Habían decidido viajar a Francia por dos semanas para celebrar su primer aniversario de bodas. Habían ido a algunos lugares que Charlotte les había recomendado y esta noche en concreto, decidieron salir a tomar algo y así romper un poco con su rutina de la semana. Después de todo, estaban de celebración y no pensaban dejar de festejar ni un solo día.

— Quiero que vayamos al hotel... — se le acercó Viktor a su esposo por la espalda mientras que el menor se encontraba bailando en medio de la pista de baile mientras que el ruso había permanecido un rato sentado en la barra observándolo y tomando vodka. 

— Baila conmigo — dijo ignorando la petición del ruso mientras bailaba pegado al cuerpo de este con su bebida en la mano — vaya temazo está sonando. Volkov sonrió para sus adentros y afianzó el agarre que le estaba haciendo al moreno por la cintura.

Se dejó llevar unos minutos más por el moreno mientras que bailaban al ritmo de la música, Horacio demostrando su fluidez con sus movimientos mientras que Volkov le seguía el ritmo aun sosteniéndolo por la cintura. Habían pasado unas tres canciones junto con unos dos vasos más de alcohol en su sistema cuando Volkov volvió a pedirle al moreno su deseo por volver a su habitación de hotel.

— Vámonos Solntse... — le susurro al oído haciendo que este soltase una sonrisa para luego voltearse para quedar frente a este.

— ¿Qué es lo que quieres realmente? — le preguntó  mientras rodeaba el cuello de este con sus manos y se acercaba a sus labios — porque dudo mucho que tu insistencia sea por querer ir a tirarte a la cama a dormir.

— Quiero ir a la cama y no precisamente para tirarnos a dormir — le confesó haciendo que este se sonrojase para luego darle un rápido beso en los labios.

— Podremos llevar años juntos y un año de casados — comenzó a decirle el moreno — pero jamás me voy a acostumbrar a tus peticiones y tus provocaciones...

— No tengo idea de que tipo de provocaciones me estás hablando — le respondió mientras que le besaba el cuello haciendo que el moreno comenzase a inquietarse. Cosa que el mayor noto por lo que con una sonrisa, dirigió sus labios a la oreja de este para susurrarle nuevamente — ¿ahora si ya quieres ir a la habitación?

Horacio no respondió con palabras, solo tomó de la mano a su esposo para encaminarse ambos hacia afuera del establecimiento y llegar a su vehículo.

— Tienes 5 minutos para llegar a casa — le dijo a su esposo mientras se montaba junto a este de copiloto en el auto.

Volkov no perdió su tiempo y condujo rápidamente pero con más precaución de la normal para llegar al hotel que afortunadamente no quedaba tan lejos de donde estaban. Subieron al ascensor y como dos adolescentes, no pudieron contenerse y comenzaron a besarse mientras este llegaba a su piso de hotel.

— ¿Tantas ganas me tienes? — le preguntó Horacio entre besos al ruso mientras cambiaban de posición y quedaba este aprisionando al mayor contra una de las paredes del ascensor.

— Siempre — respondió al mismo tiempo que las puertas se abrían y tomaba al moreno de la cintura para dirigirse a su habitación, ingresar e ir a la cama como había dicho que harían.

— Con calma Viktor — le dijo entre risas H mientras que el ruso se posicionaba sobre él — que vamos muy pasados de copas y podemos terminar en el suelo.

— También me serviría — respondió para volver a unir sus labios con los de su esposo.

Comenzaron a desvestirse mutuamente entre besos y risas en un ambiente que sin importar las veces que hayan hecho el amor, ni el tiempo que pasase desde que decidieron unir sus vidas, era uno que siempre los reconfortaba, los hacía sentir amados y en paz pues sabían que estaban junto a la persona correcta y jamás podrían visualizarse compartiendo momentos como ese con alguna otra persona.

Una vez desnudos comenzaron a recorrer el cuerpo del otro que muy bien ya conocían, pasando sus manos por esos lunares y cicatrices que cada uno tenía y seguían amando como la primera vez. Horacio volteo la posición quedando ahora este sobre V para sin darle tiempo a procesarlo, descender hasta su miembro e introducirlo en su boca, comenzando una felación que solo habían hecho al ruso descolocarse más de lo que ya estaba.

— ¿Así... esposo mío? — le preguntó Horacio levantándose con una sonrisa pícara para luego descender nuevamente y continuar con su labor.

— No pares... Horacio... — le pidió entre jadeos a la vez que dirigía una de sus manos a la cabeza de esta para entrelazar sus dedos en su cabello y comenzar a marcar el ritmo.

