Más allá del plus ultra

Como solía ser costumbre, los días escolares continuaban en UA después del festival cultural.

Clases y tareas normales a parte de los asuntos como héroes transcurrían sin problemas. Tan solo dejando que la vida escolar continuara sin relevancias notables, eso hasta que llegó el fin de semana donde Midoriya supo que incluso en su vida, centrada en ser el mejor héroe de la historia, también era posible incluir el romance.

— ¿Hay alguien que les guste de las chicas? —Los chicos estaban en la sala en común terminando de ver una película. El que había preguntado aquello había sido Kirishima—. Ya después de tanto tiempo estudiando con ellas alguna debe ser de su interés ¿O por lo menos tienen un ideal de la chica perfecta?

Mineta había comenzado a decir sus perversidades y prontamente fue ignorado por el resto, mientras, decían la especificación de su chica soñada.

Llegó el momento en que las miradas se centraron en Midoriya, quien comenzó a tartamudear palabras incomprensibles con un rostro levemente sonrojado.

— B-Bueno... Y-y-yo no soy s-selectivo o a-algo así... quiero que sea alguien que se convierta en mi motivación para seguir siendo mejor... ¿Algo así como mi ideal de victoria? —En ese momento todos se quedaron viéndolo con cierta sorpresa, no esperaban una respuesta como aquella. El peliverde miró al suelo mientras pensaba en lo último que diría—. Siendo un héroe, me gustaría que esa persona también lo fuese para que no se asustara cada vez que me viese en problemas. Al contrario, que me dijera que debía ganar por sobretodo para volver a casa con una sonrisa.

— ¡Wah!, Midoriya, eso es demasiado romántico, no lo esperaba de ti —Todos comenzaron a molestarlo un poco, haciendo que se avergonzara.

Pero entre aquellos que no hablaron y que, prácticamente, no habían participado en aquello, estaba Bakugou a un lado de Midoriya. No había prestado atención al resto pero cuando habló el peliverde lo hizo, de manera disimulada claro estaba, no tenía intenciones de que lo descubrieran.

Entonces, esas palabras lo desconcertaron, el ojirrojo esperaba que describiera a la chica gravitacional con la que siempre estaba, pero terminó sintiendo que lo describía a él. Sobre todo al decir su ideal de victoria, porque a palabras de Izuku, él era su imagen de victoria.

Pero no fue él único en darse cuenta de aquello, mientras hablaba, Midoriya solo tuvo a alguien en mente. Y no era precisamente a una chica, sino a "Kacchan", su mayor motivación era él.

Ir siempre más allá, por la rivalidad que tenía con él, por alcanzarlo, la mayoría de sus acciones como héroe era para que Bakugou lo encontrara digno de serlo, de mirarlo como a un igual.

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Ya era de noche, la cena ya se había servido y acabado, pero dos personas por entrenar de más no alcanzaron y ahora debían prepararse algo para cenar por su propia cuenta.

Así que los dos estaban en la cocina, los que pasaban y veían ahí, tan solo lo hacían con cierto temor a que pelearan, pues eran Midoriya y Bakugou.

— ...Izuku, pasame el cuchillo que tienes a un lado —Al estar centrado en lo que hacía, y recordar vivencias pasadas, el ojirrojo había llamado por su nombre al ojiverde sin darse cuenta.

Los que habían logrado escucharlo abrieron la boca, dejando caer la mandíbula de sorpresa. Pues no era normal que éste le hablara tranquilo, y por su nombre, al que alguna vez fue su amigo de la infancia.

Pero nadie dijo nada al respecto porque el mismo rubio se percató que lo había llamado como solía hacerlo antes de que todo en su amistad con el peliverde se volviese desastre.

— Aquí tienes Kacchan —Disimulando muy malamente su felicidad por volver a escuchar su nombre, Midoriya le pasó el cuchillo que le habían pedido y siguió con lo suyo.

Al final cada quien estaba cenando frente al televisor y veían con algunos de sus amigos una película sobre All Might, que por supuesto tenía muy emocionado al peliverde.

Todos reían un poco ante sus reacciones y gran fanatismo por el héroe ahora retirado. Izuku se avergonzaba pero al momento volvía su fanatismo incontrolable y el ambiente al final era uno realmente agradable.

Poco a poco, y durante el tiempo del largometraje, la sala se fue quedando vacía porque varios se fueron yendo a sus habitaciones a dormir. Quedando al final solo Todoroki, Bakugou y Midoriya.

