Gyda. – Susurro con emoción el Rey. No podía creer lo que sus veían sus ojos, pensó por mucho tiempo que su bella hija, había muerto. Pero no supo que decir, ni hacer, por primera vez en mucho tiempo, se sintió incapaz de reaccionar.

Hali, Asa. Vamos niños, afuera. – Ordeno Torvi a sus hijos. – Vamos Bjorn. – Le ordeno a su esposo, él se negó, pero con una mirada que la lanzo su esposa, él se levantó del asiento para salir junto a su familia. Antes de salir, le dio una palmada en la espalda de su padre y le susurro.

Cuidado con tus palabras, recuerda quien es su madre. – Y se alejo para cerrar la puerta, sin antes de mirar a su hermana, aun no creía que fuera verdad. Gyda, se sentó nuevamente y espero que su padre hablara, pero nunca llegaron las palabras. El estaba en el mismo lugar, mirándola sin pestañar.

Nunca pensé en verte viejo, siempre te imaginé joven y fuerte, aunque pasaran los años. – Le hablo Gyda a su padre. Pero el siguió en silencio. – Bueno, si no vas a decir nada. Me retiro. – La hija del Rey Ragnar, se levantó del asiento para salir de la casa de su hermano, pero antes de pasar el umbral de la puerta, Ragnar la cogió del brazo para acercarla y abrazarla fuertemente. Fue un abrazo lleno de emociones, el rey acerco su rostro en el cuello de ella y aspiro su aroma. Aun tenia el mismo olor de niña. Gyda dudo en seguir el abrazo, aun tenía mucho resentimiento contra él. Pero no podía negar, que lo había extrañado demasiado. Y le devolvió el abrazo con la misma emoción.

Gyda, mi hermosa hija. – Se separo de ella, para ver su rostro. Era tan hermosa, una combinación de fuerza y belleza, tal como lo era Lagertha. Y ambos se quedaron en silencio. Fueron tantos años que Gyda se marchó, que no sabían como entablar una conversación.

¿Lagertha sabe de tu llegada? –Fue lo único que se le ocurrió preguntar al Rey. Ella negó en respuesta. Al separarse de su padre, sintió la necesidad de sentarse. Habían sido muchas emociones en un periodo tan corto. - Estará muy feliz. – Le comento su padre.

Bjorn me conto que es Condesa en Hedeby. – Su padre asintió, y tomo asiento al frente de ella. - Madre puede ser granjera, condesa y Reina, al mismo tiempo. Se merece eso y más.

Se merecía un mejor esposo. – Le comento su padre en voz baja, hasta su voz había perdido la fuerza que ella recordaba. - Y ustedes merecían un mejor padre. – Refiriéndose a su hermano y a ella. Gyda tenia todo un testamento de lo que le diría a su padre, al verlo. Todo el odio, todo el rencor que había sentido por tantos años, pero nada de lo que tenía planeado, salió por su boca.

Te perdono. – Le comento mirando directamente a los ojos. -Te perdono por todas tus fallas. – Y Ragnar a escucharla, lloro, con lágrimas silenciosas. Había soñado tantas veces con el perdón de su hija, que pensó que nunca iba a pasar. – Te amo padre, a pesar de todo. Te sigo amando. – Le susurro con sinceridad Gyda. Y se abrazaron y conversaron por todo el tiempo perdido. Gyda se entero de todo lo que sucedió en la vida del Rey, supo de la existencia de sus medios hermanos. Supo de los saqueos en Inglaterra y de Frankia. Supo de la muerte de su primer amor y de como el Tio Rollo había traicionado a su gente. Y siguieron conversando por mucho tiempo, pasaron horas, pasaron días en los cuales seguían conversando. El Rey Ragnar, se olvidaba por momentos que tenia mas hijos. Gyda había llegado como una luz para aclarar su oscura vida.

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En un banquete por la despedida de su hermano Bjorn, iba a ser su presentación ante los habitantes de Kattegat, había permanecido escondida en la casa de su hermano, huyendo de los comentarios de las personas. Iba a ser el primer acercamiento con sus medios hermanos y la amante de su padre. Jamás la reconocería como esposa de Ragnar. Ni en esta vida, ni en el Valhalla. Ella entro con su hermano y su cuñada, a pesar de toda la experiencia que tenia por sus viajes. Por dentro sentía un nerviosísimo, que llegaba incluso recordarla cuando era niña.

