los pocos recuerdos que tenía con ella no eran tan gratos que se diga y viene así de la nada.

—¿Qué vienes a hacer aquí?—pregunté apoyándome en el marco de la puerta y viéndola de arriba abajo.

—¿Puedo pasar? hace mucho calor—preguntó y yo sólo me limité  a asentir y apartarme para que entre.

—Wow que linda casa—anunció mientras la miraba por todos lados—no recuerdo esta casa.

—Claro que no, la casa donde me abandonaste la quitó el Gobierno porque nadie la pagaba y esta claramente no la conoces porque es la casa del abuelo.

—Oh sí, es cierto tu abuelo—chasqueó la lengua incómoda—¿cómo está él?

—¿Desde cuando te ha importado cómo está?—pregunté tajante

—Creí que era lo correcto, después de todo soy tu...-

—No me importa lo que creas correcto o no, además...

Tesoro mio, Charlotte ¿sabes donde está la harina para pancake en tu cocina? es que no la encuentro

César dio acto de presencial entrando a la sala innecesariamente sin camisa enseñando todo su dorso desnudo. Si estuviera sólo yo en la casa no fuera prescindible, al contrario fuera totalmente necesario para andar en la casa, desnudo si quiere pero ahora mi ausente madre aparece de la nada viendo el torso de mi César. Sólo yo tengo el lujo de verlo.

—Oh lo siento, soy César, me disculpo por...-

—César ponte una camisa—demandé apresurada evitando de no babear o tocar esos cuadritos marcados de este hombre a metros de mí y en mi casa.

—Ya vuelvo, permiso—se despidió educado César y se apresuró desapareciendo entre los escalones.

—Wow, ese bizcocho ¿es tu novio?

¿En serio dijo eso? o habré escuchado mal, que diablos con el atrevimiento de esta señora que anda jugando a la mamá.

—¿Y a ti por qué te tiene que importar?

—Mucho porque se ve que te lleva muchos años

—De igual manera, eso a ti no te importa.

—Charlotte aunque lo odies pero siempre tendrás algo de mí en ti—dijo eso con cierta malicia—Al ver a ese hombre, me di cuenta el buen ojo que tienes como tu madre.

—Desgraciadamente— bufé rodeando los ojos algo tensa y cansada—Sé que siempre fuiste la mujer rompe hogares pero por favor no me compares contigo. Que asco.

—Respeta por favor.

—Además al menos tú no tienes buen ojo porque te metiste con mi padre.—respondí burlona.

Me hierve la sangre esta señora, desaparece de mi vida abandonándome y aparece de la nada con sus comentarios fuera de lugar. Dios, más esa mirada lasciva es tan molesta.

Ella iba a decir algo pero su celular sonó y se alejó para contestar la llamada.

—¿Todo bien Charly?

—No César, nada bien y nada lo estará si esa señora está aquí.

—¿Es tu madre?—preguntó mientras buscaba mi mirada al mismo tiempo que acariciaba mi mano y luego entrelazarla—¿quieres abrazos?

Me limité sólo en asentir y me enredó en sus brazos con una abrazo tan acogedor y cálido. Podría estar todo el tiempo así.

—Lo siento por interrumpir—habló mi madre de la nada apareciendo y con cierta incomodidad—pero ya me tengo que ir.

—Ya era hora

—Estoy feliz de lograr encontrarte

—Yo no 

—Me verás pronto—dicho esto se fue cerrando la puerta, dejando un ambiente realmente lúgubre, con un mal sabor de boca, pero César siempre estuvo atrás de mí dándome caricias en las espalda tan reconfortantes hasta que reposó sus manos en mis hombros.

—Gracias.

—No tienes que agradecer, pero me preocupa la actitud tan descuidada de tu madre.—Con el impulso que tenía de la ira y de coraje de la corta interrupción de esa mujer me tenía un poco alterada pero el sutil arrullo de César o sus tiernas  caricias en mi cabello o como el melodioso compás de los latidos de su corazón me tranquilizaba poco a poco y cada vez me aferraba más a a sus brazos y que en su pecho sienta ese aroma tan varonil que se le caracteriza, podría estar así todo el día.

—Eres muy pequeña, como tus brazos no alcanzan a rodear mi espalda—expresó Cesar mientras me levantaba del suelo dando vueltas—eres muy linda.

