Luego de terminar su plática con Gambino, Viktor Volkov se encontraba en el interior de su auto. Estacionado frente al hospital mientras pensaba en la manera correcta de darle la noticia a la persona por la que daría cualquier cosa. Sin embargo, nada de lo que pudiese decirle sería la mejor forma de comunicarle que su hermano Gustabo García, había fallecido hace más de un año y que todos sus intentos durante ese periodo de tiempo por dar con él habían sido en vano.

Pero no estaba dispuesto a cometer el mismo error dos veces. Horacio seguía en el hospital debido al accidente que tuvieron hace dos semanas cuando este le comunicó que había visto a su hermano junto con Conway en comisaría. Si bien las heridas propias habían sido leves permitiéndole salir 5 días después, la situación con el menor era más complicada por lo que seguía en observación a pesar de que este se sintiese bastante mejor.

Entró al hospital y se dirigió con naturalidad hacia el ascensor para subir a la habitación de Horacio ya que el personal médico se había acostumbrado a verlo ahí día y noche aún cuando el ruso ya había sido dado de alta hace días. Mientras el ascensor subía, no paraba de darle vueltas a la situación, pero ¿habían verdaderamente palabras correctas para dar una noticia así?

— Joder... — dijo para sí mismo una vez se encontraba frente a la habitación — no se como haré esto...

— ¿Todo bien caballero? — le preguntó el doctor antes de percatarse de quién era — Viktor Volkov ¿Cómo se encuentra? — lo saludo al reconocerlo y tenderle su mano — ¿Otra vez por aquí?

— Buenas doctor Green — le respondió el saludo — Si, ya sabe que no puedo dejar mucho tiempo a Horacio solo — soltó una pequeña risa — sería capaz de escaparse y ninguno nos daríamos cuenta.

— En ese caso, me alegra verlo por aquí — respondió de igual forma pero noto que el rostro del ruso parecía afligido — ¿Usted se encuentra bien? — le preguntó mientras le indicaba que lo siguiera para alejarse de la puerta que daba a la habitación de Horacio y tomar asiento en unas sillas no muy apartadas en medio del pasillo.

— Honestamente — soltó un suspiro — me gustaría preguntarle si... si la salud de Horacio ha mejorado desde que ingresamos aquí...

— Bueno Volkov — comenzó a decir Green — su salud es complicada, sobre todo por el tiempo que ha debido estar medicándose y no lo ha hecho... Si bien ustedes me contaron el detonante para que llegasen aquí — suspiró preocupado — lo mejor es evitar que tenga este tipo de noticias...

— Pero... — lo interrumpió V a la vez que se puso de pie — ese es el problema doctor... ya tengo la respuesta a la pregunta que se lleva haciendo tanto tiempo, el motivo por el que estamos aquí... su hermano...

— Y no es muy buena la respuesta ¿verdad? — suposo el médico acercándose a este — de lo contrario no estaríamos teniendo esta conversación...

— Su hermano está... su hermano está muerto... — soltó dejando al doctor con una expresión de tristeza, si bien no conocía de mucho a la pareja, no había sido difícil empatizar con ellos, mucho menos con el menor que era fácil de querer — y no tengo el valor... para decirle, no quiero que tenga otro... problema... — se recostó de la pared cansado — pero no puedo permitir que vuelva a enojarse y a desconfiar de mí por ocultarle la verdad más tiempo del debido... además de que tiene derecho a saber la verdad... es su hermano y ha movido cielo, mar y tierra durante más de un puto año para dar con él... no pienso quitarle de nuevo el derecho a saber ocultándole algo asi...

— Comprendo...

El doctor Green comenzó a analizar la situación, estableciendo diferentes formas y escenarios en los cuales podría ser más factible el darle la noticia a Pérez. No pasaron más de 15 minutos cuando ya sabía cómo proceder, por lo que se excusó con el ruso para ir hacia un lugar al que este nunca había ingresado.

— De acuerdo — habló llamando la atención de V una vez regresó mientras tenía una mano en su bolsillo — venga conmigo, vamos a darle la noticia.

Volkov suspiró nervioso, temía de cómo iban a darse las cosas pero confiaba en el profesional para que todo saliese bien. Por lo que sin pensarlo más, ambos ingresaron en la habitación donde se encontraba Horacio riendo mientras veía algo en la TV y se comía un yogurt.

— ¡Vik! — saludó animado al verlo entrar — por la hora pensé que no volverías.

— Sabés que no puedo dejarte solo más de lo debido — le respondió mientras tomaba asiento en la cama junto a él para luego mirar al doctor.

— ¿Cómo te has sentido hoy Horacio? — le preguntó Green mientras se acercaba a comprobar el suero.

— De puta madre — respondió — ¿ya puedo marcharme?

— Pronto — contestó para luego sacar de su bata una especie de jeringa — primero Horacio, debo comunicarle algo ¿vale? — comenzó — pero antes, por tu salud quiero suministrarte un... tranquilizante...

— ¿Cómo? — preguntó este un tanto inquieto — pero, pero que yo estoy bien de verdad — trato de convencerlo — puedo manejar cualquier noticia — dijo ahora mirando a V para notar su expresión de afligida — ¿V?