Mi querida gente, este es un banquete especial por el recuentro de todos los amigos. – Bjorn empezó hablar con una voz que demostraba fuerza y liderazgo. – Pero de todos los reencuentros, este es el mas especial. -Le tendió la mano a su hermana. Ella la tomo, sin titubear. – Les presento, a Gyda Ragnarsson. – Al decir su nombre, se creó un silencio sepulcral. Gyda miro Aslaug, para ver la reacción de la mujer, pero ella permaneció estoica por las palabras de Bjorn. El silencio permaneció, parece que Ragnar, no era el único que creía que ella estaba muerta. Pero después de unos segundos, la gente comenzó a reaccionar para acercarse a ella y saludarla. Le decían que era hermosa, que se alegraban de conocerla, que era un honor estar en su presencia, pero todos eran saludos vacíos, que no provocaban ningún sentimiento en ella. El único saludo que la conmovió fue Floki, el gran amigo de su padre. Se agrupo con Bjorn y Torvi, no conocía a nadie más y prefería mil veces la compañía de su hermano, él había sido el principal factor de volver a casa.

Deberías saludar Aslaug, hermana. – Le susurro Bjorn, en el oído de Gyda. – Es la Reina de Kattegat.

No me interesa Bjorn, ni ella, ni sus hijos. – Hablo Gyda con rencor, a pesar de haber perdonado a su padre. No podía hacerlo con la mujer que se hacia llamar Reina de Kattegat. Pero sus planes de permanecer lejos de esa parte de su familia se derrumbaron cuando sus medios hermanos se acercaron con una gran sonrisa.

Gyda. hermana. Es una alegría conocerte. – Le hablo uno de sus medios hermano a ella. Gyda no contesto, pero Bjorn, lleno el vacío que había provocado su silencio.

Gyda, el es Ubbe. – Bjorn apunto al joven que había hablado. – El Hvitserk. – Apunto al joven que estaba al lado de Ubbe. – Sigurd- Apunto al hermano mas rubio. – Y Ivar. El que esta con su madre. – Gyda miro en dirección Aslaug para ver a su hermano menor, al mirarlo. Ivar la saludo con un gesto en la mano, pero con una sonrisa irónica en el rostro. Gyda lo saludo de la misma forma, agrandando la sonrisa de su hermano menor.

Espero que seas igual de ruda que nosotros. – Hvitserk hablo y puso sus manos alrededor de los hombros de Gyda. Con una voz de diversión. Gyda pensó que, al sentir el tacto, de sus medios hermanos iba a querer arrancarle el brazo, pero sucedió todo lo contrario. Fue un gesto familiar, y el tacto se sintió la calidez.

No tengas duda de eso. – Le contesto Gyda de la misma forma. La cual sus hermanos sonrieron ampliamente, felices de conocerla. De un momento a otro la puerta de la casa comunal se abrió, para dar paso a una mujer que conocía a la perfección.

¡Madre! – Bjorn se acercó a saludar a su madre con un gran abrazo. - Mira quien esta ahí. – Bjorn apunto a Gyda, pero antes de que pronunciara otra palabra, su madre lo callo.

No tienes que decirme Bjorn. Puedo reconocer a mi hija. – Gyda se acerco con una gran sonrisa donde su madre, alejándose de sus medios hermanos. Al estar al frente de Lagertha, la pequeña Gyda sintió como el tiempo se hubiera detenido, el murmullo de la gento ceso, los colores que proyectaba la fogata se apagaron. Para enfocarse solo en los ojos azules de su madre, los cuales soñó miles de noches, cuando se sentía sola y perdida. Se abrazaron con emoción, y Gyda lloro como lo hizo su padre, con lágrimas silenciosas.

Por mi madre y mi hermana. ¡Skol! – Grito Bjorn, para reunirse con ellas. Todos siguieron el brindis con felicidad, menos dos personas que estaban sentados, mirando a la primera familia de Ragnar con recelo.

Desde ese día Gyda, se reunio con su madre para nunca mas separarse. Planearon como quitarle Kattegat a Aslaug, cuando Ragnar se embarcará a Inglaterra con Ivar. Así fue como la venganza de las primeras mujeres en la vida de Ragnar, llego a su fin. Cuando Gyda, disparo una flecha en el medio de los ojos de Aslaug, mientras ella hablaba de una salida amistosa del trono. Y con una gran sonrisa Gyda Ragnarsson, proclamo Reina a Lagertha. Reina de Kattegat, como siempre debió ser.

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!Gracias por todos los votos!  Siempre pensé que era innecesaria la muerte de Gyda y me hubiera gustado haberla visto en la serie. Espero que le guste la segunda parte.