La veía en todos lados. En la mesa de la cocina, en el salón, en mi habitación...
Mi joven e inexistente hija aparecía en todos los lugares y eso me hacía pensar más en ella. No en si existía o no, solo en ella.
Tenía los mimos ojos que Louis y la misma sonrisa que yo mientras saltaba en el sofá o bebía un zumo sentada a mi lado viendo nuestro programa favorito
También la veía reír junto a mi o na sombra en mis fotos pero lo que más dolía era que sabía que no era real
No eres real.... -murmuré hacia el aire-
Puedo serlo si tomas la valentía de salir con él. Te hace feliz y seréis lo suficientemente valientes para hacer una familia -dijo ella junto a una sonrisa- estoy orgullosa de ti, papá
Lo siento... -le dije para luego ver como se esfumaba y aparecía ella distfrazada en Hallowen, en otra ella riendo y haciendo deporte junto a mi y luego de nuevo delante de mi-
Podrías ser feliz. Confío en ti, papá -dijo ella para, no tengo ni idea como, abrazarme. La abracé con fuerza y lloré en silencio hasta que noté cono desapareció de nuevo-