— Es necesario... — le dijo a H en un susurro para luego tomar la mano de este y acariciarla con su pulgar — No podemos... no quiero arriesgarme a que... algo malo te pase de nuevo por mi culpa...

Horacio no entendía nada, sabía que su corazón estaba pasando por un momento delicado nuevamente pero aún así no comprendía que podría ser tan impactante para él como para que fuese necesario usar un calmante. Pero confiaba, más que en el doctor, confiaba en Volkov.

— De acuerdo — aceptó — ¿que deben decirme? — preguntó dudoso y con un poco de miedo en su voz.

Volkov tomó aire y luego de que el doctor Green le indicara, este procedió a contarle todo lo que el Italiano le había dicho y luego él mismo había comprobado en la base de la policía

— Horacio... — habló llamando su atención — ¿recuerdas la conversación que tuvimos hace unas semanas? — preguntó — la que ocasionó que termináramos aquí...

— ... Si — respondió ahora temiendo al darse cuenta de por dónde iba a ir la conversación — me dijiste que viste a Gus aquí.

— Pues... — volvió a suspirar mientras que este lo miraba atentamente y el doctor solo analizaba la situación — la verdad es que... Gustabo... tú hermano... ese que vi no era él.

— ¿Pero qué dices? — interrumpió con una risa nerviosa — si dijiste que estaba con Conway, seguro andaba recuperando el tiempo de padre e hijo perdido  y por eso se olvidó de mí... — trató de justificar.

— No... Horacio... — trató de elegir correctamente  sus siguientes palabras — ese no... era él... era Toni Gambino, el hermano mayor de Carlo...

Se detuvo al ver la cara de confusión de este mientras trataba de comprender lo que estaba mal con eso — Entonces... ¿dónde está mi hermano...? — cuestionó el de cresta mientras sus ojos se cristalizaron de solo pensar que tendría que volver a empezar desde cero. Momento en el que el médico se acercó para asegurarse que había suministrado bien el tranquilizante.

— Horacio... Gustabo... — Tomó aire una vez más buscando en este las fuerzas necesarias para completar la oración — H, tu hermano falleció hace más de un año... cuando fueron a Marbella le pidió a Toni Gambino que terminara con su vida... no quería que Pogo... hiciese más daño y...

— ¡Mientes! — lo interrumpió el menor mientras las lágrimas caían por su rostro y su corazón se aceleraba — ¡Gustabo nunca habría hecho eso! — comenzó a respirar con dificultad — No sin antes... no sin antes hablar... conmigo... — comenzó a decir con dificultad al mismo tiempo que la máquina que marcaba sus signos vitales comenzaba a indicar lo alterado que este se encontraba.

— Horacio debe calmarse — le indicó el médico mientras tomaba su radio para indicarle algo a sus compañeros.

— ¡No! — gritó tratando de ponerse de pie para alejarse de Volkov — ¡Mi hermano... NO está muerto... solo hay que saber buscar!

— Horacio por favor — le pido Viktor ahora con sus ojos apunto de derramar sus lágrimas de solo ver cómo se encontraba la persona más importante para él — debes calmarte... sino, sino puedes empeorar... por favor — intentó acercarse a él pero Horacio retrocedió.

— ¡No! No quiero — dijo a la vez que el médico se acercaba a este también y dos enfermeros entraban a la habitación — ¡Mi hermano no está muerto! — repetía una y otra vez — sólo debemos encontrarlo, Volkov sólo hay que saber... dónde buscar.

— Lo siento mucho solntset... — dijo con el corazón roto al ver cómo los enfermeros lo aseguraban en la camilla para que así el doctor Green pudiese proceder.

— Viktor... — le habló Horacio ya casi rendido una vez los tranquilizantes habían comenzado a hacerle efecto — Volkov... — lo llamo de nuevo y los enfermeros se movieron para darle paso al ruso.

— Todo va a estar bien... — le dijo V mientras tomaba su mano y con la otra le secaba las lágrimas — superaras esto... ambos... no estas solo — le dijo casi en un susurro para que solo esté pudiese escucharlo.

— Gus... — dijo de nuevo el menor — Gustabo está... bien... solo debemos... debemos buscar...

No termino de decir pues había caído en el sueño que los tranquilizantes le habían causado. Pasado unos minutos y asegurarse que todo estuviese bien, los enfermeros se retiraron y el Doctor Green luego de darle instrucciones en caso de que este despertara y él no estuviese, también se retiró, asegurando que estaría a primera hora de la mañana ahí para darle seguimiento al menor, pero que mientras tanto lo mejor era dejarlo descansar.

Volkov por su parte acercó una de las sillas y tomó asiento junto a Horacio mientras seguía sosteniendo su mano. Sabía que la reacción del menor ante la noticia sería algo como lo que acababa de presenciar. Pero jamás pensó que le afectaría tanto el ver a Horacio de esa forma. Se sentía culpable, responsable y triste... por lo que si ya previo a eso se había estado encargando de cuidar al menor... luego de esto tendrían que tener una conversación. Una en la que pudiese expresarle a H todo lo que sentía y que este supiese que nada de lo que pasara iba a hacer que se apartara de su lado. Una en la que Horacio comprendiera que jamás volvería a estar solo y que siempre lo tendría a él para apoyarlo...

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