Bjorn
La llegada de Nusayba Kab a Hedeby fue marcada por el dolor y la desesperación de ser alejada de su pueblo, de sus tierras y de su familia. Aun no lograba recordar qué había sucedido cuando llegaron los forasteros a matar, robar y violar. Aunque agradecia que no había sido ultrajada, pero sabía que se había convertido en una esclava.
Ta dem med til langhuset - "Llevenlas a la casa comunal" Escuchó el grito de un hombro robusto que estaba a su lado. Se habían embarcado hacía varias semanas en un barco para llegar a la ciudad de Kattegat, solo vio como las mujeres que se habían embarcado con ella iban desapareciendo del grupo. Y luego las que quedaron fueron llevadas a este pueblo. Era frondoso de árboles, plantas y animales que rondaban alrededor.
Los pies de Nusayba Kab dolían, después de tanto caminar para llegar a Hedeby. La mujer estaba consciente que no podía caminar un día más.
Gå videre - "Muévete" Escucho esas palabras del idioma que desconocía. Pero por el empuje Nusayba comprendió que significaba que caminara más rápido. Y así lo hizo, caminó aún más rápido hasta llegar a una casa grande. Estaba segura que era la casa principal. Al entrar observo como una bella mujer estaba sentada en un trono con un animal volador en su brazo el cual acariciaba. Cuando conectó sus ojos con los de la condesa Lagertha, su mundo cambió. Aquella mujer que era su dueña. su ama, se convertiría en su mejor amiga y su mentora.
Los años pasaron desde su llegada a Hedeby, aquel lugar que se había convertido en su hogar. Ahora estaba como una mujer libre, escudera y amiga del ejército de Lagertha. Nusayba viajó en todas las aventuras de la condesa, acompañando y aconsejando en cada situación que lo requería. Amaba a esa mujer como si fuera parte de su familia. Se sentía querida y respetada en Hedeby. Era aún más libre de lo que era en su tierra natal.
Te has convertido en una gran guerrera. - Nusayba escuchó la voz del hijo de Lagertha que se acercaba a su lugar de entrenamiento. La mujer detuvo sus movimientos para observar al hijo de su mentora. Cada día era más grande que el anterior, sus músculos eran aún más fuertes y su belleza era aún más hipnotizantes. La escudera sonrió tímidamente ante la presencia de Bjorn. A pesar de todos los años, la mujer no se podía sentir cómoda ante la presencia de hombres. Aún ocultaba su cabello ante los ojos masculinos, gracias a la religión de la cual se crió. Y agradecia a su Dios que la condesa no la hubiera obligado a cambiar.
Su madre es una gran mentora. - Comentó Nusayba con cortesía ante el hijo de Ragnar. Bjorn realizó una mueca al escuchar la cordialidad de la escudera. Porque a pesar de que llevaban años batallando juntos, aun se alejaba de su presencia.
Solo dime Bjorn. - Añadió Bjorn mientras agarraba una espada para moverla con agilidad.
Lo intento. - Admitió Nusayba con timidez. Observando la habilidad de Bjorn de mover la espada. Nunca lograria ser tan buena como lo era el hijo de Ragnar. - ¿Cómo está Torvi? ¿Cómo están tus hijos? - Preguntó la escudera al momento que le daba un golpe a la espada de Bjorn con la suya.
Bien. Están en Kattegat - Comunicó Bjorn con una gran sonrisa mientras empezaban a batallar entre los dos. La escudera sonrió ante las palabras del hijo de su mentora. Bjorn siempre había sido un hombre de pocas palabras. El prefería actuar antes de hablar. Siguieron combatiendo por varios minutos. Bjorn lo hacía con suavidad, casi con cariño, pero Nusayba lo entendió como una ofensa hacia su aprendizaje. La escudera empezó a luchar con dureza, su sonrisa desapareció y su enojo empezó a florar y manejar el movimiento de su espada. La práctica de batalla cambió para convertirse en una batalla en su totalidad. Los golpes de sus espadas resonaban por todo el bosque de Hedeby, ahuyentando a los animales que caminaban alrededor.
!Ay! - Chillo Nusayba al momento que Bjorn con un movimiento fugaz la derribó al pasto mojado. El dolor llegó a su espalda por el golpe al suelo, pero al escuchar la risa de Bjorn el dolor desapareció para convertirse en una risa. Bjorn le ofreció su mano para levantarse, la cual Nusayba lo aceptó agradecida.
Te moverías mas rapida, si te sacaras el velo de tu cabello. - Le comento Bjorn al momento que tocaba su velo negro con delicadeza. - Siempre me he imaginado cómo sería tu cabello sin el velo. - Murmuró Bjorn suavemente sin dejar de mirar su velo. El corazón de Nusayba empezó a latir con rapidez por el acercamiento de ambos.
Es igual al de todas las mujeres. - Aseguro la escudera evitando mirarlo a los ojos. Bjorn con su mano callosa y herida por las batallas, agarró la barbilla de la mujer para que sus ojos se conectaran.
