Viktor Volkov recién se estacionaba frente a la nueva casa que había comprado para el y su novio. Se encontraba agotado puesto que el turno se complicó luego de que el moreno se despidiera para ir a terminar unos informes que tenía pendiente y no podía seguir atrasándolos. Apago el auto para luego salir de este y dirigirse hacia la puerta de la casa, una vez dentro, visualizo a su pareja quien estaba tumbado en el sofá con algo puesto en la tele mientras que miraba su móvil.

— Hola novio — lo saludo alegre Horacio al percatarse de la presencia de este mientras se acomodaba de mejor manera en el sofá para que este pudiese sentarse junto a él — ¿Que tal te fue luego de que me marché?

Volkov no respondió de inmediato, sino que se retiró su chaleco y desabotonó su camisa blanca para luego retirársela y acostarse en el sofá colocando su cabeza en las piernas del moreno.

— Estoy agotado — simplemente respondió mientras que el de cresta le comenzaba a acariciar el cabello con una sonrisa.

— Ya veo — le dijo mientras seguía con su acción y bajaba un poco el volumen de la TV para poder escuchar mejor al ruso — la próxima vez me dices y dejo los informes para apoyarte.

— No... debías entregarlos hace dos días — le interrumpió el mayor — y estamos muy bien como para que venga Madison a tocar los cojones por los informes.

— Madison me la suda — le respondió haciéndolo reír por lo bajo un poco — no podemos hacerlo todo, mucho menos hoy que solo éramos nosotros en el turno.

— Lose... y tienes razón pero aún así — prosiguió V pero se detuvo luego de soltar un suspiro y mirar la laptop de Horacio junto con varios papeles que habían en la mesa — ¿sabes que? — dijo levantándose para quedar sentado junto a este y luego tomar los papeles y la laptop del menor bajo la atenta mirada de este — nueva regla, no más trabajo en casa.

— ¿A que te refieres? — le preguntó H sin comprender.

— En esta casa no hablaremos ni haremos trabajo de papeleo — dijo mientras acomodaba todo en una mesilla que habían colocado en la entrada de la casa — para eso tenemos la mansión con nuestra pequeña oficina, quiero que aquí descansemos y establezcamos un horario para realizar los informes y trabajos pendientes allá — terminó de proponer mientras que este lo miraba — ¿te parece bien, cariño mío?

— Me parece perfecto... — acepto mientras se acercaba a este — novio mío — le dijo una vez lo tuvo en frente para luego darle un rápido beso en los labios — ¿tienes hambre? compre comida y espere por ti para comerla — decía mientras caminaba hacia la cocina — luego podemos ver alguna película o simplemente tirarnos a descansar a la cama, o lo que te apetezca.

— Me parece un plan estupendo —respondió con una sonrisa mientras lo seguía para comenzar a sacar los platos y utensilios.

Si bien la pareja había estado conviviendo desde mucho antes, ahora que oficialmente eran una relación las cosas se sentían un tanto diferente. Era como si nada hubiese cambiado, pero con la excepción de que ahora Viktor podía y sentía la confianza de expresarse abiertamente con el menor. Ahora se sentía libre de amar y querer a Horacio y eso era algo que llevaba anhelando desde hace mucho tiempo.

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