— Dame tu maldito plato, Deku —El rubio se había levantado un momento para llevar su plato vacío a lavar, y como el peliverde también seguía cargando su plato sin comida por mantenerse viendo la película, decidió aprovechar—. ¿Qué esperas?

— ¿Ah? ¡Ah!, gracias Kacchan —Sin dudar mucho, le entregó el plato a su amigo mientras seguía viendo la película.

— Bakugou está extraño el día de hoy —Comentó el de cabello bicolor mientras veía irse al rubio con los platos y vasos sucios para lavarlos.

— ¿Kacchan?... Mmm tal vez un poco, pero... _Lo último que iba a decir prefirió callarlo, pues estaba por decir que le hacía feliz que se comportase "extraño".

— Bueno, debe ser por el asunto de las licencias provisionales. Me voy a dormir, buenas noches Midoriya.

— Buenas noches Todoroki-kun —Al decirle buenas noches regresó su vista a la película, a los pocos segundos de reojo vio que el rubio se sentó a su lado para seguir viendo lo que quedaba de película.

Era una extraña calma la que había entre ellos, pero daba gusto que no hubiese gritos o insultos de por medio. Izuku había extrañado desde mucho tiempo atrás el poder pasar tiempo con su amigo como solían hacerlo antes de que este descubriera su quirk.

— Fue una gran película, espero con ansias la secuela que estrenaran la semana que viene... aunque aún no consigo boletos para la premiere —Comentó Midoriya mientras los créditos de la película estaban en pantalla, estaba estirando los brazos mientras escuchó que el otro hablaba.

— ...Tengo boletos para el estreno... ¿quieres ir? —Ni siquiera Bakugou sabía porque lo había hecho, pero lo hizo. Había invitado al cine al peliverde.

— ¿Eh?... ¡¿L-lo-lo di-d-d-dices en serio Kacchan?! —La sorpresa y dudas se reflejaban en la mirada del chico sucesor del One for All

— ¡Si no quieres, no aceptes maldito nerd! —Pronto Bakugou se había molestado y sus manos amenazaban con empezar a detonar todo a su alrededor. Pero la molestia no era con Izuku, sino con él—. Olvidalo iré yo so

— ¡I-iré! ¡Iré contigo Kacchan! —No sabía bien porque razón había sido la invitación, pero el peliverde no la desaprovecharía para nada.

— Iremos el viernes, yo ya pedí permiso, tan solo falta que lo pidas tú. Vamos después de clases, así que más te vale no retrasarte ¿entendido? —Dicho aquello, el rubio se levantó del sillón y comenzó a caminar a el elevador para ir a su habitación, pero antes de entrar escuchó que le hablaban.

— ¡Muchas gracias Kacchan! —Esas palabras de agradecimiento estaban acompañadas de una gran y alegre sonrisa dedicada solo para él.

Midoriya estaba levemente sonrojado, aumentando el estremecimiento que el corazón de Katsuki sintió mientras murmuraba maldiciones incoherentes para el peliverde, que le deseo buenas noches manteniendo aquella sonrisa.

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Era finalmente viernes, las clases habían sido algo pesadas pero nada a lo que no estuviesen acostumbrados los de la clase de 1-A.

— Deku-kun, vamos a ver todos una maratón de películas de terror, ¿vienes? —Uraraka se había acercado al asiento de Midoriya a preguntarle aquello mientras éste guardaba sus cosas con prisa.

Algo similar sucedía con Bakugou, que ya estaba saliendo del salón pero fue interceptado por Kirishima y Kaminari.

— Vamos, tenemos que probar nuestra valía como hombres durante todas esas películas Bakugou.

— Tengo planes, no molesten idiotas —Respondió secamente mientras los apartaba y volteaba a ver al peliverde—. Si no te apresuras, te mataré maldito nerd.

— Lo siento Uraraka-san, no puedo hoy, pero será para la próxima —Habiendo guardado todo y ya cargando su mochila, Izuku se disculpó mientras iba tras el ojirrojo que ya estaba caminando por el pasillo—. ¡Kacchan, esperame!

El salon quedó en un sepulcral silencio mientras procesaban lo que sus ojos habían presenciado. Pero nadie entendía lo que pasaba.

¿En qué momento se empezaron a llevar bien? ¿Qué cambió entre ellos? Esas preguntas se repetían en la mente de todos mientras guardaban sus cosas para irse a los dormitorios.

