Presentation to the family
Y se quedaba en blanco cuando estaba frente de ella.
La sonrisa de Soojin coincidió con la de Shuhua, pero por poco tiempo. A ambas les costaba mirarse a los ojos. Además, estaban en el salón de clases y Soojin tenía que marcharse a su próximo turno. Shuhua sólo se quedaría sentada deseando desesperadamente que el tiempo pasara rápido. No podía soportar ver el dolor, no soporta quedarse sentada.
Le duele tanto.
Ese día en el cine, Soojin no correspondió sus sentimientos. Le dijo que no la amaba... Pero no fue con palabras, sino a través de sus ojos, de su respiración.
Todo su alrededor colapsó. Ella colapsó. Realmente eso había sido real, deseó poder detener el tiempo porque se arrepintió con todo su ser.
Ya llevan varias semanas así, compartiendo esas miradas y sonrisas. Pero ella devuelve sonrisas forzadas. Se pregunta si se ven tan forzadas como ella siente.
Cuando la atractiva profesora se retiró del salón de clase, Shuhua soltó un suspiro. La tensa expresión de dolor abandonando su rostro.
-¿Shu? -llamó Yuqi.
Alzó la cabeza para mirarla. Los ojos oscuros de su amiga estaban serios.
-¿Qué sucede Yu? -preguntó. Su voz había sonado muy débil.
Yuqi exhaló un suspiro de impotente irritación.
-Ayer -hizo una pausa prologanda, con los labios hacia atrás con enojo para mostrar unos dientes blancos. Apretaba las manos enfurecida hasta convertirlas en puño-, Soyeon me presentó como su novia, pero fue horrible.
Shuhua parpadeó sorprendida. Ella pensaba que la familia de Soyeon sabía su relación, que habían salido del armario. Que podían quererse en cualquier parte.
-¿Qué sucedió?
Jeon Soyeon vive con su madre y hermana menor.
-Su madre y hermana nos trataron como unas enfermas -chilló furiosa-. Nos hizo sentir muy mal, nos dijo horrores.
Shuhua le dedicó una mueca de desagrado.
-No pensé que la madre de Soyeon fuera así -comentó-. Pensé que era una persona flexible. Esta situación me la hubiera imaginado más con tus padres, pero ellos lo tomaron muy bien.
Asintió Yuqi con un gesto mientras dejaba escapar un suspiro.
-No vino a la escuela -dijo y las comisuras de sus labios temblaron-. Se va ir de su casa y que iría a casa de su primo. Aunque le insistí que se quedara conmigo, pero ella no quiso.
-Quedarse en tu casa es de todas formas estar cerca de su madre, ¿se te olvidó que son vecinas?
Yuqi abrió los ojos de par en par. Sintió como sus labios se abrían sorprendidos.
Lanzó una risita estúpida.
-Había olvidado ese punto -repuso Yuqi. En su rostro se dibujó una sonrisa deslumbrante, hizo desaparecer por un momento toda su molestia.
Shuhua sonrió aliviada.
-Tonta -suspiró divertida-. Yu, aunque la situación haya sido desagradable y te sientas mal, por favor, no dejes de sonreír. Así te ves hermosa.
Yuqi al escucharla, se sonrojó. Sus bonitas mejillas pintadas de un pícaro rojo.
-Shu, que linda. Gracias por hacerme sentir mejor -dijo de forma dulce.
Shuhua le sonrió, en esta ocasión sintió que su sonrisa seguía siendo forzada.
¿Cuándo dejaría de sonreír así? ¿Cuándo en su rostro se asomaría una sonrisa auténtica?
Absorta en sus pensamientos pesimistas, tardó varios instantes en advertir que la delegada del salón, Cho Miyeon, se encontraba delante de ellas. Cuando le miró pestañeando, vio que una sonrisa encantadora se extendía por su rostro.
Nunca se había fijado en Miyeon. Nunca se había fijado en que Miyeon tenía un rostro hermoso y delicado, en la amabilidad de sus facciones.
-¿Qué? -preguntó, algo ruborizada.
-Perdonen por molestarlas, pero necesito voluntarias para la actividad de Navidad. ¿Quieren participar?
-Sí, yo sí -respondió Shuhua sin pensar.
Miyeon se puso contenta.
-Muchas gracias, Yeh. Me encantará que formes parte del equipo, siempre he querido que te incluyas más en el grupo. Esta será una excelente oportunidad -dijo con brillos destelleando en sus ojos.
Y fue en ese momento, en que Shuhua se percató de que había personas maravillosas alrededor de ella. Seo Soojin no era la única.
Yuqi se quedó algo sorprendida de Shuhua. Ella había denegado la oferta de forma cortés, no le gustaba mucho participar y a su amiga menos.
-Claro, pero llámame el amor de tu vida. Yeh es muy largo -dijo sin pensar, sonriendo como boba.
Si tenía que Y se quedaba en blanco cuando estaba frente de ella.
