Lose you to love me- Selena Gomez

Niragi,

Hace mucho tiempo que te conozco, más del que puedo recordar. Has estado en todas las etapas de mi vida; incluso puedo afirmar que no hay momento de mi infancia en que no tuvieras lugar o protagonismo. Nos criamos juntos, convivimos juntos, jugamos juntos, nos caímos y nos levantamos juntos. Siempre fuimos dos, a cualquier lugar a donde fuéramos, éramos Niragi y Vanessa, nunca caminamos solos.

Nunca te hice a un lado, nunca menosprecié nada de lo que hacías aunque no me encantara, te defendí de todo aquel que decía cosas malas de ti, ganándome de todo a su paso, incluso el desprecio de mi familia, pero no me arrepentía de aquello, porque estábamos juntos y estábamos bien. Éramos felices, o por lo menos yo lo era.

Agradecí mucho que hayamos llegado aquí al mismo tiempo, pensé que los fantasmas de tu pasado tormentoso quedarían atrás, pero mis ojos y mi corazón aún se empañan al ver en lo que te convertiste. Marchitaste y encerraste a aquel del que me enamoré, y ver tu cambio con el paso de los días solo hizo que me distanciara más, si eso era posible.

Claro que vi todas las señales, pero me gustaba pretender que no, que las ignoraba y que confiaba ciegamente en ti. Sé que tu mano no alcanzó a tocar mi cara en el arrebato de furia de ayer porque aún queda un poco de ese chico tierno del que me enamoré, pero no puedo quedarme a averiguar quién ganará la batalla interna entre él y la persona en quien te convertiste al llegar aquí.

Quise odiarte y por más que trato no puedo, ¿pero cómo es que podría? Amarte fue lo único que me mantuvo cuerda mucho tiempo aquí dentro, pero aquellas imágenes de ti volviendo furioso de los juegos, de ti cargando los cuerpos de aquellos que no siguen tus reglas me desmoronó incluso más que las manchas de lápiz labial en tu camisa que ni siquiera te inmutas en esconder.

La gente lo nota, gente cercana a ti. Me lo han dicho y es tan vergonzoso tener que fingir que estoy ciega, que no me entristezco en las noches que paso sola esperando a que llegues y me beses como lo hacías antes de entrar aquí. Ahora esos sueños que compartíamos se sienten lejanos, distantes, y han sido reemplazados por gritos y reclamos que ya ni siquiera escucho.

Hoy me vi llorando frente al espejo y no me reconocí. Las ojeras debajo de mis ojos por no descansar bien, mi cara preocupada y las arrugas impropias de las personas de mi edad me aterraron. No me gustó lo que vi, y tan pronto como eso, caí llorando pensando en que quizá mi apariencia enferma era lo que había cambiado tu interés en mí y que lo merecía. Lloré todo lo que pude, y después, fue como un despertar, como un renacimiento, la realidad me abofeteó duramente.

Estoy cansada de que siempre que puedes me reclames por cosas en las que no tuve la culpa, creéme Niragi, por favor hazlo, que yo no quería perder a nuestro bebé. Me hiciste pensar mucho tiempo que era así, aunque no era verdad. Yo lo amaba tanto como alguna vez te amé a ti, y si ese fue el inicio del fin entre nosotros, entonces creo que está todo claro para ambos.

Necesito irme, mi primer plan era fingir mi propia muerte. Entrar a un juego y después ya no volver, pero no te mereces eso. Por lo que te suplico, de verdad que lo hago, de rodillas, que cuando leas esto y no me veas llegar esta noche, sepas respetar mi decisión y finjas que eso fue precisamente lo que ocurrió. Estoy muerta en vida, necesito hacerlo para encontrarme a mí misma, para renacer y tomar mi propósito nuevamente. Necesito sanar todas las heridas que causaste, pero necesito hacerlo sola y lejos de aquí.

Te quise mucho, te amé como nadie, pero es momento de cerrar ese capítulo de mi vida. Mi corazón se queda contigo, pero mi cerebro me acompañará ahora.

-Vanessa