Por su parte, los otros dos habían ido rápidamente para cambiarse e irse al cine que tendría la premiere de aquella película tan esperada por ambos.

Al llegar, cada quien compró lo que comerían durante el largometraje y se fueron directamente a la sala a esperar que comenzara. Pero la emoción era mucha en Izuku, no solo por la película, sino también por los indicios de recuperar un poco aquella vieja amistad con el rubio sentado a su lado, por ello se removía inquieto en su asiento. Obviamente causando un poco de molestia en Katsuki.

Mas el rubio no hizo ademán de querer gritarle o de golpearle, pues de alguna manera no quería detener esa absurda emoción de su compañero.

Finalmente la película comenzó y su atención se dirigió a ésta.

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Los dos caminaban en dirección a un restaurante de comida rápida, ya que al terminar la película ambos sintieron hambre y no querían llegar a cocinar algo para comer.

— ¡Fue tan genial la pelea final! Y el mensaje con dedicatoria a All Might, ¡fue demasiado emotivo! —Ya estaban sentados en una mesa con su comida delante de ellos y Midoriya parecía aún entusiasmado por lo que vieron. Pero en algún momento su ánimo fue decayendo—. Por un momento sentí que nuevamente veía un video de alguna pelea suya... Fue... nostálgico...

— ¡Hey, no vayas a llorar sobre mis papas maldito nerd! —No iba a demostrar que él también sintió algo de nostalgia respecto a ello, pero le era fácil saber que Izuku era el más afectado al respecto—. Y sí, la pelea final fue buena. Parecía un villano difícil pero aun así logró vencerle. Mas es lo normal, un héroe siempre debe de ganar, así destruya su cuerpo en el proceso. Después de todo éste trabajo conlleva ese riesgo, pero si ganas el villano no volverá.

— Perdón Kacchan —Se disculpó al notar que se había entristecido por el asunto de All Might. El ánimo volvió cuando el rubio habló sobre lo que un héroe siempre hace: ganar—. Tienes razón, deben ganar siempre, y con una gran sonrisa debe demostrar que no hay nada de que preocuparse porque los héroes están para salvar el día.

El peliverde continuó dando su opinión sobre la película mientras comían, el ojirrojo tan solo se limitó a escuchar y responder si le preguntaban algo. Fue una tarde bastante entretenida en compañía del Midoriya.

Al regresar todo fue en silencio mientras se hacía de noche.

— Muchas gracias por invitarme Kacchan, realmente me divertí. Fue como estar contigo en aquellos días en los que ninguno tenía singularidad alguna —Ya estaban en la entrada a los dormitorios cuando el heredero del One For All se detuvo a hablar.

— ¡No me agradezcas maldito nerd! —Un leve golpe en la frente fue lo que se llevó el nombrado por parte de Katsuki, quien guardó las manos en los bolsillosde su pantalón mientras era observado con confusión por el peliverde—. No fue tan malo llevarte. Sigues siendo igual de molesto que cuando niños, pero, yo también me divertí.

Y con ello dicho, el rubio fue el primero en entrar al edificio, dejando atrás a Izuku. Éste tenía una expresión difícil de interpretar, se debatía entre la sorpresa, la confusión y la esperanza de recuperar aquella vieja amistad.

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Un nuevo inicio de semana y las clases seguían como de costumbre, solo que esta vez todos habían notado que algo cambió entre Bakugou y Midoriya después de tres meses desde que habían ido al cine juntos.

Los gritos por supuesto seguían por parte del rubio de fuerte carácter, pero no había miedo en el peliverde cuando le habla porque el otro le respondía sin hostilidad o verdadera furia como solía hacerlo antes.

En ocasiones incluso almorzaban juntos, otras simplemente se saludaban al encontrarse y seguían con sus cosas. Pero parecía que realmente comenzaban a llevarse bien, a parecer que en algún momento realmente fueron amigos.

En el entrenamiento con sus quirks se ayudaban con pequeñas "peleas" autorizadas por Aizawa y supervisadas por All Might.

— ¡Maldito nerd, ya te he dicho que tu giro es demasiado amplio, si me vas a copiar hazlo bien por lo menos! —Habían tomado un receso entre una de sus peleas, y como se estaba haciendo costumbre, Katsuki le reprendía al ver que cometía algún fallo—. Me desespera que te consideres mi rival si no eres capaz de hacer algo tan sencillo.

