Verdad 4
Al ver que la charla que le dio a Lucrecia tuvo escaso o nulo resultado, Felipe Montesinos decidió hablar con su hijo, en el mejor de sus sueños Valerio recapacitaría y se comportaría a la altura. Pero esto no era un sueño, era la vida, y su hijo no era precisamente de aquellos que complacen a sus padres en todo, pero se quedaba sin recursos, no le quedaba de otra que intentarlo.
- Valerio, debemos hablar –Sr. Montesinos
- ¿Me dirás que también soy adoptado? –Val riendo
El señor Montesinos rodó los ojos irritado y se limito a calmarse
- No, te quiero advertir que tengas cuidado con Lucrecia, tiene un futuro brillante y no quiero que lo tire al caño por alguien como tú – Sr. M
- Pero que gran padre, cualquiera diría que yo soy el adoptado –Val
- Escúchame y déjate de bromas, no los quiero besuqueándose en cada rincón de la casa, te alejas de su cuarto –Sr. M
- Chillllll out dad, estas muy estresado...eso de ser un hombre de negocios te tiene muy tensionado – Val
- Cierra la boca imbécil –Felipe Montesinos
- Esta bien, está bien... lo que digas –Val
- Mas te vale –Sr. M
- ¿O que harás? –Val
-Enviarte a Chile y mandarla a Estudiar lejos –Sr. M
- Pero nadie aquí quiere eso, así que tranquilízate –Val dándole una palmadita en el hombro
- Por su bien, espero que se comporten –Sr. M
- Papa no va a pasar nada –Val
- Eso espero –Sr. M
Continuara...
Perdón, sè que es un poco corto, pero he estado ocupada.
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