La sonrisa de Soojin coincidió con la de Shuhua, pero por poco tiempo. A ambas les costaba mirarse a los ojos. Además, estaban en el salón de clases y Soojin tenía que marcharse a su próximo turno. Shuhua sólo se quedaría sentada deseando desesperadamente que el tiempo pasara rápido. No podía soportar ver el dolor, no soporta quedarse sentada.
Le duele tanto.
Ese día en el cine, Soojin no correspondió sus sentimientos. Le dijo que no la amaba... Pero no fue con palabras, sino a través de sus ojos, de su respiración.
Todo su alrededor colapsó. Ella colapsó. Realmente eso había sido real; deseó poder detener el tiempo porque se arrepintió con todo su ser.
Ya llevan varias semanas así; compartiendo esas miradas y sonrisas. Pero, ella devuelve sonrisas forzadas. Se pregunta si se ven tan forzadas como ella siente.
Cuando la atractiva profesora se retiró del salón de clase. Shuhua soltó un suspiro, la tensa expresión de dolor abandonando su rostro.
-¿Shu? -llamó Yuqi.
Alzó la cabeza para mirarla. Los ojos oscuros de su amiga estaban serios.
-¿Qué sucede Yu? -preguntó. Su voz había sonado muy débil.
Yuqi exhaló un suspiro de impotente irritación.
-Ayer -hizo una pausa prologanda, con los labios hacia atrás con enojo para mostrar unos dientes blancos. Apretaba las manos enfurecida hasta convertirlas en puño -, Soyeon me presentó como su novia, pero fue horrible.
Shuhua parpadeó sorprendida. Ella pensaba que la familia de Soyeon sabía su relación, que habían salido del armario. Que podían quererse en cualquier parte.
-¿Qué sucedió?
Jeon Soyeon vive con su madre y hermana menor
-Su madre y hermana nos trataron como unas enfermas -chilló furiosa-. Nos hizo sentir muy mal, nos dijo horrores.
Shuhua le dedicó una mueca de desagrado.
- No pensé que la madre de Soyeon fuera así -comentó-. Pensé que era una persona flexible. Esta situación me la hubiera imaginado más con tus padres, pero ellos lo tomaron muy bien.
Asintió Yuqi con un gesto mientras dejaba escapar un suspiro.
-No vino a la escuela -dijo y las comisuras de sus labios temblaron -. Se va ir de su casa y que iría a casa de su primo. Aunque, le insistí que se quedara conmigo; pero ella no quiso.
-Quedarse en tu casa es de todas formas estar cerca de su madre, ¿se te olvidó que son vecinas?
Yuqi abrió los ojos de par en par. Sintió como sus labios se abrían sorprendidos.
Lanzó una risita estúpida.
-Había olvidado ese punto -repuso Yuqi. En su rostro se dibujó una sonrisa deslumbrante, hizo desaparecer por un momento toda su molestia.
Shuhua sonrió aliviada.
-Tonta -suspiró divertida -. Yu, aunque la situación haya sido desagradable y te sientas mal, por favor no dejes de sonreír. Así te ves hermosa.
Yuqi al escucharla, se sonrojó. Sus bonitas mejillas pintadas de un pícaro rojo.
-Shu, que linda. Gracias por hacerme sentir mejor -dijo de forma dulce.
Shuhua le sonrió; en esta ocasión sintió que su sonrisa seguía siendo forzada.
¿Cuándo dejaría de sonreír así? ¿Cuándo en su rostro se asomaría una sonrisa auténtica?
Absorta en sus pensamientos pesimistas, tardó varios instantes en advertir que la delegada del salón, Cho Miyeon, de encontraba delante de ellas. Cuando le miró pestañeando, vió que una sonrisa encantadora se extendía por su rostro.
Nunca se había fijado en Miyeon. Nunca se había fijado en que Miyeon tenía un rostro hermoso y delicado, en la amabilidad de sus facciones.
-¿Qué? -preguntó, algo ruborizada.
- Perdonen por molestarlas, pero necesito voluntarias para la actividad de Navidad. ¿Quieren participar?
-Sí, yo sí -respondió Shuhua sin pensar.
Miyeon se puso contenta.
-Muchas gracias, Yeh. Me encantará que formes parte del equipo, siempre he querido que te incluyas más en el grupo. Esta será una excelente oportunidad -dijo con brillos destelleando en sus ojos.
Y fue en ese momento, en que Shuhua se percató de que había personas maravillosas alrededor de ella. Seo Soojin no era la única.
Yuqi se quedó algo sorprendida de Shuhua. Ella había denegado la oferta de forma cortés, no le gustaba mucho participar; y a su amiga menos.
-Claro, pero llámame el amor de tu vida. Yeh es muy largo -dijo sin pensar, sonriendo como boba.
Si tenía que volverse arrepentir, lo haría.
Yuqi la miró atónita.
Espero que les haya gustado, ¡nos vemos en diciembre!
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