Culpa
Eran altas horas en la madrugada y Horacio no podía pegar un ojo. Al momento debía reconocer que no le había afectado tanto, pero luego de llegar a la mansión y ver el estado de Volkov; no había podido evitar que todos esos sentimientos lo superasen.
Intentó preparar algo de cenar para ambos pero el ruso simplemente se negó a comer y subió las escaleras para darse un baño. Luego de eso salió y al toparse con el moreno sobre la cama que ambos compartían le pido que si por favor podía dejarlo solo.
Horacio admiraba el autocontrol que el mayor estaba teniendo con él, por lo que sintiéndose culpable y comprendiendo la situación, tomó su almohada y una manta para salir y bajar al sofá donde se encontraba ahora recostado. No paraba de darle vueltas al asunto y recriminarse por hacer pasar a la persona que más amaba por esa situación.
Por lo que no se percató en el momento en que varias lágrimas habían caído por su rostro. Ni si quiera sabía cómo conversar con el contrario sobre el tema y eso solo lo hacía sentirse más inútil.
— Joder... no sirvo ni para sorprender a mi novio... — se dijo a sí mismo mientras que se intentaba cubrir mejor del frío de la noche con la manta que a penas lo cubría — no sé en qué momento decidí que esto iba a ser una buena idea... maldita impulsividad — seguía recriminándose, enojado consigo mismo a la vez que secaba sus lágrimas con enojo — seguro querrá que nos demos un tiempo... — dijo esto último más a lo bajo — debe de odiarme mucho ahora mismo...
Continuó diciendo hasta que sintió como una pequeña bola de pelos (como dulcemente la apodaba) subió al sofá y se acercó a él.
— ¿También te echó a ti, pequeña? — le dijo a la minina mientras la abrazaba y cubría con su manta — me alegra que te hayamos dejado aquí en la mañana.
Porque sí, Horacio antes estaba un poco reacio a la idea de tener otra mascota, pero la gatita se había ganado su corazón casi de inmediato.
— Gracias por hacerme compañía — le dijo a esta recibiendo un pequeño maullido por su parte para luego abrazarla — estoy seguro que mañana temprano podremos hablar y resolver las cosas — siguió platicando con esta aunque era más para el mismo poder calmarse — tu padre me ama mucho y yo a él — continuó mientras la acariciaba — estoy seguro que me perdonará... aunque yo no lo merezca... — dijo triste para luego acomodarse mejor e intentar dormir nuevamente.
Todo había sido una tragedia, y si bien Viktor sabía que lo sucedido no había sido apropósito, prefería mantener lejos al moreno (al menos por esa noche) antes de decirle algo que lo lastimase y causase un daño irremediable entre ellos. Horacio por su lado, no paraba de sobre pensar las cosas y en lo que haría para recompensar a su pareja luego de esta horrible situación.
Definitivamente debía hacer algo que enmendase un poco por lo menos todo el dolor que su "sorpresa" le había causado. Con esto en mente y con el pasar de muchos minutos, sin contar los mimos otorgados a Mika; por fin quedó dormido.
Al mismo tiempo que el sol se asomaba por las ventanas y el ruso, posado en las escaleras... observaba a su pequeña familia con aún lágrimas en los ojos y una leve sonrisa.
— Al menos no los perdí — se dijo a sí mismo en voz alta mientras que se acercaba y tomaba otra manta para abrigar mejor al moreno.
Ciertamente tenían mucho de que hablar, pero por el momento quería sentirse agradecido por tener a su familia completa esa noche.
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