Tienes una habilidad para escapar de mí. - Manifestó Bjorn en voz baja al momento que se acercaba a los labios de Nusayba. La garganta de la mujer se secó y el corazón latió con rapidez por lo que iba a suceder. Lo había evitado tantos años, que ahora no tenía fuerzas para alejarse de él. Los labios de Bjorn eran suaves, tan suaves que no era creíble. Nusayba abrió su boca permitiendo que la lengua del hijo de Ragnar entrará descontroladamente. Habían esperando tantos años por este beso, que la desesperación y la pasión se presentaron con rapidez. Sus bocas se devoraban por todos los años que se contuvieron por tocarse.
Nusayba...- Masculló en voz baja Bjorn al momento que se separaban para buscar el aliento que necesitaban para seguir besándose. Las manos de Bjorn se aferraban a la cintura fuertemente, en un ruego de que no se alejara de él. Se besaron hasta que unos movimientos se presentaron. Eran los sonidos de unos caballos.
¿Quienes son? - preguntó Nusayba al escuchar los sonidos, pero al ver las banderas que lideraban la tropa, su mundo se cayó. Reconoció a la perfección los colores de las banderas.
Debo ir. - Expreso Bjorn sin esperar la respuesta de Nusayba que aun miraba donde había desaparecido la tropa. Dudo en escaparse, pero ya no era la niña que se había criado en tierras árabes. Era Nusayba. La fiel escudera de Lagertha.
¿Por qué guardar ese secreto? - Era la segunda vez que se lo preguntaba la condesa. Estaban en la casa comunal después de que las tropas arabes desaparecieran para ser atendido en una casa cercana donde recibían a los huéspedes.
No era importante. Ya no soy la hija del Jeque Mohamed. - Confesó Nusayba. - Soy tu amiga, tu escudera. Soy libre aquí en Hedeby. - Siguió confesando mientras la condesa caminaba alrededor de la casa analizando sus palabras. Nusayba observó como Bjorn no dejaba de mirarla. Era una mirada que Nusayba no lograba descifrar.
Mi querida amiga. Me halaga que este pueblo pequeño se haya convertido en tu hogar.- Lagertha sonrió ante su amiga. No estaba enojada por el secreto, estaba enojada por aquellos hombres, que vinieron a reclamar a Nusayba como suya. - Tu padre te reclama como suya.
Ha venido de buena manera, pero no dudarán en actuar para llevarme. - Nusayba se levantó para acercarse a su condesa. Le tomó las manos fuertemente demostrando su preocupación. - No deseo irme. No me entregues. - Imploro Nusayba a la condesa cerrando sus ojos fuertemente.
Nunca lo haría. - Comentó Lagertha seriamente. - Debemos crear un plan. Si es necesario lucharé para que estés a mi lado. - Nusayba negó la cabeza. La idea de que se creara una guerra por ella, era imaginable.
Solo hay una forma que un padre no puede reclamar a una hija. - Sugirió Nusayba luego de analizar el único plan que podría salvarla.
¿Cuál? - preguntó Bjorn confuso ante esa confesión. Lagertha lo entendió a la perfección. La mujer nunca era libre, pasaba de pertenecer al padre, a un esposo.
Debes casarte. - Opino Lagertha para alejarse de su escudera para encontrar con que hombre se podría casar. Alguien que fuera cercana a ella. Un hombre honorable, que fuera digno de su escudera. - Podría ser unos de mis guerreros. Ellos serían felices de aceptarte...
Cásate conmigo. - Exclamó Bjorn interrumpiendo a su madre. Se levantó de la mesa para acercarse a Nusayba. - Se mi segunda esposa. Te cuidaré y te protegeré de quien sea. Y serás libre de quedarte aquí con mi madre, a su lado. - Propuso Bjorn sin quitar sus ojos de la escudera. Esos ojos negros como la noche, tan diferentes de todas las mujeres vikingas. Nusayba quiso negarse, decir que respetaba a Torvi como su amiga, pero de su boca salieron unas palabras diferentes.
Acepto.
Nusayba y Bjorn se casaron al día siguiente en secreto. Con pocos testigos y un banquete pequeño para celebrar su unión. Las tropas árabes se retiraron al siguiente día al percatarse de que Nusayba Kab ya no pertenecía al Jeque. Ella era esposa de Bjorn Ironside, el mejor guerrero de los vikingos.
Su unión se completó a los siguientes días. En un momento tranquilo, sin tropas árabes que atormentaran sus sueños. Nusayba estaba intranquila, nunca había compartido con un hombre en soledad. Desde que llegó a Hedeby ella estaba al lado de su condesa, cuidándola y protegiéndola de todo mal.
