Niragi
Ellos no te conocen,
Una persona única, un chico muy hermoso, un chico con una manera de ver la vida que nadie más va a tener jamás, un chico muy alto y que veía el arte en todas partes, un chico detallista, un chico que arregló tantas vidas a costa de ir sufriendo la suya.
Sé que no te gustaría verme de esta forma, destrozada completamente. Sé que me dirías que salga, que conozca el mundo, que lo haga mío, pero es que simplemente no puedo. Paso diariamente al lado de tu casa, el primer año ni siquiera pude ver al patio, e incluso cambiaba de acera.
A veces escucho que el viento murmura mi nombre con tu voz, y pienso que eres tú haciéndome mimos en el pelo.
Visito a tu mamá con frecuencia, también me quedé con Kira, ella va a verla todo el tiempo. Le gusta entrar a tu habitación a olfatearla. Tu mamá aún la conserva tal cual la dejaste, me dejó tomar tu sudadera favorita y eso se ha convertido en mi recuerdo más preciado. A Kira le gusta caminar por el parque en donde nosotros solíamos llevarla, le gusta olfatear las flores y a veces solo se sienta en la acera al lado de la banca donde compartimos nuestro primer beso. También me gusta creer que tú estás en esa banca, y que es por eso que ella parece estar tan en calma cuando estamos ahí.
Entré a la universidad finalmente, después de todos los años de preparación que me tomó. Me quedaré en la ciudad, papá opina que es lo mejor y yo también lo pienso. No me gustaría irme, siento que en cada tienda, en cada bar o en cada pared está tu esencia, y no deseo separarme de ella en ningún momento.
Mi terapeuta dijo que quizá era buena idea escribirte cartas, le dije que llevo haciéndolo por un largo tiempo. Le enseñé los textos también, esos que terminaron cuando la compañía de teléfono finalmente volvió a vender tu número de teléfono. También le conté del escándalo que armé cuando el nuevo dueño borró tu mensaje del correo de voz, y de como me enviaron una copia.
Conservo esa copia como uno de mi tesoros más grandes, y lo reproduzco solo una vez a la semana, los jueves, porque sé que te gustaba alegrar esos cuando decía que era el peor día de la semana.
No he vuelto a comer otro Yakitori, aún el sabor jamás se le igualará a aquel que tú preparabas y he llegado al punto de creer que eventualmente olvidaré su sabor si pruebo otro, y eso me aterra.
Me aterra no tenerte en ninguna forma,
Perdóname, siempre supe que tuviste una vida difícil, perdóname porque yo no pude sacarte de ese hoyo, perdóname por no cuidarte, perdóname por dejarte solo cuando necesitabas a alguien, perdóname, de verdad, perdóname.
Te amé antes, te amo ahora y lo haré por siempre.
Te conocí desde los 12,
Ahora yo tengo 19 y tú siempre tendrás 16.
Alex
Carta 26 de 79
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