— Perdón Kacchan, con las suelas de metal aún es un poco complicado hacer el giro pero ya entiendo lo básico. Lo haré bien la próxima vez —Se disculpó mientras revisaba su libreta con apuntes sobre entrenamiento—. Por cierto, la tarea de inglés por parejas, ya tengo unas ideas para el tema.

— Elige el que quieras, seré capaz de hacerlo sin problemas. Por mientras, suficiente descanso. Mas te vale hacer bien el giro o te mandaré a volar con una explosión Izuku —Midoriya sonrió enormemente al escuchar su nombre y asintió prometiendo que lo haría bien esa vez.

— Deku-kun parece muy feliz pasando tiempo con Bakugou —Uraraka miraba como ambos retomaban su entrenamiento de combate mientras estaba acompañada por Iida y Todoroki.

— Tengo entendido que eran amigos de la infancia. Quizás resolvieron el problema que tenían y nuevamente lo son —Esta vez tomó la palabra Shouto, que estaba también entrenando, pero con Iida como compañero—. Además, parece que eso les hizo bien a ambos. Bakugou ya no es tan violento en clases con los demás, sigue siendo competitivo pero de alguna forma, cuando esta con Midoriya, parece más tranquilo. Creo que incluso feliz.

— Concuerdo con Todoroki-kun, cuando le reprendo sobre subir los pies al banco chasquea la lengua pero los baja sin decirme algo para voltearse y hablar con Midoriya-kun si está detrás de él.

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Era ya de noche, después de cenar el ojirrojo y el ojiverde se habían ido a la habitación del primero para realizar la tarea de inglés que debían entregar a tercera hora el día siguiente.

Tal como había dicho Bakugou, Midoriya eligió el tema y él sin problemas fue capaz de cumplir su parte al respecto. Aunque terminaron bastante tarde y ya estaban algo cansados.

— Kacchan, ¿puedo quedarme?

— Haz lo que quieras.

Ambos guardaron sus cosas en sus respectivas mochilas y después se fueron a recostar a la cama del rubio. No era la primera vez que dormían juntos, de hecho, era la quinta vez esa semana en la que el peliverde se quedaba con él.

Al principio fue extraño pero no resultó tan incómodo como creyeron, pues cayeron dormidos rápidamente y se sintieron a gusto cuando despertaron.

Así que solo se acomodaron una vez las luces se apagaron, pero los minutos pasaron y ninguno parecía querer dormir a pesar de sentirse algo fatigados.

— ...¿Kacchan?...

— No, yo tampoco puedo dormir... ahh, pondré una película cualquiera —De alguna forma, había deducido que estaban por decirle así que simplemente se levantó para ir por su laptop y los audífonos para que ruido no molestase a nadie.

No prestó mucha atención a la primera película que encontró, simplemente la puso y le pasó uno de los auriculares al peliverde mientras se volvía a recostarse en su cama.

La película era una de terror, una que dependía demasiado de los screamers para infundir miedo, por lo que era de esperar que Midoriya y él se asustaran un poco cuando estos aparecían debido a que estaba todo a oscuras y usaban auriculares para verla. Por supuesto el próximo símbolo de la paz era quien más fácilmente se asustaba y terminaba escondiéndose en el chico de las explosiones.

— Izuku, tampoco es para tanto. Haz pasado por situaciones peligrosas, esto no debería asustarte... Mejor dejemosla hasta aquí, estas hasta temblando —La película iba ya un poco más adelante de la mitad pero verle asustado fue suficiente para saber que era mejor tratar de dormir que seguir viendo esa película que causaba estragos en él, y no precisamente por el miedo, sino porque ahora estaban demasiado cerca que podía sentir la calidez ajena—. Vamos a dormir.

Katsuki no hizo ademán de alejarlo, al contrario, le pasó un brazo alrededor para abrazarle y acercarlo más di era posible.

— ¡¿Ka-K-Kacchan?!

— No hagas tanto ruido maldito nerd, es tarde y despertaras al resto... Duermete de una vez o mañana no te vas a levantar.

El corazón del peliverde latía con fuerza, al punto en que creía que se saldría de su pecho, pero en algún momento pensó que solo era él, hasta que logró sentir que también el de él latía así.

Lograron caer dormidos al final, pero estando cansados durmieron más de la cuenta y al final llegaron tarde a la primera clase.

Llegaron corriendo y tomados de la mano sabiendo que sentían algo por el otro.