Entre sus pertenencias encontró el teléfono de su amado, ese mismo que al final de todo le entregaron junto con su ropa, lo conecto esperando a que se cargará y cuando sucedió lo encendió, el fondo de pantalla donde ambos se encontraban juntos en la playa se mostró ante ella.

—...si me escuchas, ayúdame a no terminar muerta.

Con un dolor en su corazón desbloqueo el aparato esperando a que llegarán todas las notificaciones, más los mensajes parecían no acabar.

Varios amigos y compañeros le hablaba como si él en algún momento fuera a responder les, al igual que ella, sufrieron al perder a su amigo más en ese momento eso no era lo importante.

Sabía de una persona que podría ayudarla, era alguien de quién su esposo siempre decía cosas buenas, él sería el padrino de su hijo y si algo les sucedía sabría que su pequeño terminaría en buenas manos.

Busco entre los contactos pero no había rastro de él, entro a galería pero de la misma forma no había nada, solo fotos donde ese hombre aparecía de espaldas.

—Maldita sea...¿Cuál era tu nombre?

Se preguntaba aferrándose a su cabello sin tirar de el. Habían hablado sobre él e incluso alguna vez pudo escuchar su voz pero nunca lo conoció, solo hasta el día donde se nombrarian a sus padrinos iba a conocerlo.

—Recuerda....

Más nada a ella llegaba, siguió buscando entre sus fotos y en ese momento encontró algo, ese parque lo conocía, ahí fue donde se conocieron, estaba su esposo con una sonrisa y atrás un hombre de espadas lanzando un balón al aire.

Se levantó rápido tomo a su hijo y corrió hasta ese lugar, solo eran unas calles atrás de su hogar, no pensó en nada solo quería encontrar lo, debía hacerlo si quería asegurar la vida de su hijo.

Más como era de esperarse en ese lugar no había nadie mas que jóvenes jugando y platicando,pasando el rato.

Caminó hasta los juegos infantiles y dejo que DaeMin explorará, aún era muy pequeño para disfrutar de ese lugar pero su curiosidad era enorme.

Ella se sentía desesperada, necesitaba ayuda pero solo podía esperar.

A lo lejos un hombre la miraba, detallaba todo sus movimientos, después se enfoco en su hijo y con una sonrisa le hablo a su acompañante —Estoy seguro...de que son ellos.

—¿Quiere acercarse señor?

—No, estoy seguro de que no me creerá y lo único que haré es asustarla. Dijiste que la empresa está haciendo trato con ellos ¿Cierto?

—Si, pronto llamarán a los chicos.

—....avísame cuando,iré con ellos.