Gyda llevaba años sin ver a su familia, años en que estuvo vagando por diferentes lados del mundo. Midgard, le había mostrado lo bueno y lo malo del hombre. No se arrepentía de la decisión de haberse marchado, después de saber que su padre tendría otro hijo. Ella pensaba que lo más difícil que había vivido, era superar la fiebre cuando aun era una niña. Pero nada la había preparado, para sentir la decepción que le provoco su padre, cuando engaño a su madre. Sintió y aun siente que, para su padre, Bjorn y ella no fueron lo suficiente para él. 

Después de haber estado años en su propio exilo, cuando su madre se caso en Hedeby. Ella se marchó, sin explicaciones y sin despedidas. Y viajo por muchos lugares, siendo extranjera en todos ellos. pero un día, sin justificación sintió que su viaje había terminado. Era la hora de volver a casa.

Tardo meses y meses en llegar a Kattegat. Había sido el viaje mas largo, cansador y ansioso que había tenido. No sabia si aun Ragnar era conde en ese lugar, no sabia nada de su madre y nada de su hermano mayor, pero sentía que este último estaba con vida, de eso estaba segura. Aprovecho un tumulto de gente que se dirigía a Kattegat, para empezar una vida nuevamente. La ciudad crecía cada día, había mayor riqueza en ese lugar y los guerreros defendían a muerte a sus habitantes. Era un lugar perfecto para tener una familia.

Al llegar sintió su corazón latir con tanta fuerza, que era capaz de escuchar cada bombeo que daba. Recordaba algunas cosas, como el muelle, la playa y la casa comunal, donde ella vivió por unos meses con su familia. Empezó a buscar con su mirada algún indicio de su padre, madre o hermano. Incluso busco indicio de la amante de su padre, pero no encontró nada. Así que se atrevió, acercarse a unos comerciantes para preguntar, sin levantar sospechas de quien era ella.

Buenos días, he llegado de un largo viaje del extranjero, y me gustaría saber ¿Quién gobierna en esta ciudad? – Le pregunto a un hombre que vendía pescados, era grande y con una gran barriga.

El Rey Ragnar.  Aunque no se que tan Rey es. – Escupió al decir lo último. – Llego hace unos días, después de desaparecer diez años. Si no fuera por sus hijos, no sé qué hubiera sido de nosotros. – Hablaba con tono de desprecio al referirse del rey. – Pero es un buen lugar para asentarse. – Le comento el comerciante y dio por finalizada la conversación.

Gracias. – Murmuró Gyda, antes de alejarse. Su padre se había convertido en Rey, y había desaparecido diez años. En menos de diez segundos se había enterado mas de su padre, que los quince años que había estado vagando. Mientras caminaba por las calles lo vio a él, lo reconoció a la perfección. No era su padre, era su hermano. Grande e imponente, pero con la misma mirada que tenía cuando eran pequeños, tal como se lo imaginaba. Lo siguió por varias calles, hasta entrar al bosque frondoso de Kattegat, mientras lo seguía en silencio, no pude evitar en pensar como seria el reencuentro con su madre, la añoraba todos los días, sus consejos, su calidez y su fuerza. Mientras su mente divagaba, perdió el rastro de su hermano. Lo busco por todas las direcciones, pero no diviso a su hermano, lamentándose se dio vuelta para encaminarse nuevamente a Kattegat, pero antes de dar un peso, un gran cuerpo la estampo al suelo con una espada apuntándola.

Si quieres acostarte conmigo, solo debes pedírmelo. – La apunto Bjorn con su espada, recorriendo el cuerpo con ella.

Vaya, todo un caballero hermano. – Al mencionar la palabra hermano, Bjorn retiro su espada con rapidez.

 ¿Gyda, eres tú? -  Pregunto con desconfianza en sus palabras.

Creo suponer que aun tienes una hermana, pero con Ragnar nunca se sabe. – Le dijo con diversión para luego levantarse. Su hermano aún estaba estático en el mismo lugar, desconfiando las palabras de aquella mujer.

¿Dime algo que solo sabría Gyda? – Su hermano le hablo amenazándola. Gyda imagino que su hermano la iba reconocer con facilidad, ella creía que no había cambiado mucho, pero suponía que se había equivocado.

A veces preferías coser con madre, en vez de practicar con Ragnar, pero te avergonzaba decirlo. – Al decirlo su hermano le dio una pequeña sonrisa. – Y la pequeña Gyda, se enamoro un poco del monje Athelstan.

¿Un poco? – Le hablo divertido su hermano, para darle un gran abrazo a su pequeña hermana. – Yo diría que fue tu primer amor. – Ella rio a carcajadas por las palabras de su hermano, pero recibió a gusto el gran abrazo. Sintiéndose por primera en mucho tiempo, en casa.

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¿Por qué decidiste volver? – Le pregunto Torvi, la compañera de su hermano, en casa de ellos. Era una mujer dulce, demasiado dulce para el bruto de Bjorn.

Sentí que era tiempo de volver a Noruega, y de volver con mi hermano y mi madre. – Bjorn paso su brazo por los hombros de Gyda, feliz por las palabras de su hermana. – Viaje por mucho tiempo, estuvo sola mucho tiempo... solo quiero estar con mi familia.  Ahora esta más grande que antes. – Lo ultimo lo dijo, mirando a sus pequeños sobrinos.

Siempre tendrás un lugar en nuestra casa, siempre seremos tu familia. – Le hablo su cuñada con sinceridad. Gyda agradeció el gesto y pensó que su hermano no había elegido mal a su compañera.

Bjorn, la esclava me dio tu mensaje. ¿Qué sucede? – Hablo el Rey Ragnar, entrado a la casa de Torvi, sin avisar y sin golpear. Gyda sintió como su cuerpo se ponía en alerta, al escuchar la voz de su padre. Se dio vuelta lentamente, para mirar al hombre que estaba en la puerta. Ella esperaba encontrase con un gran Rey, como recordaba a su padre, pero lo que vio la decepciono. La imagen no era lo que ella esperaba. – Tienes visitas. – Hablo en el Rey, al percatarse de su presencia.

Hola, padre. – Se levanto Gyda del asiento, para enfrentarse al Rey. Ragnar al escuchar esa palabra por parte de esa mujer, su corazón se detuvo. No había escuchado esa voz por muchos años, pero la identifico inmediatamente.

Gyda. – Susurro con emoción el Rey.

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Se viene la parte dos en el siguiente capitulo.

Gracias a todos los que han leído. Si alguien quiere un One Shots con su personaje favorito, no dude en escribirme.