Viktor podía jurar que tocaba el cielo cada vez que su esposo le daba placer, pero si algo amaban más ambos hombres era asegurarse de que el otro también gozase de dicho regocijo. Por lo que el ruso sin pensarlo más y reconociendo que estaba a punto de venirse en la boca de su amado, con la misma mano que le sujetaba la cabeza, lo levantó y acercó para unir sus labios y con sus manos bajar por la espalda de este hasta llegar a sus glúteos los cuales apretó sin medir fuerzas.

— ¿Quieres? – le preguntó Horacio mientras que repartía besos por el cuello de este y le hacía algunas marcas que seguramente serían visibles al día siguiente.

— Me ofende... la pregunta... Solntse... — respondió como pudo entre jadeos para luego ver como este levantaba su mirada y la conectaba con la suya.

— ¿Entonces qué estas esperando? — le cuestionó Horacio dándole la señal que Volkov estaba esperando para poder continuar. Esta vez garantizando el placer de ambos a la par.    

Horacio se bajó de encima del ruso para extender su mano hacia el cajón de la mesilla de noche donde tenían el lubricante y los condones guardados. Los colocó en una esquina de la cama cerca de V al mismo tiempo que este lo sujetaba por la cintura y lo guiaba para posicionarlo sobre la cama al mismo tiempo que repartía besos por su espalda. Una vez listo, se colocó el preservativo y vertió un poco de lubricante en dos de sus dedos y en la entrada del moreno para comenzar a penetrarlo con estos sin dudarlo; haciendo que este soltase un gemido en alto.

— ¿Asi... esposo mío? — repitió ahora Viktor la frase dicha por el menor hace unos minutos cuando este se encontraba con su miembro en la boca — ¿O quieres más? – dijo esto acercándose al oído al mismo tiempo que con su otra mano levantaba la cabeza de este para poder verse a los ojos.

— S..i... si Viktor... — le respondió jadeante — quiero... más... — pidió para luego obtener un beso en los labios.

Volkov volvió atrás y retiró sus dedos del interior de Horacio para introducir ahora su miembro de una estocada que hizo que ambos esposos gimieran en alto de placer y excitación. Viktor comenzó a marcar el ritmo de las penetraciones mientras que Horacio gemía y hacía su mayor esfuerzo para mantenerse firme en cada estocada. 

— ¿Más? — le preguntó Volkov el cual de inmediato recibió como respuesta un asentimiento mientras que Horacio se movía en busca de ese "más" que deseaba.

— Por favor... Viktor... — comenzó a pedir pero se detuvo en el momento en que las embestidas aumentaron su ritmo haciéndolo gritar de placer.

El ruso comenzó marcando su ritmo con penetraciones más rápidas y profundas que estaban haciendo que ambos se sintieran cada vez más cerca de alcanzar su orgasmo. Por lo que sin pensarlo, con una de sus manos que habían permanecido sujetando la cintura con fuerza del menor, tomó en ella el miembro de su esposo para comenzar a masturbarle a la par que le penetraba.

— Dios... — dijo apenas Horacio — Vik... Viktor... — le llamaba extasiado — jo...der... voy... ahhh — trataba de decir pero le era imposible contener los gemidos que su esposo le estaba provocando.

— Vamos... — le animó el ruso con una sonrisa mientras que seguía penetrándolo y masturbándolo — córrete para mi... — le pidió al oído — vamos... — le pedía al mismo tiempo que sentía su propio orgasmo asomarse, por lo que incrementó sus movimientos en busca de que su amado se corriese a la par que él.

— Viktor... — jadeo en alto el moreno al mismo tiempo que se corría en la mano de este y sentía como V había hecho lo mismo.

Aun entre jadeos pesados y manchados por el semen tanto del contrario como el propio. Se acomodaron en la cama unos segundos, cortos segundos para luego Horacio observar como Volkov se levantaba y tomaba una camisa que habían dejado por el suelo para limpiar su mano y luego limpiar con cuidado al menor. Si bien aún estaban pegajosos y las sábanas de la cama eran un desastre, sin ser esto una molestia en el momento, volvieron a acomodarse en la cama donde aún desnudos y en los brazos del otro.

— Te amo mucho esposo mío — le dijo Horacio luego de darle un beso en la mejilla para luego con una sonrisa acomodarse en el pecho de este y proponerse a dormir.

— Yo te amo más... esposo mío — le respondió con una sonrisa otorgándole un beso en la cabeza para luego abrazarlo mejor.

Sin duda habían hecho el amor antes, y sin duda alguna amaban cada momento intimo que compartían desde que se hicieron pareja y desde que contrajeron matrimonio un año atrás. Pero jamás se cansarían de amarse y sentirse plenos, completos y felices estando juntos. Después de todo, en sus votos de boda Viktor había dicho que ellos fueron creados para unir sus vidas, y eso es algo que hasta el día de hoy había quedado más que demostrado. 

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