Quisiera que esto nunca terminara, es tan absurdo como César hace que todo lo malo se disperse o como me haga olvidar que estuve encolerizada de una manera tan rápida.

—Calla, vamos a comer que tengo hambre—demandé mientras me bajaba de sus brazos.

Cabe resaltar que César es tan alto y prominente que me levanta o mueve con facilidad como si de una niña pequeña se tratase, gracias a la gran diferencia de tamaño. Tengo que aceptar que es mi gusto culposo el sentirme tan pequeña a su lado, me gusta mucho como sin dificultad ninguna me pega a su cuerpo.

—Mis pancakes de avena es una de mis especialidades—anunció orgulloso sentándose conmigo poniendo en lo que era mi plato tres pancakes—¿te gustan con miel?

—No—respondí antes de que le pusiera la miel—me gusta comerlos sólo con mantequilla

—Que rara eres vita mia, así me gustas—se me subieron los colores a la cara sintiendo la cabeza caliente después de la declaración tan inesperadamente tierna de César—toma tu plato linda.

—Gracias—respondí tomando el plato tímida sin dejar de estar ruborizada, le di un bocado y Dios—¡Qué bueno está!

—¿Verdad? te lo dije, con miel de maple saben más rico.

—No—negué rotundamente para darle un sorbo a mi café.

—Amo verte comer

—Que acosador

—Que romántica—sonrió mientras me limpiaba con su mano la comisura de mis labios—No sabes lo feliz que me hace sentir estar contigo.

Automáticamente embocé una sonrisa nerviosa metiéndome otro bocado a la boca. Pero un pensamiento intrusivo empezó a invadir el sentimiento grato que tenía. Las fotos de Isabela, no sé que diablos haré con eso. Esa simple e insignificante zorra tiene el poder de arruinar lo que acaba de empezar con César. 

¿Se lo digo a César? lo único bueno de esto es que Isabela sabe que yo estoy con él y no ella que era lo que siempre quiso, se siente tan satisfactorio Dios.

—¿Te tocas siempre la nariz así cuando te pierdes en tus pensamientos?—se burló César con una risa nasal.—Que manía tan adorable.

—Sí, creo que siempre la he tenido—suspiré con desgano porque odio pensar en lo de Isabela—¿ya te dijeron lo del viaje o excursión o como se llame?

—Oh, sí y me dijeron que seré tu supervisor—sonrió con malicia mientras subía y bajaba repetidas veces las cejas simulando una coquetería—¿Quieres irte conmigo o te irás en el bus escolar?

—¿Estás loco?—exclamé con gracia—¿quieres que sospechen de nosotros?

—Estaré a cargo específicamente de ti como dijo la directora no le veo lo malo.

—Con razón dicen que los europeos con liberales—respondí después de acercarme  a él— César en serio que quiero atesorar esto, amo esto y no quisiera que se arruinara o al menos hacerlo más difícil de lo que ya es.

—Yo sé pero créeme que no habrá problema, puedes decirle a Rin si quieres.

—¿A la ñoña?—reí al recordar la increíble compañía que es.—César no te preocupes, estaré bien el bus, todos me tienen miedo, además tendremos muchas oportunidades en el campamento, espero.

—Está bien mi bestia malévola—respondió sentándome en sus piernas—algún día deberías de ponerte mi camisa de pijama. Te puedo dejar muchas llenas de mi colonia porque al parecer te gusta mucho mi olor

—Lo de tus camisas está bien pero que asco tu colonia, creo que para que sigas conmigo será requisito que no la uses

—No puede ser—fingió ofensa mientras me abrazaba con fuerza de la cintura y se arrecostó en mi pecho con suavidad.—es mi perfume favorito.

—Ni modo

—Lo que diga mi amada, irás a elegir un aroma que te gusta, el que quieras.

—Está bien señor— sonreí con calidez mientras veía su nido de cabello, todo despeinado en mi pecho, la acaricié hasta dejarle un besito.

—Dame más besitos, siempre por favor.

—Eres un mimado

—Ve quién habla.


——————————————————————


Un capítulo medio curso pero ni modo, ya tocaba que les pasara a estos tórtolos.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro