La Vida Es Muy Corta
Habían pasado unas horas desde que recibió el último mensaje de Horacio. Había decidido dejar de lado el móvil para poder centrarse en la infiltración y así poder prestarle la atención correspondiente cuando terminará sus horas de servicio. Pero este no contaba con que al tomar de nuevo su teléfono, se encontrase con múltiples llamadas perdidas de Maia, la sobrina de Horacio, Blake, incluso del amigo de Horacio de nombre Loki.
Por lo que al ver todos estas llamadas y los mensajes, no perdió el tiempo y marcó el número de Maia (ya que está había sido la primera en haberlo llamado).
— Volkov... — escuchó la voz de esta desde el otro lado, pero a diferencia de siempre, ahora tenía un tono desganado — por fin... apareces...
— Estaba de servicio — le respondió sin darle mucha importancia — ¿Qué ha pasado? ¿Porque tengo tantas llamadas perdidas suyas? Si es por su hermano, hace un rato que no me comunico con él.
— Tienes que venir al hospital Volkov... — lo interrumpió haciendo que este se alertara — Horacio... el... fue a mi casa — comenzó a llorar la rubia — y luego de hablar unos minutos... comenzó a... sentirse mal...
— ¿Como que a sentirse mal? — le cuestionó mientras marcaba el hospital en el GPS y se dirigía allá lo más rápido que podía — Estoy cerca, llegó en 2 minutos — le indicó — ¿Donde esta Horacio? ¿Que es lo que tiene?
Preguntó pero no obtuvo otra respuesta por parte de esta que no fuesen sollozos. En el fondo escuchaba cómo alguien le hablaba y trataba de tranquilizarla pero le era imposible reconocer la voz.
— ¿¡Maia!? — la llamó desesperado — ¿¡Maia!? Contéstame ahora — siguió diciendo pero ya no escuchaba nada, la llamada había finalizado. Por lo que comenzó a conducir de una manera que jamás pensó que haría hasta que llegó al hospital en menos de lo que había previsto.
Una vez se bajo del auto e ingreso, se topó con un panorama que solo lo volvió más intranquilo y preocupado. Blake se encontraba ahí junto con Parker y Alanna... estos tenían un semblante triste y mientras que Parker parecía estar en shock y abrazaba a su pareja. Monier y Blake tenían los ojos hinchados por las lágrimas que aún caían por su rostros.
Mientras que Maia por otro lado se encontraba un poco apartada y sentada en el suelo. Justo en frente de Charlotte y Gaia quienes lucían igual o peor que todo los demás.
— ¿Que ha pasado? ¿Donde está Horacio? — les preguntó acercándose a estos solo para recibir la mirada fulminante de Maia, la cual no dudó dos segundo en ponerse de pie y acercarse al ruso.
— ¿Ahora llegas? ¿Ahora tienes los cojones de aparecer? — comenzó a recriminarle entre lágrimas — ¡se supone que estuvieses aquí hacer horas!
— Hija... — se acercó Charlotte quien con una sonrisa llena de tristeza apartó a su hija y la abrazó — tranquila... — dijo mientras le acariciaba el cabello.
— ¿Alguien me puede explicar que coño está pasando aquí? — habló más desesperado V pues nadie le respondía su pregunta y por la pinta que tenían los demás... — ¿Donde está Horacio?
— Llegas tarde Volkov... — le habló Blake haciendo que el corazón de este se acelerase al escuchar esas palabras.
— ¿Como que tarde? ¿Que quieres decir con...
— ¡Mi hermano murió! — le gritó Maia aún entre lágrimas — mi hermano murió porque su corazón no pudo soportar otro de tus rechazos... murió esperando a que llegases pero como siempre ¡El trabajo era más importante para ti!
— ¡No... no no no eso no es verdad! — gritó este mientras ingresaba en la sala de emergencias y comenzaba a revisar las habitaciones, una por una buscando a Horacio — vamos Horacio... no, no puedes haberme dejado... — se decía a si mismo mientras entraba y salía de las habitaciones.
No le costó mucho, hasta que abrió una de las puertas y tras de esta lo vio... vio el cuerpo sin vida de la persona que amaba.
No pudo soportarlo y luego de acercarse a este se dejó caer de rodillas y comenzó a llorar. No podía asimilar que eso estuviese pasando, no podía asimilar que eso fuese real... se negaba rotundamente a aceptarlo.
— Horacio por favor... — suplicó entre lágrimas al cuerpo — Horacio por favor no me dejes... tú no Horacio vamos... tienes que, tienes que... tienes que despertar por favor — seguía repitiendo mientras su llanto se intensificaba haciendo que a cualquier persona que pasase por ahí y lo escuchara, se le partiese el corazón en dos — Horacio por favor... que aún... aún nos queda mucho por hacer... tenemos una vida juntos aún por delante — lloraba en el pecho de este ahora mientras que abrazaba el cuerpo — que aún... tenemos que recuperar nuestra casa... tenemos que... que casarnos, tu querías eso, yo también quería solo que... — se detuvo un segundo para tratar de recuperar el aliento — Por favor Horacio, que no me puedes dejar solo — seguía llorando sin haberse percatado que alguien más había entrado a la habitación y lo estaba observando con pena...
"...no se cuánto tiempo me queda de vida..."
Recordó parte del mensaje que este le había enviado hace un rato. Y tenía razón, no sabía cuándo tiempo les quedaba de vida y este había desperdiciado cada una de las oportunidades que tuvo para estar con Horacio más allá de una amistad. Había perdido demasiado tiempo pensando que habría un después, que abría un más tarde, un mañana... pero que mucho se había equivocado...
Ahora solo podía seguir ahí, abrazándolo y llorándole a la persona que amaba, pero que nunca había podido reconocérselo en vida... y ahora ya era demasiado tarde... Horacio se había ido y el se había quedado solo... de nuevo y en esta ocasión, era para siempre.
Porque si no era Horacio... no iba a ser nadie más...
~•~
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