No haré nada de lo que no quieras. - Le Recalco Bjorn suavemente. Tratando de no asustar a la mujer. Aunque ella era una guerrera fuerte, que mataba sin problema a cualquier enemigo que se presentará. Pero al estar delante de Bjorn sin arma que tuviera en sus manos, se sentía indefensa y vulnerable.
Soy virgen. - Confesó Nusayba tranquilamente. Era una de las cosas de las cuales estaba orgullosa. Ella quería entregarse completamente a su esposo. - Me gustaría darte un regalo. - Bjorn alzó su ceja intrigado. Se sentó en el colchón de pieles que habían formado en su nuevo hogar que estaba formando con la escudera de su madre. - Haré un baile de una esposa para su esposo.
Nusayba se vistió con una ropa que había fabricado durante los años que ha vivido en Hedeby. Su cultura era distinta a los vikingos, su vestimenta, su velo, su forma de actuar era diferente de la cultura nórdica. A pesar de que no quería volver a su pueblo natal, adoraba su vestimenta y sus bailes. Aquel baile que vio tantas veces en su infancia, que había aprendido de su madre.
Los pasos que siguieron a continuación fueron hipnotizantes para Bjorn. La forma en que se movía el cuerpo de Nusayba era digna de los dioses. Ni siquiera Odin había sido tan afortunado como él. La cintura de su nueva esposa se movía de un lado a otro, con una vestimenta brillante que dejaba ver su vientre y sus largas piernas. Nunca se hubiera imaginado que Nusayba Kab era aún más hermosa que Freya. Pero lo que doblegó su fuerza de voluntad no fue el cuerpo de su esposa, fue el momento que Nusayba empezó a sacar su velo durante su baile para dejar en descubierto su larga y frondosa cabellera. Su cabello negro danzaba de igual forma que el cuerpo de la dueña.
Los ojos de Bjorn no dejaban de observar a aquella mujer. A su segunda esposa. A la futura madre de sus hijos.
Ven a mi Bjorn. - Nusayba llamó a su esposo suavemente como un susurro. Un susurro que Bjorn obedeció con rapidez. Beso a la mujer con fervor. Su excitación se había elevado a niveles que desconocía. Deseaba con locura a la mujer que había danzado para él, que le había mostrado las partes de sus cuerpos que había escondido para todo el mundo. Sus besos empezaron a bajar para llegar a los senos de su esposa, los beso y los succiono como un niño hambriento. Deseaba con locura a esa mujer, los besos y su erección lo demostraban. La cargó en sus brazos para depositarla en su cama, le haría el amor con suavidad. Con una ternura que incluso él la desconoceria.
Oh Bjorn. - Gemio Nusayba kab con intensidad al sentir los labios de Bjorn en su vagina. Desconocía que fuera posible besar en ese lugar, pero estaba segura que su esposo conocía todos los secretos sexuales. Él lo hacía a la perfección, sabía cómo tocar y lamer en su cavidad. Sus grandes dedos se entraron a su vagina que la hicieron gemir fuertemente. Los dedos de Bjorn eran grandes y anchos que la hacían estremecer en su cuerpo. Nusayba perdió la cuenta del tiempo que estuvieron en ese momento, pero se percató que el Sol empezaba a alumbrar su nuevo hogar. - Solo yo he tenido orgasmos.
Quiero que disfrutes todo lo que has perdido. -Le comentó Bjorn con su cuerpo desnudo al lado de ella. Respirando con dificultad por la excitación que aún sentía.
Quiero sentirte. - Murmuró Nusayba en el oído de su esposo. Esa verdad se iba a presentar durante todo su matrimonio. Bjorn iba a ser el único hombre que entraría dentro de ella.
Voy a necesitar que lo repitas. - Confesó Bjorn con una sonrisa en su cara. Esas palabras las había estado esperando tanto tiempo. Al final sus fantasías se habían hecho realidad.
Quiero sentirte dentro de mi. - Musito Nusayba para abrir sus piernas. Dejando libre su vagina para que entrara dentro de ella. Bjorn se posicionó encima de ella, para besarla intensamente en sus labios al momento que introducía su pene en su cavidad. Un gemido de dolor salió de la boca de su mujer. Sabía lo que era para la mujer perder la virginidad y quería evitar el dolor en su nueva esposa. Trató de desconcentrar con sus besos, con su lengua introduciendo en su boca hasta que las piernas de Nusayba se abrieron pidiendo más cercanía y sus gemidos empezaron a convertirse de placer. La penetró con suavidad conteniendose de su fuerza y su dureza.
Debemos hacerlo más seguido. - Comentó Su esposa al momento que Bjorn terminó dentro de ella.
No tengas duda de eso. - Respondió Bjorn con una gran sonrisa al momento que se quedaba dormido al lado de su segunda esposa.
Nusayba lo acompañaría durante toda su vida, con tres hijos de su unión. El amor creció en ellos con lentitud, con cada día, meses y años forjaron un Matrimonio y un hogar. Aquel amor Sería inquebrantable entre ellos. Su amor sería contado como leyenda.
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